viernes, 16 de febrero de 2024

El Gobierno español reconoce en el BOE la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental

EL GOBIERNO ESPAÑOL RECONOCE EN EL BOE LA SOBERANÍA DE MARRUECOS SOBRE EL SÁHARA OCCIDENTAL Pedro Sánchez tiene algo de masoquista, ya que le encanta dejarse humillar por Carles Puigdemont o por Mohamed VI. En el caso del fugitivo de Waterloo, porque dispone de siete votos de plata que valen un Potosí para su supervivencia , pero no es igual con el autócrata alauita -salvo que haya algo que ignoremos-, que tiene un “no sé qué”, que hace que un increyente como él se postre genuflexo ante el Comendador de los creyentes. Como en las populares canciones de antaño “¿Mami qué será lo que tiene el negro?” o “Que será, será”, Mohamed VI ha atrapado la voluntad de Sánchez y lo tiene a su merced, hasta el punto de hacerle modificar de forma radical la política de España hacia el Sáhara Occidental o cambiar la composición de su Gobierno. Giro copernicano de la política de España sobre el Sáhara Occidental España linda en su frontera sur con Marruecos y Argelia, dos países enfrentados y casi en guerra por el liderazgo del Magreb, y necesita para su seguridad y desarrollo económico llevarse bien con ambas potencias y mantener con ellas un equilibrio inestable nada fácil de conseguir. Los distintos Gobiernos españoles lo habían logrado gracias a una actitud de neutralidad y al mantenimiento de buenas relaciones políticas y económicas. Los dos estados. Especialmente sensibles son las relaciones con Marruecos, por mantener éste reivindicaciones sobre la soberanía de territorios tan españolísimos como Ceuta y Melilla, así como sobre otros que en su día lo fueron -y que jurídicamente lo siguen siendo- como el Sahara Occidental. Un aciago 14 de marzo de 2022, la situación cambió de forma radical cuando Sánchez escribió una carta, redactada en un paupérrimo castellano al ser la traducción de una minuta en francés que le había sido facilitada por alguien en Marruecos. En ella, transmitía al monarca alauita algunas ideas importantes para una nueva relación entre España y Marruecos. Sánchez reconocía la importancia que tenía para Marruecos la cuestión del Sáhara Occidental y la necesidad de encontrar en el marco de la ONU una solución mutuamente aceptable -¿para quién? ¿también para el pueblo saharaui?-. Consideraba la política marroquí de autonomía presentada en 2007 como una base “seria, creíble y realista” para solucionar el diferendo. Frente a la mención específica que hacía del Sáhara, la misiva contenía otra genérica e imprecisa sobre la necesidad de garantizar la estabilidad e integridad territorial de los dos países, sin citar a Melilla o a Ceuta, ciudades españolas reivindicadas por Marruecos. Dando muestras de su infinita egolatría, Sánchez -autoerigido en el representante único de España- ofreció al Sultán su garantía personal de que la Nación cumpliría sus compromisos y sus palabras, que no eran las del Estado español sino las de Sánchez, ya que tomó la trascendental decisión de cambiar radicalmente la posición de España sobre el Sáhara Occidental sin consultarlo ni siquiera con su Gobierno -ni por supuesto con la oposición-, y sin recabar el aval de las Cortes, en un exorbitante abuso de poder. Expresaba su esperanza de reunirse pronto con el Sultán y, para preparar el terreno, solicitó permiso para que viajará a Rabat su Ministro de Asuntos Europeos, lo que es una prueba más de que la carta no fue redactada en el Ministerio de Asuntos Exteriores, porque éste no cometería el garrafal error de no saber cual era el título del ministro. Cómo señaló la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional, la propuesta de autonomía era una oferta de integración del Sáhara Occidental en Marruecos y no constituiría expresión del derecho a la libre determinación de los pueblos, si no fuera libremente aceptda por el pueblo saharaui en un referéndum de autodeterminación. El apoyo de Sánchez a dicha propuesta constituía “la negación expresa del ejercicio del derecho a la libre determinación del pueblo saharaui y, en consecuencia, una grave violación del Derecho Internacional”. La decisión suponía asimismo el “reconocimiento implícito de la soberanía marroquí sobre la parte del Sáhara occidental que ocupa ilegalmente”. Esta decisión personalísima de Sánchez fue rechazada por la amplia mayoría de las Cortes, ya que solo consiguió el voto favorable los diputados socialistas. El