viernes, 14 de junio de 2024

Nueva derrota de la izquierda en las elecciones europeas

NUEVA DERROTA DE LA IZQUIERDA EN LAS ELECCIONES EUROPEAS El pasado 9 de junio finalizaron las elecciones al Parlamento Europeo (PE) en los 27 Estados miembros de la UE, con la victoria del Partido Popular Europeo (PPE), seguido por la Alianza Progresista de Socialistas (S&D). Se ha producido un vuelco hacia la derecha y ha aumentado en la Cámara la presencia de los partidos de extrema derecha, si bien se ha mantenido la mayoría centrista integrada por el PPE, la S&D y los partidos liberales de Renew Europe. Desarrollo de la campaña electoral Las campañas en los distintos países se han centrado sobre temas nacionales y se han pasado por alto los graves desafíos a los que se enfrenta la UE en el inmediato futuro. Esta actitud de despreocupación por los asuntos que afectan a los Estados miembros de la Unión se ha puesto obscenamente manifiesto con la campaña realizada por el Gobierno de Pedro Sánchez, en la que se ha ignorado por completo los problema europeos y se ha centrado en los nacionales, los internacionales extraeuropeos e incluso los personales de presidente del Gobierno. En la campaña no se ha dicho ni una palabra sobre cuestiones esenciales como la inflación, el endeudamiento, el equilibrio financiero, la transición energética, la situación del campo o la inmigración, y el tema monotemático has sido la guerra a muerte contra la ultraderecha -en la que ha incluido al PP-, la construcción de muros, la máquina del fango, la lucha contra Milei, Bolsonaro, Trump, Netanyahu, Rajoy, Aznar, Feijóo y el juez Peinado, y -como guinda del pastel- la exaltación de la profesionalidad de Begoña Gómez. Como observó en “El Debate” Gabriel Albiac; no íbamos a votar sobre diputados que irían a no hacer nada a Bruselas o a Estrasburgo, sino sobre la perennidad de Sánchez, y -de la resignación y la rabia- se pasaría a una tomadura de pelo. Las elecciones europeas eran un plebiscito sobre la impunidad de la persona que moraba en La Moncloa, los negocios de los parientes, la compra de sus colegas de partido, la demolición acelerada del sistema constitucional de garantías, y la inmunidad penal de todos aquellos cuya gracia necesitara garantizarse el César para seguir imperando. “. Lo que es ahora cuestión de pura y simple supervivencia es el plebiscito en marcha. En pleno mercado de compraventa y trueque de presidencias entre Puigdemont y Sánchez, las europeas van a ser la pantalla sobre la cual percibir la resignación o la rabia”. Efectivamente, Sánchez convirtió las elecciones al PE en un plebiscito sobre su persona, y el PP de Alberto Núñez Feijóo entró en el tramposo juego con su obsesión de echarlo del Gobierno, lo que resultaba contraproducente, porque el presidente movilizó a sus huestes, que hicieron piña en torno al Caudillo y a su emprendedora esposa. El mitin de Benalmádena fue un esperpento indecoroso en el que se homenajeó a una persona bajo sospecha. Resultaba alucinante ver y oír a toda una vicepresidenta del Gobierno gritando histérica cuatro veces consecutivas “!No pasarán!”, como una pasionaria de vía estrecha. ¿Quiénes no van pasar? ¿Los jueces, los mecenas, las dadivosas empresas, la UCO, las inexistentes licenciaturas, la vergüenza torera…? Los ciudadanos de países miembros de la UE nunca se han tomado demasiado en serio las elecciones al PE y aprovechan la ocasión para dar votos de castigo a sus Gobiernos en relación con temas que nada tienen que ver con la Unión, y han elevado a la dignidad de eurodiputados a personajes impresentables como José María Ruiz Mateos, Jesús Gil o Alvise Péréz. Dicha falta de interés se ha puesto de manifiesto con la escasa participación de los ciudadanos en las mismas, pese a que en algunos Estados -como Bélgica, Luxemburgo o Bulgaria- la votación es obligatoria. La participación media en dichas elecciones es del 50.97% , aunque los porcentajes varíen de forma notoria entre los 88.92% de Bélgica y el 21.34% de Croacia. En las primeras elecciones en las que España participó en 1987, votó el 68.52% , pero esta participación ha ido bajando desde entonces hasta llegar en 2024 al 49.21%. Los españoles deberían mostrar mayor interés, aunque solo fuera por el hecho curioso de que el partido que gana las elecciones