sábado, 23 de septiembre de 2017

¿Llegará a celebrarse el referéndum del 1-O en Cataluña?

¿LLEGARÁ A CELEBRARSE EL REFERÉNDUM DEL 1-O EN CATALUÑA?

            Los acontecimientos se precipitan tras el órdago del Parlament al adoptar las Leyes del Referéndum y de la Transitoriedad y de la Generalitat al firmar el Presidente Carles Puigdemont y la totalidad del Govern la convocatoria del un referéndum  ilegal de autodeterminación para e1 1 de Octubre. El Presidente del Gobierno Mariano Rajoy ha tenido que reconocer que el procés “ hace lo que dice” y se ha visto forzado a abandonar el “dolce fare niente” y a tomar medidas enérgicas para poner coto a la abierta insumisión de la Generalitat. La Fiscalía General del Estado se ha querellado contra sus miembros y contra la Mesa del Parlament, ha llamado a declarar como imputados a los 712 Alcaldes que han decidido ceder locales municipales para la celebración del referéndum y ha ordenado a las Fuerzas de Seguridad –de la Guardia Civil a los Mossos de Esquadra y de la Policía Nacional a la Policía Municipal- que incauten el material preparado para la citada votación.

Artículo de Martín Pallín

            Entre tanto, la Generalitat ha sacado algunos frutos de su hábil  y “goebeliana” campaña publicitaria y ha conseguido la comprensión y el apoyo de prestigiosos medios internacionales de comunicación como “The New York Times” o “Le Monde”, aunque no del “Financial Times”, que ha publicado un demoledor editorial crítico del procés. El diario parisino, situándose en una cómoda postura equidistante, ha afirmado que las dos partes en el conflicto han contribuido al absurdo del referéndum salvaje que nos amenaza y la lucha continuará tras el 1-O. Madrid debería escuchar las reivindicaciones de cientos de miles de catalanes que han desfilado por las calles durante los últimos cinco años, que al principio no pedían la independencia sino sólo el derecho a expresarse como en Escocia. Rajoy tendría que haber seguido el ejemplo de David Cameron, permitir la celebración del referéndum y tratar de convencer a los catalanes de que su futuro europeo pasa por su permanencia en España.

            También ha conseguido respaldos internos como el del antiguo Fiscal y Magistrado del Tribunal Supremo, Presidente de la Unión de Fiscales Progresistas y Portavoz de Jueces para la Democracia, José Antonio Martín Pallín, cualificado exponente del progresismo judicial de la “gauche caviar”.  Ha publicado en “La Vanguardia” un artículo sobre “Camino al 1-O”, que está lleno de inexactitudes y falacias, lo que no es de extrañar conociendo el talante del personaje. En sus libro “¿Para que servimos los jueces?, ha afirmado que un juez demócrata  no puede decir que la ley es la ley y  hay que cumplirla como si fuera una orden. El juez que sólo maneja las normas legales es como un autómata. El conocimiento jurídico desprovisto de cualquier acercamiento a la rica pluralidad social ignora el papel del juez en una sociedad democrática en continua transformación. Los valores del consenso, el diálogo, la libertad ideológica y la libre decisión están por encima de los corsés legales. El juez es algo más que un funcionario o un profesional., pues, en su parcela, es “un actor político”. Pallín es de los que estima que los jueces deben ensuciar sus togas con los polvos del camino. Siempre mostró una especial comprensión hacia los etarras y sus cachorros de Batasuna, Bildu o Sortu. Ha criticado la “sobre actuación judicial” de la Audiencia Nacional por haber imputar por terrorismo a los pro-etarras que agredieron en Alsasua a dos mandos de la Guardia Civil y a sus parejas, “que complica los intentos de convivencia en el País Vasco y  en Navarra”. Su procesamiento es desorbitado y está fuera de la realidad social. Un juez, para tomar una decisión, debe tener en cuenta la realidad social del lugar y, en los pueblos donde hay una confrontación social, se crean tensiones que no se superan. Participará el 28 de Noviembre en una Mesa Redonda organizada en Vitoria por SARE, la red de apoyo a los presos de ETA.

            Pallín ha incluido en su artículo las siguientes perlas jurídicas: 1) Las querellas presentadas por la Fiscalía General del Estado contra diversas autoridades catalanas “son forzadas y no se ajustan a la legalidad”. 2) Es irracional y no viable intentar detener una riada con la ley y las fuerzas de seguridad. 3) Perseguir a quienes ceden locales para poner urnas  no es admitido por los valores de la Constitución en un país democrático. 4) Por ceder locales se cometería, a lo sumo, un delito de desobediencia, porque “el referéndum ilegal no existe”. 5)  Ni el derecho penal ni el político-constitucional tienen mecanismos para parar la votación, pues no hay ninguna norma que castigue la colaboración con un referéndum declarado ilegal. 6) El Gobierno debe dejar votar pues “el referéndum no tiene garantías y no será reconocido por los organismos internacionales”, ya que no se ajusta a la legalidad española o internacional, por lo que no será considerado válido por la comunidad internacional. 7) Se han de imponer a la votación muchas condiciones y limitaciones, así como compromisos por ambas partes, que deben sentarse a hablar. 8) La solución del conflicto de Cataluña está en la política y no en la activación de los mecanismos judiciales. 9) Resulta indispensable el diálogo y la reforma de la Constitución

            Llevaría tiempo refutar todas y cada una de estas inexactitudes, por lo que me limitaré a hacer unas sucintas consideraciones, que cualquier persona con un mínimo de conocimientos jurídicos podrá desarrollar: 1) Las querellas presentadas por la Fiscalía contra los autores de una serie de delitos tipificados en el Código Penal es plenamente conforme con la legalidad. 2) No sé si se podrá detener la riada del proceso de independencia, pero sólo se logrará con el respaldo de la ley y el apoyo de las fuerzas de seguridad. 3) No se investiga a los 712 Alcaldes que se han comprometido a ceder locales municipales por permitir que se pongan urnas en sus instalaciones, sino por desobedecer las decisiones del Tribunal Constitucional, que ha suspendido la celebración del referéndum. 4) El referéndum ilegal sí existe y su convocatoria estuvo en su día sancionada en el Código Penal, aunque el Gobierno del PSOE decidiera suprimirlo so pretexto de que “el ejercicio de las potestades de convocar o promover consultas por quienes no tienen legalmente atribuidas es perfectamente controlable por vías diferentes a la penal”. 5) La convocatoria de un referéndum por quien no tiene competencia para ello viola la Constitución y supone un delito de usurpación de atribuciones -artículo 506 del Código Penal-, amén de delitos de desobediencia al TC –artículo 410- y prevaricación –artículo 404-. 6) Si el referéndum no se ajusta a la ley nacional o internacional y no ofrece las debidas garantías, ¿por qué debe el Gobierno permitir que se celebre?. 7) Ante la violación flagrante de la ley no cabe compromisos con los violadores. 8) Al margen del evidente contenido político del conflicto catalán, el Gobierno es responsable de hacer cumplir la ley y está obligado a actuar cuando unas autoridades cuyas competencias les son concedidas por la Constitución y el Estatuto de Autonomía violan ambos instrumentos, los sustituyen por una ley autonómica de segunda división, niegan la competencia del Tribunal Constitucional e ignoran sus decisiones, y convocan un referéndum ilegal en el que basarse para declarar unilateralmente la independencia de Cataluña. 9) Siempre es necesario el diálogo, pero éste carece de sentido porque –como ha observado Arcadi Espada- “los nacionalismos no pueden pactar; necesitan vencer”.  El enfrentamiento radical existente hace imposible –en opinión de Antonio Elorza- cualquier compromiso de fondo, por lo que resulta absurda la apelación al diálogo, que sólo podría consistir en la concesión por el Gobierno de un Vº Bº a lo que la Generalitat decida. En cuanto a la necesidad de  reformar  la Constitución y, sobre todo su alcance, hay opiniones diversas y respetables y ninguna de ellas se debería imponer sobre el consenso que se alcanzó con la Constitución de 1978. Pero, mientras esté vigente, no se puede fundamentar su reforma en la reiterada violación de sus preceptos..

Inexistente derecho a decidir sobre España por sólo una parte de su territorio

            Los nacionalistas han tenido la habilidad de basar sus reivindicaciones en el democrático derecho de los ciudadanos catalanes a decidir sobre su futuro y ocultado su intención de lograr la secesión, con lo que han atraído a su campo a muchas personas contrarias a la independencia. De aquí que sean mayoría en Cataluña los partidarios del derecho a decidir, como manifestación del derecho de libre expresión. Aquí se percibe el complejo de superioridad de los catalanes que, como ha observado Albert Boadella, se arrogan unos rasgos superiores a los demás españoles –“No hay nada comparable a nuestra tribu del seny”-, por lo que sólo ellos pueden decidir sobre el futuro de Cataluña y de España. Para Arcadi Espada, limitar el derecho a decidir sólo a los catalanes supone negar al resto de los ciudadanos españoles la facultad de decidir políticamente cuál va a ser el futuro de España y -a juicio de Fernando Savater- “nadie tiene derecho a decidir que los demás no decidan”. Como ha señalado un lector español en una carta a “El Mundo”, Cataluña también es nuestra, porque cada uno de nosotros posee un poco de todas y cada una de las partes de España, y este derecho fundamental es atacado de forma frontal por el referéndum del 1-O. Los titulares de tal derecho son no sólo los pocos millones de residentes en Cataluña, sino también todos los españoles que quieren seguir considerándola como propia y de todos.

            Unos 300 juristas miembros de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y de Relaciones Internacionales hemos firmado una “Declaración sobre la falta de fundamento en el Derecho Internacional del referéndum de independencia que se pretende celebrar en Cataluña”. Tras exponer el contenido y el alcance del derecho a la libre determinación de los pueblos, la Declaración concluye afirmando: “Como Cataluña no es una entidad que disfruta de un derecho de separación del Estado reconocido por el Derecho Internacional, el derecho de libre determinación de los pueblos no puede constituir el fundamento jurídico para consultar a los ciudadanos sobre su independencia, como pretende el referéndum previsto en la Ley 19/2017 del Parlament actualmente suspendida por el Tribunal Constitucional”.

Insumisión total de la Generalitat y pasividad del Gobierno central

            Según Elorza, no era previsible que una institución del Estado como la Generalitat pusiese en marcha un proceso de subversión del orden legal aprovechando los poderes que éste le confería, para luego destruirlo. Ha sido un procedimiento inédito en la historia constitucional  por cuanto compagina un objetivo de secesión con el uso simultáneo de la legalidad vigente y la subversión permanente de la misma. La libertad política ha sido reemplazada por la movilización de masas en apoyo del detentador del poder, quien toma sus decisiones por encima de cualquier condicionamiento legal. Santiago Muñoz Machado ha señalado que los dirigentes catalanes han decidido no aplicar la Constitución ni el Estatut. La única autoridad soberana en Cataluña es el Parlament y no existe ninguna norma superior que observar a las leyes autonómicas como la de Transitoriedad, que se considera superior a la Constitución. Alfonso Guerra ya observó que en Cataluña se estaba produciendo un golpe de Estado “a cámara lenta”.

