Concluía mi
comentario sobre “Despropósitos a granel
de los líderes políticos españoles” expresando mi esperanza de que el PSOE
y Ciudadanos (Cs) modificaran su actitud de bloqueo y permitieran la formación
de un Gobierno en minoría del PP. España necesita con urgencia dotarse de un
Gobierno y el tiempo apremia porque se aproximan dos fechas-tope decisivas: el
30 de Septiembre para remitir a las Cortes el proyecto de Presupuestos
Generales para 2017 y el 15 de Octubre para entregar a la Comisión Europea
del Plan de Estabilidad para los tres próximos años. Cs ha reflexionado y
reaccionado como un partido con sentido de Estado, a diferencia del PSOE que se
sigue aferrando al irresponsable “No es
No” de su líder Pedro Sánchez (PS). Como la aritmética electoral le ha dado
la clave para la formación de un Gobierno puesto que se requeriría por lo menos
su abstención, la cerrazón de los socialistas nos abocará a unas terceras
elecciones, pese a que PS haya afirmado solemnemente que, cuando llegue la
ocasión, el PSOE hará lo mejor para el interés general de España. De forma
claramente contradictoria, ha reiterado la inmutabilidad de su voto negativo al
PP y asegurado al mismo tiempo que no habrá nuevas eleccione, lo que supone
lograr la cuadratura del círculo. El propio Mariano Rajoy (MR) ha tenido que
reconocer que formar Gobierno “es más un deseo que un hecho” y que, después de
lo que se ha
visto y oído, la
posibilidad de volver a las urnas es más que probable. España está
patológicamente paralizada y los españoles asisten atónitos a semejante
desenlace.
Actitud responsable
de Ciudadanos
Al reconsiderar su veto a MR y
matizar algunas de sus aseveraciones, Albert Rivera (AR) ha sido sensible al sentir
de buena parte de los militantes y votantes de Cs y optado por ofrecer al PP un
diálogo condicionado para facilitar la investidura del Presidente en funciones,
exigiendo como contrapartida para el inicio de las negociaciones las siguientes
condiciones: Cese automático de los imputados por corrupción política,
eliminación de los aforamientos, modificación de la Ley Electoral para aumentar la
proporcionalidad, negación de indulto a los condenados por corrupción política,
limitación a 8 años del mandato del Presidente del Gobierno, creación de una
Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la financiación ilegal del PP y
fijación de la fecha para la sesión de investidura del candidato MR. Se trataba
de un “packing deal” que debería ser
aceptado en su integridad como “conditio
sine qua non” y el PP no tuvo más remedio que aceptarlo, pese a que hubiera
puntos discutibles y cuestiones matizabless.
Exigir el cese de una persona a partir de su imputación o investigación es
contrario al principio de presunción de inocencia y podría dar lugar a injusticias
si la investigación se produjera como consecuencia de denuncias falsas o injustificadas.
En la negociación se ha precisado que la corrupción se limitaría a los actos de
prevaricación o malversación ligados al enriquecimiento personal o a la
financiación ilegal de un partido político, y que se examinaría caso por caso.
Se ha instado la inclusión de este compromiso en un Pacto Nacional aplicable a
todos los partidos. La eliminación de los aforamientos requeriría una reforma
de la Constitución ,
por lo que sólo podría ser asumida como un compromiso político, pero no
jurídico. La Ley Electoral
es mejorable, pero conviene andar con cautela porque ha revelado su utilidad
desde su adopción y una mayor proporcionalidad no garantiza necesariamente una
mejor representatividad. La modificación de una ley tan importante debería, por
otra parte, obtener el máximo consenso posible entre los partidos. La
denegación de indulto a los políticos corruptos no plantea problemas al ser ya
una práctica seguida por el Gobierno, pero la creación de una Comisión
Investigadora es discriminatoria para el PP, que no tiene el monopolio de la
corrupción, que es compartida por todos los partidos, por lo que la
investigación debería extenderse a todos los corruptos con independencia de su
ideología. Al aceptarla, el PP ha hecho de la necesidad virtud, pues –dado que
está en minoría- le habría sido impuesta por los demás partidos. MR acordó con la Presidenta del
Congreso, Ana Pastor, la fijación del 30 de Agosto para el debate de
investidura, previéndose la primera votación al día siguiente y la segunda el 2
de Septiembre.
