sábado, 23 de septiembre de 2017

¿Llegará a celebrarse el referéndum del 1-O en Cataluña?

¿LLEGARÁ A CELEBRARSE EL REFERÉNDUM DEL 1-O EN CATALUÑA?

            Los acontecimientos se precipitan tras el órdago del Parlament al adoptar las Leyes del Referéndum y de la Transitoriedad y de la Generalitat al firmar el Presidente Carles Puigdemont y la totalidad del Govern la convocatoria del un referéndum  ilegal de autodeterminación para e1 1 de Octubre. El Presidente del Gobierno Mariano Rajoy ha tenido que reconocer que el procés “ hace lo que dice” y se ha visto forzado a abandonar el “dolce fare niente” y a tomar medidas enérgicas para poner coto a la abierta insumisión de la Generalitat. La Fiscalía General del Estado se ha querellado contra sus miembros y contra la Mesa del Parlament, ha llamado a declarar como imputados a los 712 Alcaldes que han decidido ceder locales municipales para la celebración del referéndum y ha ordenado a las Fuerzas de Seguridad –de la Guardia Civil a los Mossos de Esquadra y de la Policía Nacional a la Policía Municipal- que incauten el material preparado para la citada votación.

Artículo de Martín Pallín

            Entre tanto, la Generalitat ha sacado algunos frutos de su hábil  y “goebeliana” campaña publicitaria y ha conseguido la comprensión y el apoyo de prestigiosos medios internacionales de comunicación como “The New York Times” o “Le Monde”, aunque no del “Financial Times”, que ha publicado un demoledor editorial crítico del procés. El diario parisino, situándose en una cómoda postura equidistante, ha afirmado que las dos partes en el conflicto han contribuido al absurdo del referéndum salvaje que nos amenaza y la lucha continuará tras el 1-O. Madrid debería escuchar las reivindicaciones de cientos de miles de catalanes que han desfilado por las calles durante los últimos cinco años, que al principio no pedían la independencia sino sólo el derecho a expresarse como en Escocia. Rajoy tendría que haber seguido el ejemplo de David Cameron, permitir la celebración del referéndum y tratar de convencer a los catalanes de que su futuro europeo pasa por su permanencia en España.

            También ha conseguido respaldos internos como el del antiguo Fiscal y Magistrado del Tribunal Supremo, Presidente de la Unión de Fiscales Progresistas y Portavoz de Jueces para la Democracia, José Antonio Martín Pallín, cualificado exponente del progresismo judicial de la “gauche caviar”.  Ha publicado en “La Vanguardia” un artículo sobre “Camino al 1-O”, que está lleno de inexactitudes y falacias, lo que no es de extrañar conociendo el talante del personaje. En sus libro “¿Para que servimos los jueces?, ha afirmado que un juez demócrata  no puede decir que la ley es la ley y  hay que cumplirla como si fuera una orden. El juez que sólo maneja las normas legales es como un autómata. El conocimiento jurídico desprovisto de cualquier acercamiento a la rica pluralidad social ignora el papel del juez en una sociedad democrática en continua transformación. Los valores del consenso, el diálogo, la libertad ideológica y la libre decisión están por encima de los corsés legales. El juez es algo más que un funcionario o un profesional., pues, en su parcela, es “un actor político”. Pallín es de los que estima que los jueces deben ensuciar sus togas con los polvos del camino. Siempre mostró una especial comprensión hacia los etarras y sus cachorros de Batasuna, Bildu o Sortu. Ha criticado la “sobre actuación judicial” de la Audiencia Nacional por haber imputar por terrorismo a los pro-etarras que agredieron en Alsasua a dos mandos de la Guardia Civil y a sus parejas, “que complica los intentos de convivencia en el País Vasco y  en Navarra”. Su procesamiento es desorbitado y está fuera de la realidad social. Un juez, para tomar una decisión, debe tener en cuenta la realidad social del lugar y, en los pueblos donde hay una confrontación social, se crean tensiones que no se superan. Participará el 28 de Noviembre en una Mesa Redonda organizada en Vitoria por SARE, la red de apoyo a los presos de ETA.

