martes, 23 de febrero de 2016
¿Los extremos se tocan?: Coincidencias entre PP y Podemos
¿LOS EXTREMOS SE TOCAN?: COINCIDENCIAS ENTRE PP Y PODEMOS
Durante la pasada semana ha continuada la cabalgata de Pedro Sánchez (PS) hacia la investidura y su “show” político-mediático. El POSE ha mantenido negociaciones y contactos con todas las fuerzas políticas salvo el PP, por voluntad propia, y Podemos (Ps), por imposición de Pablo Iglesias (PI). El más prepotente y arrogante de los dirigentes políticos ha reclamado a PS que abandone “la prepotencia y la arrogancia” si quiere llegar a un acuerdo con Ps, y estima que sería fácil conseguirlo, si tuviera volunta política, dada la similitud de posiciones sobre la mayoría de los temas.
Negociación entre PSOE y Ciudadanos
Ante la posición renuente de Ps, PS ha centrado la negociación en Ciudadanos (Cs), aunque también ha conversado con las demás partidos a excepción del PP. El ambiente de las negociaciones con Cs ha sido constructivo y se ha llegado a un acuerdo en materia de lucha contra la corrupción –exclusión de investigados de las listas de candidatos y de los cargos públicos, negativa de indulto a los condenados por corrupción, limitación de los aforamientos- y de regeneración democrática, que son cuestiones importantes para gobernar, pero no decisivas. Hay discrepancias en lo referente a la reforma de la Constitución, la política laboral, la política económica y fiscal y, sobre todo, la organización territorial del Estado, aunque –según el portavoz socialista, Antonio Hernando- no son insuperables. Cs es contrario a la política económica del PSOE, cuyo programa al respecto es –como ha observado Miguel Ángel Belloso- un fiasco, porque su cumplimiento se fía a las buenas gracias de la Comisión Europea para que acepte un alargamiento del plazo para la reducción del déficit y permita un aumento del gasto público. El programa supone un aumento brutal de dicho gasto -incompatible con la estabilidad y sostenibilidad de las finanzas públicas, que se. pretende costear con una considerable subida de impuestos, que llevarían a España a perder competitividad y a aumentar su déficit. Cs se opone al aumento del IRPF y de los impuestos sobre sociedades, patrimonio y sucesiones. Según Juan Manuel Villegas, el PSOE plantea una reforma integral de los tributos sobre la riqueza y Cs no acepta que se sigan subiendo los impuestos a la clase media y a que se creen otros nuevos. Cs rechaza, por otra parte, cualquier planteamiento que conduzca a romper el ordenamiento constitucional y amenace la convivencia lograda en los últimos 37 años, pues la autodeterminación, el separatimos y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerían mayor fractura a una sociedad ya de por sí dividida.
Los dos partidos saben que los 130 escaños que reúnen no bastan para lograr la investidura de PS y que necesitan la colaboración activa -voto a favor- o pasiva -abstención- del PP. PS se ha negado a pedírsela por un prurito de amor propio y de coherencia, pero pro-hombres socialistas, como Felipe González, han instado a MR a que sea generoso y facilite un Gobierno del PSOE con Cs. Mas, ¿por qué la generosidad y el patriotismo han de tener carácter unidireccional?. ¿No sería más lógico que fuera el PSOE quien –dado que se niega a entrar en una gran coalición con PP y Cs- facilitara la formación de un Gobierno al líder del partido más votado?. Cs sigue negociando con el PP y trata de convencerlo para que se abstenga a fin permitir la formación de un Gobierno de PS y, posteriormente, se incorpore al mismo, pues es consciente que, sin su apoyo activo o pasivo, no puede haber una legislatura estable y fructífera. MR , sin embargo, se mantiene irreductible so pretexto de que su electorado no comprendería que apoyara al líder de un partido que ha tenido 1.7 millones