            Más de 400 profesores universitarios han publicado un Manifiesto en el que afirman que una sociedad civilizada en la Europa del siglo XXI sólo puede basarse en el respeto a las normas que nos hemos dado democráticamente, empezando por la Constitución, pero el Govern y los grupos secesionistas en el Parlament están “subvirtiendo las reglas y abusando del poder que las leyes le han conferido”. No han dudado en “traspasar los límites de la legalidad para -apelando a un inexistente derecho a decidir- impedir el ejercicio de los derechos de las minorías parlamentarias, poniendo en peligro la convivencia”. Los catedráticos han hecho un llamamiento a la movilización de los ciudadanos para que exijan al Gobierno de España y a todas las instituciones y partidos políticos democráticos que actúen con la máxima celeridad, firmeza y determinación para proteger los derechos de todos, e instado al Estado a que “utilice la fuerza legítima que le corresponde en exclusiva”.

En opinión de Francisco Rossell, nunca hasta ahora se había producido un golpe  de Estado parlamentario presto a tornar en rebeldía totalitaria. El Estado se juega el ser o no ser y puede movilizar todos los instrumentos a su alcance o quedarse paralizado, en cuyo caso el compromiso de Mariano Rajoy quedaría reducido a virutas de retórica con las que alfombrar el suelo antes de ser barridas. Para Albert Rivera, la hegemonía del marco mental separatista ha sido posible porque en Cataluña el Estado y los valores constitucionales han ido desapareciendo en las últimas décadas. La presencia del Estado brillaba por su ausencia y la igualdad, la libertad, la solidaridad y la unión han ido cediendo terreno frente a los contravalores del supremacismo, de la imposición, del egoísmo y de la división. Insultar al Jefe del Estado o silbar el himno nacional, colgar en los Ayuntamientos la estelada en vez de la bandera nacional o incumplir las sentencias de los Tribunales no tiene coste alguno y, cuando en un país democrático a los poderes públicos les cuesta aplicar las leyes y a los que las violan no les cuesta nada, se corre el riesgo de convertirse en un país sin futuro. Se ha cumplido la aspiración de Pasqual Maragall de lograr que el Estado fuera prácticamente residual en Cataluña.

            Esta situación comenzó a cambiar tímidamente en fecha bien reciente cuando el Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, afirmó que, “frente a la sinrazón de los que se sitúan al margen de la ley, del Estado de Derecho y la democracia no caben vacilaciones de clase alguna”. La Fiscalía seguiría actuando en defensa del Estado democrático de Derecho y había dado instrucciones a las Fuerzas de Seguridad del Estado para que utilizaran todos los medios posibles para recabar los efectos de los delitos cometidos e impedir que se cometieran otros nuevos. Ahora bien, era importante  -conforme a la cautela “marianista”-actuar de forma proporcionada y no realizar actuaciones en las que el remedio fuera peor que la enfermedad. A los separatistas les encantaría que el Gobierno reaccionara de forma desproporcionada para cargarse de razones, por lo que  había que actuar con prudencia. La celebración del referéndum programado para el 1-O era un acto ejecutivo nuclear contra el que había que actuar con mayor energía.

Para Rosell, una suicida política de quimérico apaciguamiento de los nacionalistas por parte del Gobierno ha llevado a concesiones que han desembocado en un Estados inerme ante el separatismo Algunos autores –como Federico Jiménez Losantos- han criticado la actitud excesivamente prudente Gobierno, porque lo que los separatistas buscan es que siga con el “tiki-taka” de la proporción y no pasar al ataque, mientras ellos metían goles con la mano y, “a esta inacción suicida hemos llegado por empacho de mesura y proporcionalidad”.¿Se cumple la ley o no?  Y, si no se cumple,  ¿a qué espera el Gobierno para aplicar el artículo 155 de la Constitución?. Según Luis María Ansón, de poco ha servido tanta prudencia por mor de no crear mártires. La voracidad cerril de los dirigentes soberanistas, la lenidad del Gobierno, la cachaza de Rajoy  y la torpeza de no prever lo que iba a ocurrir nos ha conducido a la situación límite que padecemos. Ha llegado la hora de acabar con las medias tintas y de que las Fuerzas de Seguridad pongan a disposición judicial a 10 ó 12 dirigentes políticos que están cometiendo un delito de sedición y preparando abiertamente un golpe de Estado, y de que los jueces los juzguen y los condenen.

Escalada de la Generalitat

            Ante la inacción del Gobierno, la Generalitat se ha envalentonado, ha ido radicalizando su actitud de abierto enfrentamiento con el Estado y ha optado por seguir su ruta hacia la declaración unilateral de la independencia tras la celebración el 1-O de un referéndum ilegal de libre determinación. Como ha observado Rafael Latorre, el  desarrollo del procés  ha liberado a los independentistas de su sus complejos de legalidad y sus mentiras son cada vez más burdas y sus actuaciones ilegales más osadas. Según “El Mundo”, todo movimiento insurreccional, una vez rotos los diques institucionales de la democracia representativa, termina siempre por encomendarse a la calle, y legitima la ruptura de la Constitución por la fuerza emocional y la lógica asamblearia. La sociedad catalana se está “batasunizando. Impulsado por los antisistema de la CUP, el Govern ha alentado a sus seguidores a ocupar la calle y, con las acciones de “kale barroka” de sus cachorros de “Arran”, se corre el riego de que se produzcan actos de violencia que escapen al control de los aprendices de brujo de la “Generalitat”.

            Muestra de ello son los llamamientos que ha hecho Puigdemont a sus seguidores para acosar y presionar a los Alcaldes que, en cumplimiento de la ley, se han negado a ceder espacios municipales para la celebración del 1-O. Cuando un político en el poder incita a la coacción contra un presunto enemigo, no podrá escandalizarse luego de los efectos que sus inducciones puedan provocar. Así, se produce una identificación entre una Generalitat  autoexcluida de la ley y sus agitadores callejeros. Los antisistema se han puesto en movimiento con sus actuaciones mafiosas para obligarles mediante la coacción a  incumplir las leyes.  Los matones de “Arran”  han difundido en Lérida un mensaje siniestro:”Quienes  niegan el democrático derecho a la autodeterminación son enemigos del pueblo ¡Tratémosles como tales!”. Han distribuido carteles con las fotografías del Alcalde y de los 13 concejales ilerdenses que se han opuesto a ceder locales municipales para el referéndum con la leyenda “Assenalem-los!” (¡Señalémoslos!). Semejante táctica fascistoide recuerda los años de plomo provocados por ETA. Para la concejal del PP Dolors López, se trata de una situación similar a la de la Alemania nazi en la que se señalaba a los judíos, y el concejal socialista Juan Gómez ha declarado: “Me recordó al País Vasco. Sólo les faltó poner una diana sobre nuestras cabezas”. Según el Secretario General del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, “El Presidente Puigdemont apunta el objetivo y los radicales de la CUP disparan”. El Fiscal General ha ordenado investigar las campañas de estos radicales contra los alcaldes y concejales constitucionalistas por incurrir posiblemente en los delitos de amenazas –artículo 169-, coacciones –artículo 172-  o incitación al odio –artículo 510-.
            Tras las recientes actuaciones del Gobierno, el Presidente Puigdemont ha reiterado su llamamiento a “tomar permanentemente la calle”. El Vicepresidente Oriol Junqueras dijo a la multitud concentrada ante su Consejería:”Sólo el pueblo salva el pueblo. El futuro está en vuestra s manos”. La Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha quitado la careta de falsa equidistancia y ha pedido a los barceloneses que salgan a la calle para defender las instituciones catalanas y el autogobierno de la ofensiva represora que está realizando el Gobierno central. La Presidente del Parlament, Carme Forcadell, ha arengado a los manifestantes para que presionen a los jueces y exijan la liberación de los detenidos. Así pues, todo el “establishment” catalán se ha echado irresponsablemente en manos del pueblo, de las masas incontroladas y mediatizadas por los elementos más radicales, que pueden provocar la  algarada y actos de violencia. Aunque subversivo, el proceso ha sido hasta ahora pacífico, pero –como ha señalado Raúl del Pozo- los conflictos nacionalistas llevan en su esencia la semilla de la violencia y la situación empeora al contar la intentona con las masas. Una explosión de la violencia haría que se consolidara el delito de sedición, que –tras la reforma del Código Penal introducida en 1995 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -requiere en su artículo 544 que se produzca un alzamiento público y tumultuario. Ya veremos como se desarrollan los acontecimientos hasta el 1-O y después de esa fecha.

Reacción del Gobierno central

            La situación insurreccional en Cataluña entra como un guante en las disposiciones del controvertido artículo 155 de la Constitución, pero Rajoy no se ha atrevido a aplicarlo por no contar con el apoyo de los demás partidos constitucionales, que se han opuesto –con más o menos vehemencia- a que el Gobierno recurra a él. El Gobierno del PP está dramáticamente sólo. Ciudadanos lo apoya a medias y está siempre dispuesto a desgastarlo para fortalecer su posición. El PSOE de Pedro Sánchez está radicalmente en su contra y listo a aliarse con el diablo –léase Pablo Iglesias- para desbancar a Rajoy y ocupar la poltrona presidencial. En el conflicto catalán, ha criticado tanto al Govern, por dividir a Cataluña con su referéndum ilegal, como a Rajoy, por enfrentar a Cataluña con España para ganar elecciones. Ha respaldado vocalmente al Gobierno en su oposición a la política separatista de la Generalitat, pero se ha opuesto a la proposición no de ley presentada por Ciudadanos para apoyar al Gobierno y a los Tribunales ante el desafío secesionista en Cataluña. Tras los últimos acontecimientos ha afirmado que el PSOE está detrás del Gobierno, aunque no es de fiar. En cuanto a Podemos, Iglesias ha roto su calculada ambigüedad y supuesta equidistancia al alinearse claramente con la Generalitat, apoyar la celebración del referéndum –a cuyos efectos ha convocado una Asamblea de alcaldes y diputados-y criticar acerbamente las medidas adoptada por el Gobierno.

