miércoles, 27 de diciembre de 2017

Aspectos positivos y negativos de los resultados de las elecciones autonómica catalanas

ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES AUTOÓMICAS CATALANAS

            Los españoles de bien seguimos el día 21 con ansiedad el recuento de la votación de las elecciones autonómicas catalanas y sus resultados nos han dejado un sabor agridulce. En una reflexión “a bote pronto”, cabe concluir que han sido malos, aunque no demasiado, y que podrían haber sido peores. Cada ciudadano según su talante podrá considerar que la botella está medio llena o medio vacía. Los porcentajes de voto y los escaños obtenidos has sido los siguientes: Ciudadanos (Cs) con Inés Arrimadas: 25.3% y 37; Juntos por Cataluña (JxC) con Carles Puigdemont  21.7% y 34; Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC) con Oriol Junqueras 21.4% y 32; Partido Socialista de Cataluña (PSC) con Miquel Iceta  13.9% y 17; Catalunya en Comú-Podemos (CC-P) con Xavier Domenech 7.l4% y 8; Candidatura de Unidad Popular (CUP),  con Carles Sierra 4.4% y 4, y Partido Popular (PP), con Javier García Albiol 4.4.2% y 3. Las elecciones han ofrecido luces y sombras, aspectos positivos y negativos.

Aspectos positivos de las elecciones

            1) Participación: Ha sido masiva: 81.9%, 4.4 puntos más que en las elecciones de 2015, que ya supusieron un récord en su momento. El aumento del número de votantes ha favorecido de forma transversal tanto a los partidos constitucionalistas  como a los independentistas, pero ha beneficazo de forma especial a Cs. La “mayoría silenciada” ha perdido el miedo tras el discurso institucional del Rey Felipe VI y la manifestación masiva del 8 de Octubre en Barcelona, y ha salido de su abstención para acudir a las urnas, pese a las dificultades provocadas por haberse celebrado la votación en un día laborable. Han sido unas elecciones libres, transparentes y fiables, a diferencia del fraude generalizado que se produjo en el seudo-referéndum del 1-O.  

2) Triunfo de un partido constitucionalista; Por primera vez en la Historia de
Cataluña, una formación constitucionalitas como Cs ha ganado las elecciones autonómicas, tanto en número de votos como en escaños, sacando 3.6 puntos de diferencia a la segunda fuerza más votada. Paradójicamente, pese a que el PP fue quien asumió la responsabilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución para poner término al estado de insumisión del Gobierno de la Generalitat y del Parlament y restaurar la legalidad constitucional, los electores  han preferido que fuera Cs quien recogiera los frutos de esta arriesgada iniciativa. El voto útil de los catalanes que quieren seguir siendo españoles –incluido más del 50% de los tradicionales votantes del PP- se ha volcado en Cs. Este partido ha sabido presentar un discurso antiseparatista más articulado y atractivo que la versión legalista y administrativa del PP.

            3) Ligero descenso de los partidos nacionalistas: A pesar de la polarización de la campaña electoral entre los bloques constitucionalista e independentista y la explotación obscena del victimismo -con sus héroes y sus mártires de la represión española-, los nacionalistas se han quedado por debajo del 50% de los votos expresados. Merced a las insuficiencias de la Ley electoral, que prima a las provincias rurales menos pobladas –Lérida y Gerona- sobre las grandes zonas urbanas –Barcelona y Tarragona-,  han obtenido una mayoría de dos diputados en el Parlament, con menos votos que los logrados por los constitucionalistas.

            4) Fracaso de las políticas equidistantes de PSC y de CP-P:  Los socialistas han dado continuos bandazos que han puesto en entredicho su credibilidad. Defendieron  el “derecho a decidir” y luego lo rechazaron, apoyaron la celebración de un referéndum de autodeterminación y dejaron de apoyarlo, respaldaron la aplicación del artículo 155 y lo redujeron en el espacio –contenido- y en el tiempo. Iceta ha realizado una campaña ambigua y oportunista tratando de pescar en los caladeros de la izquierda y de la derecha, y al final no ha convencido ni a unos ni a otros y sólo ha conseguido un escaño más pese a que los presagios de los sondeos les eran propicios. Doménech y sus mentores Ada Colau y Pablo Iglesias, por su parte, han pretendido mantener una ambigua equidistancia entre la declaración unilateral de independencia (DUI) de los separatistas y la aplicación del artículo 155 de los constitucionalistas, si bien, a la hora de la verdad,  siempre se han escorado del lado nacionalista, como ocurrió con la expulsión del PSC del Ayuntamiento de Barcelona o con su apoyo a un tripartito con ERC y el PSC, este último como “tonto útil”. Estas indefiniciones y ambigüedades le han supuesto la pérdida de tres escaños.