            Pallín ha incluido en su artículo las siguientes perlas jurídicas: 1) Las querellas presentadas por la Fiscalía General del Estado contra diversas autoridades catalanas “son forzadas y no se ajustan a la legalidad”. 2) Es irracional y no viable intentar detener una riada con la ley y las fuerzas de seguridad. 3) Perseguir a quienes ceden locales para poner urnas  no es admitido por los valores de la Constitución en un país democrático. 4) Por ceder locales se cometería, a lo sumo, un delito de desobediencia, porque “el referéndum ilegal no existe”. 5)  Ni el derecho penal ni el político-constitucional tienen mecanismos para parar la votación, pues no hay ninguna norma que castigue la colaboración con un referéndum declarado ilegal. 6) El Gobierno debe dejar votar pues “el referéndum no tiene garantías y no será reconocido por los organismos internacionales”, ya que no se ajusta a la legalidad española o internacional, por lo que no será considerado válido por la comunidad internacional. 7) Se han de imponer a la votación muchas condiciones y limitaciones, así como compromisos por ambas partes, que deben sentarse a hablar. 8) La solución del conflicto de Cataluña está en la política y no en la activación de los mecanismos judiciales. 9) Resulta indispensable el diálogo y la reforma de la Constitución

            Llevaría tiempo refutar todas y cada una de estas inexactitudes, por lo que me limitaré a hacer unas sucintas consideraciones, que cualquier persona con un mínimo de conocimientos jurídicos podrá desarrollar: 1) Las querellas presentadas por la Fiscalía contra los autores de una serie de delitos tipificados en el Código Penal es plenamente conforme con la legalidad. 2) No sé si se podrá detener la riada del proceso de independencia, pero sólo se logrará con el respaldo de la ley y el apoyo de las fuerzas de seguridad. 3) No se investiga a los 712 Alcaldes que se han comprometido a ceder locales municipales por permitir que se pongan urnas en sus instalaciones, sino por desobedecer las decisiones del Tribunal Constitucional, que ha suspendido la celebración del referéndum. 4) El referéndum ilegal sí existe y su convocatoria estuvo en su día sancionada en el Código Penal, aunque el Gobierno del PSOE decidiera suprimirlo so pretexto de que “el ejercicio de las potestades de convocar o promover consultas por quienes no tienen legalmente atribuidas es perfectamente controlable por vías diferentes a la penal”. 5) La convocatoria de un referéndum por quien no tiene competencia para ello viola la Constitución y supone un delito de usurpación de atribuciones -artículo 506 del Código Penal-, amén de delitos de desobediencia al TC –artículo 410- y prevaricación –artículo 404-. 6) Si el referéndum no se ajusta a la ley nacional o internacional y no ofrece las debidas garantías, ¿por qué debe el Gobierno permitir que se celebre?. 7) Ante la violación flagrante de la ley no cabe compromisos con los violadores. 8) Al margen del evidente contenido político del conflicto catalán, el Gobierno es responsable de hacer cumplir la ley y está obligado a actuar cuando unas autoridades cuyas competencias les son concedidas por la Constitución y el Estatuto de Autonomía violan ambos instrumentos, los sustituyen por una ley autonómica de segunda división, niegan la competencia del Tribunal Constitucional e ignoran sus decisiones, y convocan un referéndum ilegal en el que basarse para declarar unilateralmente la independencia de Cataluña. 9) Siempre es necesario el diálogo, pero éste carece de sentido porque –como ha observado Arcadi Espada- “los nacionalismos no pueden pactar; necesitan vencer”.  El enfrentamiento radical existente hace imposible –en opinión de Antonio Elorza- cualquier compromiso de fondo, por lo que resulta absurda la apelación al diálogo, que sólo podría consistir en la concesión por el Gobierno de un Vº Bº a lo que la Generalitat decida. En cuanto a la necesidad de  reformar  la Constitución y, sobre todo su alcance, hay opiniones diversas y respetables y ninguna de ellas se debería imponer sobre el consenso que se alcanzó con la Constitución de 1978. Pero, mientras esté vigente, no se puede fundamentar su reforma en la reiterada violación de sus preceptos..

