viernes, 27 de octubre de 2023

El olvidado conflicto de Nagorno-Karabaj

EL OLVIDADO CONFLICTO DE NAGORNO-KARABAJ El desarrollo de la guerra de Ucrania y, sobre todo, el ataque del movimiento terrorista Hamas a Israel han opacado el grave conflicto de Nagorno-Karabaj. Como ha comentado Herman Tertsch, en solo tres días, 120.000 cristianos han tenido que abandonar su tierra ancestral, donde han residido durante siglos, sin que los medios de comunicación apenas se hayan hecho eco de la noticia. El Alto Karabaj es un enclave de 11.500 kilómetros cuadrados ubicado en la República de Azerbaiyán, que tenía hasta fecha bien reciente una población de 120.000 habitantes de etnia armenia y de religión cristiana. El conflicto afecta no solo a sus principales protagonistas, Armenia y Azerbaiyán, sino también a Rusia, Turquía e Irán, y a toda la Comunidad internacional, y ha aumentado la tensión en una zona ya suficientemente tensa y desestabilizada. Antecedentes del conflicto El conflicto está históricamente relacionado con Armenia y se remonta a la época en que ésta pasó a formar parte del Imperio otomano, en el que se integró en 1555. Los armenios se agruparon en torno a una comunidad semiautónoma -el “millet” armenio-, bajo el liderazgo de los dirigentes de la Iglesia Apostólica Armenia, y su jefe, el Patriarca armenio de Constantinopla, sin interferencias del Gobierno otomano. En 1914, al comienzo de la I Guerra Mundial, Armenia contaba con más de dos millones de habitantes. Turquía se alió con los imperios centrales y fue derrotada por las tropas rusas situadas en la alianza contraria. Los dirigentes turcos culparon de la derrota a los armenios, a los que acusaron de traición por haberse aliado con los rusos, y pronto empezaron contra ellos las represalias, que generaron un auténtico genocidio. El Gobierno de los Jóvenes Turcos declaró la “yihad”contra los cristianos y, en 1915, adoptó la Ley Temporal de Deportación, que autorizaba a las autoridades turcas a detener y deportar a cualquier persona que constituyera una amenaza para la seguridad del Estado, y el Gobierno estimó que los armenios constituían tal amenaza. Los que estaban integrados en el Ejército turco fueron desarmados, encarcelados y ejecutados. Igual ocurrió con unos 300 dirigentes armenios, que fueron asesinados en Estambul. Se produjeron matanzas indiscriminadas en los pueblos y cientos de miles de ciudadanos fueron deportados, haciéndoles recorrer cientos de kilómetros en marchas de exterminio, sin facilitárseles alimentos ni cualquier tipo de asistencia, y multitud de ellos murieron por hambre o por agotamiento. Los propios turcos han reconocido que se produjeron matanzas, pero alegado que se realizaron por motivos de seguridad en una situación de guerra, y que no reunían las condiciones requeridas para calificarlas de genocidio, porque no se pretendía exterminar al pueblo armenio. La inmensa mayoría de los historiadores, sin embargo, han reconocido que se trató del primer caso de genocidio en la Historia, un trágico precedente de lo que sería unos años más tarde el Holocausto judío cometido por el régimen nazi. Hay disparidad de opiniones sobre las cifras de las víctimas, que se sitúan entre 600.000 y un millón. En cualquier caso, si en 2014 había en Armenia unos dos millones de habitantes, en 1922 esta población había quedado reducida a menos de 400.000. En febrero de 2017 se produjo la revolución de octubre y el derrocamiento del Zar, y el 15 de noviembre se adoptó la Declaración de los derechos de los pueblos de Rusia, por la que se reconocía a éstos el derecho a la libre determinación, incluida la posibilidad de secesión. El 4 de abril de 2018 se proclamó la República Democrática Federativa de Transcaucasia -integrada por Armenia, Azerbaiyán y Georgia-, que se disolvió cinco semanas más tarde. Días horas después se crearon las Repúblicas de Georgia, Azerbaiyán y Armenia, que se integraron en 1923 en la Unión Soviética, como “oblasts” o regiones administrativas autónomas dentro de la URSS. En el óblast de Azerbaiyán existía el enclave armenio de Nagorno-Karabaj y en el de Armenia el enclave azerí de Najichevan. En principio se había decidido que Nagorno formara parte de “oblast” de Armenia, pero el Comisario de Nacionalidades, Iosif Stalin, revocó esta decisión y lo incluyó en el “oblast” de Azerbaiyán. En cuantoal Nachijevan, se acordó que permaneciera en Azerbaiyán como región autónoma, pese a estar separado del resto del país por una parte de territorio armenio. El enclave -de 5.633 kilómetros cuadrados de extensión y una población 459.600 habitantes- es un punto estratégico pues, además de con Armenia, tiene frontera con Irán y con Turquía. Guerras entre Azerbaiyán y Armenia por Nagorno-Karabaj En 1988, cuando aún no se había disuelto la Unión Soviética, armenios y azeríes se atacaron mutuamente para tratar de controlar Nagorno Karabaj. En 1991 se proclamaron las Repúblicas de Azerbaiyán y de Armenia, y el Parlamento regional de Nagorno solicitó su integración en Armenia y -al serle negada- se celebró un referéndum y el 99% de la población decidió proclamar una República independiente, que no fue reconocida por ningún Estado, ni siquiera por Armenia, que, sin embargo, la apoyó bajo cuerda política, económica y militarmente. Azerbaiyán trató de ocupar el enclave, a lo que Armenia se opuso, y se produjo un conflicto armado. Primera Guerra En 1992 se inició la guerra, en la que salieron victoriosas las tropas armenias, que no solo consolidaron la ocupación de Nagorno-Karabaj, sino que conquistaron algunos territorios vecinos que suponían el 14% de Azerbaiyán. En 1994 se adoptó el protocolo de Bishkek por el que se acordó un alto el fuego y se decidió que Nagorno continuaría siendo parte de Azerbaiyán, aunque concediéndosele una amplia autonomía. En esa fecha, Armenia y Azerbaiyán ingresaron en la OSCE, y ésta decidió crear el Grupo de Minsk -copresidido por Francia, Estados Unidos y Rusia- para ayudar a encontrar una solución al conflicto armenio-azeri. Tras el alto el fuego, la OSCE se reunió en Lisboa en 1996 y adoptó una Declaración en la que establecieron los principios básicos para solucionar el diferendo: 1) Integridad territorial de Azerbaiyán y de Armenia; 2) concesión a Nagorno-Karabaj por parte de Azerbaiyán del mayor grado de autonomía posible; 3) garantía de seguridad para Nagorno y su población. La Declaración fue aceptada por Azerbaiyán, pero no tanto por Armenia, que - sin rechazarla- expresó su reticencia porque estimaba que no era suficientemente precisa, ni ofrecía suficientes garantías para el cumplimiento de los principios 2 y 3. Expresó, no obstante, su disposición a seguir negociando en el marco del Grupo de Minsk. En 1996 fui designado embajador en Rusia, con acreditación múltiple en Azerbaiyán y Armenia. En mayo de 1997 presenté mis cartas credenciales en Bakú y un mes más tarde en Ereván. Con este motivo, pude discutir ampliamente sobre la cuestión de Nagorno-Karabaj con los respectivos presidentes de la Republica, Heydar Aliyev y Levon Ter-Petrosian, en los que encontré gran receptividad, ya que ambos admiraban el éxito del tránsito pacífico en España de una autocracia a una democracia. Les informe del apoyo del Gobierno español a los principios de la Declaración de Lisboa y de su deseo de que se alcanzara una solución negociada del conflicto de Nagorno, les expliqué la experiencia española en materia autonómica, les entregue unos ejemplares en ruso de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía del País Vasco y de Cataluña, y les ofrecí la cooperación técnica de España en este ámbito. La respuesta de Aliyev fue francamente positiva, dado que Azerbaiyán aceptaba los principios de Lisboa. Más reticente fue la de Ter-Petrosian, pues Armenia ponía reparos a estos principios, especialmente en lo relativo a la concreción de la concesión al enclave de un amplio autogobierno. Hablé distendidamente con este prestigioso profesor universitario de Lengua y Literatura durante más de una hora y me hizo pertinentes preguntas sobre la estructuración y el funcionamiento del modelo autonómico español. También traté ampliamente del tema con el ministro de Asuntos Exteriores, Arandar Arzumanian, quien, si bien defendió la tradicionales tesis armenia sobre el conflicto, se mostró abierto y dialogante, pues era consciente de que su país solo contaba con el apoyo de Rusia, lo que era un regalo envenenado. Señaló que su Gobierno aceptaba los principios de Lisboa, pero no como un ”a priori”, sino como el eventual resultado de una negociación, y observó que mientras el primer principio era suficientemente claro sobre sus consecuencias -reintegración de Nagorno a la soberanía azerí y abandono del vigente “statu quo”- no lo eran tanto los otros dos -especialmente el relativo al grado de autonomía a conferir al enclave-, que habría que precisar en la negociación. Me dijo que Armenia estaba dispuesta a normalizar las relaciones diplomáticas con Turquía y a reabrir la frontera entre los dos países, pero que el Gobierno turco lo supeditaba a la previa solución del conflicto de Nagorno. Me entreviste asimismo con el líder de la oposición, el presidente de la Unión Nacional Democrática, Vazgen Makunian -que me causó una pobre impresión-, y con el arzobispo de la Iglesia Armenia, Nerses Pozapalian, quienes mostraron una actitud mucho más cerrada e intransigente que la del Gobierno. El primero manifestó que la independencia de Nagorno era irreversible y que Armenia debería abandonar el Grupo de Minsk, y el segundo que había que mantener el “statu quo” y reconocer la independencia del enclave, porque -en caso de volver el territorio al control azerí- se produciría una nueva masacre de armenios. Las impresiones que transmití en mi informe al Ministerio de Asuntos Exteriores eran que el conflicto de Nagorno-Karabaj condicionaba la vida política y económica de Azerbaiyán y de Armenia. El Gobierno armenio estimaba que el paso del tiempo favorecía la consolidación de la situación del enclave, pero era consciente de su aislamiento internacional y de la imposibilidad de desarrollar su economía en la situación de bloqueo causada por el cierre de la frontera con Turquía, que impedía su natural salida al Mar Mediterráneo. Sugerí la conveniencia de que el Gobierno español apoyara las conclusiones de Lisboa y los esfuerzos mediadores del Grupo de Minsk, y estimé que España podría y debería aportar su contrastada experiencia en materia autonómica para ayudar a resolver el conflicto. Poco después, el Gobierno decidió que la embajada en Turquía