europeas suele ser el ganador de las siguientes elecciones generales. Resultados de las elecciones en la UE y en sus países miembros Salvo el PPE, han perdido escaños los partidos que integraban la mayoría centrista y los situados a la izquierda del espectro político, mientras que han aumentado su representación los partidos de derechas. El “ranking” en escaños ha sido el siguiente: PPE 186 (+10), APS 135 (-4), Renew 79 (-23), Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) 69 (=), Verdes/ALE 53 (-19), Identidad y Democracia (ID) 58 (+9), No Inscritos, 45 y Otros 55. Entre los No Inscritos figura la neo-nazi Alternativa para Alemania (AfD), que fue recientemente expulsada del grupo ID y, entre los Otros el Fidesz de Viktor Orban, que fue excluido en su día del PPE. Es probable que se produzcan nuevos reagrupamientos y tránsitos de partidos de un Grupo a otro. En varios países miembros se han producido importantes cambios, que repercutirán sin duda en funcionamiento del PE. 1-Francia: El ultraderechista Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen -liderado por el joven Jordan Bardella- ha ganado las elecciones con el 34,43% de los votos y 30 escaños, frente a los 13 de la candidata gubernamental Valérie Hayer y de los socialistas, los 9 de la Francia Insumisa y los 6 de los Repúblicanos. Tras la hecatombe de su partido, Emmanuel Macron ha hecho un “Sánchez”, disuelto el Parlamento y convocado elecciones generales para el 30 de junio. Creo que se ha apresurado y ha cometido un grave error que le puede resultarle bastante caro a él, a Francia y a la UE. 2.-Alemania: Ha ganado la CDU con 30% de los votos y 29 escaños, pero se han producido dos resultados muy negativos: el segundo puesto ha sido para la AfD con 15 escaños (+6), y el tercero para el SPD de Olaf Scholz con solo 14 (-2), los peores resultados de su historia. Los neo-nazis han vencido en la antigua RDA, lo que demuestra que los extremos comunistas y fascistas se tocan. También han perdido peso los otros dos socios del Gobierno: los Verdes con 12 diputados (-9) y el FDP con 5. 3.-Italia: Han vencido los Fratelli de Giorgia Meloni con 24 escaños, seguidos del Partido Democrático (21), Cinco Estrellas (10), y Forza Italia y la Liga (8). La presidenta tendrá que decidir si acepta la propuesta de Le Pen de fundir el CRE y la ID para crear un gran Grupo de extrema derecha u opta por mantenerlos separados y dejar abierta la posibilidad de acuerdos con el PPE sobre cuestiones puntuales. 4.-Polonia: La Coalición Cívica de Donald Tusk ha aguantado la embestida del ultranacionalista Jaroslaw Kaczynski y conseguido 37.1% de los votos y 21 escaños, frente al 36.2% y 20 diputados de Ley y Justicia. Konfederatzia con sus 6 diputados se ha incorporado al PPE y ha reforzado las posiciones centristas. 5.-Benelux: En las fracturada y caótica estructura política belga hasta 13 partidos han sacado diputados, pero un máximo de 3. Los más votados han sido Vlaamde Alliantze -nacionalista- y Vlaam Belang -ultraderechista-. El Partido Liberal Flamenco de Alexander de Croo ha fracasado rotundamente y el primer ministro ha presentado su dimisión. En Países Bajos ha ganado el Partido Socialdemócrata de Frans Timmermans -21.1% y 8 escaños-, seguido del ultraderechista Partido de la Libertad de Geert Wilder -17% y 6-, y del PVV de Mark Rutte -11.4% y 4-. En Luxemburo, sus 6 caños se han dividido entre 5 partidos, resultando ganador el Partido Popular Socialcristiano con 2. 6.-Portugal/Irlanda/Austria: En Portugal, la gubernamental Alianza Democrática ha igualado en 7 escaños al Partido Socialista, pero éste ha superado a aquél en votos - 32.4% frente al 31.9%-. El populista Chega ha perdido 9 puntos con respecto a las elecciones generales y solo ha conseguido 2 diputados. En Irlanda se han repartido 3 escaños los gubernamentales Fine Gael y el Fianna Fail, el nacionalista Sinn Fein y un grupo independiente. Otra sorpresa la ha dado Austria por el triunfo del ultraderechista FPO con 6 escaños -25.4%-, seguido de cristianodemócratas y socialistas con 5. 7.-Grecia/Chipre/Malta: En Grecia triunfó la gubernamental Nueva Democracia con 7 diputados, seguida de Syriza con 4 y el Pasok con 2. Chipre ha distribuidos escaños entre 5 partidos, consiguiendo 2 de ellos el cristianodemócrata Disy, y en Malta, laboristas -45.26%- y populares -42%- se han repartido los 6 escaños, y la líder de éstos, Roberta Metsola, tiene muchas posibilidades de mantener la presidencia del PE. 8.