lunes, 21 de noviembre de 2016

LA CERRAZÓN DEL PSOE NOS ABOCA A UNAS NUEVAS ELECCIONES



            Concluía mi comentario sobre “Despropósitos a granel de los líderes políticos españoles” expresando mi esperanza de que el PSOE y Ciudadanos (Cs) modificaran su actitud de bloqueo y permitieran la formación de un Gobierno en minoría del PP. España necesita con urgencia dotarse de un Gobierno y el tiempo apremia porque se aproximan dos fechas-tope decisivas: el 30 de Septiembre para remitir a las Cortes el proyecto de Presupuestos Generales para 2017 y el 15 de Octubre para entregar a la Comisión Europea del Plan de Estabilidad para los tres próximos años. Cs ha reflexionado y reaccionado como un partido con sentido de Estado, a diferencia del PSOE que se sigue aferrando al irresponsable “No es No” de su líder Pedro Sánchez (PS). Como la aritmética electoral le ha dado la clave para la formación de un Gobierno puesto que se requeriría por lo menos su abstención, la cerrazón de los socialistas nos abocará a unas terceras elecciones, pese a que PS haya afirmado solemnemente que, cuando llegue la ocasión, el PSOE hará lo mejor para el interés general de España. De forma claramente contradictoria, ha reiterado la inmutabilidad de su voto negativo al PP y asegurado al mismo tiempo que no habrá nuevas eleccione, lo que supone lograr la cuadratura del círculo. El propio Mariano Rajoy (MR) ha tenido que reconocer que formar Gobierno “es más un deseo que un hecho” y que, después de lo que se ha
 visto y oído, la posibilidad de volver a las urnas es más que probable. España está patológicamente paralizada y los españoles asisten atónitos a semejante desenlace.

Actitud responsable de Ciudadanos

            Al reconsiderar su veto a MR y matizar algunas de sus aseveraciones, Albert Rivera (AR) ha sido sensible al sentir de buena parte de los militantes y votantes de Cs y optado por ofrecer al PP un diálogo condicionado para facilitar la investidura del Presidente en funciones, exigiendo como contrapartida para el inicio de las negociaciones las siguientes condiciones: Cese automático de los imputados por corrupción política, eliminación de los aforamientos, modificación de la Ley Electoral para aumentar la proporcionalidad, negación de indulto a los condenados por corrupción política, limitación a 8 años del mandato del Presidente del Gobierno, creación de una Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la financiación ilegal del PP y fijación de la fecha para la sesión de investidura del candidato MR. Se trataba de un “packing deal” que debería ser aceptado en su integridad como “conditio sine qua non” y el PP no tuvo más remedio que aceptarlo, pese a que hubiera puntos discutibles y cuestiones matizabless. Exigir el cese de una persona a partir de su imputación o investigación es contrario al principio de presunción de inocencia y podría dar lugar a injusticias si la investigación se produjera como consecuencia de denuncias falsas o injustificadas. En la negociación se ha precisado que la corrupción se limitaría a los actos de prevaricación o malversación ligados al enriquecimiento personal o a la financiación ilegal de un partido político, y que se examinaría caso por caso. Se ha instado la inclusión de este compromiso en un Pacto Nacional aplicable a todos los partidos. La eliminación de los aforamientos requeriría una reforma de la Constitución, por lo que sólo podría ser asumida como un compromiso político, pero no jurídico. La Ley Electoral es mejorable, pero conviene andar con cautela porque ha revelado su utilidad desde su adopción y una mayor proporcionalidad no garantiza necesariamente una mejor representatividad. La modificación de una ley tan importante debería, por otra parte, obtener el máximo consenso posible entre los partidos. La denegación de indulto a los políticos corruptos no plantea problemas al ser ya una práctica seguida por el Gobierno, pero la creación de una Comisión Investigadora es discriminatoria para el PP, que no tiene el monopolio de la corrupción, que es compartida por todos los partidos, por lo que la investigación debería extenderse a todos los corruptos con independencia de su ideología. Al aceptarla, el PP ha hecho de la necesidad virtud, pues –dado que está en minoría- le habría sido impuesta por los demás partidos. MR acordó con la Presidenta del Congreso, Ana Pastor, la fijación del 30 de Agosto para el debate de investidura, previéndose la primera votación al día siguiente y la segunda el 2 de Septiembre.

