Los
resultados de la primera votación en la investidura de Mariano Rajoy (MR) -170
votos a favor de PP, Ciudadanos (CS) y Coalición Canaria y 180 en contra de los
demás partidos- fueron previsibles y razonables, pero la reproducción de los
mismos en la segunda votación, aunque previsibles, no fueron razonables. Como
ninguno de los partidos abdicó de sus posiciones,se repitió el rechazo al
candidato y se produjo un bloqueo que exaspera a los ciudadanos. Tras la
crónica de una derrota anunciada –Pedro Sánchez (PS) “dixit”- el Rey ha dado una margen de tiempo para iniciar una nueva
ronda de consultas a fin de designar un candidato hasta después de las
elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco del 25 de Septiembre para la
reflexión y para la negociación entre los partidos políticos. Felipe VI les ha
sacado “tarjeta amarilla” al apelar a la responsabilidad de sus líderes para
“tomar mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos”, y
recordarles las palabras en su último discurso navideño: ”La pluralidad política conlleva una fórmula de ejercer la política
basada en el diálogo, la concertación y el compromiso”.
Rechazo del Congreso a la investidura de Rajoy
Las
reacciones de estos líderes –que no parecen darse por enterados del mensaje
real- han sido poco alentadoras. Albert Rivera (AR) dio por finiquitado el
pacto de investidura acordado con el PP. ¿Acaso han cambiado tanto las
circunstancias que motivaron su adopción?. PS anunció que iniciaría
conversaciones con todas los partidos políticos –incluido el PP, al que hasta
ahora ha rechazado de forma sistemática y contundente, por lo que sí
resultarían éstas “prescindibles” - para buscar una solución al atasco
político, aunque no se postuló como candidato para liderar una alternativa de
Gobierno. Hizo un ambiguo llamamiento a “las fuerzas que representaron el
cambio el pasado 26-J” y reiteró que el PSOE estaría en la solución. Esto
resulta obvio dado que tiene la llave para permitir un Gobierno en minoría del
PP, intentar formar un Gobierno de izquierdas apoyado por los nacionalistas de
derechas o forzar unas terceras elecciones. Ha rechazado la primera y tercera
opción, y ha sido vago sobre la segunda, ya que ha “amagado” –vago llamamiento
a la formación de un “Gobierno progresista”-, pero no “dado” –negativa a
presentarse como candidato para liderar ese Gobierno alternativo-. Es un
flagrante caso de reducción al absurdo, al que el estadista Sánchez deberá dar
solución. MR ganó por dos veces las elecciones, firmó un acuerdo razonable con
Ciudadanos (Cs) y ha ofrecido varias veces al PSOE la formación de un Gobierno de coalición, la
firma de un Acuerdo de Investidura o Pactos de Estado, pero PS ha rechazado
cualesquiera de estas razonables propuestas, por lo que no es lógico y
coherente que fuerce unas nuevas elecciones sin ofrecer una solución que está
al alcance de su mano. PS se ha auto-erigido en “conseguidor” y “facilitador”
de un eventual Gobierno, simulando que está realizando una labor mediadora, con
el único propósito de que pase el tiempo. Su irresponsable actitud no es más que una huida hacia adelante, una
frívola “boutade” que encubre una
maniobra para ganar tiempo. MR ha insistido en que el PP y el PSOE son “aliados imprescindibles en las políticas de
Estado”, recordado a PS que “el no Gobierno tiene costes que pagarán
todos los españoles” y manifestado que seguirá intentando lograr la
investidura si es propuesto de nuevo por el monarca. Pablo Iglesias (PI) –que
ha estado bastante desdibujado desde el fiasco de las elecciones del 26-J- se
sumó a la petición de formar un Gobierno de “las fuerzas del cambio” y se
mostró propicio a que Podemos (Ps) participara en él. .