Inexistente derecho a decidir sobre España por sólo una parte de su territorio

            Los nacionalistas han tenido la habilidad de basar sus reivindicaciones en el democrático derecho de los ciudadanos catalanes a decidir sobre su futuro y ocultado su intención de lograr la secesión, con lo que han atraído a su campo a muchas personas contrarias a la independencia. De aquí que sean mayoría en Cataluña los partidarios del derecho a decidir, como manifestación del derecho de libre expresión. Aquí se percibe el complejo de superioridad de los catalanes que, como ha observado Albert Boadella, se arrogan unos rasgos superiores a los demás españoles –“No hay nada comparable a nuestra tribu del seny”-, por lo que sólo ellos pueden decidir sobre el futuro de Cataluña y de España. Para Arcadi Espada, limitar el derecho a decidir sólo a los catalanes supone negar al resto de los ciudadanos españoles la facultad de decidir políticamente cuál va a ser el futuro de España y -a juicio de Fernando Savater- “nadie tiene derecho a decidir que los demás no decidan”. Como ha señalado un lector español en una carta a “El Mundo”, Cataluña también es nuestra, porque cada uno de nosotros posee un poco de todas y cada una de las partes de España, y este derecho fundamental es atacado de forma frontal por el referéndum del 1-O. Los titulares de tal derecho son no sólo los pocos millones de residentes en Cataluña, sino también todos los españoles que quieren seguir considerándola como propia y de todos.

            Unos 300 juristas miembros de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y de Relaciones Internacionales hemos firmado una “Declaración sobre la falta de fundamento en el Derecho Internacional del referéndum de independencia que se pretende celebrar en Cataluña”. Tras exponer el contenido y el alcance del derecho a la libre determinación de los pueblos, la Declaración concluye afirmando: “Como Cataluña no es una entidad que disfruta de un derecho de separación del Estado reconocido por el Derecho Internacional, el derecho de libre determinación de los pueblos no puede constituir el fundamento jurídico para consultar a los ciudadanos sobre su independencia, como pretende el referéndum previsto en la Ley 19/2017 del Parlament actualmente suspendida por el Tribunal Constitucional”.

Insumisión total de la Generalitat y pasividad del Gobierno central

            Según Elorza, no era previsible que una institución del Estado como la Generalitat pusiese en marcha un proceso de subversión del orden legal aprovechando los poderes que éste le confería, para luego destruirlo. Ha sido un procedimiento inédito en la historia constitucional  por cuanto compagina un objetivo de secesión con el uso simultáneo de la legalidad vigente y la subversión permanente de la misma. La libertad política ha sido reemplazada por la movilización de masas en apoyo del detentador del poder, quien toma sus decisiones por encima de cualquier condicionamiento legal. Santiago Muñoz Machado ha señalado que los dirigentes catalanes han decidido no aplicar la Constitución ni el Estatut. La única autoridad soberana en Cataluña es el Parlament y no existe ninguna norma superior que observar a las leyes autonómicas como la de Transitoriedad, que se considera superior a la Constitución. Alfonso Guerra ya observó que en Cataluña se estaba produciendo un golpe de Estado “a cámara lenta”.

            Más de 400 profesores universitarios han publicado un Manifiesto en el que afirman que una sociedad civilizada en la Europa del siglo XXI sólo puede basarse en el respeto a las normas que nos hemos dado democráticamente, empezando por la Constitución, pero el Govern y los grupos secesionistas en el Parlament están “subvirtiendo las reglas y abusando del poder que las leyes le han conferido”. No han dudado en “traspasar los límites de la legalidad para -apelando a un inexistente derecho a decidir- impedir el ejercicio de los derechos de las minorías parlamentarias, poniendo en peligro la convivencia”. Los catedráticos han hecho un llamamiento a la movilización de los ciudadanos para que exijan al Gobierno de España y a todas las instituciones y partidos políticos democráticos que actúen con la máxima celeridad, firmeza y determinación para proteger los derechos de todos, e instado al Estado a que “utilice la fuerza legítima que le corresponde en exclusiva”.