asumiera la representación de España en Azerbaiyán, por lo que yo dejé de seguir las relaciones con dicho país y me limité al seguimiento desde Moscú de las relaciones con Armenia. El conflicto seguía sin resolverse y, en la Asamblea celebrada en Sofía en 2004, la OSCE se felicitó de la entrevista celebrada entre los presidentes de las dos Repúblicas y les instó cumplieran las recomendaciones hechas por el Grupo de Minsk. En 2007, se reunieron en Madrid los ministros de Asuntos Exteriores de Armenia y de Azerbaiyán con los copresidentes del Grupo de Minsk para reelaborar los principios de Lisboa –“Principios de Madrid”-. El Gobierno armenio los aceptó pero no los ponía en práctica y la situación continuó deteriorándose hasta desembocar en un nuevo conflicto armado. Segunda Guerra Durante los últimos años, la situación económica en Armenia había empeorado, mientras que la de Azerbaiyán mejoró considerablemente con la explotación de sus importante yacimientos de gas y de petróleo, lo que le permitió rearmarse política y militarmente. El 27 de septiembre de 2020, tropas azeries -con el apoyo de Turquía- invadieron Nagorno- Karabaj, derrotaron a las tropas armenias y recuperaron el control de buena parte del enclave. Tras la captura por los azeríes de Shusha -la segunda ciudad más importante del territorio-, se iniciaron las negociaciones y el 10 de noviembre se logró un acuerdo de alto el fuego gracias a la mediación de Rusia. Se acordó que ambas partes conservarían los territorios que ocupaban, salvo algunos que Armenia devolvió a Azerbaiyán. Aquélla seguiría conservando la mayor parte el territorio del enclave y garantizaría el libre acceso de Azerbaiyán a su enclave de Najichevan. Se establecería durante cinco años una fuerza de mantenimiento de la paz compuesta por unos 2000 ”cascos azules” rusos. El segundo “round” del combate fue ganado a los puntos por Azerbaiyán. En Erevan se produjeron violentas manifestaciones de protesta por el acuerdo y dimitieron varios ministros del Gobierno de Nikol Pashiyan, incluidos los de Asuntos Exteriores y de Defensa. La población armenia de los territorios adquiridos por Azerbaiyán tuvo que abandonarlos. Pese al alto el fuego y la presencia de las fuerzas de disuasión rusas, siguieron produciéndose incidentes entre las dos partes. En la Asamblea celebrada en Estocolmo en 2021, la OSCE constató la precariedad de la tregua, manifestó la necesidad de que se adoptaran medidas de distensión y de carácter humanitario, e instó a las partes a que continuaran las negociaciones bajo los auspicios del Grupo de Minsk. El conflicto también se ha judicializado. El 16 de septiembre de 2021, Armenia presentó una demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia contra Azerbaiyán por su política de limpieza étnica en Nagorno-Karabaj, y el 12 de octubre solicitó la adopción de medidas cautelares para impedir la violación de la Convención Internacional para la eliminación de todas formas de discriminación racial. Azerbaiyán deberías abstenerse de desplazar a la población armenia que quedara en el enclave - que prácticamente es inexistente al día de hoy- y de impedir el regreso a sus hogares de los desplazados, así como permitir a los armenios que quisieran abandonar el territorio que pudieran hacerlo sin dificultad. Asimismo solicitó que Azerbaiyán se abstuviera de destruir cualquier monumento conmemorativo del genocidio turco de 2015 o cualquier otro vestigio cultural armenio sito en Nagorno. Semejante petición se ha convertido en un deseo piadoso imposible de cumplir, porque el 99% de dichos monumentos o vestigios ya ha sido destruido. El 24 de diciembre de 2022, Armenia pidió al TIJ que ordenara a Azerbaiyán que permitiera el libre movimiento por del corredor de Lachin, y el Tribunal adoptó el 22 de febrero de 2023 una Orden a tal efecto, que el Gobierno azerí ha ignorado. Como reacción a estas demandas, en septiembre de 2022, Azerbaiyán presentó a su vez otra demanda ante el TIJ contra Armenia por odio étnico y discriminación, y el 6 de enero de 2023 pidió la adopción de medidas cautelares. Tercera Guerra Las relaciones entre Armenia y Azerbaiyáán no mejoraron tras el acuerdo de alto el fuego, antes al contrario. Amparándose en su ventajosa situación de superioridad, el Gobierno azerí bloqueó durante ocho meses el corredor de Lachin -única vía de comunicación entre Armenia y Nagorno Karabaj- e impidió o dificultó los suministros al enclave. El Gobierno de Pashiyan trató de acercarse a Occidente y adoptó una serie de medidas que enfurecieron a Vladimir Putin, tales como negar su autorización para que celebraran en el territorio maniobras de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva -de la que Armenia es miembro-, mientras que autorizaba prácticas de entrenamiento a tropas de Estados Unidos, y enviar en visita a Ucrania a su esposa Ana Hakobian. Aliyev aprovechó la ocasión para lanzar el 19 de septiembre de 2023 un ataque fulminante contra Nagorno-Karabaj, so pretexto de realizar una operación antiterrorista, y -ante la pasividad de las tropas de disuasión rusas- derrotó por completo en tres días a las tropas armenias y se apoderó de la totalidad del territorio, provocando la huida de la inmensa mayoría de los 120.000 armenios que residían en el enclave. Rusia abandonó a su fiel aliado porque le interesaba más estar a bien con Turquía -aliado y protector de Azerbaiyán-, cuya ayuda necesitaba en el fregado en que se había metido con su agresión fallida Ucrania, y Armenia no ha tenido más remedio que capitular sin condiciones. El tercer “round” acabó con derrota de Armenia por K.O. El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el día 22 una resolución anodina -no olvidemos que Rusia es miembro permanente del Consejo con derecho a veto- en la que pedía de forma buenista a Armenia y a Azrebaiyán que iniciaran un diálogo para lograr una solución del conflicto que, sin embargo, ya se había solucionado por las malas, porque “muerto el perro, se acabó la rabia”. Una vez ocupado el enclave, Azerbaiyán hará caso omiso a las hipócritas admoniciones de la ONU. Más contundente ha sido el Parlamento Europeo, que el 5 de octubre adoptó una resolución de condena sin paliativos del ataque de Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj y de su política de limpieza étnica, que ha conducido a la expulsión del enclave de sus primigenios habitantes armenios. Hoy el Gobierno español ofreció la ciudad de Granada para un encuentro entre los presidentes de los dos Estados, pero Aliyev no asistió a la cita. Conclusiones Armenia ha cometido muchos errores porque -pese a su proximidad con Occidente por razones políticas, culturales y religiosas, y por la existencia de importantes comunidades armenias en Estados Unidos y en Francia- ha optado por su alineamiento incondicional con Rusia, que, hasta este último ataque de Azerbaiyán, la había respaldado y protegido frente a su vecino y rival. Desde su independencia, Armenia ha sido un fiel aliado de Rusia y ha aceptado todos sus requerimientos. Es miembro de el Comunidad de Estados Independientes, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, el Tratado de Libre Comercio de la CEI, la Asamblea Interparlamentaria, la Unión Euroasiática y la Unión Económica Euroasiática. Por mucho que trate de cambiar su alineamiento y acercarse a la OTAN y a la UE, Rusia no se lo permitirá y tomará graves medidas de represalia, como ha hecho con Georgia y con Ucrania. En su idea mesiánica de reconstituir el Imperio de los zares, Putin no puede permitir que Estados que formaron parte de la URSS y que caen dentro de su zona de influencia se acerquen a Occidente y se inserten en sus instituciones. En cuanto al conflicto de Nagorno-Karabaj, Armenia perdió una magnífica oportunidad de negociar una solución favorable del conflicto cuando estaba en una posición de fuerza, al negarse a aceptar los principios de la Declaración de Lisboa y desaprovechar la ocasión de conseguir un amplísimo grado de autonomía para el enclave a cambio de reconocer el hecho innegable de que Nagorno formaba geográfica y políticamente parte de Azerbaiyán. El islamismo practicado por los habitantes de los países que formaban parte de la Unión Soviética era una religión ”light”, tolerante y comprensivo con otras creencias, con las que coexistía pacíficamente. Sin embargo, la situación cambió y el sunismo se radicalizó debido en gran medida al envío a la región de “misioneros” wahabitas financiados por Arabia Saudita, que extendieron su corrosiva religiosidad por Chechenia, Daguestán, Turkmenistán y Azerbaiyán, y crearon un artificial ambiente anticristiano y antioccidental. Azerbaiyán ha cometido un acto de abuso de poder en Nagorno-Karabaj y está violando los derechos fundamentales de unas personas que han cometido la osadía de declararse cristianos. Una Europa cada vez más descristianizada se escandaliza y se lanza a la calle a protestar si se atenta contra los derechos de algún miembro del grupo LGTBI+ o de un animal de una especie protegida, pero pasa olímpicamente cuando se atenta contra los derechos fundamentales de miles de cristianos a los que se desaloja a la fuerza de su tierra ancestral. Ante este olvido culpable, me solidarizo en solitario con los 120.000 cristianos armenios que han sido injustamente expulsados de sus hogares. Madrid, 27 de octubre de 2023

jueves, 19 de octubre de 2023

Últimos desarrollos de la guerra Hamas-Israel