de votos y 32 escaños menos que el PP, le ha insultado y se ha negado, no ya a apoyarle, sino ni siquiera a hablar con él. Aparenta creer que, si fracasara PS, llegaría su momento de intentar lograr la investidura y entonces la presión recaería sobre el PSOE, pero está convencido de que no logrará su respaldo. Albert Rivera (AR) ya le ha advertido que no cree que obtenga más apoyos de los que tuvo –o no tuvo- entonces, y lo único que habría cambiado sería la aparición de más casos de corrupción. Nadie se fía de nadie. Cs teme que el PSOE esté haciendo el paripé de negociar con él y que, en el último momento, llegue a un acuerdo con Ps por poco que éste –como ha señalada Casimiro García-Abadillo- “rebaje sus aspiraciones y sus ínfulas”. PS desconfía de PI y recela de que, en el abrazo del oso de una coalición paritaria, le robe la cartera y fagocite a su partido a corto o medio plazo. El drama de PS es que el único con el que tiene más opciones de ganar la investidura es quien pretende destruir al PSOE. PI, a su vez, no se fía de PS, que podría optar finalmente por Cs, partido con el que se considera incompatible por definición. PS se encuentra, pues, con el dilema de llegar a un acuerdo digno con Cs y resignarse al fracaso de su investidura, o arriesgar un pacto con Ps y asumir las consecuencias de la bicefalia paritaria. “El País” le ha advertido que la estrategia de Ps para asegurarse la primacía de la izquierda está dando resultados. Acabó con IU y ahora amenaza al PSOE con un “sorpasso” que ya estuvo a punto de alcanzar el 20-D. Sería un error dejarse atraer por sus cantos de sirena y no poner en valor su posición ideológica de centro-izquierda, que es el espacio preferido por los españoles. Alfonso Guerra lo ha puesto en guardia del “riesgo demasiado fuerte” de pactar con Ps, que “no cree en la democracia”.
Maximalismo de Podemos y ansias de poder de su líder Pablo Iglesias
PI ha dado sobradas muestras de exhibicionismo, maximalismo y prepotencia. Desde un primer momento ha actuado como si fuera el líder ungido por el pueblo para dirigir la nación. Tras el encargo del Rey a PS para que intentara conseguir la investidura, PI le ofreció la formación de un Gobierno prioritario por él vice-presidido y le designó la mitad del Gobierno, dejando para su partido las carteras fundamentales. Ha exigido al PSOE a que cierre sus negociaciones con Cs y, con anterioridad al inicio de los contactos, le ha enviado un macro-programa –“Un país para la gente: Bases políticas para u Gobierno estable y con garantías”-, calificado por Jorge Bustos de “prospecto de crecepelo morado”. Es radical y provocador, y parece el resultado de una de esas caóticas tertulias universitarias de la madrileña Facultad de Ciencias Políticas y que cruza a conciencia las líneas rojas fijadas por el Comité Federal del PSOE. Está lleno de ocurrencias y propuestas disparatadas y –pese a la profunda convicción republicana de sus autores- parece más bien una carta a SS.MM. los Reyes Magos de Oriente. Con un exceso de autosuficiencia y narcisismo, PI afirma que sólo gracias a Ps podrá el PSOE configurar un Gobierno progresista estable, imprescindible para acometer un programa de cambio, y se ofrece magnánimamente a ser su Vicepresidente ejecutivo. Ocupa más espacio la estructura del Gobierno –formado a su imagen y semejanza- que su programa, y dedica diez apretados folios a describir las innumerables competencias y funciones de la Vicepresidencia. Antonio Hernando, perplejo y anonadado, le ha balbuceado:”Pablo, no sabes dónde estás”. Mas PI bien que lo sabe, pues lo que pretende es socavar la ideología socialdemócrata del PSOE, sustituirlo gradualmente desde las instituciones como la principal fuerza de la izquierda e imponer en el país el radicalismo utópico y el infantilismo revolucionario de Ps.
