miércoles, 31 de mayo de 2023

Sorprendentes declaraciones de Gregorio Marañón a "El Mundo" en el día de reflexión

SORPRENDENTES DECLACIONES DE GREGOCIO MARAÑÓN A “EL MUNDO” EN EL DÍA DE REFLEXIÓN He leído con interés y una cierta sorpresa las declaraciones hechas por Gregorio Marañón y Beltrán de Lis a la periodista Leyre Iglesias, que se han publicado en “El Mundo” de hoy, día 27. Y me han sorprendido tanto por su contenido, como por la fecha en que han sido publicadas, el día de reflexión en vísperas de las elecciones autonómicas y municipales. Nieto del famoso médico y escritor, Marañón tiene peso específico propio y un magnífico “curriculum vitae”, como un destacado miembro de la sociedad civil española: jurista, académico y empresario, preside en la actualidad el Teatro Real. Hombre abierto y de talante liberal, no se había significado políticamente hasta ahora, en que se ha pronunciado clara y abiertamente a favor de Pedro Sánchez. Examinemos algunos de los temas de sus declaraciones por el orden en que han sido formuladas. 1.-Socialdemocracia del PSOE de Pedro Sánchez Marañón considera que el PSOE de Sánchez es “un partido socialdemócrata con un liderazgo muy fuerte”. Y tan fuerte -añadiría yo-, hasta el punto de que su líder ha eclipsado al histórico PSOE y lo ha convertido en un partido “sanchista”, que ha perdido sus raíces socialdemócratas y está por completo entregado al objetivo de mantenerlo como sea en el poder. Al comentar la entrevistadora que Alfonso Guerra había dicho que la socialdemocracia del PSOE se había visto sustituida por sus pactos con el populismo y con los nacionalismos, Marañón señaló que el antiguo vicepresidente del Gobierno estaba fuera de su tiempo. Es evidente que el PSOE actual tiene bien poco de socialdemocracia, como prueba la incorporación al Gobierno de un partido marxista y antisistema como Podemos, y la alianza como socios preferentes como los independentistas de ERC y los filoterroristas de Bildu. “Sanchez ha sido el primer español que asume la presidencia de la internacional socialista”. ¿Y qué? Dicha presidencia es más bien honorífica y apenas tiene importancia política, aunque Sánchez -en su eficaz política de autopromoción interna e internacional- tratará de sacarle el máximo jugo posible, como hará con la presidencia rotatoria el Consejo de la Unión Europea. 2.-Pactos de Estado entre el PSOE y el PP Concuerdo con Marañón en que es fundamental que los dos grandes partidos españoles realicen pactos de Estado, sobre los temas más importantes de la política tanto interna como internacional. Señala que el PP debería incluir en su agenda la búsqueda de estos grandes pactos de Estado, aunque por ello pueda perder algunos votantes. Creo que debería apuntar más bien hacia el PSOE, pues el PP ha propuesto en diversas ocasiones la conclusión de pactos de este tipo, pero el PSOE se ha negado el redondo, porque lo considera, no un adversario político, sino un enemigo al que hay que destruir como sea. Para ello, no ha dudado en pactar con las fuerzas políticas que quieren destruir a España. Sánchez ha llegado a decir que Bildu tenía más sentido de Estado que el PP. Incluso cuando este partido le ha ayudado generosamentea y sin contrapartidas a salir del atolladero en el que se había metido con la ley del ” sí es sí” frente a sus propios socios de Gobierno y aliados, no le ha dado ni las gracias. 3.-Supuesta mejora de la situación en Cataluña Según Marañón, “la situación catalana está mejor que cuando terminó el mandato de Rajoy. No digo que no oigamos discursos independentistas, pero sí creo que en general hay un ánimo más negociador”. No puedo estar más en desacuerdo con esta afirmación. No solo no está mejor, sino que ha empeorado considerablemente, porque la Generalitat sigue en abierta insumisión ante la Constitución, el Estatuto, las leyes nacionales y las sentencias de los tribunales, con la anuencia y complicidad del Gobierno de la Nación. Muestra de ello es su descarada negativa a cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña -avalada por el Tribunal Supremo- de que se imparta en las escuelas catalanas al menos un 25% de las materias en castellano. El Parlament ha adoptado una ley “ad hoc” para impedir que se aplique la sentencia, con el voto a favor del Partido Socialista de Cataluña y el respaldo del Gobierno central. Es cierto que ha mejorado algo el orden público y apenas se producen manifestaciones de las hordas independentistas -capitaneadas por los jóvenes bárbaros de ERC y la CUP- porque ya no es necesario, dado que el