Actitud de Pedro
Sánchez y del PSOE
PS se
parece al hámster que, encerrado en su jaula-rueda, gira incesante y
frenéticamente sobre sí mismo, sin poder salir de ella ni llegar a parte
alguna. Según Teodoro León, el tacticismo se antepone a todo, incluso a la
legalidad, y todos los conceptos están pervertidos por el ventajismo
partidista, pero -como ha observado Luis María Ansón- no han sido tanto los intereses partidistas
los que han impedido la investidura de MR, como los personalismos desbordados
de los que PS es el paradigma. En él sólo hay personalismo, y el PSOE y el
pueblo español permanecen al margen de su política, pues sólo piensa en salvar
su pellejo. Como el hámster, se ha dedicado a brujulear sin cesar con el fin de
permanecer donde está. “Je suis, j’y
reste”. Es consciente de que un falso movimiento puede llevar a la
celebración de un Congreso extraordinario del Partido que probablemente
decidiría su relevo, por lo que la parálisis –combinada con la apariencia de
actuar- es lo que más le conviene. Así va ganando tiempo para evitar la batalla
orgánica contra él. A juicio de Lucía Méndez, resulta increíble que un
dirigente que ha llevado al PSOE a los peores resultados en su Historia,
aparezca aparentemente reforzado frente a los críticos que callan y callarán.
PS ha frenado la convocatoria de una reunión del Comité Federal sugerida por
algunos barones para reflexionar sobre la conveniencia de pasar del NO a la
abstención, anunciando el inicio de consultas con todos los partidos
-especialmente con Ps y Cs - para intentar desalojar al PP del Gobierno. Preguntado
por los periodistas sobre la posible convocatoria del citado Comité, respondió
que la haría cuando hubiera “una alternativa
al bloqueo político”, pasando conscientemente por alto que la forma más
fácil para superar dicho bloqueo sería precisamente la celebración de un Comité
Federal que pudiera decidir la abstención de la totalidad o parte de los
diputados socialistas, que permitiera la formación de un Gobierno del PP en
minoría.
Juan Cruz
le ha criticado en “El País” que se
haya enrocado en el NO, sin ser consciente de
que, si en política si no se deja una puerta abierta al SÍ, podría
salvar su dignidad, pero pondrá en riesgo otro factor imprescindible para vivir
y para sobrevivir: la posibilidad tranquila de desdecirse. A su vez, Pedro
Narváez ha fustigado en “La Razón ” la
estrategia suicida de PS de cerrarse en banda hasta llevar al PSOE a la
desaparición. Gabriel Tortella lo ha califica ingeniosamente de “Pedro
hortelano”, que ni come ni deja comer. El patriarca Felipe González ha señalado
que si una fuerza política no tiene posibilidad de formar Gobierno, no
debería impedir que se forme, por lo que
la vía de la abstención le parece razonable para desbloquear la situación. En
un artículo sobre “PSOE: susto o muert”, publicado
en “El Mundo”, Rosa Díez ha hecho una
crítica despiadada de PS y afirmado que, si se repartieran medallas en las
Olimpiadas de la Estupidez ,
se llevaría el oro. Reconoce, sin embargo, que el PSOE lo tiene complicado y
que cualquier decisión que tome tendrá adversas consecuencias políticas y
electorales, pero la cruda realidad es que, desde sus catastróficos resultados
electorales del 20-D y del 26-J, sólo puede elegir –como en la anglosajona
celebración de “Halloween”- entre
“susto o muerte”. Si PS reconoce el
resultado electoral y desbloquea la formación de un Gobierno sin ir a unas
terceras elecciones, será la muerte inmediata para él y el susto para el PSOE,
que tendrá que rearmarse desde la oposición para intentar recuperar un discurso
nacional y progresista que ha mucho tiempo perdió. Si se mantiene en sus trece
y provoca unas terceras elecciones, será la muerte para el PSOE y el susto para
él, que no conseguiría sino alargar su propia agonía. Concluye Díez su diatriba
preguntándose si hay hoy en el PSOE suficiente masa crítica –o suficiente
cuajo- para obligar a PS a poner el país por delante de su desahuciado futuro.
PS pretende emular a Sansón y está dispuesto a hacer que se desplome el templo sobre él y queden destrozados por igual judíos
–socialistas- y filisteos –no socialistas-.