presidente no solo excedió sus competencias, sino que se ha negado en redondo a dar explicación alguna ante las Cortes o ante la opinión pública española. En una sesión en el Congreso donde se suponía que debería explicar su giro, ignoró las preguntas de los diputados de la oposición, e incluso de algunos de partidos aliados con el Gobierno, entre otras, la de si había cesado a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, por exigencia del autócrata marroquí. Con su decisión, Sánchez entregó en almoneda a Marruecos al pueblo saharaui, al que ha negado su derecho a la autodeterminación, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en numerosas resoluciones de los órganos principales de la Organización. En la Declaración conjunta de abril de 2022, tras el encuentro entre Mohamed VI y Sánchez, éste volvió a respaldar la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental y, en la Reunión de Alto Nivel celebrada en Rabat en febrero de 2023 -de la que se ausentó Mohamed VI, dando un nuevo bofetón diplomático a Sánchez- se adoptó otra Declaración conjunta, cuyo primero y principal punto era la confirmación del apoyo de España a la propuesta marroquí de autonomía. El primer el ministro, Aziz Ajamuch, elogió hasta en tres ocasiones el cambio operado en la postura española. Siguiendo su desvergonzado alineamiento con la posición de Marruecos y el reconocimiento implícito de su soberanía sobre el Sáhara Occidental, el Gobierno de España ha dado un paso más al hacer este reconocimiento explícito, a través de la publicación en el Boletín Oficial del Estado del pasado 29 de agosto del siguiente anuncio, que ha pasado en buena medida desapercibido al producirse en pleno periodo de las vacaciones veraniegas. V.-Anuncios: Contratación del Sector Público Ministerio de Cultura y Deporte “24653: Anuncio de formalización de contratos de gerencia de infraestructuras y equipamientos de Cultura O.A. Objeto: Servicio para la redacción de proyectos de ejecución de obras de subsanación de deficiencias y mejora de la eficiencia energética en el colegio español “La Paz” en El Aaiun (Marruecos). Expediente 23/003 S.E. 1.-Poder adjudicador: Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura O.A. Correo electrónico: sgcgp@cultura.gob.es 2.-Tipo : Autoridad estatal. 3.-Actividad principal ejercida: Actividades recreativas, cultura y religión 4.-Códigos CVP: Servicios de arquitectura, construcción, ingeniería e inspección 5.-Lugar principal de prestación de servicios: Sin especificar 6.-Descripción de la licitación: Servicios para la redacción del proyecto de ejecución de las obras de subsanación de deficiencias y mejora de la eficiencia energética en el colegio español “La Paz” en EL Aaiun (Marruecos)” El Gobierno español ha incumplido una vez más sus compromisos internacionales, pues -en la nota en la que el representante permanente de España en Naciones Unidas, Jaime de Piniés, comunicaba al secretario general de la Organización que España pondría término definitivo a su presencia en el territorio del Sáhara Occidental a partir del 25 de febrero de 1976, señalaba que ”la descolonización del Sáhara Occidental culminará cuando la opinión de la población se haya expresado válidamente”. Es obvio que 48 años después de la fecha en la que el Gobierno español se considero desligado de cualquier responsabilidad internacional con respecto a la administración del territorio, el pueblo saharaui no ha tenido oportunidad de expresar libremente su opinión sobre su futuro, por lo que el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio no autónomo ocupado militarmente de forma ilegal por Marruecos. La afirmación contenida en el BOE -documento por antonomasia de la Administración del Estado- de que la El Aaiun forma parte de Marruecos es contraria el Derecho Internacional y, por ello, debería ser denunciado ante la Secretaría General de la ONU. Ante esta flagrante violación de sus compromisos internacionales, ¿qué han dicho o hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, o los ministros? Me temo que NADA. Quizá Díaz, en vez de trasladarse a Ramala,debería viajar a los campamentos de Tinduf para dar explicaciones. Sumisión del Gobierno de Sánchez a la voluntad del Rey de Marruecos Tanto los políticos como los comentaristas de relaciones internacionales se han preguntado qué ventajas ha conseguido España como contrapartida a las considerables concesiones realizadas por Sánchez a Marruecos, y