Ps pretende, no ya reformar la Constitución, sino cambiar el modelo de Estado establecido en 1978, incluso al margen de las Cortes, pues considera que “cabría activar la vía popular”, ya que “existen derechos y garantías democráticas previstos en la Constitución española que permiten convocar un referéndum para iniciar el proceso”. Apuesta incluso por modificar el sacrosanto artículo 2, que consagra “la indisoluble unidad de la Nación española”. Pretende cambiar por completo el modelo de organización territorial. Parte de que España es un “país de países”, eludiendo el término “nación” –lapsus difícilmente perdonable a unos flamantes profesores de Derecho Político y Constitucional-, quizás para eludir las implicaciones jurídicas derivadas de dicha noción. España está compuesta de “Naciones” y de “Comunidades”, sin que se den criterios jurídicos que definan quienes son unas y otras. Rompe así el principio de igualdad entre las Comunidades y entre las personas, ampliando y blindando las competencias de aquéllas y reduciendo las de las éstas, que quedan convertidas en Autonomías de segunda clase. Aspira a que la Constitución reformada garantice el “derecho a decidir de Cataluña y de las naciones que planteen con especial intensidad su encaje territorial”. Reclama la búsqueda de “un nuevo encaje para todas las naciones, comunidades políticas y territorios”, proceso que debería partir del “reconocimiento previo y específico de las diversas realidades nacionales”. Mantiene que es imprescindible y prioritaria “la convocatoria de un referéndum con garantías en Cataluña, que permita a sus ciudadanos ejercer el derecho a decidir sobre su futuro político”, opción que –en su opinión- genera un amplio consenso entre los ciudadanos catalanes. Hace comparaciones y establecer paralelismos inadecuados de Cataluña con Quebec y con Escocia, y afirma que una parte importante de la ciudadanía catalana ha dejado de creer en un proyecto común y, por ello, propone la celebración en la fase inicial de la legislatura de un referéndum de autodeterminación que se enmarque en el artículo 92 de la Constitución. A fin de llevar a cabo la nueva política territorial, prevé la creación de un Ministerio de Plurinacionalismo, siguiendo la filosofía de la bilateralidad en las relaciones entre el Estado y las Naciones o Comunidades. Pide una revisión de los contenidos educativos en materia de Ciencias Sociales con el fin de “superar la visión homogeneizadora de la Historia de España” (¡Si Fernando e Isabel levantaran la cabeza!). Las intenciones son bien claras y no cabe llamarse a engaño.
El programa económico destila intervencionismo estatal y preeminencia de lo público sobre lo privado, desde la industria a la enseñanza. Así, los colegios concertados sólo podrán ser financiados con recursos del Estado en los casos de insuficiencia de la red pública, por lo que quedarían como una oferta marginal. Se muestra partidario de renacionalizar algunas empresas, especialmente en los sectores bancario –Bankia pasaría a ser un banco de Estado- y de la electricidad. Propone aumentar el gasto público en €90.000 durante la legislatura, así como los impuestos a las personas –en el IRPF- y a las empresas -en el impuesto sobre sociedades-, crear otros nuevos –incluido un impuesto solidario sobre los beneficios de los Bancos, por el que estima recaudar €5.000 millones-, alargar unilateralmente hasta 2019 el plazo establecido por la Unión Europea para la reducción del déficit público hasta el 2,25% del PIB, renegociar la deuda derivada del rescate bancario, incumplir el principio de estabilidad presupuestaria y suprimir o modificar el artículo 135 de la Constitución, adoptado por el PP y el PSOE para consagrar constitucionalmente dicho principio. Ps cree, sin ningún fundamento que, si se aplicara su program de forma íntegra, España tendría un crecimiento superior al 4%, mientras que la mayoría de los economistas y de los politólogos estima justo lo contrario. Para Luis María Ansón, las medidas propuestas por Ps son propias del comunismo del siglo XXI y producirían en breve plazo miseria y caos económico. Ocho importantes grupos empresariales han elaborado una Declaración “Por un Gobierno estable” en la que instan a los partidos a que logren un acuerdo rápido para la formación de un Gobierno estable que salvaguarde el crecimiento de la economía española y, aunque no mencionan a Ps, piden que no participen en él “partidos no comprometidos con las reglas europeas”. “Moody” ha mantenido el “rating” de España, pero ha bajado su perspectiva de “positiva” a “estable”.