En opinión de Francisco Rossell, nunca hasta ahora se había producido un golpe  de Estado parlamentario presto a tornar en rebeldía totalitaria. El Estado se juega el ser o no ser y puede movilizar todos los instrumentos a su alcance o quedarse paralizado, en cuyo caso el compromiso de Mariano Rajoy quedaría reducido a virutas de retórica con las que alfombrar el suelo antes de ser barridas. Para Albert Rivera, la hegemonía del marco mental separatista ha sido posible porque en Cataluña el Estado y los valores constitucionales han ido desapareciendo en las últimas décadas. La presencia del Estado brillaba por su ausencia y la igualdad, la libertad, la solidaridad y la unión han ido cediendo terreno frente a los contravalores del supremacismo, de la imposición, del egoísmo y de la división. Insultar al Jefe del Estado o silbar el himno nacional, colgar en los Ayuntamientos la estelada en vez de la bandera nacional o incumplir las sentencias de los Tribunales no tiene coste alguno y, cuando en un país democrático a los poderes públicos les cuesta aplicar las leyes y a los que las violan no les cuesta nada, se corre el riesgo de convertirse en un país sin futuro. Se ha cumplido la aspiración de Pasqual Maragall de lograr que el Estado fuera prácticamente residual en Cataluña.

            Esta situación comenzó a cambiar tímidamente en fecha bien reciente cuando el Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, afirmó que, “frente a la sinrazón de los que se sitúan al margen de la ley, del Estado de Derecho y la democracia no caben vacilaciones de clase alguna”. La Fiscalía seguiría actuando en defensa del Estado democrático de Derecho y había dado instrucciones a las Fuerzas de Seguridad del Estado para que utilizaran todos los medios posibles para recabar los efectos de los delitos cometidos e impedir que se cometieran otros nuevos. Ahora bien, era importante  -conforme a la cautela “marianista”-actuar de forma proporcionada y no realizar actuaciones en las que el remedio fuera peor que la enfermedad. A los separatistas les encantaría que el Gobierno reaccionara de forma desproporcionada para cargarse de razones, por lo que  había que actuar con prudencia. La celebración del referéndum programado para el 1-O era un acto ejecutivo nuclear contra el que había que actuar con mayor energía.

Para Rosell, una suicida política de quimérico apaciguamiento de los nacionalistas por parte del Gobierno ha llevado a concesiones que han desembocado en un Estados inerme ante el separatismo Algunos autores –como Federico Jiménez Losantos- han criticado la actitud excesivamente prudente Gobierno, porque lo que los separatistas buscan es que siga con el “tiki-taka” de la proporción y no pasar al ataque, mientras ellos metían goles con la mano y, “a esta inacción suicida hemos llegado por empacho de mesura y proporcionalidad”.¿Se cumple la ley o no?  Y, si no se cumple,  ¿a qué espera el Gobierno para aplicar el artículo 155 de la Constitución?. Según Luis María Ansón, de poco ha servido tanta prudencia por mor de no crear mártires. La voracidad cerril de los dirigentes soberanistas, la lenidad del Gobierno, la cachaza de Rajoy  y la torpeza de no prever lo que iba a ocurrir nos ha conducido a la situación límite que padecemos. Ha llegado la hora de acabar con las medias tintas y de que las Fuerzas de Seguridad pongan a disposición judicial a 10 ó 12 dirigentes políticos que están cometiendo un delito de sedición y preparando abiertamente un golpe de Estado, y de que los jueces los juzguen y los condenen.

Escalada de la Generalitat

            Ante la inacción del Gobierno, la Generalitat se ha envalentonado, ha ido radicalizando su actitud de abierto enfrentamiento con el Estado y ha optado por seguir su ruta hacia la declaración unilateral de la independencia tras la celebración el 1-O de un referéndum ilegal de libre determinación. Como ha observado Rafael Latorre, el  desarrollo del procés  ha liberado a los independentistas de su sus complejos de legalidad y sus mentiras son cada vez más burdas y sus actuaciones ilegales más osadas. Según “El Mundo”, todo movimiento insurreccional, una vez rotos los diques institucionales de la democracia representativa, termina siempre por encomendarse a la calle, y legitima la ruptura de la Constitución por la fuerza emocional y la lógica asamblearia. La sociedad catalana se está “batasunizando. Impulsado por los antisistema de la CUP, el Govern ha alentado a sus seguidores a ocupar la calle y, con las acciones de “kale barroka” de sus cachorros de “Arran”, se corre el riego de que se produzcan actos de violencia que escapen al control de los aprendices de brujo de la “Generalitat”.