-Grupo de Visegrado: En Hungría se ha impuesto el Fidesz de Viktor Orban -44.8% y 11 diputados-, pero sorprendentemente el partido opositor Tisza ha conseguido 29.6% de los votos y 7 diputados. En Eslovaquia también ha habido sorpresa al ganar el Partido Socialista -27.8% y 6 escaños- frente al gubernamental Simer del primer ministro Robert Fico. En la República Checa ha ganado la populista Alianza de Ciudadanos Descontentos -26.1% y 7 diputados-, seguido del cristianodemócrata SPOLU -22.3% y 6-. 9.-Balcanes: En Rumanía, la coalición nacionalista liberal CNR ha obtenido 21 diputados y la socialista AUR 6. En Bulgaria, los partidos populares han conseguido 6 escaños, los liberales 5 y los socialistas 2. El Partido Popular ha obtenido 6 escaños en Croacia -34.6%- y el socialista SDP 4 -26%-. En Eslovenia, ha vencido el Partido Popular SDS con 4 diputados -30.6%-, seguido del liberal GS con 2 -22.2%-. 10.-Países escandinavos: Los partidos socialdemócratas y verdes han mantenido su influencia. En Suecia, los socialdemócratas han logrado 5 escaños -24.8%- y el Partido Moderado 4; en Dinamarca, la Izquierda Verde -17.4%- y el Partido Liberal de la presidenta Mette Frederiksen -15.6%- obtuvieron 3 escaños cada uno, y el Venstre 2 -14.7%; y, en Finlandia, la centrista Coalición Nacional consiguió 4 diputados -24.8%- y la Alianza de Izquierdas 3 -17.3%-, el Partido Socialdemócrata -14.9%- el liberal Kesk -11.8%- y la Liga Verde -11.3%- dos cada uno. El ultranacionalista Partido de los Finlandeses solo ha conseguido un escaño. 11.-Países Bálticos: Han vencido los partidos de centro-derecha. En Estonia ganó el cristianodemócrata Isamaa -21.5%- seguido por el socialdemócrata SDE -19.3%-, con dos diputados cada uno. El Partido Reformista de la presidenta Kaja Kallas solo obtuvo un escaño. El Lituania, los populares consiguieron 3 diputados -21.3%- y los socialistas 2 -18%-. En Letonia, la centrista Nueva Unidad de la presidenta Evika Silina -25%- y la nacionalista Alianza Nacional -22%- lograron dos diputados cada una y los restantes 5 escaños fueron ganados por 5 partidos diferentes. La impresión general es que ha habido un corrimiento hacia la derecha -ya reflejado en las últimas elecciones nacionales-, pero no hacia la extrema derecha, como algunos medios la comunicación han estimado en base al considerable progreso de los partidos ultranacionalistas en Francia y Alemania. Según Ignacio Molina, ha ganado el europeísmo más conservador, en detrimento del socio-liberal. Para Aníbal Jozami -en “Fundación del Foro Sur”- la UE se ha desplazado a la derecha, pero no hacia su variante extrema, y nada indica que se haya renunciado a la vocación europeísta e integradora. Más de 400 de los que 720 eurodiputados son europeístas convencidos y mantienen la mayoría detentada por los Grupos centristas del PPE, la S&D y Renew. El European Council of Foreign Relations ha dado una versión pesimista del vuelco producido y ha comentado que -entre la esperanza y el miedo- la UE se ha inclinado hacia éste. El nuevo PE será más beligerante con la cesión de competencias y, en consecuencia, la integración podría sufrir un frenazo. Ha señalado que hay que “renovar las categorías, actualizar los modelos y repensar hasta el sentido mismo del europeísmo”, y que hace falta “otra ilusión, otras promesas, otras esperanzas”. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha hecho un llamamiento a socialistas y liberales para mantener la colaboración con el PPE, y afirmado que “construiremos un bastión contra los extremistas de izquierda y de derecha. Los partidos de centro tenemos una gran responsabilidad. Podemos discrepar en asuntos concretos, pero todos queremos estabilidad y una Europa eficiente que funcione”. Hay, por tanto, margen suficiente para que el proceso de integración no se vea adversamente afectado, si bien habrá un cambio de prioridades. Cómo ha señalado Pablo Suanzes en “El Mundo”, ha pasado la era del Pacto Verde, y entramos en la de la competitividad, la industria, la economía, y la seguridad y la defensa. En opinión de Belén Becerril, es fundamental mantener la unidad entre los