            Al fin –¡y ya era hora!- Rajoy  ha reaccionado y decidido a actuar con firmeza. Ha ido preparando el camino: En el ámbito político, con la petición a las Fuerzas de Seguridad –a través de la Fiscalía General- de que utilicen todos los medios posibles para impedir la celebración del referéndum; en el ámbito económico, con la intervención de las Cuentas de la Generalitat. Así como en la mítica película “Casablanca” el Capitán Louis Renault descubrió de repente que se jugaba en el bar de Ricky, el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoso, ha tardado cinco años en darse cuenta de que la Generalitat hacía trampas con su presupuesto y lo ha controlado, paradójicamente en el año en que ésta había cumplido por primera vez sus compromisos financieros y presupuestarios. Ha aplicado, citarlo, el artículo 155 de la Constitución, so pretexto del incumplimiento por el Govern de la Ley 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

            Aunque en los últimos días las Fuerzas de Seguridad ya habían logrado algunos éxitos parciales en su tarea de impedir el referéndum, ayer día 20 dieron un golpe decisivo a la logística prevista para su celebración: incautación de 9.8 millones de papeletas de voto y detención de 14 altos funcionarios de la Generalita –incluidos el Secretario General de la Vicepresidencia, Josep María Juvé, el Secretario de Hacienda, Josep Lluis Salvadó, y el Director del Centro de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información, Josué Sallent-, quienes han sido imputados por os delitos de prevaricación, desobediencia, revelación de secretos y malversación. Puigdemont se ha rasgado las vestiduras y ha acusado al Gobierno de violar la Constitución y el Estatut, de suspender “de facto” la autonomía de Cataluña y de cometer “una agresión sin amparo judicial”. Aunque ha acusado el golpe recibido, ha manifestado que seguirá adelante con la celebración del referéndum del 1-O -para lo que dice tener un plan B- e instado a los catalanes a que defiendan sus derechos mediante la ocupación de las calles.

            El Presidente Rajoy hizo anoche una ponderada y acertada declaración institucional en la que afirmó que “España es un Estado de Derecho que tiene los medios necesarios para impedir que quienes quieren infringir las normas básicas de la democracia puedan hacerlo. Tiene mecanismos para defender la legalidad  y exigir responsabilidades a quienes con tanta imprudencia están poniendo en grave riesgo la convivencia. No sigan adelante, no tienen ninguna legitimidad, regresen a la ley y a la democracia”. Destacó que “las leyes son el instrumento que nos hemos dado para convivir en libertad y resolver nuestras discrepancias de manera pacífica y justa. Por eso, nadie puede pretender situarse por encima de ellas y, por eso, la desobediencia a la ley por parte de un poder público es todo lo contrario a la democracia”. Advirtió a la Generalitat que “votar sólo es sinónimo de democracia cuando se hace de acuerdo a la ley y respetando los derechos de todos”, y garantizó que su Gobierno utilizaría “todos los instrumentos” de que dispone para frenar el proceso independentista e impedir cualquier conato de referéndum ilegal, “con el fin de evitar que la sinrazón de unos pocos la sufran el conjunto de los ciudadanos”.Alentó a los dirigentes catalanes a que abandonaran su pulso al Estado, pues “saben que este referéndum no se puede celebrar. Nunca fue legal ni legítimo y ahora no es más que una quimera imposible o una excusa para ahondar aún más en la fractura que han provocado en la sociedad catalana. Si les importa la tranquilidad de los catalanes, renuncien a esta escalada de radicalidad. Están a tiempo de evitar males mayores. A nadie beneficia este desafío constante a la democracia y a la ley”.

            La actuación del Gobierno ha sido respaldada hasta ahora por el PSOE y por Ciudadanos y condenada por los nacionalistas –el PNV ha dejado caer que podría impedir la aprobación de los Presupuestos de 2018- y por Podemos y sus acólitos.
Iglesias se ha alineado ya claramente con los independentistas, llegó hasta afirmar en las Cortes que “en España hay presos políticos” e hizo un llamamiento para participar en movilizaciones callejeras en favor del referéndum de autodeterminación. Podemos organizó una mini-manifestación de protesta en la Puerta del Sol con militantes de los partidos nacionalistas y el día 24 celebrará en Zaragoza una Asamblea de diputados y de alcaldes a favor del referéndum del 1-O. La actuación ha sido, sin embargo, bien acogida en genereal por la opinión pública de España, harta ya de los desplantes y tropelías de las autoridades catalanas. Como ha editorializado “El Mundo”, la insólita agresión al orden constitucional que sostiene la Gerneralitat justifica sobradamente la respuesta que el Estado está desplegando con medida proporcionalidad, pero con toda firmeza. La operación de desmantelamiento del referéndum ilegal realizada el día 20 marca un punto de inflexión que todo demócrata contempla con alivio y esperanza. Rajoy parece haber leído el artículo de Ansón y seguido su consejo ha mandado detener a un par de altos cargos más de los recomendados, aunque aún no se ha atrevido con los peces gordos. Ahora éste admite que el Presidente está actuando con moderación y con firmeza, si bien “son muchos los que esperan que actúe con mayor contundencia”.

¿Llegará a celebrarse el referéndum 1l 1-O?. No lo creo, pero el problema seguirá sin resolver y el abierto enfrentamiento entra la Generalitat y el Estado y la tensión social continuarán el 2-O y los días siguientes. Se va abriendo camino la posibilidad de que el Gobierno recurra finalmente al artículo 155 después del 1-O y algunos –como José García Domínguez- consideran que se debería aplica ya mismo, sin demora. Tiene el inconveniente de que, durante el debate en el Senado, se pondría de manifiesto la soledad del Gobierno, pues no parece que Sánchez esté dispuesto a dar su brazo a torcer y la falta de aval del PSOE daría nueva munición a la hábil agitprop de la Generalitat. También podría recurrir el Gobierno a la Ley 36/2015 de Seguridad Nacional, lo que le permitiría poner bajo su autoridad a los poco colaboradores Mossos y convocar elecciones autonómicas anticipadas antes de que lo haga Puigdemont.

Previamente, sería necesario que los Tribunales competentes inhabilitaran a Puigdemont, a Junqueras y a todo el Govern, así como a Forcadell y a Colau, y les impusieran sustanciosas multas, como ha empezado a hacer el Tribunal  Constitucional   con Juvé y con los Síndicos lectorales.  Como ha señalado  Teresa Freixes, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional otorga a sus sentencias la calidad de títulos ejecutivos coercitivos. A partir del incidente de ejecución, el Tribunal podrá imponer multas de hasta 30.000 euros, acordar la suspensión cautelar en sus funciones de las autoridades incumplidoras, requerir del Gobierno la ejecución sustitutoria de las resoluciones o levantar testimonio a particulares para exigirles la responsabilidad penal procedente. El Gobierno cuenta, pues, con amplios poderes para obligar a los sediciosos y a los insumisos a cumplir la ley, especialmente el citado artículo 155 de la Constitución , y tanto él como el Tribunal deberían ejercerlos. El PSOE y Ciudadanos deberían de dar muestras de sentido de Estado y, en vez de demonizar y rechazar estos instrumentos legales extraordinarios, apoyar su uso por uno y otro ante la gravedad del desafío separatista que amenaza la unidad de España y el mantenimiento en ella de la democracia y del estado de Derecho.

             Es probable que el 1-O no se celebre el referéndum de autodeterminación, pero ello no supondrá “the end of the affair”, porque -dada la cerrilidad y obstinación de los dirigentes separatistas, y su determinación de  no dar salida al toro de la independencia- tras los fiascos del 9-N y del 1-O harán una nueva intentona cuando el momento les sea propicio e incluso cuando no lo sea. No soy, por tanto, optimista sobre la posibilidad de que estos dirigentes cambien de actitud, pues –como ya vaticinó en 1934 el periodista Agustí Calvé a) “Gaziel”, a raíz del fracaso de la declaración de independencia de Lluis Companys- “cada vez que el destino coloca a Cataluña en una de esas encrucijadas decisivas, nosotros los catalanes nos metemos fatal y estúpidamente en el que conduce al despeñadero”.                   


Madrid, 21 de Septiembre de 2017 

La Generalitat consuma los preparativos para el referéndum ilegal del 1-O y la subsiguiente declaración de independencia