            Muestra de ello son los llamamientos que ha hecho Puigdemont a sus seguidores para acosar y presionar a los Alcaldes que, en cumplimiento de la ley, se han negado a ceder espacios municipales para la celebración del 1-O. Cuando un político en el poder incita a la coacción contra un presunto enemigo, no podrá escandalizarse luego de los efectos que sus inducciones puedan provocar. Así, se produce una identificación entre una Generalitat  autoexcluida de la ley y sus agitadores callejeros. Los antisistema se han puesto en movimiento con sus actuaciones mafiosas para obligarles mediante la coacción a  incumplir las leyes.  Los matones de “Arran”  han difundido en Lérida un mensaje siniestro:”Quienes  niegan el democrático derecho a la autodeterminación son enemigos del pueblo ¡Tratémosles como tales!”. Han distribuido carteles con las fotografías del Alcalde y de los 13 concejales ilerdenses que se han opuesto a ceder locales municipales para el referéndum con la leyenda “Assenalem-los!” (¡Señalémoslos!). Semejante táctica fascistoide recuerda los años de plomo provocados por ETA. Para la concejal del PP Dolors López, se trata de una situación similar a la de la Alemania nazi en la que se señalaba a los judíos, y el concejal socialista Juan Gómez ha declarado: “Me recordó al País Vasco. Sólo les faltó poner una diana sobre nuestras cabezas”. Según el Secretario General del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, “El Presidente Puigdemont apunta el objetivo y los radicales de la CUP disparan”. El Fiscal General ha ordenado investigar las campañas de estos radicales contra los alcaldes y concejales constitucionalistas por incurrir posiblemente en los delitos de amenazas –artículo 169-, coacciones –artículo 172-  o incitación al odio –artículo 510-.
            Tras las recientes actuaciones del Gobierno, el Presidente Puigdemont ha reiterado su llamamiento a “tomar permanentemente la calle”. El Vicepresidente Oriol Junqueras dijo a la multitud concentrada ante su Consejería:”Sólo el pueblo salva el pueblo. El futuro está en vuestra s manos”. La Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha quitado la careta de falsa equidistancia y ha pedido a los barceloneses que salgan a la calle para defender las instituciones catalanas y el autogobierno de la ofensiva represora que está realizando el Gobierno central. La Presidente del Parlament, Carme Forcadell, ha arengado a los manifestantes para que presionen a los jueces y exijan la liberación de los detenidos. Así pues, todo el “establishment” catalán se ha echado irresponsablemente en manos del pueblo, de las masas incontroladas y mediatizadas por los elementos más radicales, que pueden provocar la  algarada y actos de violencia. Aunque subversivo, el proceso ha sido hasta ahora pacífico, pero –como ha señalado Raúl del Pozo- los conflictos nacionalistas llevan en su esencia la semilla de la violencia y la situación empeora al contar la intentona con las masas. Una explosión de la violencia haría que se consolidara el delito de sedición, que –tras la reforma del Código Penal introducida en 1995 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -requiere en su artículo 544 que se produzca un alzamiento público y tumultuario. Ya veremos como se desarrollan los acontecimientos hasta el 1-O y después de esa fecha.

Reacción del Gobierno central

            La situación insurreccional en Cataluña entra como un guante en las disposiciones del controvertido artículo 155 de la Constitución, pero Rajoy no se ha atrevido a aplicarlo por no contar con el apoyo de los demás partidos constitucionales, que se han opuesto –con más o menos vehemencia- a que el Gobierno recurra a él. El Gobierno del PP está dramáticamente sólo. Ciudadanos lo apoya a medias y está siempre dispuesto a desgastarlo para fortalecer su posición. El PSOE de Pedro Sánchez está radicalmente en su contra y listo a aliarse con el diablo –léase Pablo Iglesias- para desbancar a Rajoy y ocupar la poltrona presidencial. En el conflicto catalán, ha criticado tanto al Govern, por dividir a Cataluña con su referéndum ilegal, como a Rajoy, por enfrentar a Cataluña con España para ganar elecciones. Ha respaldado vocalmente al Gobierno en su oposición a la política separatista de la Generalitat, pero se ha opuesto a la proposición no de ley presentada por Ciudadanos para apoyar al Gobierno y a los Tribunales ante el desafío secesionista en Cataluña. Tras los últimos acontecimientos ha afirmado que el PSOE está detrás del Gobierno, aunque no es de fiar. En cuanto a Podemos, Iglesias ha roto su calculada ambigüedad y supuesta equidistancia al alinearse claramente con la Generalitat, apoyar la celebración del referéndum –a cuyos efectos ha convocado una Asamblea de alcaldes y diputados-y criticar acerbamente las medidas adoptada por el Gobierno.

