miércoles, 20 de noviembre de 2024
Triunfo arrollador del populismo autocrático de Trump
TRIUNFO ARROLLADOR DEL POPULISMO AUTOCRÁTICO DE TRUMP
El Partido Republicano o -para ser más preciso- el partido trumpista ha ganado de forma arrolladora las elecciones en Estados Unidos. Donald Trump (DT) consiguió, en la misma noche del día electoral 292 compromisarios frente al los 224 de Kamala Harris, por lo que ha adquirido el rango de presidente electo. El Partido Republicano ha obtenido 53 senadores, frente a los 45 del Partido Demócrata y dos independientes, y ha conservado la mayoría en el Congreso, con lo que DT concentrará en sus manos todos los poderes, dado que el Tribunal Supremo -donde hay 6 magistrados conservadores y 3 progresistas- está a su disposición. Las encuestas -que predecían un empate técnico- se han equivocado y Trump ha ganado de calle las elecciones y podrá gobernar a su libre antojo, sin que le molesten los mecanismos de “check and balance” previstos por la Constitución norteamericana para evitar una excesiva concentración del poder.
He estado una veintena de veces en Estados Unidos -nunca más de 2 meses consecutivos-, pero, si se acumulan todas mis estancias, equivaldrían a un destino de 2 años. La inmensa mayoría de este tiempo lo he pasado en Nueva York, lo más europeo que se despacha y bastante diferente de la América profunda. Allí siempre me he sentido en tierra extraña, como si estuviera en otro planeta. No me gustaba el “American way of living" y apenas compartía las opiniones del pueblo americano. Es un país de notorios contrastes donde alternan las cuotas más elevadas de democracia, con los hábitos de un país bananero, especialmente en el ámbito de la justicia. No comprendo la falta de regulación de la posesión y del uso de las armas -incluidas las de guerra- ni el mantenimiento de la pena de muerte, que hace de Estados Unidos uno de los países que más recurre a la pena capital, junto con Irán, Arabia Saudita y China. Tampoco entiendo el sistema electoral -especialmente para la designación del presidente de la Nación-, que hace posible que salga elegido un Jefe del Estado que haya obtenido menos votos que su adversario. Por ello, no me ha sorprendido que un delincuente como DT -que debería haber sido inhabilitado al ser condenado por la Justicia- haya ganado a pesar de su personalidad narcisista y autoritaria, y de su conducta arbitraria y prevaricadora.
Trump, una persona deleznable y un político tóxico
Como ha observado Andrés Trapiello, nadie parece discutir que DT es un hombre grosero, mentiroso, ególatra, insolente y macarrónico, un político sin escrúpulos, sin vergüenza y sin palabras, que ha mentido y miente sin hartarse -el “Washington Post” le ha contabilizado 29.508 mentiras durante su primer mandato-, pero a los 70 millones de americanos que lo han votado, todo eso le ha importado menos que la derrota de lo ”woke” y de los delirios identitario, a los que han respondido con otros delirios similares.
Según Antonio Muñoz Molina, la paradoja de Estados Unidos es que no hay otro país que nos parezca más familiar, porque -desde que nacimos- nos alimentamos con sus imágenes y sus historias, y que, sin embargo, es en el fondo tan ajeno a nosotros, tan íntimamente extraño. La América profunda es un vago Tíbet hermético en el que permanece una teocracia de la Biblia, las armas de fuego, la raza humana, la carne roja y el voto al Partido Republicano, que se ha convertido en el aquelarre populista y apocalíptico que DT desató hace 10 años. Somos incapaces de comprender la atracción de un personaje así, con su vulgaridad de ricachón vocinglero, de un oligarca que es visto como un héroe de la clase trabajadora por muchas personas sometidas a la pobreza y despojados de cualquier forma de protección social. Un depredador sexual que compra el silencio de actrices pornográficas inspira un fervor religioso cercano a la idolatría en los cristianos evangélicos, obsesionados con el pecado y el infierno -su lema, “Dios es mi salvador y Trump mi presidente”-. Un machista grosero, que ha sido condenado por delitos de abusos sexuales provoca gritos entusiastas de las mujeres cuando aparece como una estrella de rock. Un racista confeso que califica de asesinos y violadores a los inmigrantes irregulares atrae un porcentaje sustantivo de votantes de origen asiático o latinoamericano, que recelan de los recién llegados por esa inclinación que tienen los explotados en rendir pleitesía a los explotadores, con la esperanza de dejar atrás a los que están peor que ellos. “La realidad americana es imposible de comprender por nosotros; un acceso de dimensiones monstruosas que revienta y lo afecta todo y un caldo de cultivo aislacionista, integrista y xenófobo, que ha existido siempre, pero que la hipocresía, la fortaleza institucional o el pudor reprimían”. Dios en persona lo votó aquel día de julio en que -según ha confesado el propio mártir- le salvó la vida para que hiciera al país grande de nuevo.