Pacto de investidura entre PP y Ciudadanos
Tras intensas negociaciones -en las
que tanto Cs como el PP han dado muestras de apertura y voluntad de compromiso-,
los dos partidos firmaron el pasado día 28 un Pacto de Investidura, al que se ha
incorporado Coalición Canaria (CC) –que cuenta con un diputado-, por lo que MR podrá
comparecer a la investidura con un respaldo de 170 votos, seis por debajo de la
mayoría absoluta. El pacto incluye “150 compromisos
para mejorar a España”, muchos de las cuales figuraban en el Pacto de
Investidura firmado en Febrero por Cs y el PSOE. Ambas partes han tenido que
hacer concesiones, pero el documento recoge la mayoría de los puntos básicos
defendidos por el partido de AR en materia de lucha contra la corrupción, regeneración
política, independencia de la justicia, mejora social, simplificación laboral y
reforma institucional. Se incluyen los puntos exigidos por Cs en materia de corrupción
y se adoptará una Ley integral contra la misma, que contenga la tipificación del
delito de enriquecimiento ilícito y la protección de los denunciantes. Se
vuelve al sistema anterior para la elección del Consejo General del Poder
Judicial -12 de cuyos miembros serán elegidos por los jueces-, se concederá una
mayor independencia del Fiscal General, se ampliarán las incompatibilidades a
los magistrados del Tribunal Constitucional y se obstruirán las “puertas
giratorias” de la política a la
justicia. Se incluye un Plan de Social, que prevé un complemento salarial para
las rentas más bajas, la igualdad de los permisos de maternidad y paternidad,
un plan de choque contra la pobreza infantil, la universalidad de la cobertura
de Sistema Nacional de Salud, la dación en pago para saldar deudas hipotecarias
y el compromiso de volver en el curso de la legislatura al nivel de gasto
público en materia de sanidad, educación y dependencia existente antes de la
crisis. Se incluye la recuperación del dinero dejado de percibir a raíz de la
última amnistía fiscal, que se dedicará a cubrir gastos sociales. En el ámbito
laboral, no se acepta el contrato único propugnado por Cs –al que también se
oponía CC-, pero se reduce a tres el número de contratos -definitivo, temporal
y de formación- y se modifica el régimen de trabajadores autónomos para dotarlo
de mayor flexibilidad y de nuevas ayudas. Se mantienen el Senado y las Diputaciones
–cuya desaparición pretendía Cs-, pero el primero se convertirá en una cámara
territorial “con funciones vinculadas con la articulación y cohesión de la estructura territorial del
Estado” y se disminuirá el número de senadores, y las segundas verán reducidos
su presupuesto y su aparato burocrático. Se propugnan Pactos Nacionales contra la Violencia de Género y
por la Educación ,
se paralizará el calendario de aplicación de la LOMCE y se revisará la Ley sobre Seguridad Ciudadana.