            Al fin –¡y ya era hora!- Rajoy  ha reaccionado y decidido a actuar con firmeza. Ha ido preparando el camino: En el ámbito político, con la petición a las Fuerzas de Seguridad –a través de la Fiscalía General- de que utilicen todos los medios posibles para impedir la celebración del referéndum; en el ámbito económico, con la intervención de las Cuentas de la Generalitat. Así como en la mítica película “Casablanca” el Capitán Louis Renault descubrió de repente que se jugaba en el bar de Ricky, el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoso, ha tardado cinco años en darse cuenta de que la Generalitat hacía trampas con su presupuesto y lo ha controlado, paradójicamente en el año en que ésta había cumplido por primera vez sus compromisos financieros y presupuestarios. Ha aplicado, citarlo, el artículo 155 de la Constitución, so pretexto del incumplimiento por el Govern de la Ley 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

            Aunque en los últimos días las Fuerzas de Seguridad ya habían logrado algunos éxitos parciales en su tarea de impedir el referéndum, ayer día 20 dieron un golpe decisivo a la logística prevista para su celebración: incautación de 9.8 millones de papeletas de voto y detención de 14 altos funcionarios de la Generalita –incluidos el Secretario General de la Vicepresidencia, Josep María Juvé, el Secretario de Hacienda, Josep Lluis Salvadó, y el Director del Centro de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información, Josué Sallent-, quienes han sido imputados por os delitos de prevaricación, desobediencia, revelación de secretos y malversación. Puigdemont se ha rasgado las vestiduras y ha acusado al Gobierno de violar la Constitución y el Estatut, de suspender “de facto” la autonomía de Cataluña y de cometer “una agresión sin amparo judicial”. Aunque ha acusado el golpe recibido, ha manifestado que seguirá adelante con la celebración del referéndum del 1-O -para lo que dice tener un plan B- e instado a los catalanes a que defiendan sus derechos mediante la ocupación de las calles.

            El Presidente Rajoy hizo anoche una ponderada y acertada declaración institucional en la que afirmó que “España es un Estado de Derecho que tiene los medios necesarios para impedir que quienes quieren infringir las normas básicas de la democracia puedan hacerlo. Tiene mecanismos para defender la legalidad  y exigir responsabilidades a quienes con tanta imprudencia están poniendo en grave riesgo la convivencia. No sigan adelante, no tienen ninguna legitimidad, regresen a la ley y a la democracia”. Destacó que “las leyes son el instrumento que nos hemos dado para convivir en libertad y resolver nuestras discrepancias de manera pacífica y justa. Por eso, nadie puede pretender situarse por encima de ellas y, por eso, la desobediencia a la ley por parte de un poder público es todo lo contrario a la democracia”. Advirtió a la Generalitat que “votar sólo es sinónimo de democracia cuando se hace de acuerdo a la ley y respetando los derechos de todos”, y garantizó que su Gobierno utilizaría “todos los instrumentos” de que dispone para frenar el proceso independentista e impedir cualquier conato de referéndum ilegal, “con el fin de evitar que la sinrazón de unos pocos la sufran el conjunto de los ciudadanos”.Alentó a los dirigentes catalanes a que abandonaran su pulso al Estado, pues “saben que este referéndum no se puede celebrar. Nunca fue legal ni legítimo y ahora no es más que una quimera imposible o una excusa para ahondar aún más en la fractura que han provocado en la sociedad catalana. Si les importa la tranquilidad de los catalanes, renuncien a esta escalada de radicalidad. Están a tiempo de evitar males mayores. A nadie beneficia este desafío constante a la democracia y a la ley”.