Negociaciones entre PSOE y Podemos
Del contenido de su programa se desprende que Ps no tiene excesivo onterés en lograr un acuerdo con el PSOE, pues no ha hecho más que poner trabas para sentarse a negociar, aunque tla actitud podría ser una de las hábiles tretas tácticas de Iñigo Errejón de presentar una propuesta de máximos y luego vendrá el Tío Pablo con la rebaja, si obtuviera suficientes concesiones de su acoquinado socio. Según ha observado Teodoro León, Ps no puede engañar a nadie, aunque hay muchos que prefieren engañarse a sí mismos para creer que es lo que no es. PI ha aceptado reunirse con el PSOE tras presentar otro paquete de líneas rojas y exigir que en la reunión se proceda a un reparto proporcional de carteras, en el que el PSOE estaría en minoría frente a la suma de Ps e IU. La política de PI es tan vieja como la de MR y nada la retrata mejor como la incapacidad de pactar. Parapetarse tras sus líneas rojas es la coartada de quienes quieren que haya un Congreso irreparablemente fracturado. En realidad, el PSOE está más cerca del PP que de Ps, pero –como decía John Kennedy- “sólo se puede negociar desde el respeto” y PS ha carecido de él en sus relaciones con MR y con el PP. El sectarismo ideológico de uno y otro no cede un ápice, y ambos prefieren jugar a la ruleta rusa de una segunda vuelta de las elecciones.
El diputado de IU Alberto Garzón es un joven político preparado, aunque excesivamente pagado de sí mismo por ser el segundo líder mejor valorado y, con los dos modestos escaños de su partido, se cree el fulcro del equilibrio parlamentario en el Congreso. Se sentía molesto ante la posibilidad de que el PSOE pudiera llegar a un acuerdo con Cs, ya que su programa contiene elementos “nocivos y represivos para las clases populares”. Por ello, se ha auto-erigido en mediador entre el PSOE y Ps ,y ha conseguido que se reúnan, junto con IU y Compromis, sin condiciones previas, lo que ha permitido a PI salir del callejón sin salida en la que había metido a Ps y aceptar reunirse con el PSOE sin perder la cara. En la cita, que se producirá hoy mismo, tratarán de acercar posiciones para la formación de un Gobierno de progreso, aunque PS mantiene que debe reducirse a a discutir sobre el programa de este eventual Gobierno, mientras PI insiste en que también debe discutirse su estructura y composición, llegando a afirmar que la foto de los participantes en la reunión sería la de los ministros del futuro Gobierno. Ha puesto una vez más al PSOE ante el hecho consumado de una propuesta de programa y estructura de Gobierno. La Secretaria General del PSOE de Madrid, Sara Hernández, ha declarado que necesitamos el fin de los vetos –salvo para el PP, por supuesto- y el comienzo de tiempos de diálogo y de acuerdos, por lo que ha dado la bienvenida al documento de Ps, que permite poner en común las ideas de los dos partidos. La respuesta de la Dirección Nacional no ha sido tan entusiasta. Antonio Hernando ha afirmado que hay mimbres para un acuerdo siempre que Ps no se empeñe en “imponer cuestiones como el referéndum, el control político de determinados organismos o una política económica no realista y contraproducente para la recuperación económica y la creación de empleo”, o en “vetar los acuerdos con otras fuerzas políticas”, y reiterado que en la reunión a cuatro no pensaban entrar a hablar del reparto de Ministerios. El PSOE ya ha desbrozado el camino al haber llegado a acuerdos con IU –que incluye un plan de emergencia social, medidas urgentes para reactivar el mercado laboral, una reforma de la ley electoral, un pacto contra la corrupción y la derogación de la LOMCE, de la Ley “mordaza” y de la reforma laboral-, y con Compromís, en el que asume pagar a la Comunidad Valenciana la supuesta “deuda histórica” (€16.000 millones) y a situar en ella hasta el 11% de la inversión nacional. También ha acercado posiciones con el PNV, a la espera de que éste concrete sus pretensiones, que serán sin duda elevadas, pues el partido haría valer en oro el peso de su indispensable apoyo para la investidura. No así con ERC y con Democracia y Libertad (DyL), que exigen como condición “sine qua non” la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, pero y PS se ha comprometido a “nunca, nunca, nunca” realizar semejante referéndum –también San Pedro negó tres veces a Jesús-. Según el portavoz de DyL, Francesc Homs, PS tiene al alcance su investidura si acepta el referéndum, pero Joan Tardá (ERC), ha reconocido que viven en mundos paralelos que no parece que se vayan a encontrar jamás.