LA GENERALITAT  CONSUMA LOS PREPARATIVOS PARA EL REFERÉNDUM ILEGAL DEL 1-O Y LA SUBSIGUIENTE DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
He leído "El Pais" del 11 de Septiembre -único periódico español que se puede encontrar en Bélgica-, que contiene materia digna de reflexión  y de comentario en el auspicioso día que se celebró en Cataluña una "Diada", que ha sido este año monopolizada por los independentista. Se trata del editorial "Per Catalunya" y de los artículos "El mundo nos mira" de Lluis Bassets y "El Brexit y el lío catalán" de John Carlin.
Editorial de “El País”
 Aunque "El Pais" reconoce que nunca se ha abierto un mayor cauce para el ejercicio del poder político de los catalanes, estima, sin embargo, que "es lógico que Cataluña empuje para ensanchar el traje político en el que se desarrolla y lo inteligente es ampliarlo en lugar deshilacharlo".  Hay que resolver la incomodidad catalana "por la deficiencia del sistema y por los episodios recentralizadores" y "atender al clamor por nuevos encajes, siempre mejores que el desencaje". El periódico reclama diálogo y negociación sobre la "cuestion catalana" y sugiere "medidas creativas e integradoras" que abran "nuevos horizontes al autogobierno". No soy consciente de que últimamente se hayan producido  episodios de recentralización. ¿A cuáles se refiere?. Por el contrario, ante la falta de mayoría absoluta y la dependencia de los nacionalistas para conseguirla, los Gobiernos del PSOE y del PP han hecho continuas concesiones a catalanes y vascos. Así, les han transferido competencias que deberían haber permanecido en manos del Gobierno central, especialmente en materia de educación. Con el vigente régimen autonómico, Cataluña ha adquirido más competencias que la mayoría de los Estados federados que existen en la actualidad. El problema radica en que otras Comunidades han adquirido algunas de las competencias de que disfruta Cataluña y esto no le resulta tolerable, porque –así como el Barça es más que un club- Cataluña es más que una nación y pretende equipararse al Estado y que sus ciudadanos tengan un “status” superior al de los demás españoles. De ahí sus voraces ansias reivindicativas y el recurso abusivo a un victimismo injustificado. Como ha observado Sergi Doria, “el nacionalismo es portador de agravios eternos”. Cuando no los tiene, se los inventa, manipulando y falsificando la Historia. Un caso palpable es el falaz “leit motiv” alegado lastimeramente durante años de que “España nos roba”, que fue científicamente desarbolado en el libro de Josep Borrell y Joan Llorach “Las cuentas y los cuentos de la independencia” y en el debate televisivo entre el propio Borrell y el Vicepresidente de la Generalitat y Consejero de Economía, Oriol Junqueras, en el que éste no dio una a derechas –ni a izquierdas- y se limitó a asentir bobaliconamente a los sólidos argumentos del ex-Ministro socialista que refutaban, una tras otra, sus indocumentadas afirmaciones.    
Entre las medidas propuestas por el periódico para “encajar” en España a una Cataluña que se “desencaja con excesiva facilidad, figuran una mejora de la financiación y de las inversiones estructurales, una mayor visibilidad de la cultura catalana como patrimonio común y una reforma constitucional federal que incluya los hechos diferenciales.
Cabe preguntar al editorialista cuál es el objetivo y alcance de esa mejora de la financiación. La aspiración catalana es harto conocida: obtener un régimen financiero y fiscal semejante al vigente en el País Vasco y en Navarra. El Presidente de la Generalitat, Artur Mas, reclamó el Pacto Fiscal al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y cuando éste se lo negó por fundados motivos, aquél inició su fuga hacia adelante en pro de la independencia, que ha culminado en la  adopción por el Parlament de las leyes necesarias para la creación de un Estado soberano, la convocatoria de un referéndum de autodeterminación para el 1 de Octubre y la aprobación de una Ley de Transitoriedad Jurídica que pretende sustituir a la Constitución Española de 1978 en el supuesto de que la mayoría de los votantes del citado referéndum se pronunciara en favor de la secesión. El Parlament ya había allanado el camino al introducir en el Estatuto adoptado en 2005 una disposición final que preveía una inversión mínima del Estado en Cataluña proporcional a su contribución al PIB nacional. Esta disposición es profundadamente injusta y socialmente retrógrada pues ignora los principios de la justicia distributiva y social al propugnar dar más al que más tiene, por lo que resulta paradójico que sea apoyada por los partidos izquierdas. La tarta del PIB nacional no es un chicle que se pueda estirar, ya que es una suma fija. Si de ella se reparte más a Cataluña, semejante beneficio se realizará en detrimento de otras Comunidades Autónomas, más desfavorecidas que la catalana. Si este criterio se aplicara estrictamente en Cataluña, supondría que Barcelona debería recibiría más fondos e  inversiones que Lérida y los barrios barceloneses de Sarriá o Pedralbes más que los de la Barceloneta o Gracia, e incluso podría haber diferencias entre las calles más o menos afluentes. Defender tal criterio es de vergüenza ajena. Es cierto que hay que revisar el sistema de distribución intercomunitaria , pero no de forma bilateral por acuerdo entre la Generalitat y el Gobierno de la Nación, sino en el seno del Consejo Financiero y Fiscal en el que, junto al  Gobierno central, participen las 17 Comunidades Autónomas ya que es un tema que afecta a todas y a cada una de ellas. No deja de ser curioso que los sistemas de distribución  establecidos en los últimos años fueron negoció entre el Ministerio de Hacienda y las autoridades financieras catalanas y ulteriormente impuesto a las demás Comunidades.
No creo que hubiera ningún problema a nivel nacional para potenciar la cultura catalana como patrimonio común de España, pero son los catalanes los que niegan ese patrimonio común, tratan de diferenciar lo catalán de lo español e incluso –en su habitual manipulación de la Historia- pretenden apropiarse de forma ridícula de personajes españoles y universales como Fernando el Católico, Cervantes o Santa Teresa de Ávila. En España se han valorado los artistas y los escritores por su valía artística o literaria y no por su lugar de nacimiento, mientras que la Generalitat discrimina a sus propios autores si escriben en castellano en vez de en catalán. Barcelona, que no ha mucho era el faro de la literatura española  -acogíendo a escritores hispano-americanos como Mario Vargas o Gabriel García Márquez- y el centro de la edición en castellano, se está convirtiendo en una ciudad provinciana y cateta por la cerrilidad de las autoridades culturales de la Generalitat.
¿Realmente cree “El País” que la insatisfacción de parte de Cataluña se resolvería con una “reforma constitucional federal que incluya los hechos diferenciales”?. El editorialista y el PSOE –principal munidor de esta tesis- deberían precisar en qué consistiría esa Federación, que, si incorporara los criterios doctrinales básicos de la misma según la ciencia política –igualdad de los Estados federados y de todos los ciudadanos de la Federación, distribución clara de competencias entre el Estado federal los y los Estados federados, primacía del Estado federal sobre los federados y prevalencia de sus leyes en caso de conflicto…-, no resultaría aceptable para los nacionalistas. Éstos aspiran, en el mejor de los casos, a una “federación asimétrica”  -que, si es asimétrica, deja de ser federación- o a una Confederación, aunque el Govern se ha quitado la careta y preconiza lisa y llanamente la independencia. ¿Acaso no ha salvaguardado la Constitución  hechos diferenciales de Cataluña como “el derecho civil, la cultura, la proyección de ésta en el ámbito educativo y el sistema institucional en que se organiza la Generalitat?. ¿Existen, a juicio de “El País”, otros hechos diferenciales en los ámbitos legislativo, judicial, político o económico que justifiquen un tratamiento distinto al dado a las demás Comunidades?. Especialmente en el ámbito financiero y fiscal –donde está “la madre del cordero” pues fue la causa de la deriva secesionista de la Generalitat- ¿existen razones fundadas para conceder a Cataluña un régimen más favorable que el concedido a las demás Comunidades, con excepción del País Vasco y Navarra a los que la Constitución reconoce, por desgracia, un régimen privilegiado?.
Artículo de Bassets
Como ha observado Lluis Bassets, el Gobierno regional de un  país miembro de la UE ha convocado unilateralmente un referéndum de autodeterminación en vulneración de la legislación constitucional, sSin base jurídica alguna en el Derecho Internacional o en el interno y contraviniendo las órdenes del Gobierno central y de los Tribunales. Persigue su secesión en una zona de gran estabilidad de fronteras como es Europa Occidental y ha recurrido a métodos insólitos, como la adopción de una Ley destinada a convocar un  referéndum que supone la derogación de la Constitución Española y de otra ley para organizar la gestión del resultado, lo que significa la proclamación preventiva de una república provisional. Si, tras el caso catalán, llegara a consolidarse el derecho a decidir en esta área de Europa, se produciría un efecto dominó en todos los países miembros de la Unión. La república catalana que se nos propone es una amenaza geopolítica directa para Francia e indirecta para toda Europa. Alumbra una nación con reivindicaciones territoriales fuera de sus fronteras y un estímulo para la fragmentación del espacio europeo, en un momento de enorme incertidumbre respecto a la estabilidad internacional y de serias amenazas para la seguridad
Las autoridades catalanas han optado por un régimen populista cuyo modelo de supuesta democracia está configurado en las dos citadas leyes –la del Referéndum y la de Transitoriedad Jurídica- y caracterizada por el método expeditivo utilizado para su aprobación por el Parlament, con flagrante menosprecio de la legalidad y de los derechos de los diputados y de sus representados. Se trata de una democracia plebiscitaria basada en la dictadura de la mayoría –aunque sólo sea por un voto- y en el desprecio de la minoría, con abstracción de cualquier control judicial, incluido el de los organismos propios –juristas del Parlamento y el Consejo de Garantías Estatutarias-, sin división de poderes propiamente dicha y con una vocación intervencionista en la sociedad civil y en los medios de comunicación, que se expresa tanto en la legislación como en las prácticas utilizadas por el Govern. La mirada del mundo –concluye Bassets- “no puede ser piadosa hacia esa Cataluña de tan dudosa calidad democrática”.
Artículo de Carlin
El independentismo ha encontrado un compañero de viaje en John Carlin, que ha adoptado una buenista actitud equidistante y responsabiliza por igual a tirios y troyanos.  Ha destaca lo innecesario que ha resultado ser el tremendo problema en que España y Cataluña se han metido y afirmado que tanto los independistas catalanes como el  establishment político de Madrid comparten la culpa del choque de trenes que se avecina. Se trata de una apreciación parcial e inadecuada. España no se ha metido en ningún lío, sino que han sido las autoridades de Cataluña y una parte de su sociedad civil –hábilmente manipuladas por la Generalitat, entidades como la Asociación Nacional Catalana y “Omnium Cultural” y los “apesebrados” medios de comunicación- las que han iniciado el camino sin retorno hacia una independencia  no deseada por la mayoría de su población. Cataluña está siendo responsable de la situación en un 80% y en un 20% el Gobierno de España, sea del PP o del PSOE, especialmente de éste merced a la desafortunada promesa del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero de que su Gobierno aceptaría cualquier propuesta modificadora del Estatuto de Sau que elaborara el Parlament. El actual Gobierno de Mariano Rajoy es co-responsable, pero más por defecto que por exceso, pues ha tolerado y consentido el continuado estado de insumisión institucional de la Generaitat. Se ha achacado el inicio del proceso de desconexión al recurso de inconstitucionalidad presentado en 2005 por el PP contra el nuevo Estatuto, silenciándose que fue asimismo impugnado por el Defensor del Pueblo –el antiguo Ministro socialista Enriq     ue Mújica- y por un par de Comunidades Autónomas. El texto estaba claramente en contra de la Constitución y el Tribunal Constitucional –en una sentencia más política que jurídica- fue sumamente benévolo y sólo declaró inconstitucional una pequeña parte de sus disposiciones, subsanando otras mediante una forzada interpretación en la que atribuía a los legisladores una intención de respeto a la Constitución que obviamente no tenían. El propio Presidente socialista del Gobierno tripartito que regía la Generalitat, el acomplejado “charnego” José/Josep Montilla se subió al carro de los ultrajados y afirmó que la sentencia estaba llena de ofensas gratuitas a Cataluña y “que no tiene efectos jurídicos, pero sí el de tocar las narices. ¿Tienen que reiterar tantas veces la indisoluble unidad de España?”.
Cita Carlin al profesor Ramón Máiz , quien ha señalado que “si preguntas a los catalanes cuál es la principal razón por la que luchan por la independencia, dicen que el maltrato”. La percepción generalizada es que el resto de España les odia y les falta el respeto y –según el periodista británico- el Gobierno sabe que los catalanes tienen razón en sentirse odiados (¿?). Aunque sólo sea por esta razón, los catalanes tienen derecho a celebrar un referéndum de autodeterminación. Estas palabras indican que se trata de una mera percepción, de una impresión subjetiva que proviene más de las vísceras que del cerebro y que no se corresponde con la realidad objetiva. Más bien parece ser lo contrario. Son algunos catalanes los que menosprecian y reiteradamente faltan el respeto al resto de los españoles. Movidos por un injustificado complejo de superioridad- califican a los andaluces de vagos, a los murcianos de “pringaos”, a los extremeños  de ociosos chupasangres, a los valencianos de horteras o a los castellanos de arrogantes explotadores. Baste recordar las declaraciones de los líderes catalanes, de José Carod Rovira a Oriol Junqueras, de Marta Ferrusola a Artur Mas, de Lluis Llach a Josep Guardiola, del Director de los Mossos de Escuadra, Pere Soler -“¡Vayámonos ya!. Me dais pena todos los españoles”- al Alcalde de Blanes, el “granaino” reciclado Miguel Lupiáñez –“En Cataluña se vive de otra manera. Igual ocurre en Dinamarca respecto ,yo que sé, al Magreb”-. El propio Secretario General del PSC, Miquel Iceta, ha pedido a Pedro Sánchez que impulse una España distinta que respete a Cataluña y “un Estado que defienda los intereses de los catalanes”.
Carlin ha criticado frívolamente a quienes se oponen al referéndum porque viola la Constitución, como si ésta “fuera la palabra final de Dios y no un texto terrenal, inevitablemente mejorable, para servir a la gente”. Los sentimientos independentistas están ahí y hay que tomar medidas para soportarlos, “en este caso cambiando algunas palabras de la Constitución”. Habría que preguntar a este genio del constitucionalismo cuáles son las palabras mágicas que se deben introducir en la Carta Magna para satisfacer las ansias separatistas de los catalanes y hacerlos volver al redil de España. Ya sé que en Gran Bretaña no hay una Constitución escrita, como ocurre en los demás países del mundo. En España hay una Constitución aprobada en 1978 prácticamente por consenso de los españoles, incluida la inmensa mayoría de los catalanes, y hay que respetarla y cumplirla, mal que les pese a los independentistas y a Carlin. Como bien sabe el periodista y politólogo británico, sin respeto de la ley no hay democracia.
Manifiesto de “los Otros Catalanes
               Una cosa que sorprende es la falta de reacción de la mayoría silenciosa –y nunca mejor empleada esta expresión- de los catalanes que se sienten españoles ante las reiteradas tropelías de sus dirigentes políticas, que incumplen a diario las leyes nacionales y las sentencias de los Tribunales. Salvo pronunciamientos puntuales de agrupaciones como la Sociedad Civil Catalana, Catalunya somos todos o Juristas en pro de la Constitución, apenas se ha oído la voz discrepante de esta mayoría, por reducida que sea. Tampoco los partidos constitucionalistas han estado a la altura de las circunstancias. El PP, Ciudadanos y -en menor medida y con altibajos- el PSC se han opuesto a la marea secesionista, pero de forma aislada y sin coordinación. En su ambigüedad calculada, Podemos ha encendido una vela a Dios y otra a Companys, y en el fondo ha respaldado las tesis separatistas. Pablo Iglesias terminó su encendida proclama en un acto paralelo a la Diada con un “¡Visca Calalunya soberana e lliure!” y su representante en la Mesa del Parlament votó a favor de la tramitación de las Leyes del Referéndum y de la Transitoriedad Jurídica. Esta actitud es comprensible por la tremenda presión social y mediática que sufren los no independentistas, acusados de malos catalanes y traidores a la causa, pero no justificable ante el extremo al que se ha llegado por parte de las autoridades de la Generalitat.
               Por eso, ha sido una grata sorpresa la publicación en las redes informáticas del “Manifiesto de los Otros Catalanes”, que ha sido ampliamente difundido hasta convertirse en fenómeno viral y recogido en el diario digital “El Confidencial” y en periódicos como “Público” o “ABC”. No me resisto a reproducirlo en su integridad por que no tiene desperdicio y es auto-explicativo. Por su sencillez, objetividad , sentido común y sinceridad está al alcance de cualquier persona de buena voluntad y es un motivo para la esperanza.
                “Somos los otros catalanes. Los que, cuando vamos a una manifestación, nos comportamos como personas civilizadas, los que nunca colgaremos ninguna  bandera en el balcón. Somos tranquilos, tolerantes, pacíficos, discretos y amigos de nuestros amigos. Queremos tener salud, amor y trabajo como todo el mundo. Creemos en la familia y en el esfuerzo personal y no en la donación y la subvención para conseguir las cosas. Amamos la paz y la libertad.
                Aborrecemos la corrupción, la violencia, el abuso de poder, la manipulación y la mentira. Somos bilingües sin complejos, hacemos “zappingsin problemas por todas las opciones y la película que vimos ayer ya no recordamos en qué idioma la oímos: catalán o castellano. Nos gustan los deportes y animamos igualmente a Nadal, Ferrer, Lorenzo, Alonso, al Barça, al Español y a la Selección Nacional, y nos da igual si el gol lo mete un catalán o un manchego cuando competimos en la Copa de Europa o en el Mundial y, por respeto, no pitamos al himno de España ni a ningún otro.
                 Estamos hartos del “procésy del politiqueo en general, con tanta mentira. Votamos al menos malo o por descarte. Aborrecemos a quienes fomentan las fobias entre los territorios,-sean del color que sean, de aquí o de cualquier otro sitio- para ganar cuatro votos, mantener la poltrona y seguir llevándose el caldo calentito a cuenta de todos. No creemos que la independencia sea la solución a todos nuestros problemas, no somos tan ingenuos. Consideramos que la política de confrontación y sus líderes son precisamente parte del problema.
                ¿Por qué está todo tan crispado?.¿No tendrían que trabajar todos para sacarnos de esta crisis, dejarse de historias y no confrontarnos unos con otros?. Creemos que muchas personas piensans así, pero no se nos ve ni se nos oye. Somos los Otros y, aunque saben que estamos, nos ignoran por no pensar como ellos.
               Tras el próximo fracaso del 1 de Octubre habrá nuevas elecciones autonómicas. Informad a todos los que formamos parte de “los Otros”, a vuestros conocidos, a los indecisos, a los que piensan que esto no va con ellos de quede  nuestro voto en las citadas futuras elecciones autonómicas depende que Catalunya siga siendo feudo de unos cuantos que basan su discurso en el odio a los demás pueblos de España, adoctrinando en las escuelas a nuestros niños y difundiendo propaganda y mentiras en los canales autonómicos y en los medios comprados con subvenciones pagadas con nuestro dinero. Exigimos que los constitucionalistas lo sean por encima de los intereses de sus partidos.
               Vamos a demostrar a quienes lideran el “procés” que en el mundo somos catalanes y españoles. Vamos a demostrar que no hemos creído la vil mentira de que “Espanya ens roba” cuando los que roban son ellos: nuestros recursos, nuestro dinero, nuestro orgullo y nuestra dignidad, intentando vanamente hacernos sentir inferiores y de segunda. Vamos a decirles a ellos y al mundo que ya basta de muestras de odio, intransigencia y amenazas de sanciones para quien no colabora o piensa como ellos. Vamos a frenar esta aventura que sólo nos ha traído y traerá más pobreza económica e intelectual y más crisis, a pesar de que nos prometan el paraíso. Porque amamos a Cataluña, porque amamos a España y porque queremos seguir siendo europeos,¡Viva Catalunya!”.
              Pues eso, al igual que aspiramos a una Alemania europea y no a una Europa alemana, deseamos una Cataluña española y no una España catalana. ¡Visca una  Cataluña integrada en España, que siga contribuyendo a su grandeza como nación única de todos los españoles!.