ÚLTIMOS DESARROLLOS DE LA GUERRA HAMAS-ISRAEL Las consecuencias del ataque terrorista de Hamas a Israel ha producido efectos más allá del lugar donde se produjeron los incidentes y afectado a los países vecinos y a la Comunidad internacional, incluida España, donde se ha producido un rifirrafe diplomático entre la embajada israelita en Madrid y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Según Gorka Maneiro, en su artículo “La miseria moral de la paleoizquierda”, publicado en “Voz Populi”, la acción de Hamas cogió por sorpresa a Israel, uno de los países del mundo más pendiente de su seguridad, ya que vive amenazado desde su fundación y el rodeado de países enemigos que pretenden que sea barrido del mapa por la fuerza de las armas. Dicha acción terrorista ha demostrado la capacidad mortífera de Hamas, pero también la miseria moral de la paleoizquierda o izquierda reaccionaria. El pasado domingo, altos dirigentes de Podemos, de Sumar y de otros grupos de izquierda se manifestaron en Madrid convocados por organizaciones antisemitas, que no solo no renuncian al uso de la violencia para lograr sus objetivos, sino que abiertamente la avalan. En esa manifestación se apoyó expresamente la matanza de civiles israelitas perpetrada por Hamas El erudito Íñigo Errejón se quedó mudo cuando los periodistas le preguntaron si Hamas era un grupo terrorista, y todavía lo está pensando. Cuantas personas tan sensibles ante las torpezas machistas y tan insensible ante los cuerpos masacrados por un grupo terrorista. “No solo parece desconocer los límites morales que deben guiarnos, sino que -con su posición sobre Hamás- parece obviar lo que este grupo representa: además de la violencia, la imposición sobre la sociedad de una religión obligatoria, la supresión de las libertades más básicas, y la vulneración de los derechos fundamentales”. Israel tiene derecho a defenderse, pero su respuesta a las acciones terroristas no puede pasar determinados límites y debe respetar las normas internacionales y salvaguardar los derechos humanos de la población civil que los terroristas utilizan como escudos humanos. No es admisible hacer corresponsable a la población civil de Gaza de las acciones terroristas de Hamas. Israel debe respetar el Derecho Internacional, el Derecho Humanitario y los Convenios de Ginebra en su lucha contra el terrorismo y distinguir a los terroristas de la población, perseguir a los primeros, detenerlos e incluso eliminarlos, pero posibilitar que los civiles puedan ponerse a salvo. Si traspasa esos límites -y lo hizo- sus hechos deberán ser condenados. Es contrario al Derecho Internacional ignorar las resoluciones de la ONU y oponerse por la fuerza al establecimiento de un Estado palestino; es contrario al Derecho Humanitario, expulsar de sus hogares a miles de ciudadanos y bombardearlos mientras huyen; y es contrario a los Convenios de Ginebra bombardear indiscriminadamente edificios civiles -incluidos hospitales y escuelas- y privar de energía, agua y alimentos a la población civil. Es contrario a la justicia más elemental dar una ultimátum de 24 horas para que cerca de un millón de personas abandonen el norte del país y se instalen allende el río Gaza, y continuar los bombardeos incluso cuando traspasaron ese límite, incluido el paso fronterizo de Rafah. Hamas ha atacado injustamente y a traición a Israel, pero una injusticia no puede ser cubierta por otra. En la manifestación madrileña, participaron la ministra de Asuntos Sociales, en funciones, Ione Belarra, y altos dirigentes de Podemos, como Inma Serra, que coreaban “es resistencia, no terrorismo”, cuando deberían haber dicho lo contrario. Israel no ha atacado a Gaza, sino que ha sido Hamas el que ha atacado a Israel, y no puede aquél oponer resistencia a una ocupación, cuando Israel se retiró de la franja hace 18 años. La resistencia es pasiva y supone la oposición frente un ataque ¿Cómo puede calificarse de tal una agresión de Hamas contra la población civil de Israel, que ha causado el asesinato de 1.200 ciudadanos -incluidos ancianos, mujeres, niños y bebés-y el secuestro de más de 200 rehenes? Ha sido el acto de terrorismo más canallesco y sangriento producido desde el Holocausto nazi, pero la izquierda mira para otro lado y solo condena las lógicas represalias de Israel contra el ataque traicionero de Hamas. Belarra ha acusado a Benjamín Netanyahu de aplicar a los palestinos una política de apartheid y ocupación que vulnera los derechos humanos, e instado a Pedro Sánchez a que presente una querella ante la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional para que investigue los crímenes de guerra cometidos por Israel. No contenta con esto, ha añadido que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. La ignorancia es atrevida y la de la secretaria general de Podemos es infinita. Según la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio, por tal se entiende “el delito perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”. A Israel se le podrá acusar de cometer diversos delitos, pero no del de genocidio. Israel combate con los palestinos de Hamas que lo han atacado, bombardea todo Gaza y es previsible que invada su territorio, pero con sus actuaciones, no pretende eliminar de la faz de la tierra a los gazatíes por ser palestinos, árabes o musulmanes. Quienes sí cometen actos de genocidio son los terroristas de Hamas, porque ellos si tratan de destruir a los israelitas por el hecho de ser israelitas. Sánchez se ha abstenido de criticar a su ministra o a desmentir sus graves acusaciones a Israel y a Netanyahu, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha salido al quite y afirmado que es completamente normal que dentro de un Gobierno de coalición pueda haber posturas diferentes, y que los ministros y las ministras gozaban de la libertad de expresión en un país democrático como España. El problema es que reulta difícil comprender este desdoblamiento funcional de una ministra y saber cuando actúa como tal, como secretaria general de Podemos o como “una donna cualunque”. La interesada ha tenido la deferencia de sacarnos de dudas y ha manifestado que, cuando hablaba, lo hacía como ministra, y que su petición de reconocimiento del Estado de Palestina y sus acusaciones contra Israel constituían posturas de su Gobierno. Albares no se ha atrevido a ponerla en su sitio y se ha limitado a reiterar que la política exterior del Gobierno la fijaban el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores ¿Puede considerarse serio y responsable un Gobierno en el que sus componentes tienen una posición enfrentada sobre una cuestión tan importante como es la política exterior y que presidente de ese Gobierno ni se inmute? Equivocada lucha de comunicados Las inadmisibles declaraciones de Belarrra y otros miembros del Gobierno no gustaron al presidente del Gobierno de Israel, ni a su embajadora en España, Rodica Radiam-Gordon, quien ha mostrado su talante belicoso al afirmar que “suministrar agua y luz a Gaza supone apoyar a Hamas”. La embajada de Israel en Madrid hizo público el pasado día16 un inaudito e inadmisible comunicado, que revela la prepotencia de este Estado y su convicción de que tiene bula para decir y hacer lo que le plazca: “Israel condena enérgicamente las recientes declaraciones de algunos miembros del Gobierno español. Es profundamente preocupante que, en un momento en el que Israel está de luto por la pérdida de vidas inocentes en el bárbaro ataque de Hamás el 7 de octubre, en el que más de 1.300 hombres, mujeres y niños fueron bárbaramente asesinados, y más de 150 civiles -incluidos niños, mujeres y ancianos-permanecen cautivos de los terroristas de Hamas en Gaza, ciertos elementos del Gobierno español han optado por alinearse con este terrorismo tipo ISIS. Estas declaraciones no solo son absolutamente inmorales, sino que también ponen en peligro la seguridad de las comunidades judías en España, exponiéndolas al riesgo de un mayor número de incidentes y ataques antisemitas. Hacemos un llamamiento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que denuncie y condene inequívocamente estas vergonzosas declaraciones”. Este increíble comunicado, contrario a las más elementales normas y principios de la diplomacia, contiene numerosos errores de fondo y de forma, y viola el artículo 41-1 de la Convención de Viena de 1961 sobre relaciones diplomáticas, que establece que los diplomáticos están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos del Estado receptor. El comunicado contiene graves errores como 1) afirmar que ciertos elementos del Gobierno español -sin especificar cuáles- se han alineado con un terrorismo tipo “Estado islámico”, con lo que acusa a todo el Gobierno de connivencia con el terrorismo; 2) calificar de “inmorales” unas declaraciones que ponen en peligro la seguridad de las comunidades judías España; y 3) exigir al presidente Sánchez que denuncie y condene las vergonzosas declaraciones de sus ministros. Desde un punto de vista formal, este tipo de protestas se deben hacer de forma discreta, mediante notas escritas confidenciales, y no mediante comunicados públicos. La reacción del Gobierno español tampoco ha seguido los hábitos diplomáticos. Ese mismo día, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó otro comunicado en el que afirmaba que “el Gobierno de España rechaza tajantemente las falsedades vertidas en el comunicado de la embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no acepta insinuaciones infundadas sobre ellos. Cualquier responsable político puede expresar libremente posiciones como representante de un partido político en una democracia plena como es España. En todo caso, la posición del Gobierno de España en su conjunto con respecto a los ataques terroristas perpetrados por Hamás es clara: condena tajante, exigencia de liberación inmediata e incondicional de rehenes, y reconocimiento del derecho de Israel a defenderse dentro de los límites marcados por del Derecho Internacional y el Derecho Humanitario. El Gobierno en su conjunto ha expresado reiteradamente la necesidad de distinguir a la población palestina del grupo terrorista Hamas, de proteger a la población civil de Gaza y la necesidad imperiosa de mantener los suministros básicos indispensables para el bienestar de dicha población. El Gobierno en su conjunto reitera que la única solución viable para alcanzar una situación de paz y estabilidad en la región es la solución de dos Estados que coexistan en paz y seguridad, tal como ha sido avalado por Naciones Unidas”. El Ministerio se equivoca al hablar de un “Gobierno en su conjunto”, cuando solo hay un Gobierno y punto. Lo que pasa es que no existe un Gobierno, sino dos como mínimo, que están abiertamente enfrentados en política exterior. Es cierto que cualquier responsable político puede expresar libremente su posición como representante de su partido, pero -como ministro de un Gobierno en el que todos sus componentes son solidarios- tiene que respetar las decisiones del mismo sobre dicha política, que debe ser fijada por el presidente del Gobierno y por su ministro de Asuntos Exteriores. Aquí no cabe desdoblar la personalidad del interesado para que unas veces sea ministro y otras dirigente de un partido político. Cuando hace una declaración de la importancia de la realizada por Belarrra, lo hace en cuanto miembro del Gobierno de España, como ha reconocido la propia ministra. No es cierto que todo el contenido del comunicado de la embajada israelita sea falso o infundado. Belarra ha hecho graves acusaciones contra Israel y su jefe de Gobierno, y si Sánchez fuera un presidente de verdad, o condonaría lo afirmado por su ministra o la llamaría al orden, pero no permanecer en silencio. Albares ha tenido que repetir que la política exterior del Gobierno la fija su presidente. Eso es cierto, de conformidad con lo previsto en la Constitución, pero no es menos cierto que todos los miembros del Gobierno -que son solidarios- están obligados a cumplir los acuerdos del Consejo de Ministros, y Belarra no lo ha hecho. En el ámbito formal, el Ministerio ha imitado el error de la embajada y recurrido a la práctica inhabitual de expresar su opinión en un comunicado público. En vez de haber telefoneado a la embajadora para decirle que no fuera mala chica y no incordiara a más de lo necesario, debería haberla convocado para advertirle que era inaceptable su actuación, rechazar sus alegatos y entregarle una nota de protesta. Radiam-Gordon ha hecho méritos sobrados para ser declarada “persona no grata”, pero -si no se hizo con la embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, cuando se entrometió groseramente en los asuntos domésticos de España- tampoco se podía hacer con la representante israelita para no discriminar entre dos Estados, antaño enemigos, y que están ahora a partir un piñón y comparten muros de la vergüenza. El ministro Albares ha dado por zanjado el incidente. Conclusiones De lo anteriormente expuesto, cabe extraer las siguientes conclusiones: 1.