Gobierno de Sánchez les concede generosamente todo lo que piden: ha indultado a los golpistas, suprimido el delito de sedición, emasculado el delito de malversación, eliminado las sanciones impuestas por el Tribunal de Cuentas y negociado con el Govern en pie de igualdad -de Estado a Estado-, al margen de las instituciones y prescindiendo de la mayoría de los catalanes que no son independentistas y que están discriminados por la Generalitat. Marañón expone una opinión un tanto parcial y sectaria de la crisis surgida en Cataluña, cuya culpa atribuye al PP. Hubo -en su opinión- un momento crucial cuando se aprobó el Estatuto pactado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero con Convergencia, pero -una vez que el Estatuto había sido votado y aprobado- el PP actuó por su cuenta y presentó un recurso de inconstitucionalidad, que ganó. El partido cumplió con su deber e hizo bien, porque el texto era claramente inconstitucional. Aunque a su paso por las Cortes fue ligeramente “cepillado” -Guerra “dixit”-, seguía siendo inconstitucional, como decidió el Tribunal Constitucional en su sentencia de 2010, pese a que el Tribunal fue excesivamente condescendiente y pasó por alto algunas de sus ilegalidades a través de una interpretación buenista. La principal corrección del TC -aparte de su negativa a aceptar que Cataluña fuera una nación, pues no había más nación que la de España- fue la supresión del capítulo que consagraba la autonomía del Poder Judicial catalán. De haberse mantenido estas disposiciones, no habría sido posible que los órganos judiciales frenaran el procés y la declaración unilateral de independencia en 2017. El entrevistado estima que hay que pactar para cerrar la cuestión de Cataluña dentro del Estado. Cataluña pide un Concierto, que solo se puede pactar si se resuelve el problema de una manera definitiva. “Si no hay un acuerdo con Cataluña, no habrá Concierto Económico”. La pescadilla se muerde la cola. Marañón responsabiliza a Rajoy de que Más se lanzará al monte de la secesión y de la independencia de Cataluña. En una reunión entre los dos líderes “llegan a una lista común de temas aprobados por ambos, pero, en el último momento, Rajoy no quiso sentarse con Más. Yo creo que eso marcó un punto y aparte que precipitó la fuga de Más y sus consecuencias”. Yo tengo una versión distinta de estos hechos, como he puesto de manifiesto en mi libro “Cataluña vista desde fuera”. El Parlament adoptó una resolución en la que exigía al Gobierno la concesión de un Pacto Fiscal. El Govern de Mas reclamó un régimen fiscal privilegiado y una Hacienda propia que le permitiera recaudar y administrar los impuestos generados en la Comunidad. Rajoy y Mas se reunieron y llegaron al acuerdo sobre todas las peticiones catalanas salvo el de la concesión de un Pacto Fiscal, que no se podía negociar bilateralmente, sino que requería la participación de todas las Comunidades de régimen común. Está fundada negativa llevó al presidente de la Generalitat a lanzarse por la agenda que conducía hacia la independencia de Cataluña, tras subirse en la cresta de la ola provocado por la Diada de 2012. No fue Rajoy quién se negó a sentarse con Mas -cómo afirma Marañón-, sino que fue Mas el que rompió el diálogo con el Gobierno central y se entregó a la locura del proceso de independencia, que se le fue de las manos como al aprendiz de brujo. Para Marañón el problema de Cataluña se puede resolver con la concesión de un Pacto Fiscal similar al vigente en El País Vasco y en Navarra. Este sistema fue una lamentable concesión de los constituyentes al nacionalismo vasco para obtener su apoyo a la Constitución. Es un privilegio injustificado plasmado desgraciadamente en la Carta Magna, y concedérselo a Cataluña iría contra la igualdad de las Comunidades y de los españoles. 4.-Cesión a Cataluña de las competencias en materia de educación Según la opinión poco objetiva de Marañón, las concesiones de Sánchez no son más graves que las de José María Aznar, que autorizó la transferencia a Cataluña de las competencias sobre educación. Creo que Aznar se equivocó al conceder estas transferencias, pero el hecho en sí no habría sido necesariamente negativo y podría haberse desarrollado normalmente si la Generalitat hubiera tenido un mínimo de lealtad constitucional y ejercido sus competencias de manera neutral y sin los abusos de la inmersión y la negativa a los hispanoparlantes a recibir la enseñanza en su lengua materna. Jordi Pujol ya había ido marcando el camino con su política gradual de poner en pie de igualdad la lengua española y catalana, y de fomentar el desarrollo del aprendizaje de ésta en un modelo bilingüe, hasta llegar al monolingüismo y a la exclusión del castellano en la enseñanza. Con el régimen de inmersión obligatoria en catalán y la negativa a utilizar el castellano en la enseñanza de las asignaturas troncales, España se ha convertido en el único país del mundo en el que los españoles que residan en Cataluña no pueden ser escolarizados en la lengua oficial y obligatoria del Estado. Marañón no dice una palabra sobre esta lamentable y única situación. 