Pacto de investidura entre PP y Ciudadanos

           Tras intensas negociaciones -en las que tanto Cs como el PP han dado muestras de apertura y voluntad de compromiso-, los dos partidos firmaron el pasado día 28 un Pacto de Investidura, al que se ha incorporado Coalición Canaria (CC) –que cuenta con un diputado-, por lo que MR podrá comparecer a la investidura con un respaldo de 170 votos, seis por debajo de la mayoría absoluta. El pacto incluye “150 compromisos para mejorar a España”, muchos de las cuales figuraban en el Pacto de Investidura firmado en Febrero por Cs y el PSOE. Ambas partes han tenido que hacer concesiones, pero el documento recoge la mayoría de los puntos básicos defendidos por el partido de AR en materia de lucha contra la corrupción, regeneración política, independencia de la justicia, mejora social, simplificación laboral y reforma institucional. Se incluyen los puntos exigidos por Cs en materia de corrupción y se adoptará una Ley integral contra la misma, que contenga la tipificación del delito de enriquecimiento ilícito y la protección de los denunciantes. Se vuelve al sistema anterior para la elección del Consejo General del Poder Judicial -12 de cuyos miembros serán elegidos por los jueces-, se concederá una mayor independencia del Fiscal General, se ampliarán las incompatibilidades a los magistrados del Tribunal Constitucional y se obstruirán las “puertas giratorias” de la política a la justicia. Se incluye un Plan de Social, que prevé un complemento salarial para las rentas más bajas, la igualdad de los permisos de maternidad y paternidad, un plan de choque contra la pobreza infantil, la universalidad de la cobertura de Sistema Nacional de Salud, la dación en pago para saldar deudas hipotecarias y el compromiso de volver en el curso de la legislatura al nivel de gasto público en materia de sanidad, educación y dependencia existente antes de la crisis. Se incluye la recuperación del dinero dejado de percibir a raíz de la última amnistía fiscal, que se dedicará a cubrir gastos sociales. En el ámbito laboral, no se acepta el contrato único propugnado por Cs –al que también se oponía CC-, pero se reduce a tres el número de contratos -definitivo, temporal y de formación- y se modifica el régimen de trabajadores autónomos para dotarlo de mayor flexibilidad y de nuevas ayudas. Se mantienen el Senado y las Diputaciones –cuya desaparición pretendía Cs-, pero el primero se convertirá en una cámara territorial “con funciones vinculadas  con la articulación y  cohesión de la estructura territorial del Estado” y se disminuirá el número de senadores, y las segundas verán reducidos su presupuesto y su aparato burocrático. Se propugnan Pactos Nacionales contra la Violencia de Género y por la Educación, se paralizará el calendario de aplicación de la LOMCE y se revisará la Ley sobre Seguridad Ciudadana. Se acuerda formar una Mesa de Trabajo de Expertos para impulsar la reforma de la Constitución. La vigencia del Pacto queda supeditada a la investidura de MR como Presidente de Gobierno. El acuerdo va más allá de un simple pacto de investidura y contiene todo un programa de Gobierno, para cuya aplicación se requeriría una mayor implicación de Cs en la gobernabilidad de España,

            MR ha declarado que el PP y Cs han cumplido con su misión y ahora hace falta que los demás partidos cumplan la suya. Como ha comentado acertadamente “El País” en un editorial, el pacto debería ser suficiente para permitir la formación de un Gobierno que España necesita en estos momentos. Su razón de ser es desbloquear la insoportable situación de interinidad en que ésta se encuentra. Ante el horizonte de una nueva repetición de las elecciones, que serían un desastre sin paliativos, considera que la investidura debe salir adelante. Toca mover ficha al PSOE, en cuyas manos está que el acuerdo salga adelante o fracase. Es hora de que la directiva socialista abandone el absurdo encastillamiento en el que se ha situado. Sólo la debilidad y falta de perspectiva de sus líderes puede explicar su incoherencia, al negarse simultáneamente a abstenerse para evitar unas terceras elecciones y, a la vez, descartar abrir negociaciones para pactar con Podemos (Ps) y los nacionalistas la formación de un Gobierno alternativo, algo por lo demás  tan imposible como inconveniente. “El Mundo”, por su parte, ha considerado positivo el pacto y estimado que constituye un plan sustancial para la regeneración política y el impulso económico. El PP ha asumido muchas cuestiones de las que PS hizo bandera en su intento de investidura y no parece razonable que los socialistas se opongan ahora a propuestas que entonces les parecían importantes para los españoles o que rechazaran el acuerdo tachándolo sin más de “continuista y conservador”. La pelota está en el tejado del PSOE, que debe dar muestras de responsabilidad y de coherencia.

Empecinamiento del PSOE en su posición obstruccionista
          Como ha destacado AR, el Pacto recoge cien de las medidas acordadas entre Cs y el PSOE en su Acuerdo de Investidura del pasado Febrero, por lo que es fundamental que se ponga en marcha lo que avalaron los militantes socialistas, más -según Pachi López- no hay nada en él que le haga cambiar la posición del partido. El Presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se preguntaba dialécticamente no ha mucho que a ver quién era el guapo que se oponía a la investidura de MR si llegaba a un acuerdo con Cs y CC. La respuesta ha sido que ese guapo es el jefe del PSOE, arropado por el desafinado coro de luenas, pachis y maritxeles. Los manidos argumentos en pro del numantinismo negacionistas suena a “dejà vu, dejà entendu”, y no convence ni a sus propios autores: la izquierda no tiene por qué ayudar a la derecha, no vamos a apoyar lo que queremos cambiar, somos la única alternativa al PP, permitir un Gobierno de MR equivaldría a condonar la corrupción y dejaría la oposición en manos de Ps, nuestros militantes nos exigen que mantengamos el voto negativo, tolerar un Gobierno del PP supondría la liquidación definitiva del PSOE…Las diferencias programáticas entre los dos partidos son, sin embargo, insignificantes. Como ha señalado, Pedro G. Cuartango, la política española no está determinada por una lucha ideológica ni por concepciones antagónicas, sino que depende en buena medida de los intereses personales. Los programas del PP, PSOE y Cs son intercambiables en lo esencial, pero las diferencias entre sus líderes son insalvables. PS ignora el sentir mayoritario de sus votantes, ya que- según el último sondeo de Sigma-2, un 55% de ellos preferiría un Gobierno del PP a la repetición de las elecciones, frente al 39.6% que opina lo contrario. PS ha optado por instalarse en el NO para salvar su pellejo político, afianzarse en el puesto de Secretario General y mantener el control del aparato. La interinidad aleja hasta que se resuelva la crisis de ausencia de Gobierno la celebración de un Congreso Federal en el que lleva todas las de perder. En opinión de Manuel Lagares, tratar los adversarios como enemigos y faltarles el respeto personal e institucionalmente sólo conducirá a que se repitan las elecciones y se siga retrasando la formación de un Gobierno que debería abordar importantes tareas y adoptar urgentes medidas económicas, lo que es una auténtica locura que pone en grave riesgo el futuro de la economía española.
Escasas posibilidades de formación de Gobierno