la respuesta generalizada ha sido que prácticamente ninguna. Podría haberse encontrado alguna justificación en el proceder del presidente, si hubiera conseguido que Marruecos renunciase a sus reivindicaciones sobre la soberanía de Ceuta y de Melilla, pero tal no ha sido el caso. En la Declaración conjunta de abril de 2022, pese a que la delegación española apoyara una vez más la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental, no se hizo mención alguna de estas ciudades. Igual ocurrió en el Comunicado conjunto de la XII Reunión Hispano-Marroquí de 2023. Lo único que consiguió la delegación española fue que constara en acta la afirmación de Sánchez de que las partes habían asumido un compromiso de respeto mutuo para evitar, en su discurso y en la práctica, “todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”. Así, el presidente asumía tácitamente la equiparación del tipo de soberanía que rige sobre Melilla y Ceuta -ciudades que se incorporaron a la Corona de Castilla en 1494 la primera y en 1580 la segunda, antes de que existiera el Reino de Marruecos-, con la inexistente soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. . Ya al subir al trono en 1961, Hassan II afirmó que Marruecos era uno e intangible, y que su objetivo era recobrar la integridad y la unidad del país, y se comprometió a liberar los territorios del norte -Ceuta, Melilla y los Peñones- y los del sur -Ifni, Tarfaya, Sáhara Occidental y Mauritania-. Recuperados Ifni y la zona de Tarfaya, centró sus esfuerzos en incorporar el Sáhara. Su sucesor, Mohamed VI, siguió los planes de su padre y consiguió ocupar militarmente la mayor parte del territorio sahariano, tras la retirada de España. El primer ministro, Saddedine al-Othmani, declaró en 2020 que llegaría el momento en se resolvería el asunto de Ceuta y Melilla, porque eran tan marroquíes como el Sáhara Occidental, pero antes habría que arreglar definitivamente el conflicto del Sáhara, que tenía prioridad absoluta, y de ahí las prisas y las urgencias para lograrlo, tras el regalo de Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio. El pasado 10 de abril, el presidente del Senado, Enaan Mayara -un saharaui renegado pasado a Marruecos con armas y bagaje- afirmó que continuaba la colonización española de Ceuta y Melilla, y que se recuperarían algún día dichas ciudades mediante la negociación y sin necesidad de recurrir a las armas. Solo la ministra de Defensa, Margarita Robles, reaccionó con contundencia, al comentar que no había nada que discutir, porque dichas ciudades eran tan españolas como Zamora o Palencia. Sánchez mantuvo un silencio culpable y ha seguido haciendo concesiones a Marruecos, como cuando ordenó a los eurodiputados socialistas que votaran contra la resolución del Parlamento Europeo que reprobaba a este país por su política represiva de la libertad de expresión y de prensa. En la cumbre hispano-marroquí, las partes se comprometieron -de forma muy genérica y vaga- a intensificar su cooperación en los ámbitos de la lucha contra la inmigración irregular, el control de las fronteras y la fluidez del tráfico mediante el establecimiento de aduanas en Ceuta y Melilla, pero esta última promesa ha tenido poco recorrido ya que, transcurrido un año, no se ha creado la aduana en ésta y la de aquélla solo se ha abierto en dos ocasiones. Marruecos utiliza la inmigración como una medida de presión, cerrando y abriendo el grifo a su antojo en función de las circunstancias y de sus intereses en cada momento. Es cierto que ha disminuido la inmigración en Ceuta y en Melilla, pero ha aumentado en Canarias, ya que las fuerzas de ocupación no hacen nada para controlar las pateras de lujo procedentes del Sáhara Occidental. Las fuerzas de seguridad marroquíes se muestran más cooperadoras, aunque a veces demasiado, como en el caso de los incidentes en las vallas de Melilla en los que dichas fuerzas causaron 23 muertos en territorio español, actuación que Grande-Marlaska -el peor ministro del Interior de la democracia- consideró proporcionada, pese a haber sido condenada por la mayoría de partidos, incluidos algunos de los aliados del Gobierno. Marlaska ha sido condenado por el TS por la devolución a Marruecos de menores marroquíes, por hacerlo sin cumplir las normas nacionales e internacionales. Una prueba del chantaje permanente de Marruecos en materia migratoria es que, nada más conocida la prevista visita de Albares a Argelia, las playas de Ceuta