5.-Inclusión de terroristas en las listas de Bildu Marañón considera que hay partidos que, por su origen histórico, hace que muchos ciudadanos se sientan en posiciones de rechazo hacia ellos, pero -en la medida que sean partidos democráticos- habían que asumir que tienen su recorrido en las instituciones. “Yo creo que es un acierto para nuestra democracia que los militantes de Bildu, en vez de estar en sus posiciones anteriores, estén hoy transitando por la agenda de la democracia”. Asimismo estima que “el hecho de que un ex terrorista forme parte de una candidatura democrática supone una victoria para la democracia”. No comparto esta opinión. Aparte de que sea cuestionable que Bildu sea un partido democrático -estimo que el Tribunal Constitucional se equivocó cuando legalizó a Sortu, núcleo fundamental de Bildu-, es cierto que, según el artículo 23 de la Constitución, los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio representantes libremente elegidos. Asimismo tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos con los requisitos que señalen las leyes. Éstas, sin embargo, establecen algunas limitaciones. Así, para ser funcionario público o solicitar una licencia de armas se requiere no tener antecedentes penales. ¿Acaso no las hay también para ser diputado o senador? Según El artículo 9-3-c) de la Ley de 2002 de Partidos Políticos, es motivo para ilegalizar un partido político incluir regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales personas condenadas por delitos de terrorismo, que no hayan rechazado públicamente los fines y los medios terroristas. Si esto es motivo para declarar ilegal a un partido, con mayor razón lo sería impedir que estos terroristas condenados se incluyan en las listas electorales. Estos terroristas -siete de ellos con delitos de sangre- no se han arrepentido de sus crímenes, no han pedido perdón a las víctimas y no han colaborado con la Justicia para poder enjuiciar los más de 300 casos de crímenes que quedan sin resolver. Es éticamente inaceptable que las víctimas de ETA tengan que aceptar la ignominia, no ya de codearse con los asesinos de sus seres queridos, sino tener que aceptarlos como alcaldes y concejales, incluso en los mismos pueblos en los que realizaron sus crímenes. Esto, señor Marañón, en modo alguno puede ser considerado como una victoria para democracia, sino todo lo contrario. Es un atentado gratuito contra la dignidad de las víctimas, ajeno a la democracia. 6.-Respeto del Gobierno de Sánchez a los empresarios Hay un último tema en las declaraciones de Marañón, que -aunque sea de menor importancia de los ya citados-, no deja de tener relevancia. Me refiero a su afirmación de que el Gobierno “está respetando a los empresarios, como debe hacer con todos los sectores”, y que -aunque en algunas cuestiones concretas puedo tener diferencias con ellos- el sistema político, económico y social funciona. Habrá que preguntárselo a la CEOE y a los autónomos. Sin embargo, en este supuesto ambiente de armonía, resultan difíciles de entender las descalificaciones de Sánchez a Rafael del Pino por la decisión de Ferrovial de trasladar su sede la Holanda o los continuos insultos desde el Gobierno de ministros como Alberto Garzón, Irene Montero o Ione Belarra a empresarios punteros como Amancio Ortega, Juan Roig, Ana Botín o Ignacio Sánchez Galán. Sánchez ha ninguneado con frecuencia a los empresarios, grandes o pequeños, que huyen de él como de la peste. Es de lamentar que una persona tan prestigiosa como Gregorio Marañón se sume a avalar los “leits motifs” y los mantras de la campaña propagandística de Sánchez y de su Gobierno, precisamente en el día de reflexión previo a la celebración de las elecciones. Por supuesto que, como cualquier ciudadano, está en su derecho de expresar su opinión. Yo también me permito expresar la mía, que -en este caso y lo lamento- no coincide con la del presidente del Teatro Real. Madrid; 27 de mayo de 2023

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