Bruselas, 12 de Septiembre de 2017 

martes, 5 de septiembre de 2017

Diferencias entre el Corán y el Nuevo Testamento

DIFERENCIAS ENTRE EL CORÁN Y EL NUEVO TESTAMENTO

            El Corán y el Antiguo Testamento tienen muchas cosas en común. Es bien sabido que los libros del Deuteronomio y del Levítico, así como algunos otros textos del Antiguo Testamento, contienen preceptos que hoy día resultan totalmente inaceptables. Reflejan la situación existente en la sociedad israelita antes de Cristo, en la que era aceptada y considerada normal la condena a muerte –incluida por lapidación- por la comisión de una serie de delitos o por la adopción de ciertas conductas -como el adulterio, la homosexualidad, el incesto, la blasfemia o la apostasía-, la legalidad de la esclavitud, la aceptación de la tortura y de otras prácticas  degradantes o el patriarcado a ultranza y la total sumisión de la mujer al varón. Tales preceptos quedaron superados con la doctrina de Jesucristo, como se pone de manifiesto en el Nuevo Testamento. Cabe precisar, no obstante, que las graves sanciones previstas en el Antiguo Testamento se aplicaban a conductas consideradas infamantes, mientras que, para el Corán, no hacía falta que los infieles cometieran actos de este tipo para merecer la muerte o los castigos físicos. Tales penas se aplicaban a todos los que no siguieran las enseñanzas de Mahoma, aunque no hubieran hecho nada malo, por el mero hecho de no ser creyentes. “Los infieles son  para vosotros un enemigo declarado” (4/101). “Mahoma es el mensajero de Alá y los que están con Él son despiadados con los infieles” (48/29).

            Las enseñanzas de Jesucristo fueron revolucionarias para la época y aún siguen siéndolo en la actualidad. Supusieron un giro de 180 grados en la doctrina recogida en el Antiguo Testamento, aunque sin rechazarlo por completo, ya que sigue habiendo en él mucho de aceptable y constituye la base del cristianismo. Jesús lo expresó con claridad: ”No penséis que he venido a abrogar la Ley o los Profetas. No he venido a abrogarla sino a consumarla. Porque en verdad os digo que antes pasará el cielo y la tierra que falte una iota o una tilde de la Ley, hasta que todo se cumpla” (Mt: 5/17-18)

            Jesús cambió las bases y las pautas de la conducta humana hasta entonces vigentes. “Habéis oído que se dijo ‘ojo por ojo, diente por diente’, pero Yo os digo: No resistáis al mal y si alguno te abofetea en la mejilla derecha, ponle también la izquierda, y al que quiera litigar contigo para quitarte la túnica, dale también el manto. Si alguno te requiere para una milla, vete con él dos” (Mt.: 5/38-42). También habréis oído que fue dicho:”Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”, pero Yo os digo:”Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?, ¿no hacen esto también los publicanos?. Y si saludáis únicamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?, ¿no hacen también eso los gentiles?. Sed, pues, perfectos como vuestro padre celestial” (Mt: 5/43-48). San Lucas recoge palabras similares de Jesús (Lc: 6/27-35) y añade:”Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperanza de remuneración,  pues será grande vuestra recompensa. Seréis hijos del Altísimo, que es bondadoso con los ingratos y con los malos. Sed misericordiosos como vuestro Padres es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados, absolved y seréis absueltos, dad y se os dará” (Lc: 6/36-38).

            Este Dios benévolo con los no creyentes contrasta con el Alá del Corán, implacable con los infieles: “Combatid con ellos hasta que dejen de induciros a la apostasía y se rinda culto a Alá” (2/190); “Combatid por Alá. Puede que Alá contenga el ímpetu de los infieles. Dispone de más violencia y es terrible en castigar” (4/84); “Si no marchan por el camino de Alá, atrapadlos y matadlos donde quiera que los encontréis” (4/89) “Profeta, combate contra los infieles y los hipócritas. Sé duro con ellos” (9/73); ”A los que se nieguen a creer, golpeadlos en sus cuellos” (47/4).  Como ha señalado Serafín Fanjul, el Corán exhibe exhortos y mandamientos de claridad meridiana que ningún buen musulmán se atreverá a contravenir. No se trata de una sura aislada o descontextualizada, sino que se repite con reiterada frecuencia a lo largo de todo el Libro. Bujari ha resumido estos mandatos diciendo: “El Apóstol de Alá dijo: Me ha ordenado combatir a la gente hasta que digan: Nadie tiene derecho a ser adorado sino Alá”.