se llenaron de repente de inmigrantes procedentes de Marruecos -hasta 150 en un día-. Tras conocerse el aplazamiento de la citada visita, se acabaron con igual celeridad las excursiones natatorias de los jóvenes marroquíes ,y los gendarmes sacaron amablemente de las aguas algunos de los excursionistas. Los dos países cerraron un compromiso para la protección y la garantía de los derechos humanos, pese a que Marruecos ocupaba militarmente el Sáhara Occidental de forma ilegal , por lo que ha sido condenado en diversas ocasiones por el Consejo de Europa, la UE y la Unión Africana. Como premio a su ejemplar trayectoria en la materia, Marruecos acaba de ser elegido presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, a pesar de las críticas de muchos miembros por su reiterada violación de los derechos humanos en el Sáhara. La presidencia correspondía al Grupo Africano, pero no hubo consenso ante la candidatura concurrente de Sudáfrica y hubo que recurrir al voto, por segunda vez en la historia del organismo. Marruecos se impuso por 30 votos a 17, habiendo sido penalizada Sudáfrica probablemente por su demanda ante el TIJ contra Israel por la comisión de actos de genocidio en Gaza. El lobo puesto al cuidado del redil. El pasado día 9 se produjo el lamentabilísimo suceso del asesinato por unos narcotraficantes de dos guardias civiles en el puerto de Barbate. Sánchez ni se molestó en trasladarse al lugar de autos -como habría hecho cualquier presidente de Gobierno normal-, sino que se limitó a mandar un frío “twit” de circunstancias para expresar su ”sentido pésame” por el fallecimiento de los agentes, como si lo hubiera provocado por un “mal aire”. Prefirió asistir a una gala del cine y a un desfile de modas, para recibir el halago empalagoso de una hortera, que lo calificó de “icono”, y llevaba razón. Sánchez es un icono de la mala política y de la falta de empatía y de escrúpulos. La culpa no fue de los narcos sino de Eolo, quien -según el impresentable de Pachi López- sopló con tanta fuerza que las pobres lanchas piratas tuvieron refugiarse en la dársena de Barbate y, ante la provocación de los guardias -que osaron salir a su encuentro en una balsa de juguete inflable, siguiendo una orden absurda y temeraria de la que ahora nadie se quiere responsabilizar-, los narcos no tuvieron más remedio que defenderse de la agresión, partir por la mitad la frágil barquichuela tras embestir contra ella, asesinar a dos agentes y herir a otros dos. Según Maite Rico, Barbate ha dejado preguntas tan legítimas como preocupantes: ¿Por qué Marlaska desmanteló hace año y medio la unidad de élite que había puesto en jaque a la mafia del estrecho, sin avisar previamente a los fiscales antidroga ni a las autoridades judiciales de Andalucía, como ha reconocido el fiscal general, Álvaro García Ortiz ¿A quien estorbaba su eficacia? ¿Tenía alguna relación con el ”hackeo” del teléfono de Sánchez con el programa Pegasus? Sánchez y el Gobierno se han negado a dar cualquier tipo de explicación sobre el tema pese a que las interferencias afectaron también a los teléfonos de los ministros de Defensa y de Interior, como anunció dramáticamente el entonces ministro de Presidencia Félix Bolaños. El asunto no ha sido suficientemente investigado por la Fiscalía so pretexto de que Israel no había colaborado al no responder a las comisiones rogatorias solicitadas. El portavoz de JUCIL, Agustín Leal, ha insinuado que el desmantelamiento del Organismo de Coordinación del Narcotráfico -OCON-Sur- en septiembre de 2022, podría estar relacionado con Marruecos, que tanto se beneficiaba del comercio ilegal de hachís, de1 que es uno de los principales productores, En este país, no solo la actividad política, sino también la económica, están totalmente controladas por el Majzen -el Sultán y su entorno de oligarcas- y no se mueve una hoja de parra sin el conocimiento y la anuencia de Mohamed VI. Cabe citar un antecedente en 1995 cuando se descubrió en Algeciras un alijo de hachís en un camión de frutas de la empresa “Domaine Royaux”, propiedad de la familia real marroquí. “Diario-16” publicó la noticia bajo el titular “Una sociedad familiar de Hassan II implicada en tráfico de estupefacientes”. Incluía información de “Le Monde” y del “Herald Tribune” que señalaba que el tráfico de estupefacientes era la principal fuente de divisas de Marruecos y en él estaban implicadas personas cercanas al Rey. Éste demandó por calumnias al periódico y a su director, José Luis Gutiérrez, que fueron condenados por la Audiencia Provincial de Madrid, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional. Gutiérrez apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en 2010 -15 años más tarde- le dio la razón. Las autoridades marroquíes no hacen lo más mínimo para impedir la libertad de movimiento de las narcolanchas en sus aguas jurisdiccionales, y las mordidas y los sobornos a funcionarios y agentes están a la orden del día. Se trata de una acusación grave, pero verosímil, que convendría investigar, aunque sea sumamente difícil hacerlo Como ha señalado Rafael Moyano, la más arriesgada política relaciona la desaparición del OCON-Sur con el reforzamiento de las relaciones con Marruecos, a cuya economía estaba haciendo daño el éxito de la lucha contra el tráfico de hachís. “Dos vidas sepultadas por una narcolancha asesina merecen no una, sino muchas explicaciones”. Deterioro paralelo de las relaciones con Argelia La “carta marrueca” de Sánchez a Mohamed VI y el cambio radical de la política de España hacia el Sáhara Occidental cayeron como una bomba en Argelia, principal protector del Frente Polisario. El presidente argelino, Abdeljamid Tebbourne, declaró que el bandazo de España en el asunto del Sáhara suponía una violación de sus obligaciones jurídicas, morales y políticas, y que su apoyo a la ilegal e ilegítima propuesta de autonomía marroquí promovía un hecho colonial consumado mediante argumentos falaces. El presidente anunció la suspensión de la aplicación del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación, y la llamada a consultas de su embajador en Madrid. Ordenó a la Banca suspender las operaciones relacionadas con el comercio con España y la Asociación de Bancos y Establecimientos Financieros congeló las domiciliaciones bancarias en las operaciones procedentes de España o a ella destinadas, lo que provocó una disminución considerable de las transacciones entre los dos países. Aunque señaló que se respetarían los contratos de suministros de gas y de petróleo, se disminuyó el tráfico a través del gaseoducto que conectaba Argelia con España para transferirlo al que la conectaba con Italia. El Gobierno español lamentó los pasos dados por el argelino y declaró su intención de mantener el compromiso con el Tratado y sus principios de no injerencia en los asuntos internos. No obstante, se vieron adversamente afectadas las relaciones de todo tipo entre los dos países. Las exportaciones españolas a Argelia sufrieron una drástica caída a partir de 2022 y ésta obtuvo en 2023 un superávit histórico, ya que mantuvo sus exportaciones de gas, mientras se reducían notablemente las importaciones de productos españoles. También fueron perjudicadas las empresas españolas que operaban en Argelia, especialmente Duro Felguera con sus dos grandes proyectos, el complejo siderúrgico de Bellara y la central de ciclo combinado en Djelfa. El aumento de las transacciones comerciales entre España y Marruecos no ha compensado la disminución de las realizadas con Argelia. Tras 19 meses de vacancia, el Gobierno argelino nombró el pasado noviembre un nuevo embajador y las relaciones se han ido normalizando dentro de lo que cabe, hasta el punto de que el ministro Albares programó una visita oficial a Argel, que ha sido aplazada por la parte argelina “por motivos de agenda”. España parece más interesada que Argelia en la normalización de dichas relaciones. Cualesquiera que hayan sido los motivos -que siguen sin conocerse por la total opacidad del protagonista-, la decisión personal de Sánchez de alterar la posición de equilibrio estratégico, político y económico de España en el Magreb, al inclinarse a favor de Marruecos en detrimento de Argelia, ha tenido consecuencias muy negativas para España. De una tacada, el presidente se ha sometido a los caprichos Marruecos sin obtener ninguna contrapartida, ha roto todos los lazos con el Frente Polisario -representante del pueblo saharaui, al que ha traicionado-, ha empeorado de forma considerable las relaciones con Argelia, ha incumplido las decisiones de la ONU y ha logrado la fractura de la política española al contar solo con el apoyo de los socialistas. Es todo un alarde de impericia política y en el aire flotan muchos interrogantes a los que Sánchez se niega a dar una respuesta. Al fin y al cabo, España y él son así. Madrid, 15 de febrero de 2024

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