Estados miembros para afrontar con éxito la pérdida de peso económico y demográfico de Europa en un mundo de gigantes. Resultados de las elecciones en España La elecciones en España han sido ganadas por el PP, que ha sacado 701.781 votos, 4.2 puntos y 2 escaños más que el PSOE. Los populares se han impuesto en 13 Comunidades, incluidas Castilla /La Mancha y Asturias. Los partidos a su izquierda han decrecido y los de la derecha extrema crecido, tanto en número como en la aparición del seudo partido “Se Acabó la Fiesta”. Los resultados han sido los siguientes: -PP: 5.963.074 votos (34.2%) y 22 escaños (+10) -PSOE 5.261.293 “ (32.2%) y 20 “ ( = ) -Vox 1.678.218 “ ( 9.6%) y 6 “ (+ 2) -A. República 856.500 “ ( 4.9%) y 3 “ ( = ) -Sumar 815.545 “ ( 4.7%) y 3 “ (- 3) -SALF 800.763 “ ( 4.6%) y 3 “ (+ 3) -Podemos 571.902 “ ( 3.3%) y 2 “ (+ 2) -JxC 433.000 “ ( 2.5%) y 1 “ (- 2) -PNV/CC 281.064 “ ( 1.6%) y 1 “ ( = ) Ciudadanos perdió sus 7 eurodiputados -pese haber realizado una brillante labor en el PE-, y la agrupación liderada por el populista Alvise Pérez -que ha criticado a Felipe VI por haber avalado con su firma la inconstitucional Ley de Amnistía- ha conseguido 3, lo que revela la bajeza moral de una parte de la sociedad española. El PP tiene un problema con las empresas demoscópicas, que parecen confabularse en su contra. Todas ellas -salvo la del CIS del inefable Tezanos, que daba la victoria al PSOE por amplio margen- auguraban al comienzo de la campaña una amplio triunfo de los populares, que se ha ido reduciendo durante la misma hasta obtener solo 2 escaños más que su némesis socialista. La portavoz socialista, Esther Peña, ha considerado muy positivos los resultados de los comicios, porque el PP no ha conseguido destrozar a Sánchez y “resistir es ganar”. La amarga derrota se convierte en dulce, aunque sirva de bien poco. El que no se consuela es porque no quiere. Según ha señalado Jorge Bustos, Sánchez ha perdido cuatro elecciones, carece de mayoría para legislar, tiene a la mujer y el hermano investigados por corrupción, es rehén de un prófugo como Puigdemont que es su casero con derecho desahucio, se encuentra con la oposición de jueces y fiscales a amnistiar a éste del delito de malversación, y ha decidido liquidar la separación de poderes en 15 días si el PP no se aviene a mercadear los vocales del CGPJ. Ante esta situación tan resiliente, el presidente ha anunciado la adopción de un “paquete de calidad democrática”, en homenaje al Bardem de “Huevos de oro”. La voluntad de Pedro de “eternizar lo inviable” -García Page ”dixit”- pasa así por un órgano más genital que institucional. No deja de haber algo de razón en esta euforia socialista porque “en el reino de los ciegos, el tuerto es rey”, España -como ha observado Leyre Iglesias- ha sido un ejemplo de moderación entre los grandes países de la UE. Mientras en Francia ha arrasado Le Pen, en Alemania la ultraderecha pro-nazi ha quedado segunda, y en Italia ha triunfado la posfascista Meloni, en nuestro país los dos grandes partidos tradicionales han ocupado los primeros puestos y la ultraderecha -aunque haya progresado- no lo ha hecho al ritmo de los citados países. El problema es que Sánchez -el rey de la paradoja- presenta un rostro bifronte, según mire al exterior o al interior. “Ad extram”, Sánchez centró su campaña de las elecciones en la lucha contra la ultraderecha en Europa, para lo que necesitaría la actuación conjunta con el Grupo del PPE, que ha sido el gran triunfador en la UE, gracias a la contribución de la CDU alemana y del PP español. “Ad intram”, sin embargo, el presidente -que mantiene una relación difícil con los principios de la democracia liberal- considera al PP como una parte esencial de la ultraderecha. ¡Agárrame esa mosca por el rabo! A pesar de sus reconocidas facultades para la manipulación y la cuadratura de círculos, ¿cómo puede Sánchez pedir al PPE que le ayude erradicar al PP español, al que culpa de pertenecer a la caverna ultraderechista y de albergar en la Comunidad de Madrid la maquinaria del fango? Pese a haber perdido las elecciones en España, como consecuencia del fracaso de los partidos socialistas europeos, el PSOE se ha convertido en el principal partido del Grupo S&D, y Sánchez será -junto con Scholz- su principal interlocutor con el