Esta animadversión se extiende asimismo a los adeptos a las religiones del Libro, que, aunque tengan la Leyla Tora o la Biblia- no cumplen sus preceptos.”¡Creyentes!. No toméis como amigos a los judíos y a  los cristianos pues son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Dios no guía al pueblo impío”. “Los mayores enemigos de los creyentes son los judíos y los asociados –cristianos asociados a Jesucristo-“ (5/82). “Matad a los asociadores dondequiera que los encontréis “ (9/5): “Combatid contra aquellos que, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni practican la fe verdadera” (9/29)…

            San Pablo, en cambio, describe el amor y la caridad en su Epístola a los Corintios:”Si hablando las lenguas de los hombres y de los ángeles no tengo caridad, soy como campana que suena o címbalo que retiñe. Si teniendo el don de la profecía y conociendo todos los misterios y toda la ciencia y tanta fe que traslade montañas no tengo caridad, no soy nada. Si repartiera toda mi hacienda y entregase mi cuerpo al fuego y no tengo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente y benigna, no es envidiosa ni jactanciosa, no se hincha ni es descortés, no es interesada ni se irrita, no piensa mal ni se alegra de la injusticia, se complace con la verdad y todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera y todo lo tolera (Cor: 13/1-4)

En uno de los temas que más se ha criticado al Corán y al Antiguo Testamento –el adulterio y la lapidación de los culpables- Jesús también dio un giro copernicano, como narra San Juan en el capítulo de “Las mujer adúltera”. Para probar a Jesús, los escribas y los fariseos le dijeron:”Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante delito de adultero. Moisés nos ordena en la Ley apedrearla. ¿Tú que dices. Jesús escribía sobre la tierra sin hacerles caso, pero ellos insistieron y Jesús les dijo:”El que de vosotros esté libre de pecado que tire la primera piedra”, y siguió escribiendo. Fueron yéndose uno a uno hasta quedar solos Él y la adúltera. Entonces Jesús  le dijo:”Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿nadie te ha condenado?”, y ella le contestó:”Nadie, Señor”. Entonces Jesús afirmó:”Tampoco yo te condeno. Vete y no peques más” (Jn: 8/1-12).

Sobre la controvertida cuestión de si sólo se salvan los cristianos que siguen su fe mientras que los no creyentes se condenan, Jesús dejo abierta la puerta de la salvación a los que siguieran su recta conciencia conforme a la Ley natural. San Pablo lo explica en la Epístola a los Romanos al comentar si los no judíos que se convirtieran al cristianismo tenían que actuar como los judíos para lograr la salvación:”Cuando los gentiles, guiados por la razón natural, sin tener la Ley, cumplen sus preceptos, son para sí mismos la Ley. Con ello muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigos su conciencia y las sentencias con las que otros se excusan o se acusan. Así se verá el día que Jesucristo juzgue las acciones de los hombres conforme a  los Evangelios” (Rom: 2/14-15). Y dirigiéndose a los judíos, les espetó:”Será el  incircunciso natural que cumple la Ley el que te juzgue a ti, que a pesar de tener la letra y la circuncisión, transgredes  la Ley” (Rom: 2/27).

El Nuevo Testamento insta al cristiano a ser pacífico, como se refleja en el Sermón de las Bienaventuranzas –Carta magna de los cristianos-, que afirma taxativamente: ”Bienaventurados los pacíficos porque ellos serán llamados hijos de Dios  (Mt: 5/8). El Corán, por el contrario, el exalta con insistencia y reiteración la “yihad” y la lucha contra los infieles por todos los medios. Los textos al respecto son innumerables: “La yihad es ordenada a los musulmanes aunque les disguste” (2/216); “Infundiré el terror en los corazones de quienes no creen.¡ Cortadles el cuello, pegadles en todos los dedos!” (8/12); ); “Combatid a quienes no creen en Alá ni practican la fe verdadera” (9/29); “Id a la guerra y luchad por Alá con vuestras haciendas y vuestras personas” (9/41); “Haced yihad por Alá como Él se merece” (22/75); “No obedezcáis a los infieles y haced yihad contra ellos con toda la fuerza” (25/22)….Como Leon Uris ha puesto en “El peregrinaje” en boca de unos de sus personajes, “antes de cumplir los nueve años ya había aprendido la doctrina básica de la vida árabe: era yo contra mi hermano, yo y mi hermano contra nuestro padre, mi familia contra mis primos y el clan contra la tribu, la tribu contra el mundo, y todos juntos contra los infieles”.

La “yihad” tiene varias acepciones, pero la que se refleja en el Corán es la de la lucha constante para propagar el Islam, por medio de la fuerza si fuera preciso, incluida la lucha armada o la “guerra santa” contra los infieles. Es una orden que emana de Alá y que fue trasmitida por Mahoma a sus seguidores. Se trata de un mandato imperativo de carácter universal y permanente hasta que la Humanidad se convierta al Islam. En consecuencia, matar infieles ha sido práctica habitual de los musulmanes a través de los siglos, desde que el Profeta afirmara que era lo más grato a Alá, sólo por detrás de creer en el Dios del Islam. A diferencia de lo ocurrido con la Biblia, no ha habido un “Nuevo Corán” que haya “aggiornado” y corregido el Libro sagrado del Islam. Antes al contrario, muchos predicadores y comentaristas salafistas y wahabitas hacen una interpretación literal de su texto y pretenden aplicarlo tal y como los expresó Mahoma en el siglo VII. El Islam es algo más que una religión. Es una forma de vida 100% completa y total. Además de sus componentes puramente religiosos, contiene otros de carácter  político, jurídico, económico, social e incluso militar. Se rige por la “sharia” o ley islámica, que obliga a los fieles y se pretende imponer a los infieles. Esta situación de mezcla de lo religioso y de lo socio-político se hace aún más problemática porque –a diferencia de lo que ocurre en el catolicismo con la institución del Papado- en el Islam no existe una autoridad suprema que pueda hablar en nombre de de sus fieles, tenga autoridad universal y decida los problemas y dudas que se planteen. El Corán puede ser interpretado y comentado por cualquier Imán, por incompetente  e inculto que sea, que puede dictar edictos (“fatwas”) que deben ser cumplidas por  todos los musulmanes

Con independencia de la conducta que cristianos o musulmanes puedan seguir a la hora de respetar y cumplir los preceptos de sus respectivos textos sagrados, cabe concluir que, en el plano doctrinal, el cristianismo –tal y como está diseñado en el Nuevo Testamento- es una religión de paz y de amor. No cabe decir lo mismo del Islam, tal  como está pergeñado en el Corán.


Madrid, 2 de Septiembre de 2017

sábado, 2 de septiembre de 2017

España musulmana

ESPAÑA MUSULMANA

            El comentario sobre la España musulmana incluye errores de hecho y de valoración

I.-Errores de hecho

1) España ha sido más tiempo musulmana que católica.

La España visigótica, que profesaba el arrianismo (cisma del cristianismo) se
convirtió al cristianismo el año 589 por decisión de Recaredo en el
III Concilio de Toledo. Los árabes invadieron la península el año 711
y no forzaron la conversión de los hispanos al islamismo a cambio del
pago de altos impuestos. Tras la conquista de los reinos de Jaén,
Córdoba y Sevilla por Fernando III en 1248, sólo quedó el reino de
Granada, que fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492. En el
mejor de los casos, partes de España estuvieron bajo control árabe 8
siglos, mientras que la totalidad o la mayor parte de ella ha sido -y
sigue siendo por el momento- católica durante 15 siglos.

2) España ha sido el único país de Europa que ha estado bajo dominio
islámico
.

Portugal, partes de Francia e Italia, Grecia y los Balkanes
al este de Austria también fueron dominadas por árabes o turcos, que
llegaron hasta las puertas de Viena. Los turcos fueron detenidos por
la coalición liderada por España en la batalla de Lepanto (1571).

3)  España es un producto del Islam

A la construcción de España ha contribuido la cultura árabe, no el Islam, que nunca  ha sido un elemento constitutivo de la identidad hispana. Es cierto que los
árabes promovieron la civilización y la cultura en España y en Europa
durante la Edad Media, destacando en los campos de la agricultura, la
astronomía, el álgebra, la medicina y la filosofía. Fueron los introductores de la civilización griega en Europa -a través de traducciones en árabe de sus textsos- tras la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Pero de ahí a afirmar que España es un producto del Islam hay un abismo.

4) El Islam ha hecho a España un país tolerante.

El Islam es intolerante por esencia, desde el Corán a la Sharía y a la imposición
de la teocracia islámica. El Corán dice que Mahoma es el mensajero de
Alá y los que están con él son despiadados con los infieles (48:29).
Mahoma dijo que asesinar a los infieles era lo más grato a Alá.
Durante siglos, el Islam ha estado en lucha constante contra toda las
confesiones religiosas, ya sean cristianas, judías, hindúes, budistas,
bahais, siks e incluso musulmanas (conflictos entre sunitas y chiitas)


5) Matriz

El nombre árabe de Madrid -"castillo famoso que del moro alivio
alivia el miedo", según cantó en un poema Nicolás Fernández de
Moratín- es "Magerit" y no "Matrit", que es el término que
despectivamente usan los catalanes.

6)  Reacción anti-islámica tras los atentados de Barcelona.

Se han producido brotes anti-islámicos en Cataluña y otras partes de Esapaña, pero han sido de escasa consideración, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países que
han sufrido atentados de yihadistas. Las autoridades nacionales,
autonómicas y locales han resaltado que no todos los musulmanes son
terroristas, y tratado de que no se expanda la islamofobia. A ello ha contribuido la reacción positiva de la mayoría de los dirigentes islámicos españoles que han condenado taxativa y públicamente los atentados.

II.-Errores de valoración

1) Desde su fundación, el Islamismo ha promovido la paz y el amor.

El Corán es una exaltación a la "yihad" y de la lucha por todos los medios
contra los infieles. "Matadlos donde déis con ellos...Si combaten
contra vosotros. matadlos. Esa es la retribución de los infieles.
Combatid con ellos hasta que dejen de induciros a la apostasía y se
rinda culto a Alá" (2:190). "Si no marchan por el camino de Alá,
atrapadlos  matadlos donde quiera que los encontréis" (4:89).
“Infundiré el terror en los corazones de quienes no creen. ¡Cortadles
el cuello, pegadles en todos los dedos" (8:12). “Combatid a quienes no
creen en Alá ni practican la fe verdadera" (9:29). “Haced la yihad
contra los infieles con toda la fuerza" (25:52). "A los que se niegan
a creer, golpeadlos en sus cuellos" (47:4)...Durante los siete siglos
que duró la Reconquista hubo continuas guerras entre "moros y
cristianos". Esto ocurrió especialmente tras las invasiones de
almorávides y almohades. Almanzor obligó a esclavos cristianos a
llevar las campanas de la Catedral de Santiago hasta Sevilla. Mataron
a numerosos cristianos, como los 47 mártires de Córdoba (864),
incluida Santa Laura, patrona de la ciudad. Es cierto que hubo
importantes períodos de "coexistencia pacífica", pero nunca hubo una
auténtica convivencia de las tres religiones del Libro -cristianos,
musulmanes y judíos- en la España musulmana.

2) El Islam es, y siempre será, parte de España y negar esto supondría
negar su historia y su identidad
.

