sábado, 7 de marzo de 2015
Condicionamiento de la OTAN por la acción de Rusia en Ucrania
CONDICIONAMIENTO DE LA OTAN POR LA ACCIÓN DE RUSIA ENUCRANIA
La Conferencia de la OTAN celebrada en Newport el 4/5 de Septiembre se presentaba plácida, centrada en la liquidación de la operación en Afganistán y en su reorganización interna. Sin embargo, se ha visto profundamente afectada por la anexión de Crimea y el apoyo de Rusia (FR) a los separatistas pro-rusos en Ucrania Oriental. Para Borja Lasheras, Vladimir Putin ha dado un soplo de vida a la Alianza, que se encontraba en fase estratégica terminal, con unos Estados Unidos (EEUU) mirando más al Pacífico que a Europa, cuya seguridad resultaba bastante costosa por su escasa rentabilidad, ya que los miembros europeos dedican insuficientes recursos a su defensa. La intervención de FR en Ucrania ha conseguido que la Alianza vuelva a mirar al Este y refuerce la defensa colectiva, y ha dado un aviso sobre el peligro de confiar en demasía en la buena fe del Kremlin y bajar la guardia. Por ello –concluye con ironía-, la Cumbre debería haber incluido en su Declaración Final un párrafo de agradecimiento a Putin.
Condena de la intervención rusa en Ucrania
En dicha Declaración, la OTAN ha afirmado que las acciones agresivas de la FR han hecho cambiar su visión de una Europa plena, libre y en paz. Ha condenado firmemente la intervención militar ilegal en Ucrania y la anexión ilegítima de Crimea, que han supuesto un atentado contra un Estado soberano, una grave violación del Derecho Internacional y un gran desafío a la seguridad euro-atlántica. Le ha exigido que termine con la ocupación de la península, se abstenga de acciones agresivas contra Ucrania, retire las tropas, deje de enviar armas, personal y dinero a los insurgentes e influya sobre ellos para lograr una solución diplomática que garantice la soberanía e integridad territorial del país. Ha reiterado que su responsabilidad primordial es defender a los territorios y a las poblaciones de sus Estados miembros de los ataques y amenazas contra su seguridad, “dondequiera que surjan”. Por ello, ha adoptado un Plan de Acción para responder a los desafíos de la FR y sus implicaciones estratégicas, y ha confirmado su presencia continua –por tierra, mar y aire- y una actividad militar significativa en el flanco oriental de la Alianza, con carácter rotatorio, que han sido defendidas por Barak Obama y David Cameron en un artículo conjunto en “The Times”. Los miembros de la Alianza vecinos de la FR –especialmente los Estados bálticos- están muy preocupados por la insuficiente presencia militar aliada en sus territorios ante la actitud agresiva rusa. Por el Acta Fundacional de 1997, la OTAN se comprometió a no situar de manera permanente importantes fuerzas de combate en Europa Oriental, pero –como ha señalado Polonia- semejante compromiso sólo es válido mientras se mantenga estable la “situación de seguridad”, y el Secretario General de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, ha acusado a la FR de haber violado y dejado sin efecto el Acta. La Presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, ha dicho que “Rusia está prácticamente en guerra con Europa” y el Presidente de Estonia, Toomas Hendrik, ha solicitado el establecimiento de bases permanentes en su país. Ante las demandas de sus aliados orientales, la OTAN ha enviado aviones y fuerzas de combate a Polonia y reforzado la vigilancia aérea en los países bálticos, y la Cumbre ha decidido crear una Fuerza de Intervención Rápida -nueva “punta de lanza” de a Organización, operativa en cuestión de pocos días- con el fin de disuadir a Moscú de posibles acciones hostiles en el futuro. La Declaración ha dejado constancia de que la FR ha roto los compromisos asumidos en el Acta, por lo que la OTAN ha suprimido la cooperación civil y militar con ella, si bien mantiene abiertos los canales políticos.
