domingo, 21 de abril de 2024

Derecho de legítima defensa de Ucrania frente a Rusia

DERECHO DE LEGÍTIMA DEFENSA DE UCRANIA FRENTE A RUSIA La académica Araceli Mangas es una magnífica profesora de Derecho Internacional con la que suelo coincidir en sus siempre bien fundadas opiniones sobre distintas cuestiones. Sin embargo, no estoy del todo de acuerdo con las conclusiones a las que llegado en su artículo sobre " Incursiones de Ucrania fuera de su territorio”, publicado el pasado día 4 en el diario “El Mundo”. Doctrina sobre la legítima defensa en Derecho Internacional La ONU tiene como uno de sus principales objetivos “mantener la paz y la seguridad internacionales y, con tal fin, tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz” (artículo 1-1). Los miembros de la Organización se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas (artículo 2-4). No obstante, ninguna disposición de la Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Estado miembro de la Organización, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales (artículo 51). Esta última disposición introduce una importante excepción al principio básico de prohibición del uso de la fuerza por parte de los Estados y consagra el derecho de éstos a su legítima defensa, siempre que -según Antonio Remiro en su manual de “Derecho Internacional”-. se cumplan los requisitos de necesidad, proporcionalidad, inmediatez y provisionalidad. El incumplimiento de cualquiera de estas condiciones puede desvirtuar la licitud de las medidas defensivas y hacer incurrir al Estado que las adopte en responsabilidad internacional. 1.-Necesidad: Este requisito fue claramente formulado por el Secretario de Estado norteamericano, Daniel Webster, frente a las alegaciones del Gobierno inglés de que había hundido el buque ”Caroline” en un puerto de Estados Unidos en legítima defensa. Según Webster, para que este argumento fuera admisible, el país que lo invocara debería demostrar que “hubo necesidad de una legítima defensa instantánea e irresistible, que no permitía la opción de otros medios, ni dejaba momento alguno de deliberación”. Este principio consuetudinario de “necesidad” fue corroborado por el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) en el asunto de las “Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua” (1986). 2.-Proporcionalidad: El derecho de legítima defensa puede ser ejercido frente a un ataque armado o una agresión, pero la acción defensiva deberá ser proporcionada a la naturaleza e intensidad del ataque, de modo que sea suficiente para desactivarlo. Se refiere al quantum de fuerza que el Estado atacado deba emplear para repeler el quantum de fuerza utilizado por el Estado agresor. La “proporcionalidad’ está en función no solo del tipo de fuerza comprometida, sino también de la finalidad de desactivar el ataque armado. Este principio fue asimismo confirmado por el TIJ en la citada sentencia relativa a Nicaragua. 3.-Inmediatez: La reacción el Estado agredido deberá ser inmediata al ataque o a la agresión. Como puso de manifiesto el TIJ en el asunto del bombardeo por parte de Estados Unidos de unas plataformas petrolíferas iraníes en el Golfo Pérsico, esta exigencia de ”inmediatez” no supone que Estado agredido tenga que contraatacar en horas 24 y el lapso temporal no debe apreciarse en términos absolutos. Mientras subsista el ataque armado o la ocupación de territorio -como ha ocurrido en el caso de Ucrania-, puede considerarse como inmediata la reacción militar del Estado agredido, a la luz del tiempo necesario para que éste pueda preparar su respuesta armada. 4.-Provisionalidad: La legítima defensa debe ser provisional y subsidiaria de la acción del Consejo de Seguridad. El Estado agredido deberá informar al Consejo para que éste tome las medidas necesarias y, cuando las adopte, deberá cesar su respuesta armada. El problema es que -como ha señalado Julio González Campos- el sistema de seguridad colectiva entró en crisis como consecuencia de la guerra fría y del esquema de bipolaridad en la sociedad internacional que siguió a la misma. Este sistema continúa inédito en lo concerniente a la aplicación del artículo 42 de la Carta, que permite al Consejo ejercer -por medio de fuerzas terrestres, navales o aéreas de sus miembros- la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales, debido al uso y abuso de los vetos cruzados de los miembros permanentes, que imposibilitan su normal funcionamiento. Para que Ucrania haya podido ejercer su derecho a la legítima defensa frente a la agresión rusa, se han cumplido los requeridos requisitos de necesidad, proporcionalidad e inmediatez. Tan solo no se ha dado el de provisionalidad por razones ajenas a la voluntad ucraniana. Dado que el Estado agresor es miembro permanente del Consejo de Seguridad y ha abusado de su derecho de veto, el Consejo ha sido incapaz de tomar las medidas necesarias para restaurar la paz en Ucrania y garantizar la seguridad internacional. Ante la forzada inacción el Consejo, el Estado agredido no pudo seguir esperando el santo advenimiento y tuvo que recurrir al uso de la fuerza en el ejercicio de su derecho inmanente a la legítima defensa. No existe una definición generalmente aceptada de lo que se entiende por ”ataque armado” o por “agresión”, hasta el punto que el Tratado de Roma de 1998 por el que se creó la Corte Penal Internacional, aunque estableció que uno de los delitos sobre los que ejercía competencia era la agresión, no fue capaz de definirla. La única definición existente fue realizada en 1974 por la Asamblea General, en su resolución 3314(XXIX), que no tiene carácter vinculante. Por ella se entiende, “el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”. Entre los supuestos específicos que menciona la resolución figuran a) la invasión de, o el ataque al, territorio de un Estado, o cualquier ocupación militar que resulte de dicha invasión o ataque, así como la anexión de la totalidad o parte de un territorio mediante uso de la fuerza; b) el bombardeo del territorio de un Estado o el empleo de cualesquiera armas contra el territorio de dicho Estado; c) el bloqueo de los puertos o de las costas de un Estado; d) el ataque contra las fuerzas terrestres, navales o aéreas de un Estado; y e) el envío de bandas armadas, grupos irregulares o mercenarios, que lleven a cabo graves actos equiparables a los ataques mencionados. Si se analizan los actos cometidos por las Fuerzas Armadas de Rusia contra Ucrania, se puede comprobar que aquélla ha realizado una agresión de libro y recurrido a todos y cada de los usos ilegales de la fuerza mencionados. En contrapartida, resulta evidente que Ucrania estaba plenamente legitimada para ejercer su derecho a la legítima defensa. Aunque el recurso a la fuerza esté prohibido en términos generales, la actuación de Ucrania entraba dentro de la excepción prevista en el Derecho Internacional consuetudinario y en la Carta de la ONU. Cómo ha establecido la Comisión de Derecho Internacional en su ” Proyecto de artículos sobre responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos”, “la ilicitud de un hecho de un Estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de legítima defensa, tomada de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas” (artículo 21). Según señaló la Asamblea General en su resolución 2625(XXV), una guerra de agresión constituía un crimen contra la paz, que -de conformidad con el Derecho Internacional- entrañaba responsabilidad internacional. Opinión de la profesora Mangas Mangas ha afirmado que era notorio que, tras la agresión armada de Rusia, la respuesta militar de Ucrania tenía su fundamento en la legítima defensa, y que dicha agresión había sido continuada de la invasión, la ocupación parcial y la anexión ilegal de los territorios ocupados. Ahora bien, este derecho a la legítima defensa solo podía ejercerse con un conjunto de límites objetivos y procedimentales, por lo que el Estado agredido no tenía un derecho ilimitado a usar la fuerza armada y uno de estos límites era el de la proporcionalidad, que exigía que la respuesta armada se limitara a poner fin a la agresión. Comprendía repeler los ataques rusos y organizar las contraofensivas necesarias para expulsar a la fuerza agresora del territorio ocupado. Hasta aquí estamos de acuerdo, pero ha añadido algo con lo que no lo estoy tanto. “Su derecho a usar la fuerza armada se circunscribe a la recuperación de la soberanía territorial perdida y a expulsar al Ejército invasor. No puede transformarse Ucrania en un invasor”. “No tiene derecho a llevar los combates de forma abierta en territorio ruso, atacando sus ciudades y, menos aún, entrando de forma creciente en su territorio. Puede perder la legitimidad de su acción y debería perder nuestro apoyo”. Sus aliados de la OTAN no le suministran sistemas militares de más de 300 km de alcance y si usara este material para atacar territorio ruso, convertiría a sus suministradores “en beligerantes y agresores y, en consecuencia, en legítimos objetivos militares para Rusia”. Ha señalado que se habían producido acciones armadas más allá de los frentes activos, tales como ataques a depósitos de combustible y de armas en zonas de territorio soberano ruso colindantes con el ucraniano, y sabotajes de las líneas ferroviarias por las que se transportaba material de guerra al frente ucraniano. La profesora ha observado que estas incursiones ucranianas “hasta cierto punto son proporcionadas y dentro del concepto legal de ventajas militares que reportan a un beligerante, tal como se prevé en el Derecho de la guerra, son admisibles si contribuyen de forma efectiva a la acción militar, cuya destrucción total o parcial, captura o neutralización ofrezcan, en las circunstancias del caso, una ventaja militar definida”. Ha comentado que Ucrania era consciente de que tales ataques podían ser ilegales al no estar amparados por su derecho de legítima defensa por llevarlos a cabo fuera de los territorios que tenía derecho a liberar. “Las acciones con objetivos extraños a la legítima defensa abonan el momento actual de preguerra hacia la guerra continental. Y concluía su artículo afirmando que “nuestra solidaridad busca ayudar a Ucrania dentro de la legalidad, sin escalar las hostilidades hacia una gran guerra europea”. Restricción del alcance de la legítima defensa Se han producido en la doctrina corrientes contradictorias tendentes ampliar o a restringir el alcance de la legítima defensa. De un lado, en la doctrina anglosajona -y especialmente en Estados Unidos- se ha elaborado la tesis de la “legítima defensa preventiva”, que supone la concesión de un cheque en blanco al Estado que la invocare. De otro, han surgido teorías que pretenden restringir el alcance de la misma, limitando de diversas formas su ejercicio. En esta vía se sitúa el artículo de Mangas con el que no concuerdo por las siguientes razones: 1.-La legítima defensa no puede limitarse a que el Estado agredido recupere el territorio ocupado y expulse al agresor tras producirse la agresión, pues eso restringiría su capacidad de resistencia. No cabe aplicar las reglas del juego infantil del ”pilla-pilla” , de que, cuando los jugadores lograban llegar a su “base” -cualquiera lugar en territorio ruso allende las fronteras con Ucrania- se encontraban a salvo y ya no se les podía tocar. Si se aceptara esa autolimitación, se correría el riesgo de que las tropas rusas -una vez reagrupadas y reconstituidas- volvieran a la carga. En cualquier caso, Ucrania no puede ser considerada como invasora cuando, sus acciones en el ejercicio de su derecho del legítima defensa puedan ir puntualmente más allá de la línea fronteriza. 2.-No hay motivos jurídicos o políticos que justifiquen la afirmación de que el teatro de las operaciones militares en el que Ucrania puede desencadenar sus acciones defensivas tenga que limitarse a su territorio, tal como ha sido internacionalmente reconocido. La concepción restrictiva de los supuestos en que opera la legítima defensa fue rechazado por el TIJ en el asunto de “Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua”, al mencionar que, en caso de legítima defensa, el ejercicio de tal derecho se encontraba sujeto a que el Estado concernido hubiera sido víctima de ataque armado. Según Remiro, “resulta generalmente aceptado que las medidas militares para repeler un ataque armado no tienen por qué terminar en la línea fronteriza, sino que pueden continuar hasta que razonablemente se entienda que no haya peligro para la integridad territorial anteriormente violada”. 3.- Mangas acepta que ,“hasta cierto punto”, algunos ataques en territorio ruso a depósitos de armas o de combustible y a transportes ferroviarios de tropas y material bélico rusos con destino al frente ucraniano podían ser proporcionados y, por tanto, resultarían admisibles si contribuyeran de forma efectiva a la acción militar. Yo voy bastante más allá y creo que semejantes ataques están plenamente justificados en todos los casos, y no solo dichos ataques, sino cualesquiera otros contra realizados contra las bases desde las que parten los injustificados ataques con artillería pesada o con misiles. Rusia puede, al parecer, bombardear en Ucrania -por tierra, mar y aire- objetivos civiles sin valor militar -hospitales, escuelas, bloques de viviendas, mercados, teatros o estaciones-, e infraestructuras básicas -centrales de energía, depósitos de agua, almacenes de alimentos, vías de comunicación y hasta presas- “quo nominor leo”, porque es el agresor, mientras que la agredida Ucrania tiene que limitar sus contraataques fuera de su frontera y a bombardear solo territorios propios y causar en ellos daños personales y materiales, que le está vedado hacer en el sagrado territorio ruso. Es como si en un combate de boxeo entre un peso pesado y un peso pluma, se le privara a éste de un guante y se le atara la mano a la espalda, y además el púgil ruso actuara de árbitro en la contienda. 4.-No es cierto que los suministradores de material y equipo militar o de combustible a los contendientes en un conflicto armado se conviertan por ello en beligerantes. Si tal fuera el caso, no solo los países miembros de la OTAN, sino China, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia, Turquía e incluso India serían beligerantes, lo que no es obviamente el caso. Los Estados tienen el deber moral de apoyar a un país que sea víctima de una agresión, entre otras formas mediante el suministro de material militar. Cuestión distinta sería que se enviaran tropas combatientes en ayuda del agredido y, de ahí, la torpeza diplomática de Emmanuel Macron al plantear la posibilidad del envío de tropas francesas a Ucrania. Vladímir Putin repite su mantra de que las relaciones entre Rusia y el bloque occidental se encuentran al borde de la confrontación directa, debido a la implicación de los países miembros de la OTAN en la guerra, aunque eso sea mera propaganda, pero que venga respaldada por la amenaza del recurso al arma nuclear. 