La civilización árabe que impregnó España en ciertos momentos -especialmente durante el Califato de Córdoba -que fue autónomo de los Califatos de Damasco o de Bagdad- ha
forjado parcialmente la identidad española. No así el Islam, que es
totalmente ajeno a la identidad hispana, que más bien se ha forjado
luchando contra él.

3) Los musulmanes en España son inofensivos.

Algunos de ellos no, como se vio el 11-M en Madrid y se ha visto ahora en Barcelona. Según la épica islamista, los buenos musulmanes tienen la obligación de
recuperar los territorios perdidos de donde fueron expulsados, como
Al-Andalus. El Corán les permite hacerlo mediante cualquier medio,
incluida la fuerza. El Daesh y Al-Qaeda han incluido a España en su
punto de mira y pretenden "reconquistarla". En el mensaje del Califa
del Estado Islámico, Abu Bakr al-Bagdadi, en el que ordenaba a los
creyentes a que crucificaran y degollaran a los infieles, se incluía la
siguiente admonición:"Que Alá os conceda el favor de pisar con
vuestros pies puros el usurpado Al-Andalus".

Prácticas como la sumisión de la mujer al hombre, la poligamia, la
ablación la pedofilia, la tortura, la lapidación o la amputación de
miembros no pueden ser aceptadas en la sociedad de España y de
Occidente por muy arraigadas que estén en la tradición islámica. Hay
que acoger a los inmigrantes musulmanes y tratar de integrarlos en la
sociedad española, pero para ello es imprescindible que ellos
renuncien a los principios y prácticas radicalmente contrarios a los
de la civilización occidental y acepten las normas del Estado donde
residan.

4) Exaltación del Islam como fuente de la civilización.

En su libro "La quimera de Al-Andalus", Serafín Fanjul ha tratado de desmontar la
interpretación idílica de la Hispania musulmana, que ha convertido
Al-Andalus en una arcadia donde convivían de forma pacífica las tres
religiones y en la que la ciencia, el arte y la cultura alcanzaron cotas de
desarrollo jamás conocidas, pero ni hubo tal tolerancia, ni nadie la
pretendía. En un libro de texto oficial en la Siria de Bashar al-Asad,
se lamenta la derrota de los árabes en Poitiers -por Charles Martel-
porque, de haber vencido los invasores árabes, hubieran dominado la
Galia
y la Europa Occidental. Habría cambiado la faz de la Historia y
el Corán y la lengua árabe serían los que se enseñarín ahora en la
Universidad
de Oxford, "si hubiera habido Universidad de Oxford,
claro".


Playa de Amposta, 25 de Agosto de 2017

La Generalitat sigue interpérrita el proceso de secesión pese a los sangrientos atentados en Barcelona y en Cambrils

LA GENERALITAT  SIGUE IMPERTÉRRITA SU PROCESO SECESIONISTA PESE A LOS SANGRIENTOS ATENTADOS EN BARCELONA Y CAMBRILS

El pasado día 16 se produjo una explosión en una casa de el Alcanar, último pueblo de Cataluña limítrofe con la Comunidad Valenciana, a unos pocos kilómetros de la Playa de los Eucaliptus donde pasamos nuestras vacaciones estivales, que causó la destrucción del edificio, dos muertos y un herido. Al día siguiente, una kamikaze yihadista atropelló a una multitud de personas en las Ramblas de Barcelona, que causó numerosos muertos y heridos, y un comando yihadista trató de hacer lo propio en el paseo marítimo de Cambrils (Tarragona), provocando la  muerte de un viandante y de los 5 terroristas, abatidos por los Mossos d’Esquadra. El autor del atropello barcelonés, Younes Abuyakub, fue localizado tres días más tarde en Subirats y matado por los Mossos. Tras haberse producido tan graves acontecimientos, cabría esperar que el supuesto “seny” catalán se impondría y que la Generalitat reconsideraría –o, al menos, suspendería- el referéndum ilegal de autodeterminación previsto para el  primero de Octubre y el proceso independentista de Cataluña, pero tal no parece ser el caso. Antes bien, el Govern  y las huestes separatistas han aprovechado la oportunidad  de los atentados para hacer obscena propaganda del “procés”.

Antecedentes y hechos

            Los hechos son más o menos conocidos. Desde hace seis meses, un comando de jóvenes yihadistas marroquíes residentes en Ripoll (Gerona), adoctrinado y liderado por el Imán salafista de la mezquita del pueblo, Aldebaki es-Satty, ha venido preparando con toda tranquilidad un elaborado plan de ataque terrorista a Barcelona y almacenado en una casa de Alcanar “okupada” por los yihadistas más de un centenar de bombonas de butano y otros artefactos explosivos sin que ninguna autoridad se haya apercibido de ello. La Providencia ha suplido las carencias imprevisiones del ejecutivo catalán y, pues -al producirse la explosión del polvorín que causó la muerte de dos de sus artificieros -incluido el propio Imam- y la herida de otro, los terroristas abandonaron su detallado plan e improvisaron de forma apresurada sendos ataques “low cost” en Barcelona y en Cambrils, mediante la fórmula del atropello con furgonetas en sendos espacios en los que se concentraban un amplio número de personas.

            La furgoneta conducida por Abuyakub recorrió en zig-zag y sin obstáculo alguno  los 500 metros del paseo peatonal de la Rambla a partir de la Plaza Cataluña y causó 13 muertos y 150 heridos –algunos de ellos en estado crítico-. Dejó el vehículo junto al Liceo, huyó por el Mercado de la Boquería y durante hora y media caminó hasta la zona universitaria, donde apuñaló a Pablo Pérez, le robó su coche, se saltó un control en la Diagonal y abandonó el vehículo en Sant Just Desvern. Estuvo tres días en paradero desconocido hasta que fue localizado en Subirats, gracias a la información de una ciudadana, y tiroteado y muerto por los Mossos. Unas horas más tarde del atropello barcelonés, cinco terroristas se saltaron un control en Cambrils con la intención de llegar al Paseo Marítimo, pero fueron interceptados en otro control y abatidos por los Mossos.

Reacción cautelosa del Gobierno Central

            El Gobierno central ha actuado a la defensiva y adoptado un perfil bajo. El Presidente Mariano Rajoy no compareció ante los medios ni hizo declaración alguna sobre los atentados antes de trasladarse a Barcelona, en compañía de la Vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, y del Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. No formaron parte de la expedición ni el Secretario de Estado de Seguridad, ni el Director General de la Policía-. Pese a la gravedad de los acontecimientos que han afectado a toda España, no ha convocado al Consejo de Seguridad Nacional, y ha dejado toda la iniciativa y el protagonismo al Gabinete de Crisis establecido por la Generalitat, que ha ignorado por completo a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Tampoco ha estimado conveniente subir de 4 a 5 el nivel de alarma –como hicieron en circunstancias similares Bélgica, Francia o Gran Bretaña- debido que ello implicaría la presencia del Ejército en las calles catalanas, lo que resultaría inaceptable para los nacionalistas y buena parte de la izquierda. Es cierto que el Estatuto de Cataluña de 2006 concedió a los Mossos competencias en materia de antiterrorismo, pero ello no supone privar de las mismas al Gobierno central cuando se produce un atentado que afecta a toda España. Los máximos representantes del Gobierno han actuado como “convidados de piedra” porque Rajoy se ha refugiado en su proverbial y excesiva prudencia para no ser acusado de sacar provecho político de la tragedia. Más airosa ha sido la presencia de Felipe VI que, acompañado de la Reina Letizia, ha presidido en Barcelona el “minuto de silencio” y el  funeral en la Sagrada Familia –uno de los objetivos principales de los terroristas-. Pese a haber tenido una cordial acogida por parte del pueblo barcelonés, la diputada del la CUP Mireia Boya ha acusado al Rey de pasearse por Barcelona mientras contribuye a financiar el terrorismo yihadista por sus estrechas relaciones con las monarquías del Golfo Pérsico, y advertido que su formación no participará en la manifestación convocada por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para el día si a ella asisten Felipe VI o Rajoy. Éste ha regresado con prisas a Madrid y ha desaprovechado la ocasión de tener una mayor presencia en Cataluña.

Exaltación desmesurada de la actuación de los Mossos

El Govern y los medios separatistas han exaltado de forma desmesurada la actuación de los Mossos. Como ha observado Boya, Cataluña ha actuado como un Estado independiente de España en la gestión de los atentados y José Carod Rovira ha salido de las catacumbas del olvido para afirmar que “el mundo ha visto que Cataluña ya es un Estado con instituciones y policía de primera”. Sin embargo, pese a que es innegable que los Mossos han logrado importantes éxitos, su actuación “antes el parto, en el parto  después del parto” ha sido manifiestamente mejorable. En el Debe de la Generalitat y de sus fuerzas de seguridad autonómicas y municipales, cabe señalar los siguientes fallos, a juicio de Cayetana Álvarez de Toledo: 1) Una decena de jóvenes inexpertos ha preparado durante seis meses un minucioso plan para producir una carnicería en Cataluña desde una casa ilegalmente ocupada en Alcanar sin que nadie lo detectara; 2) un notorio Imam salafista, que cumplió cuatro años de cárcel por narcotráfico y fue investigado en el caso “Chacal” por presunta actuación terrorista, ha podido dirigir la mezquita de Ripoll, moverse con total libertad por España y en el extranjero –Marruecos y Bélgica- endoctrinar a unos jóvenes y preparar un arsenal para los atentados; 3) tras la explosión y destrucción de una casa en Alcanar no se inició investigación alguna, como si se tratar de un simple accidente y la policía autonómica no permitió el acceso  de los expertos “tédax” de la Guardia Civil a la vivienda; 4) pese a la advertencia de los servicios de información de que era probable un atentado terrorista en las Ramblas, la Generalitat sólo estableció una presencia policial mínima,que ha resultado del todo insuficiente; 5) el Govern y el Ayuntamiento de Barcelona hicieron caso omiso a las recomendaciones del Ministerio del Interior de colocar bolardos y maceteros disuasorios en lugares de gran afluencia de público y una furgoneta conducida por un terrorista pudo atropellar indiscriminadamente a los paseantes de las Ramblas en un trayecto de 500 metros sin encontrar el menor obstáculo; 6) a pesar de la “Operación Jaula”, el autor del atropello pudo recorrer la ciudad durante hora y media, apoderarse de un coche tras apuñalar a  su propietario, saltarse un control en la Diagonal, dejar sin problemas el vehículo en Sant Just y estar tres días en paradero desconocido.