-Con su traicionero y mortífero ataque a Israel, Hamas ha cometido un acto de genocidio contra el pueblo judío. Israel tiene derecho a defenderse frente a semejante ataque, pero tiene unos límites que no debe superar, cuales son el respeto al Derecho Internacional y al Derecho Humanitario, que ha incumplido. Ha cometido actos de lesa humanidad como la agresión a civiles, la violación de sus derechos fundamentales o el traslado forzoso de población, pero no ha cometido actos de genocidio. 2.-El conflicto israelo-palestino existe desde la independencia de Israel en 1948, cuando Israel se negó a aceptar la existencia de un Estado árabe en Palestina e incumplió -al igual que hicieron los países árabes- la resolución 232(1967) del Consejo de Seguridad, que decidió el reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia de todos los Estados de la región -incluido el palestino-, y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, y exigió la retirada de las tropas israelitas de los territorios ocupados. La tesis de los dos Estados y del intercambio de ”paz por territorios” ha sido siempre rechazada por Israel, que ocupa ilegalmente los altos de Golán , Cisjordania y Jerusalén, y ha impuesto un bloqueo sobre Gaza. 3.-La Comunidad internacional se ha desinteresado del enquistado conflicto y la Unión Europea se ha mostrado dividida sobre el mismo. Aunque sea muy difícil de resolver, la única solución viable es la creación de los Estados en Palestina, el reconocimiento por los países árabes de Israel y de su derecho a existir como Estado, y la cooperación pacífica entre los países de la región. Los principales escollos son la ilegal instalación de colonos israelitas en Cisjordania, la confiscación de las tierras de los palestinos, la opresión y discriminación de éstos en su propia tierra, y el cultivo del odio en los jóvenes palestinos contra Israel, al que se describe como el enemigo de Alá y a los que se insta -desde la escuela y la familia- a matar a los judíos. 4.-El pueblo palestino tiene derecho a la libre determinación y la constitución de un Estado, pero el recurso a la agresión y al asesinato de poco le ayudará a conseguirlo, antes al contrario. La Asamblea Nacional Palestina no controla Gaza- donde gobierna a Hamas- y ni siquiera Cisjordania, y su líder Abu Mazen está desprestigiado. Es necesario renovar el liderazgo de Al-Fatah y acabar con el nepotismo y la corrupción 5.-El mayor ganador de la agresión de Hamas ha sido Irán, cuyo principal objetivo es la destrucción de Israel, para lo que se sirve de las milicias terroristas de Hamás en Gaza y de Hizbolah en Líbano. Con el ataque que ha organizado, financiado y dirigido por control remoto, ha conseguido contrarrestar el progreso de la “Doctrina Abraham” e impedido la formalización de un acuerdo para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Arabía Saudita y otros países árabes. 6.-Existe el peligro de que el conflicto se extienda a Cisjordania y a los países vecinos, provoque la intervención de Hizbolah -y eventualmente Irán-, y se generalice la guerra en la región. El Gobierno iraní ha hecho un llamamiento a los países árabes y musulmanes para que paren el genocidio de Israel en Gaza. Estados Unidos es el único país que puede ejercer presión sobre Israel para que adopte una actitud más razonable, acepte la tesis los dos Estados, y dé una respuesta proporcionada a la la agresión de Hamas. Teme que se expanda el conflicto y el presidente Biden tratará de evitarlo, en su actual visita a Israel, en la que -si bien reiterará su total apoyo a Israel- tratará de que modere su respuesta -ya ha dicho que ocupar Gaza sería un gran error- y que permita la llegada de los camiones con auxilios humanitarios atascados en el paso de Rafah. Egipto condiciona su apertura a que Israel deje de bombardear la zona, pero éste se niega, porque supondría ayudar a los terroristas. 7.-Hamas debería liberar a los rehenes secuestrados y devolverlos a Israel, y éste bería hacer lo propio con algunos presos palestinos. Los dirigentes de la banda han exigido en contrapartida la liberación de 6.000 prisioneros, conscientes de que la libra de carne judía vale infinitamente más que el kilo de carne palestina. Israel se resiste, con razón, a negociar con Hamas, pero le será tremendamente difícil recuperar con vida a los 199 rehenes retenidos en los túneles de Gaza sin hacerlo. Los terroristas han tendido una trampa en la que se verán envueltos los soldados israelitas si tienen que entrar casa por casa, lo que supondría un altísimo coste en vidas humanas. 8.-España debe sumarse sin titubeos al frente democrático contra la amenaza terrorista de Hamas y, a la par, seguir defendiendo la tesis de los dos Estados y el derecho de los palestinos a la libre determinación. 9.-El Ministerio de Asuntos Exteriores español y la embajada israelita han cometido errores de bulto, tanto de fondo como de forma, por su reacción ante las inadmisibles declaraciones de Belarra, al margen de los normales canales diplomáticos. 10.-La extrema izquierda en general, y la española en especial, ven la paja en el ojo israelita, pero no la viga en el de Hamas. Apoyan incondicionalmente a los palestinos y condonan sus actos criminales, por muy atroces que sean, mientras que critican severamente la actuación de Israel. Todo sea por la justicia y la equidad.. Madrid,18 de octubre de 2023

sábado, 14 de octubre de 2023

Condena sin paliativos del ataque terrorista de Hamas a Israel, pero...

CONDENA SIN PALIATIVOS DEL ATAQUE TERRORISTA DE HAMAS A ISRAEL, PERO… El 7 de octubre de 2023, en el 50 aniversario de la guerra Yon Kipur, se ha producido uno de los crímenes de lesa humanidad más execrables desde el Holocausto, con los ataques terroristas realizados desde Gaza contra Israel por el grupo palestino Hamas, que ha producido una masacre de más de 1.200 israelitas, incluidos ancianos, mujeres, niños y bebés. Los terroristas atacaron por tierra, mar y aire, en una operación sincronizada al milímetro, con material bélico moderno y sofisticado, facilitado por Irán. Al mismo tiempo que sus comandos invadían el país vecino, lanzaron -desde sus bases en tierra, lanchas neumáticas y drones- misiles sobre todo Israel, incluidas Jerusalén y Tel Aviv. Semejante operación ha sido cuidadosamente preparada durante meses y es incomprensible cómo uno de los servicios de inteligencia más eficaces del mundo -como es el Mossad, con espías infiltrados en toda Palestina- no haya sido capaz de detectar la preparación y realización del citado ataque. Resulta asimismo incomprensible que la Fuerzas Armadas más poderosas de Oriente Medio y que se encuentran en permanente estado de alarma, se hayan visto sorprendidas por segunda vez con la guardia baja y hayan sufrido una impresionante humillación. Los atacantes desactivaron las alarmas y los medios de vigilancia en la frontera, rompieron el impresionante muro defensivo y entraron en territorio israelíta con todo tipo de vehículos, asaltando por sorpresa pueblos, kibutzs, una base militar y un festival de música electrónica en el que participaban cientos de jóvenes. Entraron casa por casa y dispararon contra sus habitantes, asesinaron a ancianos y decapitaron bebés, violaron mujeres, tirotearon a los vehículos y a las personas que huían despavoridas, secuestraron a cientos de personas y se las llevaron como rehenes, y cometieron todo tipo de atrocidades en una orgía de sangre. Y no satisfechos con esa exaltación de odio, se ensañaron con los cadáveres, desnudaron y humillaron a las jóvenes, y filmaron vídeos que recogían sus actos criminales y los distribuyeron por las redes sociales con el fin de intimidar a la población israelita con el terror. Las escenas eran horripilantes. En uno de los vídeos, se podía ver a una joven semidesnuda, arrojada en la baca de una camioneta, en una postura antinatural, y pisoteada por los gloriosos “gudaris”. El trofeo era exhibido por las calles gazatíes en medio de gritos de “Allah Akbaru” –“Alá es grande”-y entre los escupitajos de los chavales que contemplaban el espectáculo. No voy a explayarme más en este tema pues cualquiera puede ver estas repugnantes imágenes, que nos traen a la mente las atrocidades de los ”progroms” y de los los campos de concentración nazis. Reacciones ante la agresión terrorista de Hamas Tras reponerse del pasmo causado por la audacia y efectividad de la banda terrorista y del clamoroso fracaso defensivo de su Ejército, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha reaccionado como era de temer. El presidente describió el ataque como “el 11-S de Israel”, afirmó que se encaminaban hacia una guerra larga y agotadora, y decidió destruir por completo toda la infraestructura gubernamental y militar de Hamas en Gaza. Israel está enviando cada día bombas y misiles sobre todo el territorio vecino y destruyendo infraestructuras y viviendas, en una ofensiva sin limitaciones, que llevará probablemente a la invasión y ocupación de la franja. Ha cortado el suministro de agua de energía y de combustible – lo que ha provocado el cierre de la única central eléctrica de la franja-, y sellado la frontera para impedir el paso de vehículos que transporten alimentos o cualquier otro tipo de ayuda. Se trata de una represalias sin precedentes por una agresión sin precedentes. Netanyahu ha declarado el estado emergencia y movilizado a 300.000 reservistas. Ha acordado con el líder de la oposición Beny Gantz -ex-jefe del Estado Mayor del Ejército- la formación de un Gobierno de unidad nacional, que centrará sus esfuerzos en la conducción de la guerra, y se ha suspendido la tramitación de la controvertida ley que pretendía el control de la justicia por el Ejecutivo, esperemos que “sine die”. Ha dado un ultimátum al más de un millón de habitantes del norte de Gaza para que abandonen la zona en un plazo de 24 horas, en medio de un caos de bombas. Estados Unidos ha expresado su apoyo incondicional a Israel tras, la ”ola de atrocidades enfermizas” cometidas por los terroristas, y respaldado su derecho a la defensa. Biden ha manifestado su disposición a facilitar los recursos necesarios y enviado a la zona la joya de la Armada norteamericana, el portaaviones “Gerard R. Ford”. