miércoles, 5 de febrero de 2014

Cierre en falso de la crisis egipcia

CIERRE EN FALSO DE LA CRISIS EGIPCIA Los días 14 y 15 de Enero se celebró en Egipto un referéndum para aprobar la nueva Constitución del país, elaborada tras el golpe de Estado contra el Presidente Mohamed Mursi. Tras una campaña electoral de sentido único -en la que las Fuerzas Armadas (FA) impidieron mediante la violencia la expresión de cualquier opinión en contra-, la nueva Carta Magna fue sancionada por 98.1% del 38.6% de los ciudadanos que acudieron a las urnas. Esto pude suponer el primer acto de la previsible candidatura del Ministro de Defensa, Abdelfatah al-Sisi, a la presidencia de la República. Aprobación de la Constitución en un referéndum poco democrático En Diciembre de 2012 tuvo lugar otro referéndum para aprobar la Constitución islamista presentada por el Gobierno de Mursi. Con una participación del 32.9%, el texto fue adoptado por 62.69% de votos a favor y 35.53% en contra. Tras el derrocamiento de Mursi el 3 de Julio de 2013, el Gobierno interino presidido por Adli Mansur y controlado por el General al-Sisi, creó una Comisión poco representativa de 50 miembros .-de la que se excluyeron islamistas y liberales-, bajo la dirección del antiguo Ministro de Asuntos Exteriores y Secretario General de la Liga Árabe, Anro Musa –que así se aprestó a condonar el golpe militar-, para elaborar una nueva Constitución. Ante el rechazo de los Hermanos Musulmanes (HM) a la nueva legitimidad, el Gobierno interino y el Ejército han tratado de acabar con la Hermandad. Han encarcelado a Mursi, a casi todos sus líderes y a unos 15.000 militantes, y causado centenares de muertos. El Gobierno ha disuelto el Partido de la Libertad y el Trabajo, 1.055 ONG caritativas vinculadas a los HM e incautado sus bienes, clausurado sus medios de comunicación, confiscado sus escuelas coránicas y asfixiado las asambleas de barrio, pese a lo cual la Cofradía sigue operando más o menos en la clandestinidad. Pero el colmo de las tropelías lo cometió cuando, el día de Navidad, declaró a la Hermandad “organización terrorista”. No era una decisión baladí pues el Código Penal egipcio prevé pena de muerte o cadena perpetua para los terroristas y hasta cinco años de cárcel para sus colaboradores. Estableció que quien apoyara o financiara a los HM, ejerciera alguna función en la Cofradía, promoviera sus objetivos o participara en sus manifestaciones podría ser considerado como terrorista. Con esta totalitaria decisión, ha hecho pender arbitrariamente la “espada de Damocles” sobre las cabezas de los ciudadanos. Criminalizó la campaña en pro de la no participación o el voto negativo, no sólo contra los islamistas radicales, sino también –aprovechando que el Nilo pasa por el Cairo- contra los moderados del Partido Egipto Fuerte (PEF).Éste y algunos liberales y socialistas se pronunciaron por el NO, mientras la Alianza en Defensa de la Legitimidad (ADL) –en la que se encuadran los HM, el Frente Salafista y Al-Gama al-Islamiya (AGI) - propugnó el boicot. Como indicó el líder de PEF. Abdelmoniein Abulfatah, el Gobierno les ha impedido realizar su campaña electoral, por lo que –en tal ambiente de represión, ¿cómo se puede realizar un referéndum?. Sólo durante los dos días de la votación se produjeron 11 muertes y 444 detenciones, y –según Transparencia Internacional- medidas como éstas “han afectado las condiciones para llevar a cabo un referéndum libre y justo, de acuerdo con los estándares internacionales”. Rasgos de la nueva Constitución La Constitución de 2012 era un texto otorgado, elaborado sin la participación de la oposición no islamista. Consagraba un Estado islámico, en el que la “Sharia” era el único principio inspirador de la ley, que era controlada por el Consejo de Ulemas de la Universidad de Al-Azhar. La nueva Constitución mejora considerablemente la anterior, aunque sigue siendo insuficiente. Se inicia líricamente afirmando en su Preámbulo que “Egipto es el don del Nilo y el regalo de los egipcios a la humanidad”. El Islam es la religión del Estado, pero se ha suprimido el artículo que permitía la interpretación islámica de la ley, y el control de la legislación por Al-Azhar ha sido sustituido por el del Tribunal Constitucional. Afirma que la libertad de creencia es absoluta y el Estado garantiza esta libertad y la práctica de los ritos religiosos, así como la construcción de lugares de culto de las religiones monoteístas del Libro. Los ciudadanos tienen derecho a fundar partidos políticos, salvo los que estén basados en la religión, el género, la etnia o la región. Amplía el catálogo de derechos y libertades, y el Estado asume el compromiso de “alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en todos los derechos civiles, políticos y culturales”. Asigna un porcentaje del PIB a la inversión en sanidad, educación e investigación científica. Entre los elementos negativos cabe mencionar la designación del Ministro de Defensa por el Consejo Superior de las FA durante las dos próximas legislaturas, la elaboración por el Ejército de su propio presupuesto, y la competencia de los tribunales militares sobre civiles en los casos de ataques a las instalaciones militares, al personal armado o a los bienes castrenses. Es un texto un tanto paternalista, con tintes de despotismo ilustrado: “todo por el pueblo, pero sin el pueblo, y con el Ejército”. Aunque suponga una importante mejora, difícilmente podrá tener éxito con la oposición, o sin el respaldo, de la mayor parte del pueblo egipcio. Fiasco de la democracia en Egipto Existe un enfrentamiento frontal e irreconciliable entre los HM y las FA. El levantamiento del Ejército contra Mursi se produjo, no tanto por su intención de islamizar Egipto, como por su pretensión de controlar el omnímodo poder de la más importante institución del país, que ha mantenido durante lustros el monopolio del poder militar, político y económico, y sido un Estado dentro del Estado. Mas el intento de las FA de exterminar la Hermandad está abocado al fracaso, pues no se pueden poner puertas al campo, ni ignorar la implantación social de los HM, que cuentan con un amplio apoyo popular, especialmente en las zonas rurales. El líder de AGI, Abdul al-Zomor, ha reconocido que hay un cierto equilibrio de fuerzas y a unos y otros no les queda otra alternativa que negociar y marchar por la ruta de la democracia. Al-Sisi se ha jactado de que las FA son capaces de”llevar a Egipto hacia la estabilidad, la seguridad y el progreso, pese a las amenazas del terrorismo”. Nada ha dicho sobre la democracia. Ha afirmado que se presentará a las elecciones presidenciales si el pueblo se lo pide. Tras el “rotundo” éxito del SI, parece estar dispuesto a sacrificarse por la patria y –como un Radamés más- seguir la senda de los “espadones” Nasser, Sadat y Mubarak. Estados Unidos-a través de su Secretario de Estado John Kerry- ha hecho un llamamiento a favor de la adopción de una Constitución “que proteja a todos los egipcios” y a la celebración de “elecciones inclusivas, libres y justas”. Se ha mostrado dispuesto a ayudar en “la gran transformación que está viviendo Egipto” y ha ofrecido su colaboración al Gobierno “en la lucha contra el terrorismo”. ¿Incluido el supuestamente realizado por los HM?. La Unión Europea no sabe/no contesta. Como en la parábola evangélica, la semilla de la primavera árabe fue sembrada en tierras egipcias. Parte cayó en la orilla del camino y los pájaros del Ejército se la comieron. Otra cayó en el pedregal de los intereses creados de la oligarquía “mubarakiana” y el sol de la codicia la agostó. Otra cayó entre los cardos de los HM, que –al crecer- la ahogaron. ¿ha caído alguna parte en tierra feraz que pueda dar fruto?. La crisis surgida entre “barbudos” de Escila y “bigotudos” de Caribdis parece haberse cerrado con la votación, pero lo ha hecho en falso. Según el dirigente de la ADL Magdi Qorqor, “el resultado del referéndum no es un punto final” y mantendrán las manifestaciones pacíficas “hasta derrotar el golpe de Estado”. Acto seguido, convocó la enésima manifestación contestataria. La democracia –ese oscuro objeto de deseo de la primavera árabe- navega a la deriva por las aguas del Nilo. Madrid, 20-I-14

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