5.-Hay otros elementos a tener en cuenta, aunque sean más controvertidos. Se trata del derecho de un Estado objeto de un acto ilícito internacional a recurrir a lo que se conoce como” contramedidas”, entre las que se encuentran las clásicas figuras de las retorsión y de la represalia, instituciones similares aunque diferentes. La retorsión es una medida legal adoptada por un Estado como reacción ante el acto ilícito cometido por otro Estado, que ha violado sus derechos, y también puede ser aplicada en el ámbito del Derecho de la guerra. Las represalias fueron definidas en 1934 por el Instituto de Derecho Internacional como las medidas coercitivas que constituyen una excepción a las normas ordinarias del Derecho de Gentes, adoptadas por un Estado a raíz de un acto ilícito cometido en perjuicio suyo por otro Estado, y que tienen por objeto imponer a éste, por medio de un daño, el respeto al Derecho. La diferencia entre las dos instituciones radica en que la primera es legal, mientras que la segunda puede ser ilegal. No voy a entrar en este escabroso tema, pues hay razones más que sobradas para oponerse a los criterios restrictivos de la legítima defensa, y no es necesario recurrir a ellas, por lo que me limito a apuntarlo. Si Rusia puede bombardear impunemente Kiev, Leópolis u Odessa ¿por qué no puede hacer lo mismo Ucrania con Moscú, San Petersburgo o Astrakan? 6) No creo que las supuestas acciones de Ucrania con objetivos extraños a la legítima defensa estén abonando el momento actual de preguerra hacia una guerra continental. Quien la está haciendo posible es la Rusia de Putin, que ha invadido ilegalmente a su pacífico vecino del sur, desafiado a Occidente y puesto en peligro los sistemas hasta ahora vigentes para salvaguardar la paz y la seguridad mundiales. Como ha declarado cinismo el portavoz ruso, Dimitri Peskov, la implicación de los países de la OTAN en la guerra de Ucrania ha llevado a “un nivel de confrontación directa”. Es obvio que Rusia es el principal -si no el único- responsable de esta situación y Occidente no puede ceder a su chantaje, como hizo cuando ésta ocupó Crimea y la anexionó. 7) Existen además argumentos de tipo psicológico de gran relevancia. El Gobierno de Putin y los medios de comunicación han hecho lo imposible para que el pueblo ruso ignore que Rusia está en guerra con Ucrania y que ha sufrido importantes derrotas en su fallida tentativa de apoderarse del país. Que el Iván de la calle vea a con sus propios ojos como caen bombas y misiles sobre distintas ciudades rusas, que destruyen depósitos de armamento o de combustible, así como edificios y medios de transporte, supone un desmentido a la afirmación del Gobierno de que la “operación especial” para impedir la invasión ucraniana de la madre patria ha sido un completo éxito. El fácil triunfo del motín del Grupo Wagner de Evgeny Prigozhin o el sangriento atentado yihadista contra el Crocus City Hall de Moscú han puesto de flagrante manifiesto las insuficiencias de los todopoderosos servicios de seguridad rusos y la vulnerabilidad del país. Como ha observado Nicolás de Pedro, que -en un Estado policial como Rusia- el FSB sea incapaz de abortar un ataque de esa magnitud, ponía en cuestión la imagen de estabilidad, eficacia y fortaleza que pretende transmitir el Kremlin. Los ataques testimoniales ucranianos en territorio ruso afectan muy adversamente a la moral del enemigo y ayudan enormemente a la lucha de Ucrania para la liberación de su territorio. Los países occidentales están de acuerdo de que -como ha declarado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel- “una derrota en Ucrania tendría efectos devastadores para Europa”. Como ha observado el secretario general de la OTAN, Jens Stontelberg, en la reciente celebración del 75° aniversario de la Alianza, la situación en el campo de batalla es difícil y Rusia está ejerciendo mucha presión en la línea del frente, ha movilizado más tropas y recursos, y se muestra dispuesta a sacrificar personal y material para conseguir la victoria en Ucrania. Ante esta gravísima situación solo caben dos opciones: facilitar de forma urgente la ayuda necesaria para que los soldados ucranianos puedan recuperar territorio ocupado, o dejar que Rusia avance y provoque una situación de muy difícil salida para Occidente. Los líderes occidentales son cada vez más conscientes de ello, pero ¿qué hacen para evitarlo? Entretanto, el armamento prometido -ya de por sí insuficiente al excluir el suministro de misiles de alcance superior a 300 kms para no molestar a Rusia más de lo necesario, como muestra la negativa de Alemania de facilitar los misiles crucero aire-tierra “Taurus”- está llegando a Ucrania con cuentagotas y la ayuda militar y financiera de Estados Unidos está bloqueada en el Congreso. El ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dimitri Kuleva -invitado especial a la ceremonia- manifestó que lo que necesitaba su país eran misiles “Patriots”, para poder interceptar los misiles enviados a diario por Rusia, que están destruyendo las infraestructuras del país y causando cientos de bajas. Si Occidente no pasa de las palabras a los hechos, Putin logrará su objetivo de acabar con el Estado ucraniano. Como ha afirmado el ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsberg, “sin entrega significativas de armas y garantías de seguridad reales, la gloriosa narrativa de unidad y solidaridad con Ucrania se debilitará y se irá acercando rápidamente al cinismo”. Hay mucha hipocresía detrás de tantas bellas palabras, pues -como reza el refrán castellano- “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Según ha afirmado el hasta hace poco embajador británico en España, Hugh Elliot, “Ucrania no solo está defendiendo su derecho a existir como país soberano y democrático, sino que está defendiendo el derecho de todas las naciones a vivir en libertad, sin miedo a la agresión”. Los países occidentales deben ser conscientes de esta realidad incuestionable y obrar en consecuencia, entre otras formas, facilitando al país agredido la ayuda que urgentemente necesita y permitiéndole que ejerza, plenamente y sin restricciones su inmanente derecho a la legítima defensa. Madrid, 11 de abril de 2024

50° aniversario del Instituto Cultural Español de Dublín

50° ANIVERSARIO DEL INSTITUTO CULTURAL ESPAÑOL DE DUBLIN Este año se celebra el 50° aniversario de la creación del Instituto Cultural Español de Dublín (ICD). Ni la Embajada de España en Irlanda, ni el Instituto Cervantes (IC), que absorbió el citado centro, han tenido a bien celebrar esta efeméride. Yo -que conocí y aprecié la meritoria labor de esta institución- me permito romper una lanza en su recuerdo. España es una potencia mediana en el ámbito político o económico, pero es una gran potencia en el plano cultural, por lo que siempre he creído que la diplomacia española debería centrarse especialmente en este terreno sumamente rentable, pero los distintos Gobiernos españoles no han compartido este criterio y han infravalorado esta maravillosa baza, hasta el punto de que el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuando por razones de origen económico-financiero tenía que reducir sus efectivos, la primera Dirección General que desaparecía era la de Relaciones Culturales. Instituto Cultural Español de Bagdad España ha descuidado la proyección exterior de su extraordinaria cultura y el Ministerio del ramo ha sido considerado como una ”María” en la que colocar a alguna ministra-florero, ha compartido funciones con la Educación y el Deporte, y en muchas ocasiones ha sido relegada al nivel de Secretaría de Estado. Su dotación presupuestaria siempre ha estado bajo mínimos. Pese a que el Convenio de Viena de 1961 sobre relaciones diplomáticas considera como una de las funciones básicas de las Embajadas el desarrollo de las relaciones culturales y científicas entre los Estados, los Gobiernos españoles aunque les encomiende el cumplimiento de esta función, no les facilita los medios suficientes para llevar a cabo su primordial tarea. De aquí que el ejercicio de la acción cultural en el extranjero dependa de la capacidad de los jefes de Misión y de su ingeniosidad para conseguir recursos para realizar esa acción cuando carezca de ellos. El establecimiento de Centros culturales en el extranjero fue, en muchas ocasiones, fruto de la iniciativa embajadores, agregados culturales o profesores, como en los casos de los Institutos Culturales de Bagdad y de Dublín. Instituto Cultural Español en Bagdad Cuando llegué a Irak como embajador en 1983, me encontré con la existencia de un pequeño Instituto Español (ICB) dirigido por un antiguo becario, Juan Casado, quien -junto con su mujer Mercedes- daba clases de español a los iraquíes. El Ministerio pagaba el alquiler del modesto local en el que estaba ubicado el Instituto y los sueldos de los profesores. El resto del personal -un tercer profesor, una secretaria-intérprete y un conserje- era retribuido con los ingresos proporcionados por las matriculas de los alumnos. La Embajada no tenía en su presupuesto dotación alguna para gastos culturales, pese a lo cual -de acuerdo con mis convicciones- dediqué buena parte de mi actividad a fomentar la acción cultural, para lo que conté con la colaboración del ICB. Potencié el “status” del Director nombrándolo Agregado Cultural Honorario y alenté la acción cultural. Establecí cordiales relaciones con el Director General de Artes Musicales, el cristiano caldeo Munir Bashir -reputado intérprete de laúd arábigo de fama internacional-, quien nos ofrecía gratis locales para los actos que organizaba la Embajada y nos prestaba su apoyo para superar los numerosos trámites burocráticos y administrativos. Gracias a su generosa ayuda, pudimos organizar anualmente unas Semanas Culturales Hispano-Iraquíes. Por otra parte, conseguí convencer a la Dirección General de Relaciones Culturales y al Instituto Hispano Árabe de Cultura (IHAC) de que incluyeran a Irak en el itinerario de los artistas que financiaba el Ministerio. Al principio se mostraron reacios ante el temor de aquéllos a actuar en un país en guerra, pero -a medida que veían que aumentaba la actuación cultural de la Embajada y que la situación en Bagdad era de relativa calma- colaboraron plenamente. En la I Semana se realizó una exposición-concurso de pintores iraquíes en homenaje a Picasso y a Miró -en la que se presentaron 104 obras-, y a los ganadores se les pagó un viaje a Madrid -gentileza de “Iraqui Airways”- para que participaran en la final del concurso organizado por eI lHAC en todos los países árabes. Se presentó un ciclo de películas de José Luis García Gómez, se ofrecieron conciertos de laúd por el propio Bashir, de piano por la iraki-armenia Beatriz Ohanesian, y de guitarra por Pablo de la Cruz. En la II, se celebró una exposición de “Grabados españoles de los siglos XVIII y XIX””, se proyectaron películas de Luis García Berlanga, Ohanesian dio un concierto de música española y actuó el grupo flamenco “Manolete y la Tolea”. En la III se presentó una exposición de fotografías sobre “Arte Árabe en España”, y una serie de films de José Luis Garci, actuó el ballet “Estampas de España” de Carmela Greco y hubo conciertos del Grupo Iraquí de Percusión, la Compañía de Música Bayarek y la Orquesta de Cámara Sumer, que ofreció un concierto de música española. Durante los cuatro años que estuve en Irak, actuaron allí los guitarristas Vicente Monje “Serranito”, Miguel Ángel Jiménez Arnaiz, Ignacio Flores, Manuel Cortés y Pablo García, los pianistas Antonio Baciero y Enrique Pérez de Guzmán, el Grupo de danza española de Carmen Cubillo y la Compañía “El Rapsoda” de Enrique Paredes. También dio una magnífica conferencia el escritor Antonio Gala. El ICB llegó a ocupar una posición central en la vida cultural iraquí, al mismo nivel que el Centro Cultural Francés o el British Council y todo ello sin que le costara ni un dinar a la Embajada. La actuación más original fue la organización de una exposición de “Grabados de ciudades españolas”, cuyos fondos procedían de la reproducción de grabados que había en la Cancillería, la Agregaduría Militar, el ICB y las casas de los miembros de la Embajada. Aunque se trataba de copias de grabados antiguos, dieron el pego y la exposición fue favorablemente acogida por la crítica local. También invité a la residencia a una amiga sevillana, la soprano Fuencisla Martín, y a su acompañante la pianista Marisa Arderius, que ofrecieron un recital de canciones españolas, sin que tuviéramos que pagarles el “cachet”, ni los billetes, que fueron regalados por “Iraqui Airways”. Con un poco de imaginación, se podía llevar a cabo una importante labor de acción cultural sin coste para el erario público. Instituto Cultural Español de Dublín Al cambiar de puesto, me encontré con que la situación en la Embajada en Irlanda no era muy diferente de la de Irak, solo que el Instituto Cultural Español de Dublín (ICD) estaba bastante más desarrollado que el de Bagdad, pues tenía bien implantado un sistema de enseñanza del castellano y además realizaba algunas actividades culturales. Ante la falta de presupuesto, tuve que seguir recurriendo al sistema del “sablazo ilustrado”, para que la Misión y el Instituto pudieran desarrollar una acción cultural digna de ese nombre. El ICD fue oficialmente creado en 1975 por iniciativa del entonces lector de Español del Trinity College (TCD), Antonio Sierra, que contó con el apoyo del embajador Joaquín Juste. Ese año, el ministro irlandés de Educación, Richard Burke, y el director general de Relaciones Culturales, José Luis Messía, inauguraron el Instituto en un chalet de un barrio residencial de Dublín cercano a la Embajada. El Ministerio pagaba los gastos de alquiler del local y los sueldos del director, la bibliotecaria y una secretaria. Los sueldos del resto del personal -entre 5 y 7 profesores, una secretaria de Inglés, un conserje y una limpiadora-, los gastos de gestión y la actividad cultural eran financiados con los ingresos obtenidos de las matrículas de los alumnos, que se incluían en una Cuenta de Ingresos Especiales, controlada por la Embajada y por el Ministerio. El número de alumnos fue gradualmente aumentando y pasó de 379 en 1987 a 950 en 1990. El ICD ofrecía un Servicio de Información Cultural bastante completo