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha viajado al país para mostrarle su solidaridad. En la UE, el comisario de Ampliación, Oliverr Varhelyl, anunció la suspensión de toda la ayuda a Palestina para que no cayera en manos terroristas y von der Leyen lo tuvo que desmentir. Como observó Josep Borrell, Hamas era una organización terrorista; pero la Autoridad Nacional Palestina no lo era y la Unión colaboraba con ella. No todos los palestinos eran terroristas, por lo que un castigo colectivo sería injusto. Las víctimas aumentaban en Gaza y la situación humanitaria era crítica, “así que tenemos que dar más apoyo, no menos”. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión decidieron condenar la barbarie cometida contra civiles desarmados, familias y niños, respaldar el derecho de Israel a defenderse, y mantener la ayuda a Palestina. Von der Leyen también ha visitado Israel y Borrell ha pedido a Israel que facilite corredores humanitarios para permitir que pueda llegar la ayuda, y a Egipto que abra el paso fronterizo de Rafah, para que puedan salir los gazaties expulsados. El presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, ha expresado su rechazo a las prácticas de matar a civiles o abusar de ellos en ambos lados, pero la mayoría de los Estados árabes se han abstenido de condenar las matanzas y han expresado su apoyo al pueblo palestino. Ha sido significativo el comentario de la reina Rania de Jordania -palestina de origen-, que ha preguntado si no era autodefensa estar frente a unas fuerzas de ocupación. A esta pregunta ha contestado el profesor David Jiménez Torres con otra pregunta: ¿”Qué tiene de autodefensa la masacre de familias enteras en sus casas o el ametrallamiento de los asistentes a una fiesta en el desierto? Es evidente que Hamas no ha seguido una lógica militar, sino exterminadora”. Para Rafa Latorre, lo que ocurre con Hamas -y es algo que debería hacer reflexionar a quienes enmascaran sus violaciones, secuestros y asesinatos en una lucha legítima contra la ocupación- es que, no solo antepone la destrucción de Israel a la supervivencia del pueblo palestino, sino que supedita la vida de cada uno de los palestinos a la destrucción de Israel. Irán -considerada como la inspiradora de los ataques- ha manifestado que no ha intervenido para nada en la operación, aunque haya mostrado su satisfacción por el éxito de la misma. Aunque en Estados Unidos se diga que no tienen hasta ahora constancia de una intervención iraní, cabe preguntarse ¿Qui prodest? Impulsadas por la “Doctrina Abraham”, están muy avanzadas las negociaciones para que se establezcan relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudita -campeón del sunismo-, y el principal interesado en que fracasen dichas negociaciones es su rival por la hegemonía en Oriente Medio, Irán -campeón del chiismo-. Hamas y Hizbollah son las dos patas del expansionismo persa en la región, y un portavoz de aquél ha admitido la ayuda de Irán para el ataque sorpresa, que no podría haber sido preparado y realizado sin la cobertura técnica, militar y financiera de los ayatolahs. En la Conferencia de la Liga Árabe celebrada en Jartum en 1967, se adoptó la resolución de los tres noes: no a la paz con Israel, no a su reconocimiento y no a las de negociaciones con él. Rompieron este consenso Egipto en 1978, Jordania en 1993 ,y Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos en 2020. Como estaban a punto de culminar las negociaciones con Arabia Saudita y otros países del Golfo, Irán ha hecho todo lo posible para que fracasen, y Hamas ha sido su instrumento. Tras los bombardeos de represalia y la previsible invasión israelita de Gaza, la normalización de las relaciones de Israel con otros países árabes ha saltado por los aires. Hitzbollah ya ha asomado la patita al iniciar el cañoneo a la parte norte de Israel desde el Líbano y -si hasta ahora se ha tratado de un intercambio moderado de cañonazos- ha enviado un aviso a navegantes de que, si la guerra se generalizara e Irán así lo decidiera, las bien entrenadas y pertrechadas milicias de Hitzbollah podrían abrir otro frente, lo que colocaría a Israel en una posición delicada al verse entre dos fuegos. ¿Cuál es la posición de España? No es tan fácil de precisarla, debido a que tenemos un Gobierno bifronte, cuyos dos componentes discrepan abiertamente sobre la política exterior a seguir. Sánchez ha apoyado sin entusiasmo la posición mantenida por la UE y condenado la agresión de Hamás a Israel, pero no ha mencionado su derecho a defenderse frente a ella. Es significativo que el presidente no se haya unido al comunicado conjunto firmado por Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia, pese a ser el presidente en ejercicio del Consejo Europeo. Armengol se ha negado a que el Congreso adoptara una resolución institucional de condena del terrorismo de Hamás. Su socio de Sumar y sus aliados preferentes de ERC y de Bildu han adoptado una posición discrepante, ya que han expresado su apoyo al pueblo palestino y el derecho de los pueblos ocupados a defenderse. La vicepresidenta Yolanda Díaz se desmarcó de la posición de su Gobierno y el eurodiputado Manu Pineda -acusado por el Grupo Wiesenthal de ser el portavoz de Hamas en el Parlamento Europeo- ha mantenido que todos los pueblos ocupados tienen el derecho y el deber de defenderse. Más Madrid se ha negado a sumarse al acto institucional en el que el Ayuntamiento de Madrid condenó los ataques terroristas a Israel. Ante el aluvión de críticas recibidas, Sumar ha tenido que plegar velas y el portavoz Urtasun ha manifestado que atacar civiles es una violación de los Conveníos de Ginebra, al tiempo que denunciaba la hipocresía de quienes condenaban estos ataques pero callaban frente a los crímenes que sistemáticamente comete Israel. Díaz ha pedido al Gobierno israelita que ponga fin a la ocupación de Gaza, para que su pueblo pueda vivir con dignidad y la vicealcaldeesa de Jerusalén, Fleur Hassan-Nahoun, le ha contestado y la ha llamado ignorante, porque difícilmente podía desocupar su Gobierno un territorio del que se había retirado en 2005, momento a partir del cual, Hamas empezó a enviar misiles contra Israel. La hija del que fue alcalde de Gibraltar ha ocultado, sin embargo, que la Organización integrista ganó democráticamente las elecciones en la franja y que Israel había decidido bloquear el territorio, por lo que sus líderes se quejaron con razón por el hecho inaudito de que fueran castigados por haber ganado limpiamente unas elecciones. Enrique Santiago y otros líderes del pluripartido se han negado a calificar los ataques de actos terroristas, y José Manuel Albares ha tenido que salir a la palestra para decir que evidentemente lo eran. Igual opinión ha expresado el PP a través de su portavoz Borja Semper, quien arremetió contra Sumar por justificar el ataque y proyectar la imagen nefasta de un Gobierno dividido en la condena. El presidente del Senado, Pedro Rollán, lo ha calificado de “sin razón y brutalidad”, y afirmado que no se podía mirar para otro lado, por lo que está preparando una declaración institucional de condena por parte de la Cámara Alta. Corresponsabilidad de Israel en la situación en que se encuentra Palestina Hay un gran” pero” en la conducta de Israel con respecto a Palestina. Antonio Lucas ha descrito el ataque de Hamás como “la respuestas sicaria contra los excesos sicarios de Israel en los territorios palestinos; el partido de vuelta de medio siglo de humillaciones, de confinamientos, de crímenes selectivos, aceptados y silenciados”. No comparto esta identificación de los atentados terroristas de Hamas y las represalias del Estado de Israel, que podría cometer un crimen si su respuesta no fuera proporcionada. El secretario de Estado del Vaticano, Piero Parolini, ha recordado a Israel que la legítima defensa debe respetar la proporcionalidad. Es obvio que Israel tiene derecho a defenderse y responder a los ataques, pero el problema es que hace una interpretación maximalista de la bíblica Ley de Talión, en la que un diente se convierte en la dentadura y un ojo en toda la cara. Aunque la banda no tenga la mínima justificación para su horrenda actuación criminal, es justo reconocer que el Gobierno de Israel tiene un alto grado de responsabilidad en que se haya llegado en Palestina a la situación actual. Como ha observado Latorre, Israel es un Estado que ha vivido desde su fundación en trance existencial y Hamas, lejos de encarnar el derecho a la resistencia de un pueblo oprimido, es la vanguardia de una nación con pretensiones genocidas. El terrorismo -que fue practicado por los padres de la patria hebrea, colmo Menahem Begin- es el peor de los métodos. Israel ha incumplido desde su inicio como Estado las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. La 182(1947) decidió la partición del antiguo mandato británico de Palestina y el establecimiento del Estado de Israel. Tras las guerras de 1948 y 1987 -que acabaron con la derrota de los países árabes y la ocupación por parte de Israel de Cisjordania, la orilla occidental del Jordán, los altos de Golán y Gaza-, el Consejo exigió, en su resolución 232(1967), la implantación en Palestina de una paz justa duradera, que implicaba la retirada israelí de los territorios ocupados y el reconocimiento de la soberanía, la integridad territorial y independencia política de todos los Estados de la guión, y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas. Esta resolución fue rechazada por ambos contendientes y -después de la guerra de Yom Kipur (1973) y de la invasión de Líbano por Israel (1982), continuaron