El Govern prescindió del Consejero de Interio, Jordi Jané, por poner en duda la viabilidad del referéndum independentista y destituyó al Director de los Mossos, Albert Batlle, por afirmar que éstos respetarían la Constitución y obedecerían las órdenes judiciales. Fue sustituido por Pere Soler, un xenófobo político independentista al que le da pena España y quiere separarse de ella. No es de extrañar que –como ha señalado “El Mundo”- los mandos políticos de los policías autonómicos estén más preocupados por y centrados en la forma de facilitar la celebración del referéndum del 1-O que en la salvaguardia de la seguridad  


Continuación del proceso independentista

            La Generalitat ha dejado en segundo plano problemas esenciales de Cataluña como los de su seguridad, el desarrollo económico o la eficaz prestación de los servicios públicos para mirarse el ombligo separatista y dar prioridad a las cuestiones identitarias, a la celebración de referendums ilegales y a llevar a cabo el proceso independentista a cualquier precio. Ha seguido contra viento y marea la tramitación de la Ley del Referéndum pese a las advertencias del Tribunal Constitucional, ha hecho  modificar el Reglamento del Parlament para permitir su adopción en horas 24 y sin debate –decisión que ha sido suspendida por el Tribunal- y ha afirmado que no acatará ninguna decisión del mismo en contra del proceso secesionista. Tras incurrir en el disparate jurídico de pretender conceder superioridad a una ley autonómica sobre la Constitución, ha seguido a escondidas la tramitación de dicha ley, cuyo proyecto no ha sido firmado por ningún miembro del Govern ni por la Presidenta del Parlament, Carme Forcadell, por temor a las consecuencias judiciales. El proyecto -registrado el 31 de Julio, por “Junts pel Sí” y la CUP- no ha llegado aún al Parlamento por que, en la última reunión de la Mesa, Forcadell decidió excluir el tema del orden del día y sigue sin hacerse público su texto.

            El portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, afirmó que el aplazamiento decidido por la Mesa del Parlament  ponía de manifiesto que el independentismo pretende adoptar una ley de secesión “sin convocatoria, sin urnas, sin censo, sin papeletas, sin presupuesto, sin apoyo internacional y sin calendario”. Se prevé que el ejecutivo presente por sorpresa el citado proyecto el 6 de Septiembre -en vísperas la celebración de la Diada, que espera tenga una participación multitudinaria- y, ante el previsible recurso del Gobierno y probable condena del TC, ya ha advertido que no acatará ninguna decisión del Tribunal que contradiga la ley de secesión. Nada sorprende ya en la huida hacia delante del independentismo de la Generalitat, que ha convertido el abierto desafío al Estado de Derecho en un vodevil tragicómico.

Enseñanzas que se deberían extraer de los atentados

            Reza el refrán que “no hay mal que por bien no venga” y la Generalitat, las autoridades y el pueblo catalán deberían sacar ciertas conclusiones de los últimos acontecimientos ocurridos. La primera de ellas es la necesidad  de abordar adecuadamente el problema de la creciente presencia en Cataluña de musulmanes –especialmente marroquíes- no suficientemente integrados en la sociedad catalana.
El que fue Representante de la Generalitat en Marruecos y Secretario de Inmigración en Convergencia, Ángel Colom, alentó la inmigración de marroquíes en Cataluña, al par que desalentaba la de iberoamericanos, para que no aumentara la proporción de hispanoparlantes. En 15 años, el número de musulmanes en la Comunidad pasó de 30.000 a medio millón, entre los que figuraban unos 200.000 marroquíes. Si el porcentaje de musulmanes en España es del 3.6% de su población, en Cataluña es del 6.9% y el número de nacimientos de padres musulmanes representa más del 10% del total. Hay En 2014 existían en Cataluña 256 centros de culto musulmán y, de 109 mezquitas salafistas existentes en España, 70 están en la Comunidad. Como ha señalado Luis del Pino, Colom trató de sumar la comunidad islámica a la causa separatista y de hacer proselitismo en las mezquitas. Mientras que impide la escolarización de los catalanes en castellano, el Govern ha promovido y financiado la enseñanza de la lengua árabe y de la religión musulmana a los inmigrantes marroquíes. La Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dedicado 100.000 euros del presupuesto municipal para crear un Observatorio Catalán para Luchar contra la Islamofobia.

            El 40% de los yihadistas que actúan en España son de origen marroquí y constituyen una amenaza real. Según “El Mundo”, el Estado Islámico/Daesh se está asentado en la Cataluña y cuenta con una importante estructura. Es un enemigo bien organizado y con alta capacidad de transformación, y considera a España como uno de sus objetivos. La masacre ha derribado el discurso de la singularidad catalana y los nacionalistas deberían afrontar la realidad, arrimar el hombro y colaborar con el Gobierno central, porque los yihadistas –a diferencia del Consejero del Interior Joaquim Forn- no hace distinciones entre catalanes y españoles. Puigdemont tendrá que elegir entre el proceso separatista y la reconducción de las relaciones con el Estado para combatir juntos el terrorismo yihadista. Lleva razón Colau cuando –para disculparse por su negativa a colocar bolardos en las vías más concurridas de la Ciudad Condal- ha afirmado que no puede haber seguridad al 100%, pero sí cabe llevar a cabo una acción preventiva y adoptar medidas precautorias frente a una amenaza real, urgente y peligrosa. Los terroristas islámicos suelen operar en los entornos sociales donde pueden pasar desapercibidos y encontrar algún tipo de apoyo del entorno de familiares y amigos. Por eso,  los Mossos y la policía local deberían vigilar los núcleos islámicos más radicales y las mezquitas salafistas -como la de Ripoll-, pero la policía autonómica carece del potencial suficiente para actuar por sí sola y necesita de la cooperación nacional e internacional. Los Mossos han dirigido la investigación sin intercambiar la debida información con las fuerzas de seguridad del Estado, a las que han dejado en una posición marginal y residual, asumiendo con suficiencia todo el protagonismo En un comunicado conjunto, la Asociación Unificada de Guardias Civiles y el Sindicato Unificado de Policía han denunciado la exclusión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la gestión de los atentados, con el fin de trasmitir una imagen al exterior de nuestras fronteras de que existe un Estado Catalán autosuficiente.  Pero, si hubiera habido mayor coordinación y cooperación entre los distintos cuerpos policiales y se hubieran investigado a tiempo algunos hechos relevantes –como la deflagración de la casa de Alcanar- quizás se podrían haber evitado los atentados o reducido sus consecuencias. Como ha señalado “El Mundo” en un editorial, la cooperación plena entre las distintas policías en Cataluña pasa por un clima de franqueza y lealtad institucional que por desgracia no se da, debido a la desconfianza que provoca el hecho de que uno de estos cuerpos esté embarcado –por mandato de sus más altos responsables- en un proceso independentista.

Disparatada continuación del proceso secesionista

            Una Cataluña independizada ilegalmente sería excluida de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con la consiguiente pérdida del paraguas protector de estas instituciones. Enfrentada con España y desvinculada de la UE y de la OTAN, sería presa fácil del yihadismo. Pero Puigdemont y su Gobierno –cegados por el virus identitario- no ven más allá de sus narices secesionistas, ignoran la realidad y parecen determinados a continuar con el proces como si no hubiera pasado nada. Al igual que Juan José Ibarretxe y el Gobierno vasco en su día, parece dispuesto a seguir con el “raca-raca” de la independencia genialmente descrito en las tiras de Peridis en “El País”, una vez que se termine la tregua tras la celebración el próximo sábado de la manifestación unitaria. Como ha señalado Melitón Cardona, los nacionalistas, inasequibles al desaliento, siguen y seguirán postulando en vano una soberanían tan prehistóricamente inexistente como inalcanzable en el futuro, y de la que precisamente se nutren y prosperan en el presente.

            Benoit Pellistrandi ha escrito en “Le Figaro” que los atentados influirán en el desarrollo del proceso, porque la presencia de todos los poderes del Estado en Barcelona genera un efecto manifiesto de colaboración y simbólico de empatía y unidad que condicionará el desarrollo de los acontecimientos. Puigdemont ha de ceder porque no puede instrumentalizar la violencia. Como ha observado Lucía Méndez, la grave amenaza terrorista sería un motivo más que suficiente para que el President actuara con inteligencia y suspendiera el referéndum. Algunas voces de la sociedad catalana así se lo han hecho llegar y los múltiples llamamientos a la unidad también esconden este mensaje. Especialmente significativa ha sido la homilía del Arzobispo de Barcelona, el Cardenal Juan José Omella, durante la ceremonia en la Sagrada Familia, cuando –en presencia del Rey, de Rajoy y de Puigdemont, así de cómo de las principales fuerzas vivas de España y de Cataluña- afirmó:”Este es un hermoso mosaico Todos unidos con el objetivo común de la paz, el respeto, la fraternidad y el amor solidario La unión nos hace fuertes; la división nos corroe y nos destruye”.  Sin embargo –en opinión de Javier Redondo-, los soberanistas son cautivos de su rol. Su supervivencia política depende de que desempeñen con mayor o menor disimulo o frescura su papel, por lo que la función va a continuar. Pero, aunque los nacionalistas sean expertos en la lid del regate, los sediciosos no podrán evitar que fluya con fuerza otro sentir: el dolor de una Barcelona europea desgarrada por el fanatismo.

            Los separatistas no sólo no han disminuido su pasión secesionista, sino que han hecho un indecoroso uso propagandístico de la matanza de Barcelona. Diversos miembros del Govern han hecho referencia al “procés” en mensajes en que reseñaban aspectos relacionados con los atentados y realizado propaganda secesionista. El propio Puigdemont ha manifestado que los atentados no afectarán al desarrollo del proceso de celebración de un referéndum de autodeterminación el 1-O y que la independencia sigue siendo lo primero, Joaquim Forn ha distinguido entre victimas catalanas y víctimas españolas, y Raúl Romeva ha hechos sus payasadas habituales presentándose en las TV internacionales como el Ministro de Asuntos Exteriores de Cataluña. El portavoz de PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano,  ha expresado que, ante el gran civismo demostrado por los catalanes y sus fuerzas de seguridad tras los atentados, el Gobierno español debería considerar dejarles elegir su futuro político a través del referéndum del 1-O.La diputada autonómica de la CUP Mireia Boya ha afirmado que no se puede utilizar el horror para parar un proceso democrático y la Asociación Nacional de Cataluña ha destacado que quienes lucharon contra el mal no fueron la Guardia Civil ni la Policía Española, sino los Mossos d’Esquadra y el ejecutivo catalán, y recomendado a las personas que asistan a la manifestación del día 26 que, para mostrar su solidaridad con Barcelona, porten la senyera o la estrellada, pero en ningún caso la bandera española.

            Parafraseando a Marcel Proust, cabría decir que los catalanes deberían lanzarse “à la recherche du seny perdu”.  Como Pedro Laín Entralgo, me quedo entre la espera y la esperanza, y espero –contra toda esperanza- que los dirigentes políticos de Cataluña y su sociedad civil recuperen el sentido común y abandonen el “camino hacia ninguna parte” de la pretendida independencia. En el ínterin, convendría que hicieran caso a la recomendación que les ha hecho el diario “Le Figaro” en un editorial:”Para luchar eficazmente contra el terrorismo, hay que empezar por cumplir la ley”.


Playa de Amposta, 22 de Agosto de 2017