           Para sondear la actitud del PSOE tras los últimos acontecimientos, MR ha mantenido hoy mismo una breve entrevista con PS, que éste ha calificado de “prescindible”, a lo que aquél le ha replicado que “el diálogo por España nunca es prescindible”. PS ha rechazado el pacto por “conservador y continuista”, pues no rectifica las nefastas políticas nucleares del PP en los últimos cuatro años, por lo que le ha dado motivos adicionales para que el PSOE se ratifique en su negativa a abstenerse en el debate de investidura. MR le ha insistido en que es urgente acabar con la actual situación de bloqueo y que “desbloquear no es apoyar”, pero PS no se ha movido un ápice.  Preguntado sobre cuál sería la actitud del PSOE si -como cabe prever- fracasara la investidura de MR, se ha mostrado vago y ambiguo, y no ha confirmado ni desmentido si liderará una alternativa en coalición con Ps y los nacionalistas –que es lo que en el fondo ardientemente desea, aunque se lo tenga vedado el Comité Federal-, o si cambiará su posicionamiento. Ha afirmado que el proceso de investidura es dinámico y no acaba el 2 de Septiembre, y que el PSOE “siempre estará en la solución”.

           MR ha afirmado que, por sentido de responsabilidad, va a seguir intentando alcanzar la investidura antes o después de las elecciones del 25-S en Galicia y en el País Vasco, aunque reconoce que el PSOE sigue teniendo la llave para hacerla posible. Tras los citados comicios podrían cambiar en cierta medida las circunstancias. El Presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha pedido “reflexión y debate” en el PSOE para evaluar su posible abstención tras el anunciado fracaso de MR, opinión que es compartida por la mayoría de los Presidentes autonómicos socialistas como Guillermo Fernández Vara –Extremadura-, Emiliano García Page –Castilla/La Mancha-, Susana Díaz –Andalucía-, Javier Lambán –Aragón- o Javier Fernández –Asturias-. Se podría realizar en un Comité Federal a celebrar tras las elecciones autonómicas del 25-S, pero PS y su equipo no están por la labor y se resistirán a convocarlo. Si el PSOE mantiene su negativa, no habrá más remedio que recurrir a unas terceras elecciones el día de Navidad. PS cree que unos nuevos comicios favorecerían al PSOE en detrimento de Ps, conforme a las predicciones de la última encuesta del CIS y lo único que le preocupa es que no se celebren en 25-D -a cuyos efectos pretende modificar la Ley Electoral para acortar una semana la campaña-, pero creo que peca de optimismo. MR también se siente reforzado tras los resultados del 26-J y el Pacto de Investidura con Cs, que han puesto de manifiesto su voluntad negociadora y su capacidad para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. Todas ellas tratan de evitar el estigma de ser considerados responsables de la repetición de las elecciones, pero el PSOE lo va a tener difícil por la actitud cerril adoptada por sus dirigentes –especialmente PS- y su injustificado bloqueo de la formación de un Gobierno del PP tras el acuerdo de investidura. Según el citado sondeo de Sigma-2, 39.6% de los encuestados le echaría la culpa al PSOE, 24.7% al PP y 6.9% a Cs.  Aún queda una remota esperanza de que el buen sentido prevalezca finalmente entre los socialistas y que -tras los comicios autonómicos del 25-S y con o sin PS al timón- el PSOE decida abstenerse y permitir la investidura de MR en una segunda tentativa. En el colmo del absurdo, los sondeos predicen que los resultados de unas incomprensibles y a todas luces injustificadas terceras elecciones no variarían sensiblemente de los producidos con anterioridad, por lo que seguiría requiriéndose el acuerdo entre varios partidos para poder formar Gobierno. Como ha comentado con sorna Arcadi Espada, lo peor de las terceras elecciones serían las cuartas.


Playa de Amposta, 29 de Agosto de 2016 

No hay comentarios:

Publicar un comentario