los enfrentamientos y la situación se deterioró a partir de 1987 con el lanzamiento de la primera Intifada, y la Comunidad internacional estimó que había llegado el momento de iniciar unas negociaciones para solucionar el conflicto palestino. España jugó un papel protagonista cuando en 1991 se celebró en Madrid la Conferencia de Paz en Oriente Medio, en la que se inició por primera vez un diálogo directo entre árabes e israelitas sobre el Estatuto de Palestina. Roto el hielo de la desconfianza, se celebraron negociaciones secretas en Oslo, que se plasmaron en 1993 en el un Acuerdo, firmado por Isaac Rabin y Yasser Arafat, y se adoptó una declaración de principio de “intercambio de paz por territorios”. La OLP reconoció el derecho del Estado de Israel a vivir en paz y libertad, y éste aceptó a la Organización como representante legítima del pueblo palestino -tras su renuncia al terrorismo-, y a la Autoridad Nacional Palestina como el embrión de un futuro Estado en Jericó y Gaza, que amplió en 1994 al resto de Cisjordania -Acuerdo de Oslo-2, lo que permitió la instalación en Ramallah de ANC y la retirada de las tropas israelíes de las principales piudades de la región. Fui testigo presencial de esta situación cuando, en la Navidad de 1995, visité Palestina con toda mi familia. Los Acuerdos de Oslo empezaban a surtir sus efectos benéficos y Arafat comenzó a crear la estructura de la Autoridad. Reinaba un ambiente distendido, que permitía cruzar las fronteras y los controles ningún problema. Participamos en Belén en la Misa del Gallo- a la que también asistió el líder palestino y su esposa cristiana Suha- y se respiraba un ambiente propicio al compromiso. Esta situación se deterioró notablemente tras el asesinato de Rabin el 4 de noviembre de 1995 por un ultranacionalista y el triunfo en las elecciones de 1996 de una coalición del Likud y de los partidos religiosos. El presidente del Gobierno, Netanyahu, paralizó el proceso negociador. La construcción de un túnel bajo la explanada de las mezquitas en Jerusalén y la manifestación en la misma de Ariel Sharon y un grupo de radicales judíos fueron consideradas como una provocación palestinosy una grave ofensa a la religión islámica, y se produjeron graves enfrentamientos, que provocaron una segunda Intifada, que acabó con la quimera de una solución pacífica. En el 2000, se produjo un nuevo intento en Camp Davis -donde se entrevistaron Arafat y Barak-, que fracasó ante las notables divergencias existentes entre los dos bandos. Dos años más tarde, el Gobierno israelita realizó una campaña contra la ANP y Al-Fatah, confinó a Arafat en su residencia, y alentó el desarrollo de Hamas en Gaza para debilitar a la Autoridad, con lo que aumentó el peso político del movimiento integrista. En 2003, el Gobierno construyó un muro de 700 kilómetros del norte al sur de Cisjordania, que fue declarado ilegal por el Tribunal Internacional de Justicia. En 2005, Israel se retiró de Gaza y dejó el campo libre a Hamas, que ganó las elecciones de 2006 y se desligó de la ANP. Un ministro de Hamas, Nasser Shaer, confesó a Javier Espinosa que habían propuesto a Israel que, si se retiraba de Cisjordania y permitía la creación de un Estado palestino -con los límites establecidos por la ONU en 1967 y con Jerusalén como su capital- se acabaría el conflicto, pero el Gobierno israelita rechazó la propuesta, que era una versión de la “tesis de los dos Estados”, que podría suponer una solución del diferendo, pero que ahora se encuentra más lejos que nunca de realizarse. Descalificación de quienes osen criticar los excesos de Israel Soy consciente de que estoy entrando en terreno pantanoso y que pronto seré acusado de antisemita, cosa que ya hizo el Gobierno israelita con anterioridad. No soy antisemita -entre otras razones porque yo también soy semita-, ni antijudío, ni anti- israelita. A lo sumo, sería antisionista. También es cierto que siento simpatía por el pueblo palestino -el más culto y preparado del mundo árabe-, que -como el pueblo judío- ha sido objeto de opresión y de discriminación, y no solo por Israel, sino también por sus “hermanos” árabes, que apenas len ha ayudado a resolver sus problemas vitales y han estabulado a sus ciudadanos durante tres generaciones en precarios campos de refugiados, para mantener a su costa la llama viva de la oposición a Israel. Israel, que bíblicamente es un elegido del cielo, quiere también serlo en la tierra, y a lograrlo contribuyen Estados Unidos y otros países occidentales. Unos ejemplos: Cuando fungí como representante permanente de España ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica en Viena, fui testigo del trato privilegiado que recibía Israel, que -junto con Cuba, India y Pakistán- no era miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear. Todos los años, la Asamblea hacía un llamamiento a los Estados que no eran parte en el mismo para que se incorporaran a él, pero nunca se nombraba a Israel, que -a diferencia de otros Estados pre-nucleares, como Irán, Sudáfrica o la República Popular de Corea-no admitía intervención alguno del OIEA en sus instalaciones nucleares, ni aplicaba en ellas sus salvaguardias. Pese a ello, recibió asistencia técnica del Organismo, hasta su ataque a la central nuclear iraquí de Osirak, Israel se empeñó en que se le reanudara dicha asistencia y forzó Estados Unidos a que planteara el tema, pese a que había expresado sus reservas sobre la conveniencia de hacerlo. La UE también se había mostrado contraria a ello y adoptó una ” acción común”, en la que se acordó la oposición de la Unión a la propuesta. Cuál no fue mi sorpresa cuando -en la reunión preparatoria de los Estados miembros de la Asamblea- el embajador alemán, que desempeñaba la presidencia temporal del Consejo Europeo, señaló de pasada que los miembros de la UE apoyarían la propuesta israelita. Intervine para decir que el Consejo había decidido justamente lo contrario, y me apoyaron los embajadores de Gran Bretaña y de Portugal, por lo que -al no haber consenso- tuvo que omitir de su discurso en nombre de la Unión la referencia al apoyo a Israel. Un día después, el Ministerio me informó que la embajada israelita en Madrid había presentado una protesta por mi comportamiento y me guía acusado de antisemita. Sin comentarios. Admiro al pueblo israelita, en cuanto a individuos, por su gran preparación, iniciativa y cualidades artísticas, científicas y técnicas, pero no tanto en cuanto pueblo identitario y, aún menos, como Estado sionista. Cómo jurista, me parecen intolerables su menosprecio de la ONU y sus continuas violaciones del Derecho Internacional y, especialmente, del Derecho Humanitario. Condeno el terrorismo individual o colectivo -como el de Hamas-, pero también el terrorismo de Estado que a veces practica Israel. Solo hay un tipo de terrorismo, sin calificativos. Como presidente de la delegación española en la Conferencia de Nápoles sobre Delincuencia Transnacional Organizada (1994), tuve que enfrentarme a Alemania y Francia, que defendían la existencia de un “terrorismo bueno”, cuando se dieran ciertas motivaciones por justas causas. Pese a sus esfuerzos, la delegación española no logró que la Conferencia incluyera el terrorismo entre los delitos transnacionales, y lo máximo que consiguió fue que se hiciera en la Declaración final una referencia a “los vínculos existentes entre la delincuencia transnacional organizada y los delitos de terrorismo”. Los ataques de Hamas a Israel han sido actos de terrorismo puro y duro, y deben ser condenado como tales. Cabe concluir con el editorial de ”El Mundo”, que dichos ataques han supuesto una injustificable escalada de violencia criminal, que apuntaba directamente a civiles, y constatado el fracaso de la Comunidad internacional para solucionar un conflicto enquistado. La carnicería producida merecía una condena sin paliativos y no podía escudarse en la defensa de la causa palestina. Los objetivos de Hamas transcienden la demanda de un Estado palestino propio, para perseguir la instauración de una teocracia de signo parecido a la de su aliado iraní, cuya larga mano se adivina detrás de un ataque sin precedentes por su sofisticación y por los recursos militares y tecnológicos empleados. “Con su agresión, Hamas daña de forma irremediable la causa palestina y amenaza con desestabilizar aún más Oriente Próximo. Ningún beneficio sacará de ello la población palestina, que sufrirá las consecuencias del legítimo derecho a la defensa que ejercerá Israel”. La condena de las actuaciones ilícitas de Hamas y de Irán, no lleva aparejada la condonación de las conductas ilícitas del Gobierno israelita que sean contrarias al Derecho Internacional, como la de forzar a más de un millón de personas a que abandonen en un plazo de 24 horas el norte de Gaza, lo que provocará una catástrofe humanitaria inconmensurable. El gobierno israelita está expulsando de sus hogares a punta de bomba y misil a miles de ciudadanos de sus hogares y enviándolos en condiciones precarias a en medio de la nada ¿Dónde se refugiarán estos desdichados si nadie los quiere acoger? Cada palo que aguante suelda. Esta disparatada decisión constituye un acto de terrorismo de Estado, que generará su responsabilidad internacional. Por muy elegido que sea, en el cielo o en la tierra, el pueblo de Israel no puede situarse por encima de la ley y de la justicia. Madrid, 14 de octubre de 2023

sábado, 7 de octubre de 2023

A mi investidura voy, de su investidura vengo