y otro más modesto de Información Comercial y Turística, y editaba cada mes el boletín “Spanish Cultural Institute News”, que reseñaba sus actividades e informaba sobre temas de interés para los profesores y estudiantes de Español, y para la comunidad hispánica en Irlanda. Contaba con un Centro de Documentación e Intercambios Culturales, que facilitaba a las universidades que contaban con Departamentos de Español -TCD, University College de Dublin, Galway y Cork, Dublin City University, e Instituto Nacional de Educación Superior (NIHE) de Limerick- y a cientos de escuelas y colegios periódicos, revistas, libros, filminas, discos y cintas magnetofónicas. Se ofrecieron asimismo clases de catalán, gallego y euskera, siempre que se lograra un mínimo de 10 alumnos, cosa que nunca se consiguió. A los pocos que mostraban interés, se les facilitaba la dirección de profesores nativos versados en dichas lenguas. A los alumnos que pasaban las pruebas exigidas se les facilitaba un Certificado de Español, que llegó a ser reconocido por el Ministerio de Educación. Se daba un premio anual al mejor estudiante de Español en todas las escuelas de Irlanda y se facilitaban los intercambios entre profesores y alumnos irlandeses y españoles. La difusión del Español llegó hasta los más recónditos rincones de la isla gracias a la labor del ICD. La actividad cultural del ICE se enmarcaba en el Convenio Hispano-Irlandés de Cooperación Cultural de 1980. El Instituto realizaba regularmente en sus instalaciones conferencias, proyecciones de películas y conciertos. Se proyectaba quincenalmente el video “España día” y una de las películas que remitía el Ministerio. Cada año se organizaba en el Museo de Arte Contemporáneo un concierto de guitarra en homenaje a Andrés Segovia y se patrocinó un ciclo sobre “Historia de la guitarra española”, en el que participaron guitarristas nativos como Alan Grundy, Simon Taylor o Luke Tobin. Lo primero que hice al llegar a Dublín a finales de 1987 fue nombrar al director del ICD agregado cultural honorario, lo integré en el equipo directivo de la Embajada y me interesé activamente en las actividades educativas y culturales del Instituto. Aproveché los buenos contactos que mantenía con los dirigentes de la Dirección General de Relaciones Culturales para pedirles que incluyeran Irlanda en las “tournées” de artistas por ella patrocinados, a lo que accedió. Me centré en la organización de actividades culturales especialmente con motivo de la celebración en 1988 del IV centenario de la Gran Armada, cuya presencia había tenido amplias repercusiones en Irlanda por el hundimiento en sus costas de 26 de sus buques. Con la colaboración del Instituto de Historia y Cultura Naval y del Museo Naval de Madrid, del Archivo de Simancas, del Museo Nacional de Irlanda y del Colegio de Maynooth organizamos una magnífica exposición sobre “La Marina española a finales del siglo XVI y relaciones hispano- irlandesas”, que fue exhibida en el Museo Cívico de Dublín, el University College de Galway, el “Stredagh Armada Museum” y el NIHE de Limerick. Asistí con el presidente de la República, Patrick Hillery, a la inauguración de un monumento en Stredagh en honor de los náufragos de la Gran Armada y patrocinamos la ”Ruta de Cuéllar”, capitán de la Armada que sobrevivió al naufragio de la fragata ”Latvia”. La Embajada organizó en Sligo, junto con UCD, un seminario internacional sobre “La Gran Armada, España y Europa”, durante el que se estrenó la cantata de Seoirse Bodely “Carta irlandesa”, inspirada en la misiva en la que Francisco de Cuéllar describió sus espectaculares peripecias en Irlanda. También participé en el cementerio de Galway en el homenaje del “Tercio Viejo del Mar Océano” a los 300 tripulantes de dos de los barcos de la Armada mandados asesinar por el gobernador inglés de Dublin Sir William Fitzwilliam, y a la inauguración de otros monumentos en Kinagoe Bay y en Dun Chaoin. Asistí al Festival de Arte de Ennis dedicado a la Gran Armada, donde se estreno la cantata de Michael O’Suilleabhain “Noches en los jardines de Clare”, y al de Kilkenny, donde Victoria de Los Ángeles ofreció un recital de canciones españolas y el grupo de Cámara “Hesperion-XX” un concierto sobre música española del siglo XVI. Participé con el Cardenal O’Fiaich en una reunión de la Academia de la Historia de Donegal asimismo dedicada a la Armada y co-presidí con el presidente de An-Post el lanzamiento de un sello conmemorativo que reproducía el navío “Duquesa de Santa Ana”. El ICD organizó un concurso literario sobre la Amada entre los escolares irlandeses. El plato fuerte de las celebraciones fue la estancia durante unos días en el puerto de Dublín del buque-escuela “Juan Sebastián Elcano”, a bordo del cual se celebró una mesa redonda sobre “La Gran Armada”, un concierto sobre música antigua española ejecutado por el Grupo de Cámara “Taller Ziryab”, y una multitudinaria recepción a la que asistió el “todo” Dublín. Asimismo se celebró por los muelles del río Liffey una inhabitual procesión de la imagen de la Virgen del Rosario, “La Galeona”, escoltada por los guardiamarinas españoles hasta la capilla del puerto, donde se celebró un solemne “Te Deum”. Fue una excelente tarjeta de presentación de la Historia y de la Cultura de España hasta entonces ignorada en Irlanda por culpa de la propaganda inglesa. Desde el momento en que presenté las cartas credenciales, congenié con el presidente de la República, que había nacido en Spanish Point, en cuyas costas se había hundido el galeón “San Marcos”. Su esposa Maeve había estudiado en el ICD y ambos simpatizaban con España. Me invitó a visitar su pueblo, cosa que hice con mi mujer Mavis, actuando de anfitriones la pareja presidencial. Hillery me contó que tenía un apartamento en Torremolinos donde pasaba las vacaciones y me dijo que quería aprender nuestro idioma para poder hablar con los policías que le servían de escolta. Me ofrecí a darle clases y, con este pretexto, nos reuníamos de vez en cuando a comer “de incógnito” en el Palacio presidencial o en la residencia de la Embajada. El ministro de Industria, Des O’Malley me invitó asistir en Limerick a al Fin de Semana Cultural que anualmente se celebraban en honor de la escritora Kate O’Brien, que había ido de joven a España como institutriz en casa de la familia Areilza, se prendó del país y escribió una biografía de Santa Teresa y varias novelas de inspiración española como “Mary Lavell”, “Farewell Spain” o “That Lady”. En 1989, las jornadas versaron sobre “Las vinculaciones de Kate O’Brien con España”, en las que yo di la conferencia inaugural y José María de Areilza -al que invite a la residencia- la de clausura sobre “Un retrato literario y personal de Kate O’Brien”. Se celebró asimismo un seminario acerca de” Conexiones literarias entre Irlanda y España”, una lectura de poemas españoles por la poetisa Nuala Ni Dhomhnaill, un recital de canciones hispanas por Eithne Ni Uallachail y un concierto de música española por el guitarrista Michael Smith. En la jornada del año siguiente se presentó la versión española de “Mary Lavelle”, traducida por la profesora de español de UCD, Maribel Folley. Durante mis cuatro años como Embajador pasaron por Dublín el escultor Eduardo Chillida y el arquitecto Rafael Moneo, los grupos musicales “Atrium Musicae”, “Taller Ziryab” y “Alia”, los pianistas Joaquín Achúcarro, Enrique Pérez de Guzmán y María Garzón, la arpista Marisa Robles, los guitarristas Miguel Bibiloni, Pablo de la Cruz, Ignacio Rodés y Agustín Maruri -en los conciertos en honor de Segovia-, los cantantes José Carreras, Victoria de los Ángeles, Leopoldo Rojas, Josefina Arregui y Pedro de la Virgen, y el Grupo de Danza Flamenca de Adolfo de Castro. El dueño del chalet en el que se encontraba el ICD arregló la planta semisótano y en ella se instaló un amplio espacio que denominamos pomposamente “Sala de Arte’92”, en el que se daban las conferencias y se hacían exposiciones como “El sueño de Andalucía”, “Sinografías”, “Arte y Trabajo”, “Colores”, “Granada”, “ Spanish Paintings” o“Escultura multiplicada”. El Instituto creó el Coro “Tomás Luis de Victoria” -dirigido por June Broker-, fundó, en colaboración con “Poetry Ireland" el “Círculo de Poesía Antonio Machado” -cuyo recital inaugural corrió a cargo de Jorge Padrón- y patrocinó la publicación del libro de Iain Mattew “Poems of the Spanish Mystics”. La guinda de la acción cultural “gratis et amore”, mediante el “sablazo cultural", fue la organización de una exposición sobre “Pintura y escultura española de vanguardia”. En 1989 visitaron Dublín mi compañero Álvaro Fernández-Villaverde -que estaba al frente de las relaciones internacionales del Banco Hispanoamericano- y otros altos cargos de la entidad y los invité a comer en mi residencia. Enterado de la gran riqueza pictórica del Banco, se me encendió el piloto de alarma y le pregunté a Álvaro si la institución prestaría a la Embajada algunas de sus obras para celebrar una exposición en Dublín. Me dijo que lo consultaría con la superioridad y la respuesta fue afirmativa. El BHA facilitó las obras, el Ministerio pago el seguro de los cuadros e Iberia su transporte, la Administración irlandesa cedió la sala de exposiciones de Kilmainhan, y el Allied Irish Bank co-patrocinó el evento con el BHA y cubrió todos los gastos de instalación, gracias mi amistad con su presidente, el ex-comisario europeo Peter Sutherland. La flamante presidenta de la República, Mary Robinson, inauguró la exposición, que fue uno de los hitos culturales del año, sin que le costara a la Embajada ni un centavo. Las mencionadas han sido tan solo algunas de las muchas actividades culturales que realizaron la Embajada y el ICD, pero ni el Instituto Cervantes -que absorbió a éste-, ni la Embajada en Dublín han tenido a bien celebrar su aniversario. Creación del Instituto Cervantes En 1989, el Gobierno español decidió crear el Instituto Cervantes (IC), siguiendo el modelo de otras instituciones similares como el “British Council”, la “Alliance Française” o el“Goethe Institut”, para lo que no pidió el parecer de las Embajadas, ni de los Institutos Culturales existentes. A finales de 1990 recibimos el proyecto de Ley constitutiva del Instituto, la Memoria y el Diseño curricular, junto con una carta del Director General de Relaciones Culturales en la que solicitaba la opinión de la Embajada. Como la Ley 7/91 había entrado en vigor el 23 de marzo, no tenía ningún sentido pronunciarse sobre su contenido, por lo que me limité elaborar unas “Reflexiones sobre la constitución del Instituto Cervantes y su incidencia sobre las Embajadas”, que remití el 4 y el 15 de abril en sendas cartas a los ministros de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y de Cultura, Javier Solana -que lo sustituiría poco después-, en las que les advertía de las insuficiencias de la Ley y sobre las negativas incidencias que podía tener sobre las Misiones en el exterior, así como de la urgente necesidad de tomar las medidas adecuadas durante el período transitorio para superarlas, mediante la redacción de su Reglamento. Según la Memoria, la Dirección del IC tenía por misión la “ planificación, diseño, coordinación y puesta en marcha de las actividades culturales que hayan de llevarse a cabo en los distintos centros Cervantes, en coordinación con éstos y con los Departamentos Ministeriales competentes”. Nada se decía sobre la coordinación con las Misiones diplomáticas y consulares, que tenían asimismo encomendadas la realización de actividades culturales. Por otra parte, parecía ser que el ICE sería absorbido por el IC, pero no se nos indicaba nada sobre el cuándo ni el cómo, pese a que había que planificar el curso 1991-1992. La Ley primaba la función educativa del Instituto sobre la cultural. Así, mencionaba entre sus fines, en primer lugar “promover universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del Español” y, en segundo lugar, “contribuir a la difusión de la cultura en el exterior” (artículo 2). Se adscribía el IC al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero nada se decía sobre cómo debería funcionar dicha adscripción o llevarse a cabo la acción exterior. Esta laguna tendría especial relevancia en las relaciones entre los Institutos y las Misiones en el exterior. Aunque el IC era una entidad pública, debería ajustar sus actividades ordenamiento jurídico privado, pero una institución de derecho público sin ánimo de lucro, que presidía el Rey y tenía como objetivo promocionar y difundir en el mundo la lengua y la cultura españolas, no debería ser gestionada como una empresa privada de tipo comercial. El ajuste de sus actividades al ordenamiento jurídico privado suponía que los Institutos en el exterior se situaban extramuros de las Misiones españolas, lo que llevaba aparejado la inaplicación a su personal del estatuto diplomático, la obligación de pagar impuestos, la sumisión a la diversidad normativa de cada Estado, la aplicación de normas pensadas por el funcionamiento entidades comerciales con ánimo de lucro, y la renuncia a la cobertura institucional de la Embajada para la realización de actividades culturales. Las disposiciones sobre el régimen aplicable al personal del IC eran sucintas, imprecisas e insuficientes, y creaban un ambiente de inseguridad jurídica. En mi Informe preguntaba cuál era la fórmula prevista para su incorporación, su régimen contractual, la adscripción a la Seguridad Social o la ley aplicable. No había sido previsto y el personal del IC quedaba sometido a las normas del Estado en el que desempeñarán sus funciones. La Ley concedía al IC amplísimas facultades para la acción cultural y dejaba poco espacio en la materia para las Misiones diplomáticas y consulares, por lo que existía el riesgo de que se produjeran interferencias entre las dos instituciones, al no quedar claramente delimitadas las competencias de uno y otras. Unos funcionarios del IC visitaron el ICD y consideraron que sus locales no estaban de acuerdo con la “’grandeur” que el nuevo Instituto pretendía tener y dijeron que había que buscar una nueva sede en un sitio emblemático de Dublín. El contrato de alquiler expiraba al año siguiente y nos indicaron que no lo prolongáramos. No les hice caso por fortuna, porque, luego vino el tío de Hacienda con la rebaja, y el maná presupuestario esperado se redujo considerablemente. El IC absorbió al ICD y menospreció su labor, estimando que había que partir de cero como si, hasta su llegada, no hubiera habido ninguna actividad educativa o cultural en Irlanda. Este talante explica su negativa a celebrar el 50° aniversario del ICD ¡A cada uno, lo suyo!

Ay Portugal por qué te quiero tanto

AY PORTUGAL POR QUÉ TE QUIERO TANTO El 10 de marzo se celebraron elecciones generales en Portugal, tras la dimisión el pasado 7 de noviembre del primer ministro, Antonio Costa, como consecuencia de un escándalo de corrupción, del que quedó finalmente exonerado. No obstante, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, no aceptó la propuesta de que se nombrara otro primer ministro socialista, que habría salido elegido dada la mayoría absoluta con la que contaba el PSP en la anterior legislatura. El encomiable gesto de dimitir salvó el honor personal de Costa, pero ha producido el hundimiento de su partido, que perdió medio millón de votos y un tercio de sus diputados. Resultados de las elecciones generales La participación en las elecciones generales de un 51.96% del pueblo portugués ha sido la más elevada desde 2015 y superado en seis puntos la participación en los últimos comicios legislativos de 2022. Se produjo un empate técnico entre el PSP y la coalición de centro-derecha Alianza Democrática (AD) -integrada por el Partido Socialdemócrata, el Centro Democrático Social-PP y el Partido Popular Monárquico-, con una diferencia de solo dos diputados y, aunque el PSP haya dilapidado su mayoría absoluta, ha logrado salvar los muebles. Escrutados los escaños que correspondía a los portugueses en el extranjero, la Asamblea quedó constituida de la siguiente manera: AD 81 diputados, PSP 79, Chega -partido populista de extrema derecha- 50, Iniciativa Liberal 8, Bloco de Esquerda 5, Coalición Democrática Unitaria -Partido Comunista y Verdes- y Livre 4, y Personas-Animales-Naturaleza (PAN) 1. Se ha producido el hecho anecdótico de que a las elecciones también se presentó el partido Alternativa Democrática Nacional (ADN), cuyas papeletas fueron confundidas por algunos con las de Alianza Democrática (AD), lo que ha supuesto a éste la pérdida de muchos votos, que podrían haberle permitido aumentar su diferencia con el PSP. Aunque la suma de los partidos de izquierda -PSP, Bloco, CDU y Livre- supere ligeramente a la de los partidos de derechas -AD e IL-, el previsible voto negativo de Chega les impediría alcanzar la mayoría absoluta. El presidente de Chega, André Ventura -el único que ha aumentado considerablemente su número de votos-, ha exigido la formación de un Gobierno de coalición, pero el líder de AD y presidente del PSD, Luis Montenegro, se ha negado en redondo. Durante la campaña electoral afirmó una y otra vez que no pactaría con el populismo y, tras las elecciones, ha corroborado que “nunca me haría a mí mismo, ni a mi partido, ni a mi país,la tamaña maldad de incumplir mi compromiso respecto a Chega”. Algunos de los partidos coaligados no comparten este criterio y preferirían formar un Gobierno con todas las derechas, que les daría una mayoría estable, pero Montenegro -que ha sido propuesto por Rebelo de Sousa como primer ministro- no está por la labor. Rebelo se ha mostrado contrario a proponer como primer ministro a otro miembro de AD que estuviera dispuesto a formar un Gobierno de coalición con Chega, por lo que esta vía parece cerrada. El flamante presidente del PSP, Pedro Nuno Santos, era consciente de la imposibilidad de formar un Gobierno de izquierdas, y dijo que, “si la alternativa fuera presentada por esta izquierda, sería rechazada por toda la derecha. Puesto que no tenemos mayoría, no nos compliquemos la vida”. En consecuencia, descartó cualquier intento de coalición con dichas fuerza. Dando muestras de ser un político responsable, ha afirmado que dejará gobernar en minoría a AD, mediante su abstención en la votación de investidura de Montenegro. Se ha mostrado abierto a cerrar pactos puntuales con el Gobierno en las materias en las que haya posibilidades de entendimiento y a negociar un “presupuesto rectificativo” para introducir en las cuentas públicas de 2024 ciertas mejoras necesarias, tales como la actualización de los salarios de los agentes de seguridad, los profesores y el personal sanitario. A última hora y ante el bloqueo provocado por Chega, AD y PSP han llegado a un acuerdo para compartir la presidencia de la Asamblea. Como ha señalado “El Mundo”, “Portugal arranca así una etapa política incierta, pero en la que aún se aprecia el sentido de Estado del partido que ha perdido las elecciones”. “Si non é vero, ben trovato» Jorge Bustos ha publicado en este periódico un delicioso articulo pleno de ironía, titulado “Pedro de España llama a Pedro de Portugal”, en el que narra una supuesta conversación telefónica entre los dos personajes, que -aunque haya sido inventada- podría muy bien haberse producido. Con la venia del escribidor, me voy a permitir reproducir aquí lo esencial de este jugoso coloquio. -“!Tocayo! Soy yo, Pedro de España ¿Cómo te va? -Hola presidente. Pues he tenido días mejores. Ha ganado la derecha y tiene derecho a gobernar. -Tú no has perdido: tú has quedado segundo. Yo he quedado segundo muchas veces y mírame. -He prometido no contribuir al bloqueo político y debo cumplir mi palabra en aras del interés general. -Qué cosas más raras decís los portugueses. Tu deber es cerrarle el paso al fascismo ¿No tuvisteis vosotros un Franco también? Pues eso. -Pero Montenegro no tiene nada que ver con Salazar. Él ha prometido que no gobernará con la extrema derecha y el PSP estará a la altura de este compromiso facilitando la alternancia. -Y dale con prometer ¿tú quieres mandar o dar conferencias sobre ética? Yo la única promesa que he mantenido es la de ‘no es no’ ¿qué parte del No no entiende Montenegro? -Pero presidente, el electorado nos ha castigado por la corrupción. Si encima ahora bloqueamos la gobernabilidad, mañana el castigo será mayor. -La corrupción no es un hecho, sino una interpretación. La verdad es la realidad. Antonio hizo el canelo y le hizo el juego al fascismo con su dimisión. ¿Se me ocurre a mí cesar a la presidenta del Congreso por cuatro millones? Si quieres ser como yo y desayunar lágrimas de facha, debes fortalecer a Chega. Todo el foco ahí. Necesitas que gobierne con Montenegro para, acto seguido, atacarle por extremista. Cuanto más empujes a la derecha hacia la extrema derecha, más moderado parecerás tú y ganarás cuando caiga el Gobierno. -Pero la estabilidad de Portugal… -La estabilidad es otra forma de fascismo. -Pero le he dado mi palabra al presidente Rebelo. -Y yo le dije al Rey Felipe que no haría la amnistía. Cosas que se dicen y que la gente olvida ¿No tienes periodistas en nómina? ¿No puedes echar abajo un par de monumentos de la dictadura o abrir alguna fosa? ¿Ningún separatismo puede echarte un cable? Los portugueses no llevamos bien la polarización. Hicimos una revolución con claveles, recuerda. Me estás cabreando, Nuno. Te estoy revelando el secreto del éxito político: mi fórmula particular para la división. Puedes hacerme caso o pasarte cantando fados el resto de tu vida”. Civismo de los portugueses Muchos españoles tienen un curioso complejo de superioridad, que les lleva a considerarse por encima de los portugueses, lo cual es rotundamente equivocado. Los portugueses pueden homologarse con los españoles y, en algunos aspectos -como el político- son muy superiores y les dan ciento y raya. Puedo prestar mi testimonio personal de lo afirmado, tras mi experiencia en Lisboa como Consejero Cultural de la Embajada de España en 1975-1976, y en Oporto como Cónsul General en 2002-2006. Pasé por situaciones muy desagradables y traumáticas en Portugal, tales como insultos, amenazas, intentos de agresión, explosión de bombas, ataques a la Embajada y asalto y parcial destrucción de la residencia del Embajador a finales de septiembre de 1975. Conservo grabaciones de las amenazas de muerte lanzadas contra los españoles desde la TV portuguesa y del asalto al Palacio de Palhavá por la turba liderada por comandos de ETA y del GRAPO -transmitido por Radio Club Portugués como si fuera un partido de fútbol-, y filminas del estado en que quedó la residencia tras dicho asalto. Estuve más de dos horas encerrado con mi familia y las de los demás compañeros de la Embajada en un avión que había sido enviado desde España para repatriar al personal, porque los controladores no daban la salida al aparato, y consciente de que había en el aeropuerto de Lisboa comandos terroristas con aviesas intenciones. Cuando al final pudimos regresar de madrugada al aeropuerto de Barajas, mi Embajador, Antonio Poch -que acababa de perder en el incendio de la residencia todas sus pertenencias, incluida su espléndida biblioteca- tuvo la grandeza de espíritu de exculpar al Gobierno portugués de haber estado directamente involucrado en los ataques, ya que había sido víctima de su debilidad y de su falta de autoridad, y al pueblo portugués, ya que había sido solo una ínfima minoría la que había participado en los asaltos, instigada por el odio hacia España difundido por los medios de comunicación. Me admiraron sus generosas declaraciones, que en esos momentos dramáticos no compartía plenamente, pero más tarde comprendí que llevaba razón. Debido a la tremenda presión antiespañola realizada por los grupos izquierdistas más radicales, parte del pueblo portugués sufrió un proceso de enajenación mental transitoria, que le llevó a conductas totalmente ajenas a su natural temperamento. Afortunadamente fue un periodo de corta duración. Portugal tuvo la habilidad y la suerte de ser admitido en la OTAN desde su creación en 1949, a pesar de sus escasas credenciales democráticas. Según José Antonio Martín Pallín, en su artículo “!Ay Portugal, por qué te quiero tanto!” -publicado en”Infolibre”-, ello permitió a sus militares mantener contactos regulares con sus colegas occidentales, que influyeron en su preparación profesional y en su mentalidad política, dotándolos de una cierta cultura democrática, que -sumado a los traumas de las guerras coloniales- fueron el germen que prendió en los mandos intermedios del Ejército el Movimiento que encarnaron los “capitanes de abril”, que realizaron el golpe militar menos sangriento de la Historia. El Movimiento da Fuerzas Armadas (MFA), liderado por Ernesto Melo Antúnez, colaboró activamente con el PSP de Mario Soares para facilitar el gradual acceso de Portugal a la democracia. En claro contraste con el pueblo español, el pueblo portugués es poco agresivo, conciliador y pactista, huye de la confrontación y busca el entendimiento. Durante la revolución de los claveles que supuso el paso de las dictaduras paternalistas de Salazar y Caetano a un régimen democrático, solo se produjeron tres víctimas: un policía por un infarto, y dos soldados que se habían escaqueado al bombardearse un cuartel cuando se suponía que sus efectivos estaban de maniobras, ¡Igual que en la Guerra Civil española! Los portugueses son moderados y más bien conservadores, y tienen un gran olfato político, como puede comprobar “in situ” durante las primeras elecciones democráticas celebradas en el país. Los autócratas portugueses habían laminado la oposición y, en el momento de producirse el cambio de régimen, tan solo existía un partido político bien organizado que actuaba en la clandestinidad: el Partido Comunista Portugués, de corte estalinista, liderado por Alvaro Cunhal. Tras la revolución “dos cravos” y la legalización de los partidos, fue sorprendente la rapidez e intensidad con las que expandió su influencia en todas las instituciones de la nación: sindicatos, ayuntamientos, universidades, medios de comunicación e incluso Fuerzas Armadas, llegando a controlar la famosa V División. Hubo un momento el que tenía la impresión de estar viviendo en un país de la Europa oriental. Esto les hizo confiarse y aceptar la celebración de unas elecciones libres y democráticas un año después del golpe del 24 de abril. El Servicio de Información del MFA realizó una amplia campaña para sondear la opinión de los ciudadanos. Como la mayoría de los encuestados contestaron astutamente que no sabían a quién votarían, los organizadores de los sondeos interpretaron que el “no sabe/no contesta” equivalía a un apoyo al Movimiento y a las fuerzas de izquierda. El pueblo abandonó su tradicional actitud abstencionista y acudió en masa a las elecciones, con una participación del 91.7%, y votó de forma impecable a quien debía votar. Pese a su talante conservador, comprendió que en ese momento no era de utilidad votar a los partidos conservadores, por lo que centró sus votos en el PSP (37.87% de los votos y 116 escaños) y en el centrista Partido Popular Democrático (24.39% y 81) . El PCP solo obtuvo, para su sorpresa, 12.46% de los votos y 30 diputados, colocándolo los electores en su sitio. A diferencia de lo que ocurre en España, el pueblo portugués mira hacia el futuro y no hacia el pasado, y su Gobierno no ha tenido necesidad de promulgar leyes de memoria histórica o democrática -que no son ni una cosa ni la otra-, y ha tratado de restañar las heridas del pasado, sin necesidad de pasar facturas atrasadas al Estado Novo, ni resucitar cada lunes y cada martes el fantasma de Salazar. No ha discriminado a presuntos salazaristas o caetanistas, ni a sus herederos. Así, por ejemplo, Rebelo -que es una de las personas de mayor prestigio en Portugal- era hijo de un prohombre del salazarismo. Por otra parte, Portugal no ha sufrido -como España- el lacerante problema del nacionalismo y del independentismo. Las comparaciones son odiosas Pese a su absurdo complejo de superioridad, España tiene mucho que aprender de Portugal, sobre todo en el aspecto político. En el ámbito partidario, el PSOE -pese pertenecer a la Internacional Socialista, presidida por el ex-socialista Sánchez- se parece al PSP como un huevo a una castaña. Ambos partidos transitan por vías paralelas a estilo Plutarco hasta encontrarse en el infinito de la revolución proletaria universal profetizada por Carlos Marx. Aunque esté feo señalar, merece la pena hacer una breve comparación entre los dos partidos hermanos. 1.-Los partidos portugueses tienes sentido de Estado y, a pesar de sus diferencias políticas e ideológicas, son capaces de pactar por el interés general del país. Cuando se rompió la coalición del PSP con la extrema izquierda -la “jeringonça”- el principal partido de la oposición apoyó la aprobación de los presupuestos generales. Como dijo su líder, Rui Rio, “yo no estoy cooperando con el PSP, estoy cooperando con el Gobierno de Portugal, en nombre de Portugal”. Los partidos españoles, pon el contrario, suelen anteponer sus intereses partidistas al interés general del Estado. 2.-En la noche del 10-N, Pedro-B reconoció la derrota del PSP y se apresuró a felicitar al ganador de las elecciones. En la noche del 23-J, Pedro-A no reconoció la derrota del PSOE, sino que exclamó entusiasmado en Ferraz que había ganado las elecciones. No solo no se dignó a felicitar al ganador, sino que se dedicó a insultar a Feijóo y al PP. 3.-Pedro-B ha decidido que su partido se abstenga para que AD pueda gobernar en minoría. Pese a haber quedado en segundo lugar en las elecciones generales, Pedro-A se negó a que su partido se abstuviera para permitir que la derecha ganadora de las elecciones pudiera gobernar y se produjera una alternancia democrática de poder, y formó a tales efectos un Gobierno Frankenstein-2. Según anunció en su discurso de investidura, el principal objetivo de su Gobierno era construir un muro para dejar al fascismos “extra muros” de la política. 4.-Pedro-B se ha mostrado dispuesto a concluir pactos de Estado con el Gobierno de AD y a apoyar una modificación de los presupuestos generales, y ha llegado a un acuerdo para que el PSP comparta con AD la presidencia de la Asamblea. Pedro-A ha excluido la posibilidad de firmar pacto alguno con el PP y pactado con los enemigos de España a un alto coste la presidencia del Congreso para Francina Armengol, que ha dado constantes muestras de su sectarismo y falta de neutralidad. 5.-El anterior primer ministro portugués, Costa, presentó su dimisión en cuanto surgieron indicios de corrupción en el seno de su Gobierno. Pedro-A está envuelto hasta las cejas en el pavoroso caso de corrupción “Koldo-Ábalos-PSOE”, en el que se encuentran implicados la presidenta del Congreso, varios miembros de su Gobierno, altos cargo del partido y hasta su propia consorte, y -en vez de dimitir como su colega o destituir a los autores o colaboradores de la estafa- exige la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por haber cometido el grave delito de ser la pareja de un ciudadano particular que tiene problemas con el Fisco. 6.-El anterior Gobierno del PSP siguió una exitosa política económica y fiscal, al reducir impuestos, atraer inversiones y garantizar la seguridad jurídica de las empresas, lo que ha provocado que muchos empresarios y ciudadanos españoles crucen la raya y se refugien económicamente en Portugal. El Gobierno de Pedro-A está crujiendo a impuestos a los empresarios y ciudadanos españoles, y provocando una notoria inseguridad jurídica, que está afectando adversamente a la inversión en España…. . Me preocupó enormemente la deriva de Portugal hacia el comunismo y temía que se produjera un contagio en España, donde también estaba bien implantado el PCE. Aunque estimaba-y sigo estimando- que los diplomáticos en activo no deberían involucrarse directamente en la política, prescindí a conciencia de esa opinión por una vez y fui uno de los cofundadores del antiguo Partido Popular -que constituyó el núcleo principal de la Unión de Centro Democrático-, y me impliqué activamente en el transcendental proceso de la Transición, en la medida de mis modestas posibilidades. El pueblo de Portugal es en muchos extremos ejemplar y de él debería aprender muchas cosas el español. Los portugueses están bien formados y educados, son corteses, amables, cultos y hospitalarios, participan del orgullo de vivir en paz, no se empecinan en el rencor y respetan al disidente. Carece del espíritu cainita que abunda entre los españoles. De ahí que sienta por él admiración y respeto. Los portugueses tienen además unas grandes dotes diplomáticas. Solía decirse que, en los enfrentamientos interpeninsulares, España ganaba las guerras y Portugal las paces. Un buen ejemplo lo constituyen las vicisitudes de la colonia de Sacramento entre Brasil y Argentina. Otra muestra más reciente es la de la famosa foto de la reunión de las Azores de 2003, en la que aparecían Georges Bush, Tony Blair, José María Aznar y José Manuel Durao Barroso. Se habló mucho de los tres primeros, que fueron ampliamente criticados, pero apenas se criticó a Barroso, que fue el anfitrión de la Conferencia. No son perfectos, por supuesto y -por mencionar algunos de sus defectos- cabe citar su grandilocuencia y pomposidad -recuerdo el cartel colocado sobre un viejo cañón de la fortaleza de Elvas, que rezaba, “si este cañón tronara, España temblaría”-, su excesiva anglofilia como contrapeso a su antiespañolismo -no tanto hacia España como contra Castilla, su gran enemigo histórico-, su desconfianza hacia lo español –“De Espanha, ni bon vento, ni bon casamento”-, su absurda negativa a mejor comunicarse por vía terrestre con España, sus continuas quejas victimistas sobre el abuso español de las aguas transfronterizas, cuando se llevan la mejor parte de los ríos…. Nada grave y, en el balance, prevalece el Haber sobre el Debe. Por eso -al igual que Martín Pallín- he titulado de este artículo “Ay Portugal, por qué te quiero tanto”, siguiendo la letra de una popular canción estudiantil, que cantaba con la Tuna de Sevilla, y que fue incorporada por Celia Gámez a la revista “La hechicera en palacio”, interpretada por Concha Velasco. Solo me cabe esperar que mi amor por Portugal sea correspondido.

El Parlamento Europeo consagra el inexistente derecho al aborto y promueve la cultura de la muerte

EL PARLAMENTO EUROPEO CONSAGRA EL INEXISTENTE DERECHO AL ABORTO Y PROMUEVE LA CULTURA DE LA MUERTE El pasado 11 de abril, el Parlamento Europeo adoptó -por 336 votos a favor, 163 en contra y 39 abstenciones- una resolución por la que recomendaba a la Comisión Europea que incluyera en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE una disposición que considere el aborto como un derecho fundamental. El presidente francés Emmanuel Macron ya había hecho con anterioridad una propuesta en este sentido, que no prosperó al no lograrse la unanimidad requerida, por lo que decidió introducir en la Constitución francesa dicha disposición. Reconocimiento del aborto como un derecho fundamental en la Constitución francesa En 1975, el Gobierno francés promulgó la “Ley Veil”, que autorizaba el aborto en determinadas circunstancias. En 2022, la Corte Suprema de Estados Unidos derogó en su sentencia “Robbs v/Jacson” el fallo “Roe v/Wade” de 1973, que permitió a las mujeres estadounidenses interrumpir el embarazo y abrió la vía a que cada Estado federado pudiera legislar sobre el tema. Muchos de ellos así lo han hecho y sus Cortes Supremas han prohibido o restringido el derecho al aborto, lo que ha preocupado a Francia y Macron decidió blindar el derecho al aborto al incluirlo en la Constitución, ante la eventualidad poco probable de que el país galo siguiera el ejemplo americano. Según el primer ministro, Gabriel Attal, medio siglo más tarde, Francia hacia justicia a Simone Veil y a su legado. “Vuestro cuerpo os pertenece y nadie tiene derecho a disponer de él. Tenemos una deuda moral con esas mujeres, las que han sufrido e incluso muerto por haber intentado ser libres. Hoy podemos cambiar el curso de la Historia”. El 4 de marzo el Congreso y el Senado acordaron -por 780 votos a 72 y 50 abstenciones- redactar cómo sigue el artículo 34 de la Constitución: “La ley determina las condiciones en las que se garantizará a la mujer la libertad de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”. El Rassemblement National de Marine Le Pen -un partido con un sustrato católico- ha apoyado la propuesta por el respeto al principio republicano de laicidad y por temor al confesionalismo del islam. Según el profesor de Derecho Constitucional Víctor Vázquez, los “lepenistas" han exhibido sus credenciales como la gran fuerza republicana de la derecha. En la nueva redacción del artículo se ha empleado el término “libertad” en vez del de “derecho", y no supone el vaciamiento de la protección al "nasciturus”, cuya vida en formación sigue siendo un bien jurídico que también ha de ser tomado en cuenta por el legislador “La reforma no ha consagrado una libertad absoluta de la mujer” en el ámbito del aborto, sino que ha constitucionalizado su ejercicio. Debate en el Parlamento Europeo En el debate celebrado en el Parlamento Europeo (PE) el pasado 14 de marzo, los eurodiputados proabortistas -socialistas, liberales, verdes e izquierdistas- aprovecharon el precedente de Francia para extender a toda la UE la consideración del aborto como un derecho fundamental. La diputada española Eugenia Rodríguez Palop afirmó que la Unión tenía una deuda con las mujeres porque toleraba que la competencia nacional sobre la salud dificultara el aborto. Según la diputada danesa Karen Melchor, decidir sobre su propio cuerpo era un derecho fundamental de la mujer, que no sería posible ejercer si no se reconociera el derecho al aborto. Para el diputado francés Stéphane Séjourné, había que garantizar a las mujeres que un juez no pudiera impedir un aborto. Esta cantinela ha resultado aceptable para los miembros de la Comisión Europea que se mostrado dispuesta a garantizar que “los derechos reproductivos de las mujeres son una parte integral de los derechos humanos”. Así, la comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, afirmó que los Estados miembros deberían respetar los derechos establecidos en las Constituciones y en los tratados internacionales sobre el derecho de los ciudadanos a un debido tratamiento médico que incluía la salud reproductiva. La resolución propuesta era consistente con el enfoque de la Comisión Europea sobre el aborto, como parte de la salud y de los derechos sexuales y reproductivos, que estaban en el centro de la igualdad de género, y que la falta de acceso al aborto seguro y legal podía afectar a varios derechos fundamentales, incluida la dignidad humana y la integridad física y psíquica de la persona. En su reunión del 11 de abril, el PE adoptó -por 336 votos a 163 y 39 abstenciones- una resolución que afirmaba que el aborto constituía un derecho fundamental, instaba a los Estados miembros a que despenalizaran completamente el aborto y a Malta y a Polonia a que derogaran las normas que lo prohibían o restringían, y recomendó al Consejo Europeo que modificara la Carta de Derechos Fundamentales para incorporar en ella los derechos sexuales y reproductivos, incluido “el derecho al aborto seguro y legal”. Instruía a la Comisión a que no financiara a asociaciones pro-vida y pro-familia, diera más apoyo financiero a las asociaciones e iniciativas abortistas, y les prestara respaldo político. Restringía el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales de la salud, exigía que los procedimientos y métodos para abortar se incluyeran de manera obligatoria en los planes de estudios de las Facultades de Medicina, e instaba a la UE a que asumiera como prioridad clave en sus negociaciones imponer el reconocimiento del aborto como un derecho. Se trata de un catálogo de disparatadas recomendaciones, contrarias al derecho interno de algunos Estados miembros y al Derecho Internacional, que provocan vergüenza propia y ajena. El tema no entra dentro de las competencias de la UE, ya que corresponde el ámbito doméstico de cada Estado. La recomendación, supondría una reforma de los Tratados de la Unión, para lo que se requeriría la unanimidad de sus componentes. Hungría, Malta y Polonia se han opuesto hasta ahora a estas propuestas, si bien puede que ésta- tras el cambio de gobierno- flexibilice su postura al respecto, y Donald Tusk ha anunciado que presentará una ley para legalizar el aborto. Pero una cosa es despenalizar el aborto en determinadas circunstancias, e incluso legalizarlo plenamente mediante una Ley de plazos, y otra distinta considerarlo como un derecho fundamental e incluirlo como tal en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Normativa española Según el artículo 15 de la Constitución, “todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral”. El uso del vocablo “todos” -en contraste con el de “toda persona” empleado en los demás artículos relativos a los derechos fundamentales- no es casual, sino que fue incluido a propósito por los constituyentes para que -ante la disparidad de criterios sobre si el feto era o no persona- quedara bien sentado que el no-nato también tenía derecho a la vida. La Ley Orgánica 9/1985 despenalizó el aborto en los supuestos de malformación del feto, violación de la madre, y grave riesgo para la salud física o mental de la misma. La LO 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo –“Ley Aído”-, introdujo un cuarto supuesto de despenalización, cual era el de la eliminación del feto durante las primeras 14 semanas del embarazo. Pese a que dicha Ley afirmara que el aborto era un derecho de la mujer, la normativa vigente establecía lo contrario, ya que -según el artículo 145 del Código Penal- “el que produzca el aborto de una mujer, con su consentimiento, fuera de los casos permitidos por la ley, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años”, y “la mujer que produjere su aborto o consintiere que otra persona se lo cause, fuera de los casos permitidos por la ley, será castigada con la pena de multa de seis a veinticuatro meses”. La propia Ley reconocía de forma implícita que el aborto no era un derecho, cuando establecía unos plazos para su realización. Ninguna mujer podrá abortar un feto después de la semana 14 de su embarazo, porque -a partir de ese momento- el feto tenía derecho a la vida, y dicho derecho prevalecía sobre el de la madre a quitársela. Los legisladores han confundido el derecho de una mujer disponer de su cuerpo, con el de disponer de una parte de su cuerpo que tiene vida autónoma y es, por consiguiente, titular de derechos. Si el aborto fuera un derecho absoluto de la mujer, ésta podría realizarlo en cualquier momento anterior al parto, sin necesidad de someterse a ningún límite de plazos. En el supuesto del aborto se produce un conflicto de derechos: el de la embarazada a disponer de su cuerpo -y, en consecuencia, a desembarazarse del feto a su libre albedrío- y el del “nasciturus” a llegar al mundo. Como dictaminó el Tribunal Constitucional (TC) en su sentencia 53/1985, “los derechos de la mujer no pueden tener primacía absoluta sobre la vida del nasciturus, porque dicha prevalencia supone la desaparición, en todo caso, de un bien no solo constitucionalmente protegido, sino que encarna un valor central del ordenamiento constitucional”. Por la LO 1/2023, que modificó la LO 2/2010 –“Ley Montero”- se reforzó el supuesto derecho absoluto al aborto al establecer que se “podrá interrumpir el embarazo dentro de las 14 primeras semanas de gestación a petición de la mujer embarazada” (artículo 14), y que los poderes públicos garantizarán “la provisión de servicios de la más alta calidad posible durante la interrupción del embarazo” (artículo 7-bis). Preveía que todas las personas podían adoptar libremente decisiones que afectaran a su vida sexual y reproductiva, “sin más límites que los derechos derivados del respeto a los derechos de las demás personas” (artículo 3-1). Esta cláusula no suponía, sin embargo, ninguna garantía porque ignoraba los derechos de las personas aún no nacidas. La Ley autorizaba a las niñas mayores de 16 años y a las discapacitadas a abortar sin necesidad de la autorización de sus padres o representantes legales, y restringía el ejercicio de la objeción de conciencia del personal sanitario, al limitarlo a los que estuvieran directamente implicados en el aborto, y al requerir a los objetores una comunicación con antelación y por escrito -y su inclusión en un registro intimidatorio-, y “sin que el ejercicio de este derecho individual pueda menoscabar el derecho humano a la vida, la salud y a la libertad de las mujeres que decidan interrumpir su embarazo” (artículo 19 bis-1). Suprimía la exigencia de información previa obligatoria a las embarazadas y el requerido plazo de reflexión de tres días. En su primera sesión en 2023, la mayoría “progre” del TC presidido por Cándido Conde-Pumpido despachó en 24 horas y en una “faena de aliño” el recurso presentado por el PP contra la Ley Aído, que había dormido el sueño de los justos durante 13 años. Tras impedir arbitrariamente la abstención de la magistrada Concepción Espejel y condonar la participación de tres magistrados que habían estado involucrados en la cuestión del aborto -Juan Carlos Campo, Inmaculada Montalbán y el propio Conde-, por lo que deberían haberse abstenido, el Tribunal blanqueó la citada Ley y la declaró plenamente constitucional, rechazando los impecables argumentos expuestos en la sentencia de 1985, sin fundamentar suficientemente su decisión. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha afirmado que había que garantizar el derecho al aborto en el seno de la UE, confundiendo -como ha observado José Ignacio Benavides- el derecho al aborto con el aborto de los derechos. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, se ha lanzado en tromba contra una enmienda presentada por Italia al Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia por estimar que permitiría involucrar a organizaciones de la sociedad civil en los servicios de consulta relacionados con el aborto, en un intento de la derecha italiana de presionar a las mujeres que deseaban abortar. La ha puesto en su sitio la ministra de Familia, Eugenia Roccella, al explicarle que se trataba de la reproducción de un artículo de la Ley italiana de Aborto que prevé la posibilidad de que los Centros de Salud se valgan de la colaboración de asociaciones civiles, y le ha sugerido que procure informarse sobre el contenido de las leyes extranjeras antes de criticarlas. Normativa internacional Según la Declaración Universal los Derechos del Hombre de 1948, “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (artículo 3), y -de conformidad con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966- “el derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente” (artículo 6). El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos de 1950, establece que “el derecho de toda persona a la vida está protegido por la Ley. Nadie puede ser privado de su vida intencionadamente” (artículo 2). Ningún Convenio sobre derechos humanos reconoce el aborto como un derecho. Por el contrario, el derecho a la vida es reconocido y protegido en diversos tratados, como la Convención de 2006 sobre los Derechos del Niño, que reconoce a éste el derecho intrínseco a la vida (artículo 6) y estima que necesita protección y cuidados especiales “tanto antes como después del nacimiento” (preámbulo). La Conferencia de El Cairo de 1994 sobre Población y Desarrollo se comprometió a ayudar a las mujeres a evitar el aborto e instó a los Estados a tomar las medidas apropiadas para eliminarlo, lo que fue confirmado en 1995 por la Conferencia Mundial de Mujeres de Pekin. El Tratado de Funcionamiento de la UE establece que la Unión respetará las responsabilidades de los Estados miembros acerca de la definición de sus políticas de salud y, en el Protocolo que se adoptó para facilitar la aceptación por parte de Irlanda del Tratado de Lisboa, se indicaba que la Carta de Derechos Fundamentales de la UE no podía afectar a la legislación de los Estados que protegían el derecho a la vida de los niños antes de su nacimiento. En su sentencia de 2011 en el caso “Greenpeace v.Brustle”, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea afirmó, que la protección prestada al feto humano entraba dentro del contexto del respeto a la dignidad humana. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó el 8 de mayo de 2023 una importante sentencia en la que se abstuvo de participar en los juegos ideológicos intentados por ocho activistas feministas polacas que -en su campaña para que Polonia reconociera el aborto ilimitado- denunciaronla sentencia del Tribunal Constitucional de su país que había prohibido el aborto eugenésico basado en anomalías fetales. El TEDH inadmitió la demanda por falta de legitimidad de las ocho demandantes, algunas de las cuales estaban embarazadas de hijos sanos y otras ni siquiera estaban embarazadas, por lo que las supuestas consecuencias perjudiciales eran “hipotéticas, lejanas y abstractas”. El Tribunal consagró el derecho a la vida y a la igualdad. Reacción de la Iglesia Católica El aborto tiene un aspecto ético que supera el fenómeno puramente religioso, aunque en este aspecto es notoria la oposición de la Iglesia católica. Como dijo en su día Juan Pablo II, “entre todos los delitos que una persona puede cometer contra la vida, el aborto presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso”. La Conferencia de Obispos europeos ha señalado que la Carta de los Derechos Fundamentales no puede incluir derechos que no hayan sido reconocidos por todos y solo crean división. “El aborto nunca puedo ser considerado un derecho fundamental”. La Santa Sede publicó el 8 de abril el documento “Dignitas infinita”, en el que ha afirmado que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. Sobre la base de este valor intangible de la vida, el magisterio eclesial se ha pronunciado siempre contra el aborto. La aceptación del aborto es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral que hace que la sociedad sea incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida. Se recurre a una terminología ambigua -” interrupción del embarazo”-, que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y atenuar su gravedad, pero ninguna palabra puede ocultar la realidad. “El aborto es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia”. A los niños que van a nacer -pese a ser los más inocentes e indefensos-, se les niega su dignidad humana, quitándoles la vida y promoviendo leyes para que nadie pueda impedirlo. Hay, por tanto, que afirmar con total firmeza y claridad que la defensa de la vida por nacer está ligada a la defensa de los derechos humanos, y supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo vital. Es un fin en sí mismo y no un medio para resolver otras dificultades. Sí desapareciera esta convicción, no quedarían fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, cuya sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, y que -si además se mira desde la perspectiva de la fe- cualquier violación de la dignidad personal del ser humano requiere una respuesta delante de Dios por considerarla una ofensa al Creador del hombre. Conclusiones En su bien fundamentada sentencia de 1985, el TC afirmó que, en el caso del aborto, se producía un conflicto de derechos entre la embarazada que quería abortar y el “nasciturus”, y reconoció que la vida de éste era un bien jurídico constitucionalmente protegido que debería propiciar por parte del Estado el establecimiento de un marco reglamentario para la defensa efectiva de la vida. Los derechos de la mujer no podían tener primacía absoluta sobre los del nonato, pues ello supondría la desaparición de un bien que encarnaba un valor central del ordenamiento constitucional. El nasciturus tiene derechos y, en consecuencia, éstos no pueden ser ignorados durante un determinado período de tiempo. El derecho a la vida es la proyección de un valor superior del ordenamiento jurídico constitucional -la vida humana- y constituye el derecho fundamental, esencial y troncal, sin el cual los demás derechos no tendrían existencia posible. El derecho de la mujer sobre su propio cuerpo no es absoluto y puede entrar en colisión con el derecho a la vida del feto, que es una realidad distinta a la mujer que lo lleva en sus entrañas y, por tanto, es titular de derechos. El Estado está obligado a abstenerse de interrumpir u obstaculizar el proceso natural de gestación y a establecer un sistema legal para la defensa de la vida. El derecho del nonato tampoco tiene valor absoluto y puede ser limitado por la existencia de otros derechos, que deben ser cuidadosamente ponderados. Ni la vida del nasciturus prevalece incondicionalmente sobre la de la gestante, ni los derechos de ésta pueden tener primacía sobre los de aquél. El aborto no solo no es un derecho fundamental, sino que ni siquiera es un derecho. Es un mal menor con el que legislador trata de solucionar un conflicto de derechos. ¿Cómo puede considerarse un derecho fundamental asesinar a seres inocentes que carecen de voz? El PE ha recomendado que se incluya en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE el derecho a asesinar a seres humanos inocentes, cuando lo que debería hacer es proteger sus vidas en todos los momentos de su desarrollo. Ello supone un voto contra la vida y contra la democracia. Como ha señalado Mariano Martínez Acedo -presidente del Instituto de Política Familiar- Europa se hunde cada vez más en una decadencia no ya moral, sino humana. La Comunidad Europea se basó en los principios de la dignidad fundados en el humanismo cristiano, pero, 60 años después, nos encontramos con una UE en la que el aborto -que es una negación total de esos principios- parece ser la principal bandera que orgullosamente ondea y se quiere imponer como el “summum” de los derechos humanos. El derecho a provocar la muerte de seres indefensos se presenta como la mayor conquista humana frente a los bárbaros anclados en la obsoleta visión de la persona como un ser digno de protección por su propia constitución ontológica. Hasta hace bien poco, la vida se consideraba como un bien intangible que todos deberían respetar y proteger. Una sociedad que ha considerado la prohibición de la pena de muerte como último recurso de defensa social, ha incurrido en la flagrante contradicción de dar vía libre a la masacre de seres inocentes que no tienen voz ni voto. La nueva Europa ha incluido en su blasón el “euroaborto” y los que no están de acuerdo con él son acusados de retrógrados, intolerantes, fascistas y antidemócratas. Según el “Forum Libertas”, negar a los niños el derecho a nacer destruye los principios fundamentales de la UE y rechaza a la dignidad del ser humano. Como ha señalado la “Dignitas infinita”, “ante una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar las cosas por su nombre, sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación del autoengaño”. Estoy de acuerdo con ello y -aunque sea consciente de que voy a recibir palos y descalificaciones de todos los medios supuestamente progresistas- estoy convencido de que lo progresista es defender la vida y luchar contra lo que el Papa Francisco ha denominado la “cultura de la muerte”. Promover la muerte no tiene nada de progresista, antes al contrario es regresivo y cavernícola. Europa dejó de ser cristiana para convertirse en agnóstica, pero sí propugna una política abortista que provocará la disminución de la natalidad, a la par que consiente la inmigración islamistas, la UE dejará de ser agnóstica para convertirse, en un futuro no muy lejano, en musulmana. Madrid, 19 de abril de 2024

domingo, 24 de marzo de 2024

Tras dos años de guerra, Ucrania necesita paz, pero ?qué paz?

TRAS DOS AÑOS DE GUERRA, UCRANIA NECESITA PAZ, PERO ¿QUÉ PAZ? Gran noticia inesperada: En las elecciones presidenciales de Rusia, Putin ha vencido a Putin por 87.32% de los votos e iniciará su quinto mandato. Como ha comentado el ex-corresponsal de “El Mundo” en Moscú, Xavier Colás -que ha sido expulsado del país-, Putin es adicto al poder y el poder ruso es adicto a Putin, que se ha inventado un país en el que los rusos votan regularmente, pero, en vez de cambiar de presidente, mutan las fronteras. Según el invicto líder, “la victoria en las elecciones es solo un prólogo de las victorias que tanto necesita Rusia y que sin falta llegarán”. Se refiere obviamente a la guerra ruso-ucraniana. Han transcurrido dos años desde que Rusia inició su agresión a Ucrania y ambos contendientes están exhaustos. Ucrania -mucho más débil que su vecino en población, ejército y recursos- no tendrá más remedio que hacer a una movilización general de unos 500.000 efectivos para reponer sus diezmadas tropas. Rusia lo ha hecho “de facto” recurriendo a varios subterfugios, y es probable que tenga que hacer lo propio una vez celebradas las elecciones. Proliferan los llamamientos al cese de las hostilidades y al inicio de negociaciones de paz, como ha hecho el Papá Francisco, pero habrá que ponerse de acuerdo sobre lo que se entiende por paz, su contenido y el coste a pagar por ella. Todos, salvo Rusia que es quien la ha quebrado, quieren la paz, pero ¿qué paz? ¿La de los cementerios? Ucrania, la más perjudicada En todo conflicto armado suele haber ganadores y perdedores. Enrique Calvet – en su artículo “La paz y sus posibilidades”, en “Mundo Financiero”- ha situado entre los primeros a Rusia, a Estados Unidos y la OTAN, y entre los segundos a Ucrania y, en menor medida, a la Unión Europea. No estoy de acuerdo con esta apreciación, salvo en que la principal perdedora ha sido Ucrania, pero en realidad todos han salido -hemos salido- perjudicados: la Comunidad internacional y todos y cada uno de sus miembros. Puede que algunos países -como China, India, Turquía o Irán- y algunas Organizaciones internacionales -como la OTAN- se hayan visto beneficiadas por el conflicto, pero al final todos han salido perdiendo, porque Rusia ha puesto en peligro el delicado sistema de seguridad internacional y el equilibrio de poderes hasta ahora vigente. Ucrania ha perdido Crimea y la mayor parte del Donbas -18% de su territorio-, visto destruida buena parte de sus estructuras fundamentales, sufrido gran cantidad de muertos y heridos, y sido adversamente afectada, por los gastos de guerra y por la perturbación de la producción y exportación de sus productos básicos. Volodimir Zelenski ha admitido la muerte de 31.000 soldados y no ha querido dar la cifra de heridos. Según el “New York Times”, los muertos ascenderían a 70.000 y los heridos a 120.000. Cuenta con 6. 4 millones de refugiados en el extranjero y 3.7 millones de desplazados internos. El Ejército ucraniano -contra todo pronóstico- no solo aguantó la invasión rusa, sino que pudo contraatacar y recuperar partes del territorio ocupado. Ahora la situación está estancada y los frentes estabilizados a lo largo de 1.600 km. Pese a importancia de sus numerosas bajas humanas, el principal problema de Ucrania es la falta de equipo militar moderno para hacer frente a los ataques rusos -especialmente en materia aérea y misilística- y la carencia de munición. Estados Unidos, la OTAN y la UE le han facilitado generosamente equipos y ayuda económica para su adquisición, pero lo ha hecho con cuentagotas y sin cederle aviones y proyectiles de largo alcance. Un caso típico es Alemania, que ha prometido darle la ayuda que necesite, pero se niega a entregarle misiles Taurus, que le permitirían atacar las bases de lanzamiento de misiles en territorio ruso. Como ha comentado el presidente de la CIA, William Burns, Ucrania atraviesa un momento crítico y, si no recibe pronto la ayuda que necesita, volverá a perder territorios. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha afirmado que Ucrania tiene que ganar la guerra “y debe hacer un esfuerzo para ello” (¿?). Más esfuerzo que está haciendo no creo que sea posible y quienes realmente deberían hacerlo son la OTAN, la UE y sus Estados miembros mediante el suministro de armamento. Fracaso de la Rusia de Putin Otro gran perdedor de la contienda ha sido Rusia, que fracasó en su tentativa de “operación especial” para domeñar a su débil vecino en un paseo militar, que acabaría con la conquista de Kiev, el derrocamiento de Zelinski y el establecimiento de un Gobierno títere en Ucrania. Putin cometió una serie de errores de cálculo impropios de un profesional de los servicios secretos rusos: 1) Sobrevaloró la capacidad ofensiva del Ejército ruso, que ha puesto de manifiesto sus insuficiencias, al lanzarse a la aventura sin un plan estratégico y logístico suficientemente elaborado; 2) minusvaloró la capacidad de resistencia el Ejército y del pueblo ucranianos, y consideró erróneamente que la mayoría de la población rusófona y ortodoxa se uniría a las tropas de la madre patria; 3) estimó que -como en el caso de la invasión de Crimea- la OTAN y a UE no irían más allá de algunas protestas retóricas y de sanciones económicas menores, pero consiguió todo lo contrario. Su ofensiva fue un desastre y tuvo que dar marcha atrás con el rabo entre las piernas, tras haber perdido un altísimo número de combatientes -incluidas algunas de sus tropas de élite- y tuvo que recurrir a los mercenarios del Grupo Wagner y a criminales liberados de las cárceles a cambio de su alistamiento. No comparto la opinión de Calvet de que, al haber ocupado buena parte del Dombas,, Rusia volvería a tener un Estado tapón frente a Ucrania, lo que no sería posible porque, al haberlo incorporado a la Nación, tendrá que defenderlo como cualquier otra parte del territorio ruso. Putin no ha salido reforzado, antes al contrario, ya que ha sido puesta en evidencia por el fracaso de su operación especial para supuestamente impedir la invasión de Rusia por parte de Ucrania y de la OTAN, y por el motín de Evgeny Prigozhin y sus wagnerianos, que estuvieron a punto de conquistar Moscú sin apenas disparar un tiro, en medio de un fenomenal caos en el que el jefe supremo del Ejército se tuvo que refugiar en un búnker de San Petersburgo. Pasó por la humillación de tener que perdonar a los amotinados, aunque luego se librara de su jefe mediante el eficaz método de la KGB de la “eliminación por accidente”. El prestigio de Putin está bajo mínimos, aunque siga controlando dictatorialmente el país, como se ha puesto de manifiesto con el paripé de las elecciones. Según el Ministerio británico de Defensa, Rusia ha perdido 400.000 soldados y otros 100.000 mercenarios del Grupo Wagner, Aunque eso no le preocupe en demasía dada la importancia de su población en relación con la de Ucrania, más pronto que tarde tendrá que recurrir a una nueva movilización general o parcial para reponer sus muchas bajas. Ha perdido asimismo buena parte de su equipo ofensivo convencional: 7.100 blindados, 2.400 carros -el 15% de los disponibles-, 93 aviones, 132 helicópteros 320 drones y 19 buques, y tenido que recurrir a suministros procedentes de China, Corea del Norte, Irán y Turquía, especialmente de drones. Ucrania ha infligido a Rusia una notable derrota en el Mar Negro, donde ha hundido su buque insignia -el crucero ”Moskva”- y destruido el 25% de su flota, que ha tenido que abandonar sus bases en Sebastopol y desplazarla al puerto ruso de Novorosiski. Como consecuencia de este fracaso, ha sido destituido del jefe de la Armada, almirante Nicolai Yemenov. Tras el fiasco de su ofensiva, ha tenido que adaptarse a la nueva realidad y construido una línea defensiva en profundidad en los territorios ocupados. Se prepara para una guerra larga, y cuenta en su haber con el factor tiempo y con la progresiva fatiga de los Gobiernos y de la opinión pública de Occidente, y aguarda esperanzada la victoria de Donald Trump, quien ha asegurado que suprimirá o disminuirá la ayuda norteamericana a Ucrania. Putin cuenta con la ventaja de no tener que rendir cuentas ante la opinión pública de su país, que está totalmente sometida a la autocracia putinesca, y aceptará lo que le echen, al tiempo que está convirtiendo su economía en una economía de guerra. Repercusiones en la OTAN La OTAN se ha visto beneficiada porque la agresión rusa a Ucrania, lejos de aumentar la desunión dentro de la Alianza -que llevó a Emmanuel Macron a afirmar que se encontraba en estado de encefalograma plano-, ha producido el efecto contrario, pues no solo ha reforzado su unidad, sino que ha visto incorporarse a la Organización a dos importantes países europeos tradicionalmente neutrales: Finlandia y Suecia. Tiene el hándicap de contar en sus filas con unos Judas más o menos declarados -como Hungría y Turquía-, que siguen manteniendo estrechos lazos con Rusia y obstaculizan la adopción de medidas destinadas apoyar la resistencia ucraniana. La Alianza se enfrenta con el más que posible retorno de Trump, que ha llegado a declarar que alentaría a Rusia a hacer lo que quisiera con cualquier país miembro de la OTAN que incumpliera el compromiso de dedicar un 2% de su PIB a los gastos de defensa, lo que implicaría que, si un socio fuera atacado, Estados Unidos no acudiría en su defensa, de conformidad con lo establecido en el artículo 5 del tratado de Washington. Ha asegurado asimismo que dejaría de ayudar militar y financieramente a Ucrania. El submarino húngaro, Víktor Orban -tras visitar a Trump en su residencia de Florida- ha afirmado que éste tiene planes bien detallados sobre cómo acabar con el conflicto ucraniano. No aportará ni un centavo y, con ello, se acabaría la guerra, pues Ucrania sería incapaz de mantenerse en pie sin la ayuda norteamericana. “Si los estadounidenses no dan dinero, los europeos solos no serán capaces de financiar a Ucrania y así acabará la guerra”. Solución bien simple: ”Muerto el perro, se acabó la rabia”. Incluso antes del regreso de Trump, el Congreso norteamericano, con mayoría del Partido Republicano, está bloqueando la entrega de la ayuda a Ucrania. Buena parte de los politólogos europeos -incluidos los españoles- se han dejado convencer por la tesis de Putin de que la OTAN -y especialmente Estados Unidos- son los responsables de la guerra de Ucrania. Muestra de ello son los disparatados artículos publicados en “El Liberal “ por Clemente Polo –“Dos años de guerra infame” y “Preguntas incómodas en un escenario internacional tensionado e intoxicado”-. Según el autor, Estados Unidos y Gran Bretaña serían los principales responsables de la guerra por su intento de darle la puntilla a Rusia mediante un cerco agresivo por parte de la OTAN, quien la ha acusado sin fundamento de ser una gran amenaza contra la paz mundial. Los europeos deberíamos preguntarnos si queremos preservar la preciada paz de nuestro continente o dejarnos arrastrar a una guerra infame y estéril, para defender los intereses hegemónicos de un país que ha mostrado escaso entusiasmo en buscar el entendimiento pacífico con sus adversarios políticos. “La guerra de Ucrania es una guerra regional solo útil para desgastar a Rusia, y empobrecer y debilitar a Europa, incluida la UE”. Solo cabe negociar un acuerdo de paz que asegure la seguridad de la propia Rusia frente a sus vecinos miembros que la OTAN. Dado que Ucrania no tiene posibilidad alguna de victoria, está obligada a negociar. Polo parece estar de acuerdo con Orban, quien ha afirmado que los occidentales -¿incluidos los húngaros, que forman parte de la OTAN y de la UE?- “inician guerras, destruyen mundos, modifican las fronteras de los países y se alimentan de todo como langostas”. Los pueblos de Europa temen que la UE les quite su libertad. “Si queremos preservar la libertad y la soberanía de Hungría, no tenemos otra opción que ocupar Bruselas”. Estas afirmaciones carecen del más mínimo fundamento. Rusia es un peligro para Ucrania, para sus vecinos y para la paz y la seguridad mundiales. La OTAN no ha atacado a ningún Estado, mientras que Rusia, además de invadir Georgia, ha ocupado Crimea, y la mayor parte del Donbas, y se los ha anexionado. Es cierto que la OTAN cometió una grave violación del Derecho Internacional y un considerable error político. De un lado, bombardeó Yugoslavia sin contar con la venia del Consejo de Seguridad. No tenía para ello una base jurídica, aunque sí moral, al ejercer el derecho a la intervención por razones humanitarias, con el fin de impedir los actos genocidas que estaba cometiendo Milosevic contra los yugoslavos que no eran serbios, razones de las que carecía Putin al invadir Georgia o Ucrania. De otro, la Alianza cometió un grave error político al invitar a estos dos países a incorporarse a sus filas. Rusia había tolerado el ingreso de los antiguos Estados miembros del Pacto de Varsovia e incluso de otros que -como los Países Bálticos-, habían formado parte de la URSS, pero puso pie en pared ante la posibilidad de que siguieran su ejemplo Georgia y Ucrania. No es cierto, en cambio, que la OTAN cercara a Rusia de forma agresiva y maniobrara para impedir el desarrollo político y económico de la Federación, que tuvo periodos de relación idílica con la Alianza, de lo que puedo dar testimonio personal. En mayo de 1997, Juan Carlos I visitó Moscú y se entrevistó con Boris Yeltsin, quien se quejó de que los europeos le estaban haciendo el juego a Estados Unidos con las ampliaciones de la OTAN. El monarca le contesto que la Organización no pretendía minusvalorar a Rusia, porque su seguridad era la seguridad de Europa, de la que era parte importante y en la que debería integrarse cada vez más. Lo invitó a que asistiera a la Cumbre de la OTAN que se iba a celebrar en Madrid, con lo que su asistencia permitiría demostrar al mundo que la ampliación de la Alianza no se hacía contra ella, sino en su presencia y con su participación. Yelsin no asistió a la Asamblea otaniana, pero las relaciones entre las dos Partes mejoraron de forma considerable y, poco después, se firmó el Acta Fundacional sobre las relaciones de cooperación y seguridad mutuas entre Rusia y la OTAN, por la que las Partes se comprometían a construir juntamente una paz verdadera basada en los principios de democracia, seguridad y cooperación, y a desarrollar una asociación estable sobre la base del interés común, la reciprocidad y la transparencia. Se creó un Comité Conjunto Permanente para la consulta, la cooperación y la toma en común de decisiones y, en 1998, el Gobierno ruso estableció una Misión Permanente ante la Organización en Bruselas. Se habló incluso de la posibilidad de que Rusia integrada en la OTAN La situación se degradó de forma sensible con los ataques de la OTAN a Yugoslavia y las invitaciones a Georgia y Ucrania para incorporarse a la Alianza, pero -pese a ello- hubo periodos de cooperación entre las dos Partes. En 2010, el presidente Dimitri Medvedev asistió a Lisboa a la reunión del Comité OTAN-Rusia, que adoptó una declaración conjunta que constató el inicio de una nueva etapa de cooperación con miras a establecer una Asociación estratégica modernizada, con el fin de contribuir a la creación de un espacio común de paz, seguridad y estabilidad en la zona euroatlántica. Putin rompió de forma unilateral esta positiva relación al invadir Crimea en 2014. Nula empatía del Papa con Ucrania Tras el ataque de Rusia a Ucrania, el Papa Francisco hizo una inhabitual visita a la sede de la Embajada rusa en el Vaticano, cosa que no hizo con la ucraniana, pese a haber sido la parte agredida y que casi la mitad de su población practica la religión católica. Llegó incluso a declarar que Putin podría haberse sentido obligado a invadir Ucrania porque la OTAN estaba ladrando a las puertas de Rusia. Se ofreció a mediar con Rusia y se mostró dispuesto a trasladarse a dicho país, pero no a Ucrania, y apenas ha tenido contactos con Zelenski. No solo no ha condenado explícitamente la agresión de Rusia y sus ataques indiscriminados a la población civil -para, según el Vaticano, no debilitar sus posibilidades de mediación-, sino que ha hecho unas declaraciones a una TV suiza, en la que ha instado a la agredida Ucrania a negociar con el agresor Rusia. “Creo que es más fuerte quien observe la situación, piense en la gente y tenga la valentía de levantar la bandera blanca y negociar. Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, tienes que tener la valentía de negociar”. Le han contestado desde la Embajada ucraniana en Roma, que, durante la II Guerra Mundial, nadie decía que había que negociar con Hitler. Pese a ser católico comprometido -o quizás por serlo-, me parecen lamentables las palabras del Papa. Acepto la infalibilidad del Papa en cuestiones de dogma y su autoridad moral en cuestiones de religión y de ética, pero, en cuestiones políticas, el pontífice es un jefe de Estado más que puede cometer equivocaciones y, en el presente caso, las ha cometido en abundancia. Para empezar, Ucrania no está derrotada y ha resistido heroicamente hasta ahora a un enemigo muy superior en todos los aspectos, salvo en el del respeto a la justicia, a la decencia y a la democracia. Mas, aunque lo estuviera, presionar al agredido para que se entregue al agresor, sin condenar las atrocidades cometidas por Rusia, no creo que sea un criterio digno del jefe supremo de la Iglesia católica. El Papa no pone ya en pie de igualdad al agresor y al agredido, sino que da aquél un mejor trato que a éste. ¿Por qué? ¿qué ofrece Rusia para lograr la paz? Se ha anexionado los territorios ocupados en Crimea y en el Donbas ¿Le ha pedido el Papa que devuelva al menos algunos de estos territorios ilegalmente adquiridos o sería suficiente, a su juicio, con la gran concesión de dejar de ocupar más territorios? Ucrania no puede iniciar una negociación con la mano atada a la espalda, si aceptara entregar los territorios ocupados y, por otra parte, resulta difícil negociar con un país que ha incumplido el compromiso asumido en el Tratado de Jarkov de respetar la integridad territorial de Ucrania, a cambio de que ésta le entregara todo su arsenal nuclear, y que ahora mantiene que Ucrania no es un Estado independiente, sino que forma parte de la madre Rusia. Como ha observado Ana Palacio, no cabe dar por sentada la inevitabilidad de la victoria rusa, ni y dar implícitamente por supuesta la permanencia del putinismo, y aceptar un entreguismo preventivo como hace el Papa. Y lo peor es que no es el único que mantiene este criterio, pues a él se han sumado los que creen que -ya que Rusia ganará la guerra- conviene ahorrar a rusos y a ucranianos miles de muertos y heridos mediante la negociación de una paz, por injusta que sea. No aceptación de una paz injusta Calvet se preguntaba al final de su artículo si bastaría la firma de un armisticio provisional a la coreana, por el que se creara un "no man’s land” alrededor del Donbas y el resto de Ucrania, y negociar la paz, así como la membresía de Ucrania en la UE y, tal vez, en la OTAN. Semejante solución, aparte de ser injusta, no resulta viable, pues -aún cuando Ucrania cediera- Rusia no se conformaría y seguiría atacando hasta conquistar por completo la totalidad de Ucrania, y no reconocería su independencia porque entraría dentro de su esfera de influencia. Aún admitiendo teóricamente esta solución, sería harto improbable que Rusia permitiera la adhesión de Ucrania a la UE, y ya entraría en el terreno de la política-ficción pensar que Rusia permitiría su adhesión a la OTAN, cuyo solo planteamiento había sido la causa principal de la agresión rusa. Incluso entre algunos bien-pensantes de buena fe, prevalece la idea de que, al ser inevitable la derrota Ucrania, ésta tendría que ceder y transar una paz injusta, para salvar la vida de miles de ucranianos y evitar la destrucción total del país Sin embargo -según Félix Arteaga- la situación se ha decantado en favor de las acciones defensivas, ya que se han acabado las expectativas de victorias rápidas y decisivas, porque ninguno de los dos bandos dispone de la suficiente capacidad necesaria para pasar a la ofensiva con garantías de éxito, pero -aunque Rusia esté preparada para una guerra de atrición- Ucrania debería prevalecer en ese tipo de guerra. Si se le proporcionara la ayuda militar adecuada, Ucrania podría ganar la guerra algún día, pero si no continuara con la ayuda militar, la guerra podría ser perdida por Ucrania y sus aliados frente al agresor ruso. Según Jesús Núñez, Ucrania depende de lo que otros decidan sobre su futuro, poco esperanzador, ante la firme determinación de Putin de acabar con este país. El cansancio occidental puede desembocar en una presión insoportable sobre Kiev para que ceda territorios por paz. A mi juicio, la amenaza de Rusia es existencial para Europa y solo puede ser parada si se usa la máxima firmeza. Cualquier concesión que se haga a Putin, en vez de calmarlo, aumentará su insaciable apetito de poder. Si Occidente dejara caer a Ucrania, la siguiente agresión podría producirse en Moldavia o incluso en los Países Bálticos o Finlandia. Para Macron, “si decidimos ser débiles frente alguien como Putin que no tiene límites, si le decimos de forma ingenua que no superaremos este o ese límite, no sería buscar la paz sino asumir la derrota”. Tenemos que poner todos los medios necesarios para que Rusia no gane la guerra. “La paz no es la capitulación, ni la amputación de Ucrania”. Pagar la prima de seguro de riesgo de guerra con Rusia, saldrá -en opinión de Mira Milosevic- mucho más barato que una guerra con Rusia. Y sobre todo, no se puede permitir que se imponga a Ucrania una paz injusta, que añada “insult to injury”. El heroico pueblo ucraniano no se merece esta humillación, y Occidente tampoco. Madrid, 22de marzo de 2024