PPE de Manfred Weber -al que ha llamado nazi- y de Feijóo -al que ha llamado de todo menos bonito-, para negociar la acción conjunta contra la ultraderecha, de la que forma parte -a su juicio- el segundo partido en importancia de dicho Grupo, que es el fulcro sobre el que girará la actuación contra los extremismos de derechas y de izquierdas, como ha reclamado von der Leyen. Otro punto contradictorio al que deberá enfrentarse Sánchez en su labor negociadora es el hecho de que extremistas de derecha -como JxC- y de izquierda -como ERC, Bildu e incluso lo que queda de Sumar- forman parte de su Gobierno o son sus aliados. No obstante -según Leyre Iglesias-, aunque el fango de La Moncloa sea más espeso que nunca, por suerte la UE sigue donde estaba y -si nada se tuerce- la coalición de populares, socialdemócratas y liberales continuará gobernándola, porque hoy día el centroderecha y el centroizquierda comparten mucho más que cada uno de ellos con sus extremos. Además, ante el evidente giro hacia la derecha en Europa, una de las formas más eficaces para luchar contra ultraderecha, es impedir que ésta se una a otras fuerzas de la derecha europeísta, como Forza Italia y los Fratelli, o los republicanos de Francia. Conviene que el centrismo europeo abra vías de colaboración con el Gobierno de Meloni en temas puntuales sobre los que están de acuerdo, como el de la guerra en Ucrania o el reforzamiento de la defensa y la seguridad de Europa. Volviendo a España, Narciso Michavila ha señalado que -pese a la exigua diferencia en escaños entre el PP y el PSOE- se ha producido una revolución electoral al conseguirse por primera vez que los votos de los partidos de la derecha superen a los conseguidos por la suma de los partidos de izquierda y de los independentistas, pero esta situación se va a desaprovechar. Algo similar se produjo en las elecciones catalanas cuando los partidos constitucionalistas superaron en votos y en escaños a los separatistas, pero el sectarismo del Gobierno de Sánchez -que depende de Puigdemont y de ERC para sobrevivir- y el servilismo del PSC -que tiene poco de constitucionalista y está siempre dispuesto a hacer de mamporrero del nacionalismo- han impedido aprovechar esta situación única. La constitución del Parlament y el nombramiento como presidente de Josep Rull -tras negarse Illa a negociar con el PP y excluirlo de la Mesa “anti-represiva”- han movido la moviola hacia el 2017, con el incumplimiento de una sentencia del Tribunal Constitucional, la elección de un President separatista, los discursos en pro de la autodeterminación y la independencia, y hasta el regreso de los marchitos lazos amarillos. Siguiendo su tradición, ERC ha apuñalado por la espalda al PSC, quien -como muestra de reconocimiento- le ha abierto las puertas del Ayuntamiento de Barcelona, a cuya presidencia llegó Collboni gracias al desinteresado apoyo del PP, al que ha ninguneado una vez más. Que Puigdemont vuelva a la presidencia de la Generalitat es algo más que una hipótesis de trabajo y solo depende de que Sánchez lo precise para mantenerse en el poder. Otra posibilidad es que haya que repetir las elecciones, ya que ningún candidato cuenta por ahora con mayoría suficiente. Ante la última derrota electoral, la disgregación de su Gobierno Frankenstein, la negativa de jueces y fiscales a amnistiar a malversadores, y los graves problemas de índole familiar, Sánchez ha iniciado una huida hacia adelante e intentado cambiar el marco político. Tras afirmar que la soberanía de España reside en el Congreso (¿?), ha reanudado la lucha abierta contra los jueces, los medios de comunicación fangosos y las tres cabezas se la hidra de la ultraderecha. Ha dado un ultimátum al PP para que permita la renovación del CGPJ en sus términos y amenazado con cambiar el modo de designación de los altos cargos judiciales ¿Se atreverá a violar el artículo 122-2 de la Constitución que establece que el CGPJ es el órgano de gobierno del Poder Judicial, y que entre sus funciones figuran los nombramientos, los ascensos, la inspección y el régimen disciplinario de los jueces? No me extrañaría nada porque con Sánchez todo es posible si con ello consigue conservar el poder, que es su aspiración suprema. Madrid, 13 de junio de 2024

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