A MI INVESTIDURA VOY, DE SU INVESTIDURA VENGO En el sexto aniversario del infamante referéndum ilegal del 1-O, han venido a mi mente algunas estrofas de los “Poemas del alma” de Lope de Vega, que -con algunos ligeros retoques- encajan como un guante en la realidad política que vive el país. “A mis soledades (investiduras) voy, de mis soledades (investiduras) vengo, porque para andar conmigo me basta mi sentimiento (planteamiento) Entiendo de lo que me basta y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio” Resulta increíble la capacidad de premonición por parte del “fénix de los ingenios” de lo que sería cuatro siglos más tarde un presidente del Gobierno de España. Cómo ha señalado Cayetana Álvarez de Toledo en su libro “Políticamente indeseable”, “en lugar de certificar la derrota del golpe de Estado de1 1 de octubre de 2017, Pedro Sánchez ha decidido otorgar a sus autores una segunda oportunidad a cambio de sus votos para gobernar. Les ha blanqueado, les ha indultado, les ha otorgado la razón de su relato y en sus agravios, y ha aceptado negociar con ellos el inexistente derecho de autodeterminación del inexistente pueblo catalán. Es decir, el fin de la soberanía del pueblo español. El proceso separatista sigue vivo, solo que ahora se ha trasladado de las instituciones catalanas al Congreso de Diputados, donde Sánchez aspira a promover una cochambrosa mutación constitucional”. Y no pareciéndole bastante, Sánchez pretende ahora conceder una amnistía a los sediciosos. Investidura fallida de Feijóo El rey Felipe VI propuso como candidato a la investidura al líder del partido más votado en las elecciones del 23-J, por lo que fue muy criticado por el PSOE, porque no tenía asegurada la elección y suponía una pérdida de tiempo y una burla a los españoles, olvidando que Sánchez se había presentado en dos ocasiones a una investidura pese a contar con menos apoyos que Feijóo. Siguiendo con su práctica de doble estándar, ha estimado que Sánchez cumplió con sus deberes constitucionales, mientras que Feijóo los incumplió al malgastar el tiempo de los españoles. Éste contaba con el respaldo de 172 diputados, por lo que solo le faltaban cuatro votos para obtener la mayoría requerida, que le podrían ser facilitados por el PNV, que ya apoyó en su día Aznar y a Rajoy. No era por tanto ninguna temeridad intentar conseguir la investidura y no dio la espantada, como hizo su correligionario Rajoy. La tentativa no ha supuesto ninguna pérdida de tiempo y ha tenido muchos efectos positivos. Feijóo presentó un programa razonable de Gobierno, que suponía un contraste con la política errática y caótica seguida por el Gobierno Frankestein-1, que ha carecido de la más mínima coherencia en su seno y en el entorno de sus aliados. Propuso al PSOE pactos de Estado y le pidió su colaboración crítica para hacer frente a los muchos retos con lo que se enfrenta España. Sánchez no solo no respondió a su oferta, sino que ni siquiera se dignó subir a la tribuna para contestarle, y optó por hacer “puenting” y encomendar esa labor a un doberman de segunda fila, Óscar Puente, que se dedicó a proferir insultos y a descalificar al candidato, sin responder ni a una sola de las propuestas por él presentadas. Sánchez no tuvo el valor enfrentarse dialécticamente al candidato y se ausentó del ring por temor a recibir una tunda similar a la que sufrió en el encuentro televisivo celebrado durante las campaña electoral, y para no tener que dar explicaciones sobre por qué iba conceder una amnistía y a aceptar la celebración en Cataluña de un referéndum de autodeterminación. Sánchez ha sido derrotado en el combate por incomparecencia. En el Congreso se ha perdido últimamente el decoro y no resulta admisible que algunos diputados llamen a gritos “!Cobarde!” a un presidente del Gobierno, pero hay que reconocer que se lo ha ganado a pulso. Por otra parte, Feijóo ha unificado al PP y consolidado su liderazgo en su partido y en el centro-derecha. Se ha revelado asimismo como un consumado parlamentario en las réplicas a sus opositores -plenas de contundencia y humor galaico-, en la que los dejó fuera de combate. Ignoró las groseras acusaciones del “portacoz” del PSOE y echó en cara a Sánchez que tuviera el cuajo de pactar con quienes asesinaron a compañeros de partido o fueron sus cómplices o encubridores de estos asesinatos, y seguían llevando en sus listas, y tenían como dirigentes, a terroristas condenados por delitos de sangre. Asimismo le criticó su mutismo y su incomparecencia, que eran una descortesía no solo para él, sino también para el Congreso y para todos los españoles. Sánchez se dejó sustituir por los socios frikis del futuro Gobierno Frankenstein-2 y dio instrucciones a sus esbirros para que evitaran pronunciar la nefanda palabra ”amnistía” , como sí, al no ser pronunciada, dejara de existir, cuando -como las brujas en Galicia- “haberlas, haylas” y, si no, que se lo pregunten a Díaz. Pese a que tanto le guste figurar, tuvo ella que eclipsarse del debate para seguir el ejemplo de su patrón y delegar la intervención de su partido multi-siglas en la desvahída Marta Lois y en los representantes de Más Madrid y de IU. No así en los de Podemos, que han sido una vez más castigados. Cabe preguntarse cuál será la reacción de la iracunda y vengativa pareja de la martirizada Irene Montero, y a dónde irán a parar los votos del agraviado partido menguante. Frente a la calificación del PP como perdedor por parte de la “sumarita”, Feijóo le respondió que habían tenido suerte, porque -de haber sido ganador- habría aumentado con creces la actual diferencia de 104 votos existente. Con los de Bildu estuvo demoledor. Les dijo que no les prestaría atención mientras no condenaran los asesinatos de ETA, y les agradeció que no le dieran sus votos, que dejaba para Sánchez. Señaló que era intolerable que un partido que había condonado los asesinatos etarras y tenía como dirigentes a terroristas condenados por delitos de sangre viniera al Congresos a dar lecciones de democracia. Concluyó afirmando que Bildu era el único partido en España que merecía ser sometido a un cordón sanitario. Del PNV dijo que era distinto de Bildu, aunque ambos rivalizaran por ganar las gracias del “ausente” y votaran con él en comandita. Le propinó unos cuantos sopapos, a los que no está acostumbrado, como al preguntarle a su vocero si querían ser el kleenex de usar y tirar de Sánchez, y Aitor Esteban no sabía qué cara poner. Le advirtió que tuviera cuidado con la maratón que había emprendido su partido, porque lo estaba ganando Bildu, y el PSE podría optar por cambiar de coalición y formar un Gobierno “progresista” con Bildu. Le señaló con sorna que él también tenía derecho a ser progresista y, que si lo hubiera sido, Bildu gobernaría en Vitoria y en Guipuzcoa. Se produjo un chusco incidente durante la primera votación -perdida por Feijóo por 172 votos a favor y 178 en contra-, que puso una vez más de manifiesto la parcialidad de las presidentas socialistas del Congreso. En 2022, el diputado del PP Alberto Casero votó por error a favor de la aprobación de la Ley de la Reforma Laboral y de inmediato solicitó que se modificara su voto, pero Batet no accedió -lo que permitió la aprobación de la citada ley-, porque “a lo hecho pecho” y los diputados del PP deberían aprender a votar. Ahora Armengol ha dado a luz a dos nuevas y distintas interpretaciones de un mismo supuesto, lo que pone de manifiesto la descarada versatilidad interpretativa de las presidentas en función de la conveniencia de su partido. El diputado del PSOE Herminio Rufino votó a favor de Feijóo y la propia secretaria del Congreso le advirtió de su error, por lo que pasó del Sí al No, y la presidenta aceptó su rectificación. Dos días más tarde, el diputado de JxC Eduardo Pujol cometió el mismo error y entonces Armengol consideró su voto como nulo. Tras el fiasco de la investidura, se celebró una segunda votación, en cuyo debate Feijoó puso a Sánchez contra las cuerdas, al instarle a que se atreviera a subir a la tribuna para decir si estaba o no a favor de la amnistía y del referéndum de autodeterminación. Él dijo que estaba en contra de ambas “¿Y Vd, Sr.Sánchez?” El interpelado permaneció silente como la esfinge de Gizéh. Repitió rebuzno el energúmeno pucelano, que dio implícitamente por aceptada la amnistía y apuntó hacia el artículo 92 de la Constitución para superar el escollo del referéndum de autodeterminación, que sería sustituido por otro consultivo. La candidatura de Feijóo fue rechazada por 172 votos a favor, 177 en contra y el voto nulo de Pujol. Investidura de Sánchez Tras informarle Armengol del fracaso de la investidura de Feijóo, Felipe VI inició una segunda ronda de contactos con las fuerzas políticas constitucionalistas, de las que se escaquearon una vez más los partidos independentistas. El Rey no tenía una papeleta fácil, porque el boicot nacionalista le impedía conocer de primera mano los apoyos con que contaba el nuevo candidato. Podría haber dado un mayor margen de tiempo antes de proponer un segundo candidato para facilitar las negociaciones entre los partidos e incluso -como han sugerido algunos, como Fernando Sabater- dado un paso hacia la repetición de las elecciones, pero, de haberlo hecho, habría sido severamente criticado por la izquierda y -prudente como es él- no ha querido abrir un nuevo frente y ha designado a Sánchez. Éste se ha mostrado orgulloso por la designación, aunque un comunicado de la Casa Real ha matizado que ha sido propuesto en función “de la disposición a ser candidato en un nuevo proceso de investidura”. Sánchez, que tanto había criticado a Feijóo por haber instado su candidatura con 172 apoyos, solo ha podido confirmar al Rey que contaba con 127 -los 121 del PSOE y los 6 de Bildu-. Incluso su perillo faldero Díaz -que no dudó en peregrinar a Waterloo para “empatizar” con un prófugo y postrarse ante él, a fin de rogarle que le permitiera seguir siendo vicepresidenta del Gobierno Frankenstein-2, a cambio de mercedes estratosféricas- ha sacado los dientes y manifestado interpérrita que Sumar no había decidido aún sobre si volvería a votar a su amo, y que “parlarem”. Armengol -que fijó un margen de tiempo a Feijóo tras consultar con la Moncloa- ha dado una nueva muestra de su parcialidad al no poner plazo alguno a Sánchez por no estar aún la situación madura, y decidirá la fecha de la investidura cuando éste le indique que ya tiene al gato Puigdemont en la talega. Hay, sin embargo, una fecha tope por mandato constitucional, que es la del 27 de noviembre y, si para entonces el candidato no ha logrado la investidura, deberán convocarse nuevas elecciones. El PSOE acusaba a Feijóo de hacer perder el tiempo a los españoles y lo acosaba para que compareciera cuanto antes, dada la urgente necesidad de contar con un Gobierno fijo y estable. Ahora que el designado ha sido Sánchez, han desaparecido las prisas y el candidato se ha dado de margen todo el mes de octubre para negociar consigo mismo, a fin de superar las grandes diferencias programática con Sumar, que -según la astronauta Díaz- son muy importantes ¿Hay algún incauto que se lo crea tras el romántico “pas-à-deux” de Yolanda y Pedro en la entrevista de TVE durante la campaña electoral? Dando muestras de su talante conciliador, Sánchez se entrevistará con los jefes de todos los Grupos parlamentarios salvo con el de Vox, el tercer partido más votado en las elecciones generales. Todo dependerá del dedo imperial de Puigdemont, pues a Sánchez no le bastan los votos de sus aliados del Gobierno Frankenstein-l y requiere la anuencia del prófugo progresista a cambio de una amnistía y de la autodeterminación. Aunque -según Andrés Trapiello- la amnistía esté ya atada y bien atada -como afirmó mosén Junqueras, sin que nadie le contradijera-, el PSOE necesita un mes para hacer pedagogía-exprés, a fin de convencer a sus fieles de las bondades de sus concesiones en pro de la concordancia, la convivencia y el diálogo. Para el profesor José Torné-Dombidau, Sánchez se ha empeñado en pagar su investidura con una inmoral y aberrante amnistía, y hasta con una inconstitucional autodeterminación. “No tiene límites ni freno. Lo que sea con tal de continuar en la presidencia del Gobierno al precio que sea: ¡Pagan los españoles!”