            La actuación del Gobierno ha sido respaldada hasta ahora por el PSOE y por Ciudadanos y condenada por los nacionalistas –el PNV ha dejado caer que podría impedir la aprobación de los Presupuestos de 2018- y por Podemos y sus acólitos.
Iglesias se ha alineado ya claramente con los independentistas, llegó hasta afirmar en las Cortes que “en España hay presos políticos” e hizo un llamamiento para participar en movilizaciones callejeras en favor del referéndum de autodeterminación. Podemos organizó una mini-manifestación de protesta en la Puerta del Sol con militantes de los partidos nacionalistas y el día 24 celebrará en Zaragoza una Asamblea de diputados y de alcaldes a favor del referéndum del 1-O. La actuación ha sido, sin embargo, bien acogida en genereal por la opinión pública de España, harta ya de los desplantes y tropelías de las autoridades catalanas. Como ha editorializado “El Mundo”, la insólita agresión al orden constitucional que sostiene la Gerneralitat justifica sobradamente la respuesta que el Estado está desplegando con medida proporcionalidad, pero con toda firmeza. La operación de desmantelamiento del referéndum ilegal realizada el día 20 marca un punto de inflexión que todo demócrata contempla con alivio y esperanza. Rajoy parece haber leído el artículo de Ansón y seguido su consejo ha mandado detener a un par de altos cargos más de los recomendados, aunque aún no se ha atrevido con los peces gordos. Ahora éste admite que el Presidente está actuando con moderación y con firmeza, si bien “son muchos los que esperan que actúe con mayor contundencia”.

¿Llegará a celebrarse el referéndum 1l 1-O?. No lo creo, pero el problema seguirá sin resolver y el abierto enfrentamiento entra la Generalitat y el Estado y la tensión social continuarán el 2-O y los días siguientes. Se va abriendo camino la posibilidad de que el Gobierno recurra finalmente al artículo 155 después del 1-O y algunos –como José García Domínguez- consideran que se debería aplica ya mismo, sin demora. Tiene el inconveniente de que, durante el debate en el Senado, se pondría de manifiesto la soledad del Gobierno, pues no parece que Sánchez esté dispuesto a dar su brazo a torcer y la falta de aval del PSOE daría nueva munición a la hábil agitprop de la Generalitat. También podría recurrir el Gobierno a la Ley 36/2015 de Seguridad Nacional, lo que le permitiría poner bajo su autoridad a los poco colaboradores Mossos y convocar elecciones autonómicas anticipadas antes de que lo haga Puigdemont.

Previamente, sería necesario que los Tribunales competentes inhabilitaran a Puigdemont, a Junqueras y a todo el Govern, así como a Forcadell y a Colau, y les impusieran sustanciosas multas, como ha empezado a hacer el Tribunal  Constitucional   con Juvé y con los Síndicos lectorales.  Como ha señalado  Teresa Freixes, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional otorga a sus sentencias la calidad de títulos ejecutivos coercitivos. A partir del incidente de ejecución, el Tribunal podrá imponer multas de hasta 30.000 euros, acordar la suspensión cautelar en sus funciones de las autoridades incumplidoras, requerir del Gobierno la ejecución sustitutoria de las resoluciones o levantar testimonio a particulares para exigirles la responsabilidad penal procedente. El Gobierno cuenta, pues, con amplios poderes para obligar a los sediciosos y a los insumisos a cumplir la ley, especialmente el citado artículo 155 de la Constitución , y tanto él como el Tribunal deberían ejercerlos. El PSOE y Ciudadanos deberían de dar muestras de sentido de Estado y, en vez de demonizar y rechazar estos instrumentos legales extraordinarios, apoyar su uso por uno y otro ante la gravedad del desafío separatista que amenaza la unidad de España y el mantenimiento en ella de la democracia y del estado de Derecho.

             Es probable que el 1-O no se celebre el referéndum de autodeterminación, pero ello no supondrá “the end of the affair”, porque -dada la cerrilidad y obstinación de los dirigentes separatistas, y su determinación de  no dar salida al toro de la independencia- tras los fiascos del 9-N y del 1-O harán una nueva intentona cuando el momento les sea propicio e incluso cuando no lo sea. No soy, por tanto, optimista sobre la posibilidad de que estos dirigentes cambien de actitud, pues –como ya vaticinó en 1934 el periodista Agustí Calvé a) “Gaziel”, a raíz del fracaso de la declaración de independencia de Lluis Companys- “cada vez que el destino coloca a Cataluña en una de esas encrucijadas decisivas, nosotros los catalanes nos metemos fatal y estúpidamente en el que conduce al despeñadero”.                   


Madrid, 21 de Septiembre de 2017 

No hay comentarios:

Publicar un comentario