Causas del triunfo de Trump y del descalabro de Harris
Pese a todas las flores que se le han lanzado por su histórico triunfo, DT ha obtenido menos votos que en las elecciones de 2016, por lo que más que una victoria del candidato republicano -que sin duda lo ha sido- se ha tratado de una derrota de Harris y del Partido Demócrata. Las culpas han caído sobre ella. Joaquín Manso la ha calificado de “inane” y ha sido presentada injustamente como un arquetipo del “wokismo”, la pupila de Soros y la malvada Jezabel. Federico Jiménez Losantos ha dicho que es idéntica a Irene Montero. Sin embargo, y pese a las circunstancias, no ha hecho una mala campaña. Según Gina Montaner, en su único debate con DT, lo noqueó -hasta el extremo que éste se ha negado a tener otra enfrentamiento directo con ella-, la economía va razonablemente bien, el ingreso de inmigrantes por la frontera sur se ha reducido, y su discurso ha sido conciliador y centrista. En política exterior, se ha comprometido con los socios de la OTAN y de la UE, ha defendido a Ucrania y ha exigido a Israel que reconozca a un Estado palestino. Partía con los hándicaps de su falta de legitimidad al no haber sido seleccionada en primarias y de no haber dispuesto de tiempo suficiente para elaborar su política y, al renunciar a sus posiciones más izquierdistas y centrar su discurso, ha perdido credibilidad. Su fracaso no ha sido tanto de su persona, como del Partido Demócrata y de Biden, que es muy impopular pese a que no ha sido un mal presidente.
El fracaso se ha debido al cambio de actitud de parte de su electorado tradicional -las minorías étnicas hispanas, afroamericanas y asiáticas, así como las mujeres-, cuyo apoyo el Partido Demócrata había dado imprudentemente por asegurado. El 53% de los varones y el 38% de las mujeres latinoamericanos han votado a DT, a pesar de sus insultos y su menosprecio. Un 15% de los afroamericanos lo han apoyado, 8 puntos más que en 2020, pese a ser Harris una mujer de color. La minoría árabe se ha inclinado por DT -42%- y ha castigado a Harris -36%- por su apoyo a Israel, cuando aquél ha ido mucho más allá que ésta en dicho apoyo -como demostró en su anterior mandato al trasladar la sede de la Embajada norteamericana de Tel-Aviv a Jerusalén y reconocer la soberanía israelita sobre toda esta ciudad y sobre los altos del Golán-, y dará vía libre a la actuación criminal de Netanyahu en Gaza y en el Líbano. En cuanto a las mujeres, no se ha producido un vuelco en favor de Harris como preveían las encuestas, y ésta solo ha conseguido un 53% de sus votos frente al 45% para Trump, que ha crecido un 14% en este sector a pesar de su flagrante misoginia.
La causa de esta dislocación del voto tiene un origen económico. DT se ha apropiado del eslogan que tanto benefició a Bill Clinton de “Es la economía, estúpidos”, solo que en este caso la economía debería haber favorecido al Partido Demócrata en vez de al Republicano. Como ha señalado la Biblia del periodismo económico, “The Economist”, la situación de la economía en Estados Unidos es “de ensueño”, con pleno empleo y con mayor crecimiento económico -2.8%- que ninguna otra nación del G-7, por lo que es “la envidia económica del mundo”. Según Xavier Vidal-Folch, ha aumentado la riqueza global como nadie, mientras China capotaba y Europa tenía un crecimiento raquítico. Recreándose en sus infinitas mentiras, DT ha afirmado que Biden y Harris han dejado la economía estadounidense en la peor situación de su Historia, lo cual es falso. Trump dejó el paro al final de su mandato en el 6.3% y el desempleo subió como consecuencia de la pandemia hasta el 14.9%, pero el Gobierno demócrata ha conseguido bajarlo al 4.1%. El empleo ha aumentado un 12% y el salario medio un 19%.