            5) Independencia de la Justicia: En España existe separación de poderes y, en consecuencia, el poder judicial es independiente del ejecutivo. Ignorando los principios del  Barón de Montesquieu, Puigdemont mantiene que las urnas han legitimado su conducta y la de sus cuates, y exige que los Tribunales archiven los distintos procedimientos incoados contra los rebeldes y sediciosos separatistas. El Magistrado Instructor, Pablo Llerena, no sólo no ha prestado la menor atención a tan disparatada pretensión, sino que ha ampliado la investigación a los miembros del Comité Estratégico para la Independencia que no habían sido hasta entonces imputados –el Presidente del PEdeCAT, Artur Mas, y su Coordinadora General, Marta Pascal, la Secretaria General de ERC, Marta Rovira, y la ex-portavoz de la CUP, Anna Gabriel-, y está considerando extenderla asimismo al antiguo Jefe de los Mossos d’Esquadra”, Josep  Lluis Trapero, y al número dos de Junqueras, Josep María Jové. La Justicia sigue su acción lenta pero implacable para enjuiciar los delitos -como en cualquier Estado de Derecho-, ajena a los avatares de la política.

Aspectos negativos de las elecciones

                1) Fractura política y social: Cataluña está escindida en dos mitades equivalentes, aunque la constitucional supera ligeramente a la anticonstitucional. Los nacionalistas han impuesto la fractura de la sociedad catalana en los ámbitos político, social y –lo que es más grave- humano. Consideran al no separatista como mal catalán y como enemigo y traidor a la santa causa de la Independencia. La otra mitad -hasta ahora silenciada- ha dicho “¡Prou!" y ha mostrado en las urnas –como poco antes había hecho en las calles- su reachazo a la imposición, al supremacismo y al pensamiento único de los independentistas. Las elecciones han confirmado este lamentable estado de cosas.   

                   2) Triunfo de los partidos separatistas en el Parlamento: Aunque han sido superados en votos por los partidos constitucionalistas, los separatistas han conseguido una mayoría de dos escaños en un Parliament –calificado por Raúl del Pozo de “babélico”-, como consecuencia de las injustas disposiciones de la Ley Electoral. Resulta difícil de comprender cómo -después de las tropelías de todo tipo cometidas por el Govern  y del completo fracaso de la DUI- más de dos millones de catalanes les hayan dado –según Arcadi Espada- su “asentimiento al paisaje arrasado que queda después de cinco años de proceso”.  JxC y ERC, sin embargo, no han conseguido la mayoría absoluta y, para alcanzarla, dependerán de los cuatro diputados de la CUP, que podrá seguir ejerciendo su chantaje, aunque en menor medida. Ha condicionado su apoyo a un eventual Gobierno nacionalista a que asuma la vía unilateral, se oponga a negociar con el Estado y consolide la República de Cataluña. Está por ver si los antisistema mantendrán sus exigencias o si cederán con espíritu pragmático para continuar manteniéndose en el poder por la puerta trasera.                             


            3) Victoria personal de Puigdemont: Contra todo pronóstico, Puigdemont le ha ganado la partida a Junqueras y la huida cobarde de uno ha salido más rentable que la asunción responsable de la cárcel por el otro. Su “ego” ha crecido hasta el infinito y más allá y pretende que se le reconozca como Presidente legítimo de la Generalitat, lo que –a un juicio- nunca dejó de ser. A través de una lista hecha a su imagen y semejanza, ha participado en unas elecciones que consideraba ilegítimas y que –aunque por los puntos- ha ganado parlamentariamente hablando. Resulta, por tanto, coherente por su parte exigir que no haya nueva investidura, sino que se le restaure en su puesto y que el Estado le ofrezca además “una reparación y una restitución”. Reclama la impunidad judicial y ha pedido celebrar una entrevista con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el extranjero o en España –siempre que se le garantice que no se le detendrá al acceder a territorio español- para restablecer las instituciones legítimas de Cataluña. Ha afirmado que “

No hay comentarios:

Publicar un comentario