Se acuerda formar una Mesa de Trabajo de Expertos para impulsar la reforma de la Constitución. La
vigencia del Pacto queda supeditada a la investidura de MR como Presidente de
Gobierno. El acuerdo va más allá de un simple pacto de investidura y contiene
todo un programa de Gobierno, para cuya aplicación se requeriría una mayor implicación
de Cs en la gobernabilidad de España,
MR ha declarado que el PP y Cs han
cumplido con su misión y ahora hace falta que los demás partidos cumplan la
suya. Como ha comentado acertadamente “El
País” en un editorial, el pacto debería ser suficiente para permitir la
formación de un Gobierno que España necesita en estos momentos. Su razón de ser
es desbloquear la insoportable situación de interinidad en que ésta se
encuentra. Ante el horizonte de una nueva repetición de las elecciones, que
serían un desastre sin paliativos, considera que la investidura debe salir
adelante. Toca mover ficha al PSOE, en cuyas manos está que el acuerdo salga
adelante o fracase. Es hora de que la directiva socialista abandone el absurdo
encastillamiento en el que se ha situado. Sólo la debilidad y falta de
perspectiva de sus líderes puede explicar su incoherencia, al negarse
simultáneamente a abstenerse para evitar unas terceras elecciones y, a la vez,
descartar abrir negociaciones para pactar con Podemos (Ps) y los nacionalistas
la formación de un Gobierno alternativo, algo por lo demás tan imposible como inconveniente. “El Mundo”, por su parte, ha considerado
positivo el pacto y estimado que constituye un plan sustancial para la
regeneración política y el impulso económico. El PP ha asumido muchas
cuestiones de las que PS hizo bandera en su intento de investidura y no parece
razonable que los socialistas se opongan ahora a propuestas que entonces les
parecían importantes para los españoles o que rechazaran el acuerdo tachándolo sin
más de “continuista y conservador”. La pelota está en el tejado del PSOE, que
debe dar muestras de responsabilidad y de coherencia.
Empecinamiento del PSOE en su posición obstruccionista
Como ha destacado
AR, el Pacto recoge cien de las medidas acordadas entre Cs y el PSOE en su
Acuerdo de Investidura del pasado Febrero, por lo que es fundamental que se
ponga en marcha lo que avalaron los militantes socialistas, más -según Pachi
López- no hay nada en él que le haga cambiar la posición del partido. El
Presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se preguntaba dialécticamente
no ha mucho que a ver quién era el guapo que se oponía a la investidura de MR
si llegaba a un acuerdo con Cs y CC. La respuesta ha sido que ese guapo es el
jefe del PSOE, arropado por el desafinado coro de luenas, pachis y maritxeles.
Los manidos argumentos en pro del numantinismo negacionistas suena a “dejà vu, dejà entendu”, y no convence
ni a sus propios autores: la izquierda no tiene por qué ayudar a la derecha, no
vamos a apoyar lo que queremos cambiar, somos la única alternativa al PP,
permitir un Gobierno de MR equivaldría a condonar la corrupción y dejaría la
oposición en manos de Ps, nuestros militantes nos exigen que mantengamos el
voto negativo, tolerar un Gobierno del PP supondría la liquidación definitiva del
PSOE…Las diferencias programáticas entre los dos partidos son, sin embargo,
insignificantes. Como ha señalado, Pedro G. Cuartango, la política española no
está determinada por una lucha ideológica ni por concepciones antagónicas, sino
que depende en buena medida de los intereses personales. Los programas del PP,
PSOE y Cs son intercambiables en lo esencial, pero las diferencias entre sus
líderes son insalvables. PS ignora el sentir mayoritario de sus votantes, ya
que- según el último sondeo de Sigma-2, un 55% de ellos preferiría un Gobierno
del PP a la repetición de las elecciones, frente al 39.6% que opina lo
contrario. PS ha optado por instalarse en el NO para salvar su pellejo
político, afianzarse en el puesto de Secretario General y mantener el control
del aparato. La interinidad aleja hasta que se resuelva la crisis de ausencia
de Gobierno la celebración de un Congreso Federal en el que lleva todas las de
perder. En opinión de Manuel Lagares, tratar los adversarios como enemigos y
faltarles el respeto personal e institucionalmente sólo conducirá a que se
repitan las elecciones y se siga retrasando la formación de un Gobierno que
debería abordar importantes tareas y adoptar urgentes medidas económicas, lo
que es una auténtica locura que pone en grave riesgo el futuro de la economía
española.