Posible fin de la secesión de Ucrania Oriental
La situación de los miembros de la Alianza en Europa Oriental es bien distinta de la de sus vecinos, pues están cubiertos por el escudo protector del artículo 5 del Tratado de Washington. La OTAN y sus líderes han condenado la continuada agresión de la FR a Ucrania. Obama y Cameron han acusado a Putin de forzarla a “abandonar su derecho a la democracia a punta de pistola” y Rasmussen ha afirmado que el vínculo entre Ucrania y la Alianza seguirá siendo fuerte y supondrá una estrecha colaboración en materia de ciberdefensa y logística La Cumbre no ha sido tan categórica, pues – pese a haber apoyado la soberanía, independencia e integridad territorial de Ucrania en sus fronteras internacionales reconocidas y creado un Fondo de Ayuda de €50 millones para la modernización de las fuerzas armadas ucranianas- se ha limitado a afirmar vagamente que la OTAN facilitará refuerzos a los aliados situados en su periferia para la disuasión y defensa colectiva. En cuanto tal, no suministrará armas a Ucrania, aunque sí lo harán algunos de sus miembros. A diferencia de Georgia –sobre la que ha confirmado la decisión de la Conferencia de Bucarest que le permitía ser miembro de la Alianza y constatado los progresos realizados a tal efecto-, la Cumbre no ha dicho nada sobre la eventual incorporación de Ucrania, aunque Obama ha reafirmado que “las puertas de la OTAN permanecen abiertas a las naciones que cumplan con nuestros elevados estándares”. Rasmussen ha recordado que semejante decisión ya se tomó en 2008 y ha alentado a la Rada –ante la que se ha presentado un proyecto de ley para que Ucrania renuncie a su estatuto neutral a fin de poder ingresar en la Organización- a que cambie la política de defensa y pida su ingreso en la misma. Sergei Lavrov ha acusado a la Alianza de usar la crisis de Ucrania como “pretexto para conseguir la meta perseguida desde hace tiempo de acercar lo máximo posible sus infraestructuras a las fronteras rusas”, y señalado que su actuación –incluida la realización de maniobras conjuntas-“agravará las tensiones, pondrá en riesgo el proceso de paz y exacerbará la división de la sociedad ucraniana”. El Subsecretario del Consejo de Seguridad, Mijail Popov, ha declarado que la FR deberá modificar su estrategia hacia la OTAN, que podría haberse convertido en un enemigo. La Alianza no debería echar en saco roto estas advertencias y ser más prudente en su política de incorporación de Ucrania y de Georgia, que ya ha fracasado con anterioridad y provocado considerable tensión entre los dos bandos. La FR está en situación ventajosa porque juega el partido “en casa”, tiene más que perder que la OTAN en relación con el control de su entorno inmediato y ejerce sobre Ucrania una influencia muy superior a la que aquélla pueda ejercer en el futuro.
Ineficacia de las sanciones
La prioridad de la Cumbre de Newport ha sido dejar claro a la FR que la OTAN no se deja intimidar y sigue siendo la única fuerza disuasoria ante sus excesos. Para ello, se requiere –en opinión de Dominique Moisi- una combinación de sanciones económicas, unidad estratégica y compromisos diplomáticos. Según Rasmussen, si la FR no da marcha atrás en su agresión a Ucrania, la comunidad internacional debería imponer sanciones más amplias y duras que dañen seriamente su economía. La Cumbre ha apoyado las sanciones aplicadas por la UE, el G-7 y EEUU, que han supuesto la limitación del acceso a la financiación a empresas petrolíferas estatales y a bancos públicos, y la prohibición del comercio de material militar y de doble uso, aunque no hayan afectado al trascendental sector del gas. Se han impuesto con cuentagotas, parsimonia, poca intensidad y temor a las represalias, y han sido del todo insuficientes. Estima Putin que el uso de sanciones como instrumento de política exterior es ineficaz y las medidas pueden volverse en contra de quienes las adoptan. Según la Cancillería rusa, la decisión de imponer nuevos castigos es además poco perspicaz, justo cuando ha empezado el proceso de paz en Ucrania. Las citadas sanciones son reversibles si mejora la situación y hay que hacer todo lo posible para que llegue a buen puerto el Acuerdo de Minsk entre el Gobierno ucraniano y los separatistas. Como la recuperación de Crimea es inviable, la OTAN debería dar prioridad a que no se desintegre el resto de Ucrania.
Madrid, 15 de Septiembre de 2014
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