Existe, sin embargo, el borrón provocado por la inflación, que se ha comido casi una cuarta parte del poder adquisitivo de los ciudadanos a causa del crecimiento del precio de los alimentos, que han subido un 31.7% en los últimos años, y muchos ciudadanos han culpado de ello al Gobierno saliente, ignorando que es un problema global causado por razones ajenas al Gobierno estadounidense, como han sido la pandemia del COVID y la guerra de Ucrania. La inflación llegó a crecer hasta el 9.9%, pero el Gobierno de Biden ha logrado bajarla hasta el 2.4%. DT ha tenido la habilidad de plantear a los electores una pregunta falaz: “¿Estás económicamente mejor o peor que hace 4 años? Según Rafa Latorre, ante la obvia respuesta, Trump solo tuvo que poner a desfilar a los culpables ideales para convencer al ciudadano de que una ensimismada élite metropolitana lo trataba como a una basura. Subido a la cresta de la ola, ha prometido que hará volver la situación al “statu quo” anterior a la pandemia, y muchos norteamericanos le han creído y por eso lo han votado.
La política anunciada por DT va en sentido contrario a lo prometido, pues al poner elevados aranceles -65% a México, 60% a China y 20% al resto de países- éstos adoptarán medidas de represalia, con lo que aumentarán los precios tanto de los productos importados como de los exportados, y se producirá una guerra comercial. Si a ello se suma la reducción de impuestos a las rentas más altas y a las empresas, aumentará la inflación hasta extenderse a entre el 6 y el 9%, con el consiguiente aumento de los precios. 27 premios Nobel han escrito una carta a Trump en la que le advierten que, si lleva a cabo esta política, subirán la inflación y los precios, aumentará el déficit y se producirán mayores desigualdades. Según el Instituto Peterson, la guerra comercial provocará una pérdida de $2.600 anuales a una familia de tipo medio, y -según la Universidad de Pensilvania- la reducción de impuestos supondrá un déficit presupuestario de $5.1 trillones entre 2025 y 2034.
Incidencias en la política interior
Además de la política arancelaria y fiscal mencionada, DT persigue los objetivos de controlar por completo la Administración con sus fieles y expulsar a los inmigrantes irregulares. Pese a tener mayoría en las dos Cámaras, prefiere gobernar por medio de órdenes ejecutivas y a golpe de tweet. Ha prometido desmantelar el Estado profundo y acabar con la corrupción de Washington. Para ello, recuperará una fórmula del "Schedule F.” que estableció a finales de 2020 y que no llegó a poner en práctica al perder las elecciones. Por ella se creaba una nueva categoría de funcionarios designados a dedo, que se convertirían en cargos políticos de confianza, y se pasaría de los 4.000 funcionarios actuales a 30.000, con lo que conseguiría la politización de la Administración y su absoluto control. Pretende sacar de Washington D.F. a la gran cantidad de burócratas federales y diseminarlos por Estados federados controlados por patriotas. Esta depuración se aplicará también a los jueces y fiscales prevaricadores, que han dictado sentencias injustas en su contra, y a los medios de comunicación que lo han difamado. Creará un Comité de Reconciliación Nacional para que supervise y controle las diversas agencias de inteligencia, con el fin de evitar que espíen a los ciudadanos.
El otro gran objetivo de política interna es realizar la mayor deportación de inmigrantes ilegales que haya conocido la Historia. Su máxima prioridad será luchar contra estos inmigrantes -“que están contaminando la sangre del pueblo”- y expulsar del país a los 11.5 millones de indocumentados que viven en el país a cualquier coste. “No es cuestión de precio. Cuando la gente ha sido muerta y asesinada, hay que hacerlo cueste lo que cueste”. Deshumaniza a estos ciudadanos, que realizan de forma precaria los trabajos que los estadounidenses desdeñan, y les acusa de asesinos, secuestradores, violadores y comedores de mascotas. Sin embargo, las estadísticas oficiales muestran que los inmigrantes tienen una tasa de delincuencia inferior a la de los ciudadanos norteamericanos. Pese a esta política restrictiva e inhumana -que incluye la erección de un muro en la frontera con Méjico-, DT ha sido votado por muchos de estos inmigrantes de segunda generación, que aducen que los inmigrantes ilegales no deberían recibir un trato de favor. Con esta medida demagógica, Estados Unidos puede pegarse un tiro en el pie, porque estas deportaciones masivas afectarán notablemente a la disponibilidad de mano de obra. El 73% de dicha fuerza laboral, que ha permitido relanzar la economía tras la pandemia, ha sido extranjera. Para el Instituto Peterson, una expulsión de este tipo reduciría el PNB estadounidense a $5.1 trillones y haría subir la inflación al 9.1% en 2028. DT ha nombrado secretario de Inmigración a Tom Hanan, que fue quien propuso la separación de sus padres de los menores inmigrantes.