. A juicio de Feijóo, la inclusión en el paquete de la autodeterminación -que Sánchez jura y perjura que jamás aceptará por no ser conforme con la Constitución, aunque también lo dijera en su día de la amnistía- es un cebo para vender la amnistía como un mal menor. Sánchez alegará triunfal que, gracias a su capacidad negociadora, ha conseguido que no se conceda la autodeterminación por el ínifimo precio de una amnistía anhelada por el pueblo español. Según el antiguo diputado del PSOE Pedro Bofill, el mal menor sería una repetición de las elecciones, porque el mal mayor sería la formación de un Gobierno débil sometido al chantaje continuo de los independentistas, un Gobierno fraguado en torno a una injusta amnistía, que enquistaría el existente enfrentamiento entre los españoles. “Le amnistía es el problema, no la solución”. Tras su ansiada designación, Sánchez ha pronunciado un discurso, que ha reflejado el grado inconmensurable de su cinismo. Ha afirmado que los electores dieron el 23-J la victoria al Gobierno progresista que él encabezaba, y le concedieron un mandato para que formara otro Gobierno progresista en la misma línea. Sólo cabían dos opciones: un Gobierno de la ultraderecha con Abascal de vicepresidente -pese a que Vox había renunciado a entrar en el Gobierno-, o un Gobierno progresista integrado por el PSOE y Sumar, pese a ser evidente que una coalición de estos dos partidos sólo aportaría 152 diputados, por lo que, para poder gobernar, necesitaría el concurso de todas las fuerzas independentistas, incluido el progresista JxC. No iba a pedir al PP que le apoyara o se abstuviera, pero sí que cumpliera a la Constitución y permitiera la renovación del CGPJ . A Sánchez solo le importa el artículo 122 de La Constitución. Pero la cima de su desvergüenza se mostró cuando instó al PP a que desterrara el insulto y la descalificación de la disputa política, porque podíamos competir sin deslegitimarnos y tener posiciones opuestas sin perdernos el respeto. Esto lo predicaba sin inmutarse un político que va a negociar con Mertxe Aizpurua y Arnaldo Otegui, que han sido condenados por su pertenencia a ETA, pero no con una victima de la banda terrorista, como Abascal; que cedió la portavocía del PSOE en la sesión de investidura a un energúmeno que no hizo más que insultar y descalificar a Feijóo; que, junto con otros dirigentes, lo han calificado de mentiroso, incompetente, corrupto, narcotraficante y otras lindezas; y que ha elevado a nivel nacional el pacto de Tinell, con el fin de poner un cordón sanitario al PP para impedirle que vuelva a gobernar. Aunque siga sin pronunciar la palabra tabú de “amnistía”, a la pregunta de los periodistas sobre si iba a conceder una amnistía, ha reconocido en Granada que se estaba negociando sobre “ella”. Es la palabra fantasma de la que nadie en el PSOE habla en público, pero a la que se refieren cada día en privado, y todos coinciden en que es la clave para que JxC apoye la investidura de Sánchez. Para añadir aun más emoción al asunto, Puigdemont ha afirmado que su partido no se abstendrá en la votación, sino que votará a favor o en contra. Según Carlos Alsina, Sánchez ya ha decidido conceder la absolución a Puigdemont y a sus cuates, aunque no tengan dolor de corazón ni propósito de la enmienda, sino que lo volverán a hacer, ya sin riegos y con la anuencia del Gobierno. Continuarán las oscuras negociaciones y no habrá institución en España que escape a la subasta de Sánchez a cambio de su investidura, que al fin se producirá, porque tanto el Gobierno como los separatistas tiene pánico a una repetición de las elecciones y estos últimos son conscientes de que con Sánchez se vive mejor. Como consecuencia del duelo fratricida entre los hermanos separatistas -a su vez separados-, JxC y ERC están subiendo las apuestas a ver quién hace hocicar más a Sánchez y -una vez dada por conseguida la amnistía- consensuaron una resolución que fue adoptada por el Parlament, en la que se instaba a todas las fuerzas políticas catalanas con representación en las Cortes “a que no den apoyo a una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum”. Los socialistas se enfadaron con sus socios por colarles un nuevo gol en el tiempo de descuento, y el PSOE y el PSC publicaron un comunicado en el que afirmaron que, con un referéndum como el exigido por los indepes, no había avance posible. Han apostado por el diálogo “como la única forma de garantizar el progreso y la convivencia en Cataluña”, pero “siempre dentro de la Constitución”. Y todo ello amalgamado con el cemento de la “generosidad”, nueva palabra mágica, cuyo inconveniente es su “sentido único”, porque ¿dónde se manifiesta la generosidad de los independentistas? ¿En qué ceden, si ganan por goleada y consiguen mediante el chantaje todos sus objetivos? Los independentistas han bajado los decibelios causados por la moción para no arriesgar su inminente victoria. Se está produciendo una creciente reacción del pueblo español contra el Gobierno por sus total sumisión al independentismo, como se ha puesto de manifiesto en la espontánea manifestación celebrada el 24 de septiembre en Madrid a convocatoria del PP, y en la que se celebrará el próximo día 8 en Barcelona a convocatoria de Sociedad Civil Catalana, bajo el lema “No en mi nombre. Ni amnistía, ni autodeterminación”, seis años después de la celebrada a raíz del memorable discurso de Felipe VI -más al día que nunca-, en el que denunció que las autoridades catalanas habían incumplido reiteradamente la Constitución y las leyes, y habían tratado de romper la integridad territorial de España y la soberanía nacional. La principal diferencia con aquel evento es que los socialistas no estarán ahora presentes, porque han pasado al otro lado de la barricada y se han unido a los independentistas. ¿Qué fue de Josep Borrell ‘et ali”? A nivel institucional, el Senado aprobó el día 3 una moción que condenaba las negociaciones opacas de Sánchez con quienes pretenden dinamitar el Estado, y rechazaba de plano cualquier intento de aprobar una ley de amnistía en beneficio de los encausados por el procés, ya que no cabía en la Constitución porque iba contra la prohibición expresa de los indultos generales, colisionaba frontalmente con la sujeción de los poderes públicos a la ley, y vulneraba la interdicción de la arbitrariedad, la independencia judicial en el marco de la separación de poderes, la seguridad jurídica y el principio de igualdad entre los ciudadanos. Al PSOE le preocupa la reacción que pueda tener ante la citada ley el Tribunal Constitucional y, por ello, ha establecido en él una red de seguridad. Como Sánchez afirmó que el TC se tendría que pronunciarse sobre la ley, ha compuesto un Tribunal a su imagen y semejanza, bajo el férreo liderazgo de Cándido Conde-Pumpido, que, más que un tribunal imparcial, parece una sección más de la Administración. Presidido por un ex-fiscal general del Estado, forman parte de él quienes fueron ministro de Justicia, directora general de la Presidencia del Gobierno o presidenta del Observatorio de la Violencia de Género, por lo que ya toma sistemáticamente sus decisiones por 7 votos a 4. Varios presidentes autonómicos -incluido el de Castilla/La Mancha- han afirmado que plantearán la constitucionalidad de la ley ante el TC, y García-Page ha mantenido que éste debería pronunciarse antes de la adopción de la misma. Según Jaume Asens, el TC está ahora controlado por la izquierda, lo que facilitará que la ley pase el filtro del Tribunal. El portavoz mediático del Gobierno -“El País”- ya ha anunciado la buena nueva en un artículo de Xavier Vidal-Foch, titulado “El Tribunal Constitucional respalda en 22 sentencias el encaje de una amnistía”. Está por ver si los magistrados del TC optan por ensuciar sus togas con el polvo del camino separatista y condonan una inconstitucional amnistía, o mantienen su honorabilidad y su prestigio jurídico. La mayoritaria Asociación de Fiscales ha enviado una carta a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jurova, y al comisario de Justicia, Didier Reynders, para advertirles de que, si se aprobara la Ley de Amnistía que está preparando el Gobierno, “se estaría poniendo en cuestión toda la arquitectura institucional, y, en definitiva, el estado de derecho en España, lo que justificaría, a nuestro juicio, la intervención de los órganos correspondientes de la UE a fin de garantizar el cumplimiento de los estándares europeos”. Tras exponer los argumentos que probaban la inconstitucionalidad de la Ley, la Asociación ha pedido a la Unión que, en el caso de que se adoptase, activara el proceso para suspender derechos a España por poner en situación de grave riesgo el Estado de Derecho con una ley, que es “contraria a los principios de separación de poderes y de independencia judicial y, por lo tanto, quebranta algunos de los valores esenciales de la UE”. ¡Son palabras mayores! Por otro lado, el instructor del TS, Pablo Llarena, podría plantear una cuestión prejudicial ante el TJUE. La espada de la Justicia sigue, pues, en alto. En un espléndido artículo sobre “L’Espagne, une démocratie à la dérive”, publicado en “Telos”, el hispanista francés Benoit Pellistrandi ha afirmado que lo que está en juegos en España no es la configuración de una mayoría, ni la formación de un gobierno, sino los principios fundamentales de una democracia. Sánchez sabe perfectamente el riesgo en el que pone al sistema constitucional nacido del consenso de 1978 ¿Aspira a ponerlo en tela de juicio sin decirlo abiertamente? ¿Prefiere forzar las instituciones antes de resignarse a perder el poder? “España corre el riesgo de emprender el camino hacia la supresión del Estado de Derecho. Sería una regresión democrática desastrosa”. Y la responsable no sería la extrema derecha -que no es decisiva con solo un 12% de los votos- sino “una combinación inédita entre socialistas y nacionalistas, autoproclamados progresistas”. Madrid, 6 de octubre de 2023