Luis María Ansón se ha preguntado si PI podrá aprovecharse de la extrema debilidad de PS para satisfacer su voracidad de poder, y ha contestado que aquél piensa que, si éste se quiere encaramar a la poltrona gubernamental, no tendrá otra alternativa que el sofá de su casa, por lo que está apretando las tuercas hasta el límite, para terminar seguramente cediendo aunque sea lo menos posible. Barones y personalidades socialistas consideran, no sin razón, que una eventual alianza facilitaría la fagocitación por Ps del PSOE y su jibarización. PS es consciente de ello, pero, antes de emprender el camino de su casa, hará todas las concesiones posibles para que Ps le abra los portones del Palacio de la Moncloa, salvo que el PSOE le asegure una salida digna como candidato en las nuevas elecciones. No va a resultar fácil que PSOE y Ps lleguen a un acuerdo para gobernar juntos, por lo que cabe pensar que Ps prefiere la repetición de unas elecciones en las que, aliado con IU, podría desplazar al PSOE a la tercera posición. No obstante, como más vale Ministerio en mano que ciento volando, muchos “podemitas” harán todo lo posible para que su partido no renuncie al pesebre que se le ofrece. Teodoro León ha estimado que PS coquetea con lo que denomina “Gobierno Frankestein” –PSOE, Ps y Cia, IU yPNV + ERC/DyL- más allá de las líneas rojas. Parece preparar más las elecciones de Junio que la investidura de Marzo. De no llegar a un acuerdo, PS quiere situar a PI ante el dilema de votar a un Gobierno del PSOE con un programa que incluye un plan de choque social y medidas regeneradoras, o alinearse con el PP y votar en contra, lo que llevaría a la celebración de nuevas elecciones.
Celebración de nuevas elecciones
Si fallara Frankestein y el PP se obstinare en votar contra un Gobierno en minoría PSOE/Cs, lo que es harto probable, estaríamos abocados a la celebración de nuevas elecciones. MR aún cree –sin base fundada- que, pese a haber dejado pasar el tren de la investidura, aún puede subirse a él en el apeadero del fracaso de PS, y contar con una segunda oportunidad. Es posible que el rey Felipe VI se la dé, pero las posibilidades de éxito son sumamente reducidas. Él mismo ha reconocido -en conversación privada con David Cameron captada por las cámara de TV en Bruselas- que resultaba muy difícil salir del “lío” y que lo más probable era que se celebrasen elecciones el 26 de Junio. PS se ha apresurado a lanzarle un dardo envenenado al lamentar que, mientras unos trabajan para que España tenga un Gobierno, otros ya hablan en Bruselas de nuevas elecciones. MR se muestra confiado –la procesión debe ir por dentro- en que las elecciones favorecerán al PP, que podría ganar algunos escaños en detrimento de Cs, y perjudicarán al PSOE, en beneficio de Ps. Javier Zarzalejos ha observado que, debido a la volubilidad del electorado y al debilitamiento de las lealtades partidarias, las elecciones “no tienen beneficiarios seguros ni damnificados inevitables”. Según Ignacio Camacho, el clavo ardiendo de las nuevas elecciones al que se agarra el PP se ha enfriado antes de que MR pudiera asirlo. La última encuesta del CIS ha triturado las expectativas de un avance del centro-derecha. Nada puede esperar de unas nuevas elecciones, que incluso podrían facilitar el acceso de PI al Gobierno. La última encuesta del CIS preveía ligeros avances de PP y de PSOE, pero fue realizada cuando aún no habían surgido las escándalos de corrupción de aquél en las operación “Taula” en Valencia y “Púnica” en Madrid –que ha provocado la dimisión de Esperanza Aguire-, ni se había iniciado la exitosa campaña de PS en busca de la investidura. Ya un sondeo posterior de “ABC” ha pronosticado pérdidas para el PP –4 escaños- y para el PSOE –que sería superado por Ps-. La encuesta de Sigma-2 para “El Mundo”, publicada ayer, ha confirmado el retroceso del PP -4 escaños menos- y el progreso de Cs -10 escaños más- y pero vaticinado la caída de Ps -9 escaños menos- y una ligera subida de PSOE -3 escaños más-, lo que revela que el electorado ha premiado la actitud positiva de PS y AR en su intento para desbloquear la situación y poder formar un Gobierno, y castigado a MR y, sobre todo a PI, por sus actitud es poco positivas..Un 60,4% y un 56% de los consultados estiman respectivamente que PP y Ps han actuado mal en las circunstancias, y un 60.9% considera que MR debería haber aceptado el encargo del Rey para presentarse a la investidura, incluido un 45% de quienes se declaran votantes del partido. A pesar de su descenso, el PP seguiría siendo el partido más votado y, con el impulso dado a Cs, el electorado favorecería una coalición de centro-derecha, que -con 169 escaños-, se quedaría a siete de la mayoría absoluta, frente a los 155 que obtendría r la alianza de “cambio y progreso”. Así pues, la actitud constructiva de PS y de AR va a impulsar al PSOE y a Cs en las elecciones del 26-J, y el talante obstruccionista de MR y de PI perjudicará a PP y Ps. Para Victoria Prego, el PP está sumido en la desolación por los numerosos casos de corrupción que afectan ya directamente a MR y –si no quiere seguir retrocediendo y aspira a recuperar a sus desilusionados votantes- tendría que prescindir de su actual líder y sustituirlo por otro de mayor credibilidad. Un 74.7% de los consultados –incluido el 48.9% de sus simpatizantes- opina que MR no debería repetir como candidato-. Dispone de poco tiempo para ello y sería preciso que se celebrara un Congreso nacional abierto –como han pedido Cristina Cifuente, Isabel Bonig o el propio José María Aznar- para elegir democráticamente al candidato. Como dice el refrán, “los extremos se tocan” y, aunque PP y Ps estén en las antípodas, pueden coincidir en votar contra un Gobierno PSOE/Cs. Asimismo coinciden sus líderes en considerarse insustituibles en sus respectivos partidos y en el Gobierno.
Según Jorge Bustos, unas segundas elecciones no servirían para formar Gobierno pues el Congreso seguiría bloqueado. Los militantes del PP agradecerían a MR los servicios prestados y nombrarían otro candidato, coincidiendo con la llegada de Susana Díaz por el otro lado. Tras unas terceras elecciones, las aspaventosa partitocracia española podría acordar la gran coalición que el país lleva un año pidiendo a gritos. ¡Cuan largo me lo fiáis!. En el ínterin, ¿a dónde habría ido a parar la economía y la política españolas ante la falta de un Gobierno que adoptara las indispensables y urgentes medidas económicas requeridas e hiciera frente al intento inminente de independización de Cataluña?. Ante los grandes perjuicios que causaría a España un prolongado vacío de poder, ¡hay que formar un Gobierno ya!. La única solución viable sería la formación de una coalición de PP, PSOE y Cs, que –dada la incompatibilidad metafísica entre MR y PS-, debería estar presidido por AR o una personalidad independiente de prestigio que sea generalmente aceptada.
Madrid, 23 de Febrero de 2016)
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