Incidencia en política exterior
DT es un convencido aislacionista, y no quiere que Estados Unidos sea el gendarme del universo. Muestra de ello es su lema de “America first” y, después de mí, el diluvio. Siente un atractivo especial por los líderes autocráticos, como Putin, Yinping, Kim-Yong e incluso Maduro. Su política exterior va a afectar desfavorablemente a sus relaciones con sus tradicionales aliados de la OTAN y de Europa. Según Manso, la primera consecuencia de la victoria de Trump será el auge del autoritarismo global. El paraguas protector de la Alianza va a perder buena parte de su fuerza disuasoria. La invasión de Ucrania corre el riesgo de cerrarse con un Acuerdo que convalide el derecho de conquista, y las guerras comerciales pueden hacer estragos en la economía europea.
Especialmente graves pueden ser las consecuencias para la guerra en Ucrania. Pese a lo que dicen sus admiradores -como Juan Antonio de Castro- de que DT no es un peligro para nadie y se va a pronunciar en favor de la paz, propiciando el final de las guerras en Ucrania y en Palestina, mucho me temo que va a suceder todo lo contrario. Ha afirmado que no quiere que sigan muriendo rusos y ucranianos y que él puede resolver el conflicto en 24 horas. Su plan de paz se basa en un injusta equidistancia entre el agresor y el agredido. Según han filtrado algunos diarios norteamericanos -como el “Washington Post”-, se trataría de lograr un alto el fuego y congelar la situación actual, crear en territorio ucraniano una zona-tampón desmilitarizada de 1.200 km -supervisada por tropas neutrales-, y celebrar negociaciones para alcanzar un Acuerdo de paz, que permita a Rusia conservar un 20% del territorio ucraniano conquistado, incluida Crimea. Ucrania asumiría el compromiso de no ingresar en la OTAN durante un periodo de 20 años y se suprimirían las sanciones aplicadas a Rusia. La propuesta permitiría a la agresora “salvar la cara”, dado que recoge la mayor parte de sus reivindicaciones, pero aun así puede que no resulte aceptable para Putin, porque la Duma ya incorporó al Estado ruso los territorios ocupados y aún pretende redondearlos en el Dombás y Zaporiyia. Deja en el aire el futuro de los territorios ocupados por los ucranianos en la región de Kurs.
En cualquier caso, la inequitativa solución no puede ser aceptada por el Gobierno ucraniano, ni tampoco por los países occidentales, porque supondría premiar la agresión rusa, alterar las fronteras reconocidas en el Acta de Helsinki, y romper el esquema de seguridad europea establecido a raíz de la II Guerra Mundial. A pesar de estas considerables concesiones, Putin no quedaría satisfecho, ya que su objetivo es recuperar los límites el antiguo Imperio zarista y para ello es necesario que Ucrania desaparezca del mapa. DT puede presionar a Zelenski con la amenaza de suprimir la imprescindible ayuda militar y financiera de Estados Unidos, cosa que propugnan sectores del Partido Republicano. Trump ha mandado su mensaje amenazador a Zelenski a través de su hijo Donald Jr: “Te quedan 38 días para perder tu subsidio”.
El triunfo de DT -que ya en su anterior mandato mostró su escaso interés por la OTAN- puede suponer un duro golpe para la Alianza, que se ha visto revigorizada al afrontar la agresión rusa contra Ucrania y acoger en su seno a Finlandia y a Suecia. DT va a exigir a los socios -en este caso con razón- que cumplan con el compromiso de gastar en defensa un mínimo del 2% de su PIB, e incluso ya se habla de subir este porcentaje al 3%. El secretario general, Mark Rutte, ha pasado la mano por el lomo de Trump y lo ha alabado porque fue él quien estimuló a la Organización a moverse por encima del 2%, aunque haya que hacer más. Según Marlene Wind, no hace falta que Estados Unidos se salga de la OTAN para que ésta se desmorone, pues bastaría simplemente con que DT pusiera en duda -como al parecer pasa por su caletre- la no aplicación automática del artículo 5 del Tratado de Washington, que establece la ayuda militar obligatoria de los socios de la Alianza en caso de producirse una agresión contra uno de sus miembros. Ha llegado el momento en que Europa despierte de una vez y construya su propio sistema de defensa. Los países bálticos están aterrorizados -y no digamos los que no son miembros, como Moldavia- ante esta posibilidad y los nórdicos refuerzan su defensa. Los países europeos deberían aumentar de forma considerable sus gastos de defensa, porque ya no es de recibo que unos inviertan en mantequilla y solo otro lo haga en cañones. Sin ignorar la gran dependencia de la OTAN de Estados Unidos -especialmente en los ámbitos nuclear y logístico- Europa ha de procurar su propia defensa y tener una cierta autonomía para garantizar su seguridad.