¿No habrá alguna Dalila –como la Sultana andaluza- que se atreva a cortarle el
cabello a tiempo para evitar la catástrofe?. La respuesta dada por Pedro
Narváez –que en cierta medida comparto- ha sido que la cobardía de los barones
–y de las baronesas, añado yo- del PSOE es superior a su pánico. Según Javier
Redondo, hay cuadros socialistas partidarios de dejar gobernar al PP, pero –con
la honrosa excepción del Presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara-
no se atreven a decirlo públicamente. No están dispuestos a debilitar al PSOE,
ni a dar un paso en falso, pues temen las negativas consecuencias que para
ellos podrían producirse en el próximo Congreso del Partido. La baza y asidero
de PS son los militantes socialistas, ante los que –en caso de celebrarse unas
terceras elecciones- se presentaría como el candidato que no dio su brazo a
torcer y mantuvo la dignidad y los principios del PSOE.
Altitud de Albert
Rivera y de Ciudadanos
AR ha dado
una vez más muestra de su inmadurez y carácter veleidoso, pues es como una
veleta que gira en una dirección o la contraria según sople el viento. Tras
haber tenido el mérito de acordar un Pacto de Investidura, en el que forzó al
PP a aceptar buena parte de las reivindicaciones y propuestas de Cs., lo tiró
por la borda al dar por finiquitado el meritorio pacto tras el fracaso de MR en
la investidura. ¿Acaso han cambiado en horas 24 las razones que motivaron el acuerdo o las circunstancias que lo
propiciaron?. Antes al contrario, ahora más que nunca sería necesario el
respaldo de Cs –que reconoce que la única opción viable es un Gobierno en
minoría del PP- para presionar al PSOE para que se abstenga. Un tanto
escarmentado, AR no quiere protagonizar un tercer fiasco y exige garantías, por
lo que afirmó que Cs sólo prestará su apoyo a un candidato que tenga
posibilidad de alcanzar los 176 votos necesarios para ser investido.
¡Elemental, querido Rivera!, pero si MR obtuviera semejante apoyo por la
abstención del PSOE, los 32 escuálidos votos de Cs serían irrelevantes. Antes,
durante y después de la votación en el Congreso, AR dio muestras deslealtad
hacia MR -del que dijo que no se fiaba-
al instar al PSOE a abstenerse sobre el candidato al que apoyaba para que, una
vez formado un Gobierno del PP, pudieran imponerle juntos sus políticas aliados
con las fuerzas de la oposición. Pidió, y sigue pidiendo, a los militantes del
PP que se rebelaran contra Rajoy y lo sustituyeran por otro candidato de su
gusto. ¡Con tales amigos, MR no necesita enemigos!. Esta actitud de AR –amén de
ser inaceptable por su injerencia en los asunto internos de un partido
democrático- es contraproducente, pues consigue lo contrario a lo que persigue,
pues refuerza el poder absoluto del líder,
que recibe el apoyo incondicional de todos los militantes del partido,
incluidos los más críticos. La gran mayoría de ellos es partidaria de la máxima
ignaciana de “en tiempos de adversidad,
no hacer mudanza”. Cs, sin embargo, no ha sido sensible a los cantos de
sirena de PS -que ha insinuado una vez más su “desideratum” de un Gobierno de las “fuerzas del cambio”, formado
por PSOE, Ps y Cs-, al afirmar AR que no cabe un Gobierno de coalición con Ps
de por medio. Queda la incógnita sobre el significado de las palabras de que
haría todo lo que estuviera en sus manos para evitar la celebración de unas
terceras elecciones.¿Supone esto que Cs podría facilitar con su abstención la
formación de un Gobierno formado por PSOE y Ps?. No es previsible, pero tampoco descartable, dados el
temperamento mercurial y la variabilidad de Rivera.