Escasas posibilidades de formación de Gobierno
Para sondear la actitud del PSOE
tras los últimos acontecimientos, MR ha mantenido hoy mismo una breve
entrevista con PS, que éste ha calificado de “prescindible”, a lo que aquél le
ha replicado que “el diálogo por España
nunca es prescindible”. PS ha rechazado el pacto por “conservador y
continuista”, pues no rectifica las nefastas políticas nucleares del PP en los
últimos cuatro años, por lo que le ha dado motivos adicionales para que el PSOE
se ratifique en su negativa a abstenerse en el debate de investidura. MR le ha
insistido en que es urgente acabar con la actual situación de bloqueo y que
“desbloquear no es apoyar”, pero PS no se ha movido un ápice. Preguntado sobre cuál sería la actitud del
PSOE si -como cabe prever- fracasara la investidura de MR, se ha mostrado vago
y ambiguo, y no ha confirmado ni desmentido si liderará una alternativa en
coalición con Ps y los nacionalistas –que es lo que en el fondo ardientemente
desea, aunque se lo tenga vedado el Comité Federal-, o si cambiará su
posicionamiento. Ha afirmado que el proceso de investidura es dinámico y no
acaba el 2 de Septiembre, y que el PSOE “siempre estará en la solución”.
MR ha afirmado que, por sentido de
responsabilidad, va a seguir intentando alcanzar la investidura antes o después
de las elecciones del 25-S en Galicia y en el País Vasco, aunque reconoce que
el PSOE sigue teniendo la llave para hacerla posible. Tras los citados comicios
podrían cambiar en cierta medida las circunstancias. El Presidente de la Comunidad Valenciana ,
Ximo Puig, ha pedido “reflexión y debate” en el PSOE para evaluar su posible
abstención tras el anunciado fracaso de MR, opinión que es compartida por la
mayoría de los Presidentes autonómicos socialistas como Guillermo Fernández Vara
–Extremadura-, Emiliano García Page –Castilla/La Mancha-, Susana Díaz
–Andalucía-, Javier Lambán –Aragón- o Javier Fernández –Asturias-. Se podría
realizar en un Comité Federal a celebrar tras las elecciones autonómicas del
25-S, pero PS y su equipo no están por la labor y se resistirán a convocarlo.
Si el PSOE mantiene su negativa, no habrá más remedio que recurrir a unas
terceras elecciones el día de Navidad. PS cree que unos nuevos comicios
favorecerían al PSOE en detrimento de Ps, conforme a las predicciones de la
última encuesta del CIS y lo único que le preocupa es que no se celebren en
25-D -a cuyos efectos pretende modificar la Ley Electoral para acortar una
semana la campaña-, pero creo que peca de optimismo. MR también se siente
reforzado tras los resultados del 26-J y el Pacto de Investidura con Cs, que
han puesto de manifiesto su voluntad negociadora y su capacidad para llegar a
acuerdos con otras fuerzas políticas. Todas ellas tratan de evitar el estigma
de ser considerados responsables de la repetición de las elecciones, pero el
PSOE lo va a tener difícil por la actitud cerril adoptada por sus dirigentes –especialmente
PS- y su injustificado bloqueo de la formación de un Gobierno del PP tras el
acuerdo de investidura. Según el citado sondeo de Sigma-2, 39.6% de los
encuestados le echaría la culpa al PSOE, 24.7% al PP y 6.9% a Cs. Aún queda una remota esperanza de que el buen
sentido prevalezca finalmente entre los socialistas y que -tras los comicios
autonómicos del 25-S y con o sin PS al timón- el PSOE decida abstenerse y
permitir la investidura de MR en una segunda tentativa. En el colmo del absurdo,
los sondeos predicen que los resultados de unas incomprensibles y a todas luces
injustificadas terceras elecciones no variarían sensiblemente de los producidos
con anterioridad, por lo que seguiría requiriéndose el acuerdo entre varios
partidos para poder formar Gobierno. Como ha comentado con sorna Arcadi Espada,
lo peor de las terceras elecciones serían las cuartas.
Playa de Amposta, 29 de Agosto de
2016
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