Conclusiones
Cabe preguntarse si sigue sin llegar la hora en que una mujer pueda ocupar la Casa Blanca. La respuesta la ha dado Wind, al afirmar que Estados Unidos no está aún preparado para tener una mujer presidenta, y aún más -añado yo- si es de color. Lo peor de todo -en la opinión de Felipe Sahagún- es que ha resultado elegido un delincuente convicto que no acepta las reglas constitucionales, representa una amenaza para la democracia, arrastrará al mundo a nuevas guerras comerciales, facilitará la victoria de Rusia sobre Ucrania y dará carta blanca a Netanyahu para que siga con sus guerras en Próximo Oriente. Para “El Mundo”, la primera democracia del orbe ha apoyado de forma masiva a un líder abiertamente disruptivo, que representa el nacionalismo populista y el desprecio tanto por la verdad como por las reglas básicas del Estado de Derecho. El regreso de DT dará impulso a las fuerzas y regímenes autoritarios que desafían a las democracias liberales en todo Occidente y constituye una amenaza de carácter existencial para Europa. Según David Hoffman, que una persona cargada de condenas e imputaciones penales, y extravagante figura de la cultura del odio haya recuperado la presidencia de Estados Unidos es una señal de la crisis de la civilización y confirma la deriva autoritaria en el mundo entero.
Iñaki Ellacuría ha comentado que comparte la preocupación de tanta gente de izquierdas en España por el regreso de DT, pero le sorprende su alarma por el autoritarismo del líder norteamericano. Ellos que idolatran y sostienen en Moncloa a Sánchez, que es el dirigente que más similitudes políticas y morales guarda con Trump. “Ellos no pueden, porque no es aceptable, denunciar de Trump lo mismo que se aplaude o se tolera de manera cómplice en Sánchez”. Según Manuel Arias Maldonado, habrá que ver si DT -perro más ladrador que mordedor- va a aplicar una agenda iliberal para indiferencia de sus votantes, que es justamente lo que sucede en España desde que nos gobierna Sánchez, “aficionado como el magnate neoyorquino a hostigar a los jueces, atacar a la prensa desafecta y colonizar las instituciones estatales”. Los que callaron durante el “procès” gritan hoy contra Trump.
En su discurso de investidura, y sin venir a cuento, Sánchez acusó a DT de albergar ideas reaccionarias que acababan por parasitar a los partidos de la derecha tradicional como el Partido del Republicano, colonizado por el trumpismo. En otra ocasión lo insultó al calificarlo de “uno de los referentes de la internacional ultraderechista”. Ha descrito su mandato como 4 años de ruptura del multilateralismo, discurso xenófobo, odio y caos. Supongo que, compungido por sus meteduras de pata, se lamentará de sus infelices comentarios y moverá el rabo todo lo posible para que Trump no lo deje en la caseta del perro de la Casa Blanca, como hizo Obama con Rodríguez Zapatero tras su insulto a la bandera estrellada.
Hay afinidades electivas. DT no tiene ideología ni principios, su máxima aspiración es aferrarse al poder a cualquier precio, miente de forma sistemática y ha hecho de la mentira la clave de bóveda de su política, es impredecible y cambia a menudo de opinión sin consultar más que con el cuello de su camisa, y considera sus adversarios políticos como enemigos, a los que hay que eliminar políticamente recurriendo a la descalificación y al insulto. ¿Les recuerda esta descripción a algún político patrio? Si Plutarco reviviera, escribiría probablemente uno de sus ensayos
-salvando las distancias en el espacio y en el tiempo, y entre personas y países- sobre
“Vidas paralelas de Donald Trump y Pedro Sánchez”.
Madrid, 13 de noviembre de 2024
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