Actitud de Pablo
Iglesias y de Podemos
PI ha
vuelto al escenario político y se ha sumado a las nebulosas propuestas de PS
sobre un Gobierno de las “fuerzas del cambio”. Ps se ha mostrado dispuesto a
formar un Gobierno con el PSOE, sin excluir del todo a Cs, que podría apoyarlo
desde fuera. Como ha declarado PI, “Ps y
Cs no pueden gobernar juntos, pero sí
pediríamos el apoyo de Cs a un Gobierno nuestro con el PSOE“. La
sección andaluza del PSOE ha mandado sendos recados a PS. Así, el Secretario de
Organización, Juan Cornejo, ha declarado que considera inviable un pacto
PSOE-Ps-Cs y le ha pedido “que no engañe
a los ciudadanos”. A su vez, el portavoz Mario Jiménez, ha señalado que no
es posible una alternativa a un Gobierno del PP por el veto mutuo que existe
entre Ps y Cs, y que, con 85 diputados, no puede nadie aspirar a una
investidura. PS ha criticado a Ps y a Cs por presentarse como “nuevos partidos que hacen bandera de la
regeneración”, pero hacen lo posible para impedirla, y afirmado que son inútiles “los
que, diciendo defenderla, se enrocan en sus vetos cruzados, provocando
precisamente lo contrario”. El Secretario de Organización de Ps, Pablo
Echenique, ha contraatacado señalando que al PSOE le falta un ingrediente
esencial, “la voluntad de formar un Gobierno de progreso”. Las fuerzas de izquierda
han planteado la formación de un Gobierno de este tipo junto con los partidos
nacionalistas, si bien –como ha comentado Teodoro León- identificar
nacionalistas con progresistas es una estafa conceptual. PI ha apostado por una
“alianza de regeneración” con los nacionalistas como alternativa a la
corrupción del PP. Se requiere un exquisito cinismo para olvidar el “pujolismo”
y los escándalos en la ciénaga del 3%, e incluir a los nacionalistas en una
supuesta alianza de regeneración. La suma de PP + Cs es superior a la de PSOE +
Ps, por lo que sería indispensable el concurso de los nacionalistas
independentistas, que ha sido vetado por el Comité Federal socialista. PI ha exigido
como requisito “sine qua non” para
integrar a Ps en una coalición el reconocimiento del “derecho a decidir”, y los separatistas catalanes han condicionado
su apoyo a una coalición liderada por el PSOE a la celebración de un referéndum
de autodeterminación en Cataluña. Así pues, el “Gobierno Frankestein”
–expresión acuñada por Alfredo Pérez Rubalcaba- es una quimera inviable.
Perspectivas tras la
elecciones autonómicas del 25-S
Se ha
abierto un paréntesis hasta la celebración de las elecciones autonómicas, pues
sus resultados podrían incidir en el desbloqueo de la situación. El PP espera y
desea que, después del 25-S, los cuadros del PSOE se rebelen contra PS y le
fuercen a la abstención. Según los sondeos del CIS, en Galicia ganaría el PP
por mayoría absoluta (40/41 escaños) y le seguirían a distancia En Marea
(15/17), PSOE (16) y BNG (2). En el País Vasco triunfaría PNV (27/28), Bildu y
Ps obtendrían 16 escaños y PSOE y PP 8.
De confirmarse estas predicciones, el PP saldría reforzado en Galicia y podría
facilitar un Gobierno en minoría de Iñigo Urkullu en el País Vasco. En
contrapartida, el PNV podría apoyar la investidura de MR o abstenerse y el PSOE
optar por la abstención. Según Javier Redondo, la estrategia de PS consiste en
ganar tiempo a la espera de que el PP sume al PNV o que unas terceras
elecciones proporcionaran a MR la ventaja suficiente para librarse de tener que
respaldarlo mediante la abstención del PSOE. La situación está cogida con
alfileres. “Spain is different”.
Aunque ningún partido dice querer que se celebren nuevas elecciones, todos
hacen lo posible para impulsarlas, y el sufrido pueblo español contempla
atónito e impotente como la “casta” política conduce al país, sin prisas pero
sin pausas, hacia la celebración de las mismas. Esperemos que el hámster PS
recapacite y salga de su jaula por la puerta de la abstención.
Madrid, 12 de Septiembre de 2016
prensibles y a todas luces
injustificadas terceras elecciones no variarían sensiblemente de los producidos
con anterioridad, por lo que seguiría requiriéndose el acuerdo entre varios
partidos para poder formar Gobierno. Como ha comentado con sorna Arcadi Espada,
lo peor de las terceras elecciones serían las cuartas.
Playa de Amposta, 29 de Agosto de
2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario